Relaciones: Israel - Palestina

Sebastian

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Trump hablará con Netanyahu de sus ideas para el proceso de paz con los palestinos

Agencia EFE14 de febrero de 2017

Washington, 14 feb (EFE).- El presidente de EEUU, Donald Trump, planea compartir este miércoles con el primer ministro israelí, Benjamín Netantahu, sus ideas para revivir el estancado proceso de paz entre Israel y los palestinos, que según informes de prensa incluyen la mediación de países árabes como Egipto y Arabia Saudí.

Trump es el primer interlocutor republicano que Netanyahu ha tenido en la Casa Blanca durante sus dos mandatos como primer ministro, y ambos confían en empezar con buen pie su relación bilateral durante su reunión de este miércoles en la Casa Blanca.

Aunque la preocupación por el programa nuclear de Irán y sus ensayos con misiles balísticos es el asunto prioritario para Netanyahu, se espera que ambos hablen también del conflicto en Siria, la lucha contra el Estado Islámico (EI) y las perspectivas de la relación entre israelíes y palestinos.

"El presidente (Trump) ha dejado claro que trabajará para lograr un acuerdo integral que acabará con el conflicto israelopalestino, para que los israelíes y palestinos puedan vivir en paz y seguridad. El camino hacia ese objetivo será también discutido" en la reunión, adelantó hoy a la prensa el portavoz de la Casa Blanca, Sean Spicer.

Trump, que hace un año prometió ser "neutral" entre israelíes y palestinos pero a medida que avanzaba la campaña electoral adoptó una línea más cercana a Netanyahu, se siente atraído por el mismo conflicto que han tratado de resolver, sin éxito, todos los presidentes estadounidenses desde Jimmy Carter (1977-1981).

"Trump se ve a sí mismo como un maestro negociador, y la paz en Oriente Medio es el acuerdo por excelencia: atrae a los presidentes estadounidenses como una sirena desde las rocas", opinó Aaron David Miller, un experto en la región que trabaja para el centro de estudios Wilson Center, en un artículo para la revista Politico.

Según el diario The New York Times, Trump y sus asesores están desarrollando una estrategia para el conflicto que consistiría en reclutar a países árabes suníes como Egipto y Arabia Saudí para que ayuden a extraer concesiones de ambas partes en conflicto, una idea que coincide con las propuestas de Netanyahu.

Ese enfoque no es nuevo, porque tanto los presidentes George H. W. Bush como George W. Bush y Barack Obama intentaron algo similar, pero la Casa Blanca confía en que el reciente acercamiento entre Israel y las potencias suníes de la región allane esta vez el camino.

"Los israelíes creen que su miedo compartido a Irán está uniendo a los Estados árabes con Israel, y quieren probar los límites de esa alianza tácita", explicó Miller, quien subrayó que para que esa estrategia tenga éxito será imprescindible la voluntad política de Netanyahu y el líder palestino, Mahmud Abás, algo dudoso por ahora.

Trump ha encargado a su yerno Jared Kushner, uno de sus principales asesores en la Casa Blanca, que encabece el esfuerzo para resetear el proceso de paz entre israelí y palestinos.

Kushner, cuyos abuelos sobrevivieron al Holocausto nazi en Polonia, conoce bien a Netanyahu, quien es amigo de su familia e incluso pasó una noche en la habitación del ahora asesor de Trump en Nueva Jersey cuando éste era un adolescente, en la década de 1990.

Está por ver si los lazos personales y religiosos con Israel de Kushner, un judío ortodoxo de 36 años, pueden traducirse en una estrategia diplomática eficaz, aunque por el momento podrían facilitar las cosas para el desarrollo de una relación más cercana entre Trump y Netanyahu.

El primer ministro israelí, por su parte, acude a la cita presionado por el ala nacionalista de su partido para rechazar oficialmente la solución de los dos Estados y avanzar hacia la anexión de territorios palestinos.

"Las dos palabras -Estado palestino- son un desastre histórico", publicó ayer en su Facebook el primer socio de Gobierno y líder del partido ultranacionalista y procolono Hogar Judío, Naftalí Bennet.

Netanyahu, que por lo menos oficialmente acepta la solución de los dos Estados, declaró el pasado mes ante los diputados de su partido Likud que estaba dispuesto a dar a los palestinos "algo menos que un Estado".

Desde que llegó a la Casa Blanca, Trump ha suavizado su posición en cuanto a dos temas: su promesa de trasladar a Jerusalén la embajada estadounidense en Israel y su postura ante los asentamientos israelíes en territorio palestino ocupado.
https://es.noticias.yahoo.com/trump-hablará-netanyahu-ideas-proceso-paz-palestinos-234012267.html
 

Sebastian

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¿Por qué es polémico el traslado a Jerusalén de la embajada de EEUU en Israel?

Por Delphine MATTHIEUSSENT
AFP14 de febrero de 2017

Algunas claves para entender la polémica sobre el posible traslado a Jerusalén de la embajada estadounidense en Israel, una cuestión que será tratada el miércoles en Washington por el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, y el presidente estadounidense, Donald Trump.

¿Por qué Israel considera Jerusalén su capital?

Algunos judíos consideran que Jerusalén es su capital desde hace más de 3.000 años por razones religiosas y políticas.

Desde las dos destrucciones del Templo de Jerusalén y la consecutiva dispersión del pueblo judío, el judaísmo siempre ha evocado un retorno a Jerusalén. La Ciudad Santa era la capital del reino de Israel del rey David (siglo X antes de Cristo) y más tarde del reino judío asmoneo (siglo II antes de Cristo).

Los palestinos, que representan alrededor de un tercio de la población de la ciudad, reivindican Jerusalén como capital de su futuro Estado. Para los palestinos, la ciudad también tiene un estatuto religioso esencial: la Explanada de las Mezquitas, situada en la Ciudad Vieja, lugar desde donde, según el islam, el profeta Mahoma ascendió al cielo, es el tercer sitio santo para los musulmanes.

¿Por qué el estatuto de Jerusalén es tan controvertido?

El plan de partición de Palestina aprobado por la ONU en 1947 preveía la división de Palestina, en aquel entonces bajo mandato británico, en tres entidadas: un Estado árabe, un Estado judío y Jerusalén bajo control internacional.

Ese plan fue aceptado por los dirigentes sionistas pero rechazado por los líderes árabes.

Tras la partida de los británicos y la primera guerra entre israelíes y árabes, se crea en 1948 el Estado de Israel, que en 1949 designa Jerusalén Oeste como su capital. La parte oriental de la ciudad permanece bajo autoridad de Jordania.

Tras la Guerra de los Seis Días, en 1967, Israel anexó la parte oriental de Jerusalén, que proclamó como su capital.

Una ley fundamental israelí -texto de valor constitucional-, aprobada en 1980, proclamó el estatuto de Jerusalén como capital "eterna e indivisible" del país.

Esta decisión no fue reconocida por la comunidad internacional, que considera que Jerusalén Este está ocupada por Israel.

¿Hay embajadores en Jerusalén?

Antes de la anexión de Jerusalén Este en 1980 y las resoluciones de la ONU que la condenan, 13 países tenían su embajada en Jerusalén: Bolivia, Chile, Colombia, Costa Rica, República Dominicana, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Haití, Holanda, Panamá, Uruguay y Venezuela.

Después de las resoluciones de 1980, esos países volvieron a instalar sus embajadas en Tel Aviv.

Costa Rica y El Salvador instalaron nuevamente sus embajadas en Jerusalén entre 1984 y 2006.

¿Cuál es la posición de Estados Unidos?

En 1995, el Congreso de Estados Unidos aprobó una ley que establece que "Jerusalén debía ser reconocida como capital de Israel" y que la embajada estadounidense debía ser transferida a esta ciudad el 31 de mayo de 1999, a más tardar.

Desde entonces, todos los presidentes estadounidenses han aplazado dos veces por año la mudanza de la embajada.

No obstante, una de las consecuencias de la ley de 1995 ha sido que los documentos oficiales estadounidenses mencionen Jerusalén como capital de Israel.

Durante la campaña electoral, el nuevo presidente, Donald Trump, se comprometió a reconocer Jerusalén "como la capital indivisible del Estado de Israel".

Desde que asumió la presidencia, Trump no ha tomado por el momento ninguna iniciativa en este sentido, escuchando quizás las advertencias sobre el riesgo de que el traslado de la embajada provoque una explosión de violencia en la región.
https://es.noticias.yahoo.com/por-qué-es-polémico-el-traslado-jerusalén-la-151554963.html
 

Sebastian

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Israel plantea la primera confiscación de tierras palestinas con la nueva ley

Agencia EFE14 de febrero de 2017

Jerusalén, 14 feb (EFE).- La abogacía del estado israelí ha pedido por primera vez al Tribunal Supremo que no derribe estructuras en una colonia en Cisjordania sobre tierras privadas palestinas al amparo de la nueva y polémica Ley de Regularización de asentamientos, informó hoy la ONG israelí Yesh Din.

Sería la primera vez que se utiliza esta ley, aprobada el pasado 6 de febrero y condenada por la Unión Europea, la ONU y varios países de la comunidad internacional, para legalizar retroactivamente viviendas en colonias.

Se trata de siete estructuras y carreteras levantadas en la colonia de Adei Ad, en el norte de Cisjordania ocupada, sobre propiedad privada palestina, que con la nueva legislación podrían ser confiscadas a cambio de una indemnización.

"Dada la legislación de la Ley de Regularización para Judea y Samaria (nombres bíblicos para Cisjordania) el Estado necesita examinar las ramificaciones de esta ley respecto a las estructuras en cuestión", aseguró el abogado estatal a la corte, en un juicio que estudia la demanda de los propietarios de los terrenos que piden el desmantelamiento del asentamiento.

Adei Ad fue fundada en 1998 cerca de la colonia de Shvut Rachel y está compuesta por 65 estructuras, de las que cinco están sobre terrenos privados y el resto sobre tierras que Israel considera "del Estado".

En un comunicado, Yesh Din denunció que "todo el asentamiento de Adei Ad fue construido ilegalmente y, desde su establecimiento, los residentes palestinos de la zona han sufrido un acoso constante y exclusión de su tierra" y criticó que las denominadas "tierras estatales" se dedican exclusivamente a los colonos.

Israel considera algunas de sus colonias ilegales o irregulares, ya que fueron establecidas sin autorización expresa de las autoridades, pero para la comunidad internacional, todos los asentamientos en los territorios palestinos ocupados son contrarios a la ley y un obstáculo para la paz en la región.

El Fiscal General del Estado israelí, Avijai Mendelblit, advirtió antes de la aprobación de la ley de regularización que esta podría ser contraria a las leyes básicas del estado y aseguró que no la defenderá si es recurrida ante el Supremo.
https://es.noticias.yahoo.com/israel-plantea-confiscación-tierras-palestinas-ley-132824246.html
 

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Trump se aleja del compromiso de crear un Estado palestino

El presidente emplaza a palestinos e israelíes a “hallar la paz por sí mismos”


Washington 15 FEB 2017 - 21:32 CET
Un antiguo sueño se alejó hoy de Oriente Próximo. Donald Trump aprovechó la visita a Washington del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, para desvincularse de décadas de política exterior estadounidense y dar por abierto un nuevo ciclo. En la reunión, más simbólica que efectiva, el presidente estadounidense se alejó de la solución de los dos Estados y dejó a los palestinos a la intemperie al emplazarles “hallar la paz” con los israelíes. "Aceptaré lo acuerden", remachó.

En la Casa Blanca se vio a dos políticos en horas bajas. A ninguno se le vislumbra un futuro fácil, pero tampoco están dispuestos a dar su brazo a torcer. Netanyahu vive acosado por los escándalos de corrupción internos, su proyección internacional es declinante y sus adversarios no dejan de crecer.

Más resbaladizo aún es el caso de Trump. Sin haber cumplido un mes en el cargo, gobierna a una velocidad que ya es peligrosa y ha atravesado crisis que en otras presidencias tardaron años en fraguarse. La última, el lunes mismo con la estruendosa caída de su consejero de Seguridad Nacional, el muy proisraelí Michael Flynn, por sus vínculos con Rusia.

Magullados, pero aún poderosos, ambos necesitaban darse la mano y reencontrar un adversario común con el que exorcizar sus demonios. Ese papel recayó en Irán y, sin mencionarlo, en Barack Obama. Al anterior presidente se le reprocha el haber permitido la reciente condena de la ONU a la acelerada política de asentamientos israelíes y, sobre todo, el acuerdo nuclear firmado en 2015. Considerado por la Administración demócrata como uno de sus grandes hitos, para Trump ese tratado es la quintaesencia del fracaso. “Es el peor que he visto en mi vida”, llegó a decir ayer el mandatario estadounidense .

Pese a esta satanización, el pacto nuclear no fue denunciado. Tampoco blandió Trump una de sus propuestas más radicales: el incendiario traslado de la Embajada de Estados Unidos a Jerusalén. Como tantas otras promesas del republicano, la cruda realidad las ha empequeñecido. Y esa fue posiblemente la mayor sorpresa de la reunión con Netanyahu: ver a un Trump bajo presión, comedido y sin delirios de grandeza. Alguien que pidió públicamente a Netanyahu “flexibilidad” para un pacto y que atemperase “un poco” su política de asentamientos.

Fueron concesiones leves, destinadas a evitar incendios a gran escala, pero que vinieron acompañadas de un giro que tendrá efectos a largo plazo. La desvinculación de Washington de la meta de los dos Estados, uno de los principios rectores de la diplomacia estadounidense en las últimas décadas, abre las puertas a la búsqueda de nuevas fórmulas y satisface al sector más duro del Likud. Un auténtico regalo a Netanyahu, que Trump envolvió con un tono liberal: “Ambos tienen que negociar y llegar a compromisos. Aceptaré lo acuerden. Puedo vivir con uno o dos Estados”.

El presente no fue desaprovechado por Netanyahu, quien rápidamente puso la diana en el otro bando. “No queremos etiquetas, queremos sustancia. La fuente del conflicto es Palestina, ellos se niegan a reconocer al Estado de Israel e incluso enseñan en las escuelas su destrucción”, clamó en uno de los momentos más ásperos de la comparecencia. Dicho lo cual, el primer ministro israelí trazó las líneas rojas para cualquier acuerdo: el reconocimiento palestino del Estado de Israel y el mantenimiento del control del oeste del río Jordán. “No permitiré la destrucción de Israel”, sostuvo.

Donde ambos mandatarios se mostraron más relajados fue en el intento de buscar una “solución regional” al enfrentamiento. Un eufemismo para referirse al esfuerzo diplomático en el que se han embarcado Israel y Estados Unidos para que países de mayoría suní como Egipto, Arabia Saudí o Jordania se sumen a un frente anti-iraní. “Tenemos una oportunidad histórica con los países de la zona, no nos ven como enemigos, sino como aliados”, dijo un esperanzado Netanyahu. Acabada, la comparecencia, él y Trump levantaron vuelo como buenos amigos. Fuera, les aguardaba la tormenta.
http://internacional.elpais.com/internacional/2017/02/15/estados_unidos/1487184729_419444.html
 

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Netanyahu traza ante Trump sus líneas rojas para la paz

El primer ministro israelí exige a los palestinos el reconocimiento del Estado judío y el control de la frontera del Jordán como base para cualquier acuerdo


Juan Carlos Sanz
Jerusalén 15 FEB 2017 - 20:45 CET

Obsequioso con el nuevo presidente de Estados Unidos hasta bordear la adulación, Benjamín Netanyahu trazó este miércoles en la Casa Blanca dos líneas rojas para la paz en Oriente Próximo. Una es el reconocimiento del carácter judío del Estado de Israel, una vaga denominación que en el fondo acarrea la renuncia de los palestinos a reclamar derechos históricos anteriores a la guerra de los Seis Días. Otra es el control perpetuo del Ejército hebreo sobre la frontera del Jordán y el mar Muerto en Cisjordania, esto es, consolidar al futuro Estado de Palestina como un bantustán, contando además con el bloqueo naval israelí en el Mediterráneo y el cerco militar egipcio en el Sinaí a la Franja de Gaza.

El primer ministro israelí rehuyó asumir la “etiqueta” de la solución de los dos Estados —rueda de molino con la que hubo de comulgar desde 2009 durante los mandatos del demócrata Barack Obama— y puso sobre la mesa de Donald Trump sus dos condiciones de mayor “sustancia”. Desde que la Casa Blanca anticipara la noche anterior que la solución de los dos Estados había dejado de ser un principio sacrosanto para la política exterior de EE UU, los responsables palestinos no dejaron de poner el grito en el cielo. Sobre todo después de que el director de la CIA, Mike Pompeo, hubiese dado a entender en una reunión secreta con el presidente Mahmud Abbas, mantenida la noche del martes en Ramala, que Trump iba a seguir asumiendo la doctrina de los dos Estados, según fuentes de la Autoridad Palestina.

“No tiene ningún sentido”, clamó la veterana dirigente Hannan Ashraui. “Este anuncio solo busca satisfacer a la coalición extremista de Netanyahu”. “La única alternativa a la solución de los dos Estados es un Estado único, democrático, laico y con igualdad para judíos, musulmanes y cristianos en la Palestina (bajo mandato colonial britanico) histórica ”, advirtió a su vez el secretario general de la Organización para la Liberación de Palestina, Saeb Erekat.

Pero el mensaje de Trump mostró además la tendencia de su Administración para inhibirse de imponer la paz. El mandatario republicano asumirá tanto la solución de los dos Estados como la de un solo Estado —sin puntualizar en este caso cuáles serían los derechos de los palestinos de Cisjordania y Jerusalén Este— “si esa es la voluntad de las partes”. Bendijo así la doctrina de Netanyahu de que la paz solo será posible mediante negociaciones directas. Ambos líderes aludieron sin embargo a un entendimiento global con los países árabes (suníes, obviamente) recelosos del auge de Irán como marco global para la paz en Tierra Santa. Trump pidió más flexibilidad a los israelíes, sin concretar sobre qué asuntos, para demostrar que quieren la paz, y a los palestinos les conminó a que “dejen de educarse en el odio”, en una reconvención que parece más moral que política.

Netanyahu pasó de puntilla sobre la cuestión de las colonias judías en Cisjordania y Jerusalén Este, pero tampoco las mencionó en su memorando de líneas rojas. Hasta el punto que Trump, que parecía sentirse confuso ante la aparente complejidad de las preguntas de los periodistas sobre Oriente Próximo, acabó sugiriéndole a Netanyahu: “Me gustaría ver que das un poquito marcha atrás con los asentamientos”. A lo que el primer ministro israelí replicó, antes de reiterar sus dos exigencias básicas: “Los asentamientos no son el problema central del conflicto”. Las conversaciones de paz permanecen bloqueadas desde abril de 2014 precisamente por la línea de roja palestina de no sentarse a negociar mientras Israel prosiga con la expansión de las colonias.
http://internacional.elpais.com/internacional/2017/02/15/actualidad/1487186448_316982.html
 

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Sebastian

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Un estado para palestinos e israelíes, dos visiones muy diferentes de país

16 feb 2017 18h55

Los partidarios de la solución de un solo estado, tanto palestinos como israelíes, imaginan de manera muy diferente esta opción, cuya viabilidad, pese a llevar décadas abandonada, insinuó ayer el presidente estadounidense, Donald Trump.

"Ayer nadie habló de un solo estado, sino de un apartheid", declaró a Efe el excandidato presidencial palestino, Mustafa Barghouti, que más que oponerse a la forma se opone al fondo de la propuesta: "yo lo que quiero es libertad; en un estado o en dos, eso da lo mismo, pero uno de justicia e igualdad".

Para Barghouti el problema recae en plantear el debate partiendo de la defensa de un estado judío, definición que ayer volvió a mencionar el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, en la rueda de prensa que dio con Trump en Washington, en la que este último abrió la opción a soluciones alternativas a la creación de un estado palestino.

Un único estado judío "llevaría automáticamente a los palestinos (cristianos, musulmanes o laicos) a ser ciudadanos de segunda y tercera categoría", afirmó Barghouti.

Solo el 31% de los palestinos cree que la solución de los dos estados es actualmente viable, y ese porcentaje va decreciendo, según una reciente encuesta publicada por el Centro Palestino de Investigación Política (PSR).

Cada vez son más los que se abren a la opción de un solo estado, pero con una visión muy diferente a la presentada por el nacionalismo israelí, que parte de la anexión a su país del área C de Cisjordania, donde viven 380.000 colonos, la absorción total de los territorios palestinos (incluida Gaza) o la concesión de pequeños enclaves autónomos.

"Los palestinos ya tiene dos estados: en Gaza y en Jordania. No hay necesidad de un tercero", dijo el ministro israelí de Educación, Naftali Benet, líder del partido ultraderechista Hogar Judío, pro-colono y principal socio del Gobierno de Netanyahu.

"No nos vamos a ir de nuestra tierra (judía), podemos plantear una anexión sin tener que dar a los palestinos ciudadanía, solo una residencia", explica a Efe el portavoz de los colonos de la ciudad cisjordana de Hebrón, Yishai Fleisher.

Mientras la derecha nacionalista plantea un solo estado eminentemente judío, con derechos limitados para los palestinos, éstos ven en una sola entidad una oportunidad donde un sistema democrático reflejaría su mayoría como población.

Los habitantes de Gaza, Cisjordania, Jerusalén Este y los árabes con nacionalidad israelí serían mayoría respecto a los residentes judíos en un estado único y, por tanto, ganarían influencia en la política nacional.

Además el nacionalismo israelí defiende también la permanencia de la cultura judía que hoy se refleja en cuestiones como el sábado de descanso, Shabat, la Hatikva como himno israelí o la estrella de David en la bandera, tradiciones y símbolos que quedarían comprometidos en un nuevo estado al tener que dar cabida a ambas sensibilidades.

El activista palestino Basem Tamimi hace tiempo que apuesta por un solo estado pero, desde un argumento opuesto al de Fleisher, tampoco quiere que sea binacional, al considerar un error establecer diferencias.

"Garantizaríamos la igualdad de derechos al margen de la religión del origen simplemente como individuos, desde una perspectiva humanitaria, sin distinciones", propone Tamimi.

"En Israel es difícil encontrar el apoyo hacia un estado democrático, porque la sociedad está girando a la derecha, pero todavía hay y es importante trabajar con ellos", propone Tamimi.

Voces públicas en Israel como la de la activista Orly Noy, se han posicionado en este sentido, y dentro de las ONG consideradas pacifistas se encuentran simpatizantes de un estado con igualdad para todos, aunque en general evitan este debate y se centran en un objetivo: acabar con la ocupación.

"La única alternativa a una solución de dos estados soberanos sobre la frontera de 1967 es un solo estado laico y democrático con igualdad de derechos para judíos, cristianos y musulmanes. Un estado democrático para todos en toda la Palestina histórica", manifestó o el secretario general de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), Saeb Erekat.

Lo que se ha planteado como una alternativa, que supera escollos como la definición de fronteras o la capitalidad dividida de Jerusalén que dificultaron la solución de los dos estados, abre sin embargo nuevos interrogantes igualmente difíciles de contestar.


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https://noticias.terra.es/mundo/un-...b5de2683a1a17546b3ad491d7645ceefjri5gi8w.html
 

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EEUU apoya "totalmente" la solución de dos Estados entre israelíes y palestinos

AFP16 de febrero de 2017

El Gobierno de EEUU apoya "totalmente" la solución de dos Estados para poner fin al conflicto entre israelíes y palestinos, pero se plantea nuevas vías para avanzar hacia la paz, afirmó este jueves su embajadora ante la ONU, Nikki Haley.

"Apoyamos totalmente la solución de dos Estados, pero también pensamos (en alternativas) fuera de ese marco", afirmó la diplomática a la prensa tras una reunión del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas sobre el conflicto israelo-palestino.

El presidente estadounidense, Donald Trump, se alejó el miércoles de esta solución que tradicionalmente han apoyado los gobiernos de EEUU, afirmando que aceptará cualquier acuerdo que alcancen las dos partes del conflicto.

Pero Haley reiteró su afirmación en tres oportunidades, en respuesta a las preguntas de los periodistas. EEUU quiere ayudar a reunir a israelíes y palestinos "alrededor de la mesa para que hablen sobre esto de manera fresca, y que digan 'ok, volveremos al borrador: ¿sobre qué podemos ponernos de acuerdo'", precisó Haley.

La embajadora ante la ONU describió su primera reunión en el Consejo sobre el conflicto israelo-palestino como "un poco extraña" y dijo que no se hizo mención a ataques lanzados por los militantes de Hezbolá o a la amenaza de Irán, sino que las discusiones se centraron en "criticar a Israel, la única democracia real de Oriente Medio".

Poco antes, el enviado especial de la ONU para el Proceso de Paz de Oriente Medio, Nicolai Mladenov, dijo ante el Consejo de Seguridad que la solución de dos Estados sigue siendo la "única vía" para el fin del conflicto.

"La solución de dos Estados sigue siendo la única forma de lograr las legítimas aspiraciones nacionales de ambos pueblos", dijo Nicolai Mladenov ante el Consejo.

Paralelamente, el candidato de Trump para ser embajador en Israel transmitió este jueves al Senado estadounidense su "escepticismo" sobre la solución de dos Estados.

"Expresé mi escepticismo sobre la solución de dos Estados simplemente en base al hecho de que sentí un profundo rechazo (por parte de los palestinos) de renunciar al terror y aceptar a Israel como Estado judío", declaró David Friedman ante la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado, que aún debe confirmar su futuro cargo.

"Si israelíes y palestinos fueran capaces, a través de negociaciones directas, de llegar a una solución de dos Estados (...) sería feliz", agregó este abogado estadounidense judío muy polémico por sus declaraciones en favor de la colonización israelí y claramente antipalestinas.
https://es.noticias.yahoo.com/la-solución-dos-estados-es-la-única-vía-171603377.html
 

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¿Cuáles son las alternativas a la "solución de dos estados" para el conflicto entre israelíes y palestinos?

Redacción BBC Mundo
  • 7 horas

Derechos de autor de la imagen AFP

La "solución de los dos estados" al conflicto territorial entre israelíes y palestinos ha sido por décadas el objetivo de líderes mundiales, diplomáticos e instituciones internacionales.

Esta propone la división del territorio en un Estado de Israel y un naciente Estado de Palestina, aceptando los límites dejados tras la guerra de los seis días de 1967, con Cisjordania, Gaza y Jerusalén Oriental como parte del nuevo Estado palestino.
La solución la apoyan Naciones Unidas, la Liga Árabe, la Unión Europea y Rusia. Ycon la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca, también Estados Unidos.

Sin embargo, el miércoles y tras la reunión del presidente Trump con el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, el panorama cambió.

"Estoy viendo la opción de dos estados y de un estado, y me gusta aquella que prefieran ambas partes. Me parece bien aquella que le guste a las partes. Puedo vivir con cualquiera", dijo Trump.


Derechos de autor de la imagen Reuters Image caption Benjamin Netanyahu y Donald Trump se reunieron este miércoles por primera vez desde que el último asumió la presidencia de Estados Unidos.

Y aunque horas después su embajadora ante la ONU, Nikki Haley, aseguró que EE.UU. "absolutamente" apoya la solución de los dos estados, también reconoció que la nueva administración estadounidense estaba "pensando fuera de la caja".

Y no son sólo las palabras de Trump las que amenazan el futuro de la solución de los dos estados.

La expansión del muro construido por Israel, además de los cada vez más frecuentes asentamientos ocupando territorios palestinos han vuelto la alternativa prácticamente inviable, mientras Israel no dé un giro radical en su política.

Pero, si se cae la teoría de los dos estados, ¿qué opciones quedan?

Estado binacional
Una solución propuesta por la izquierda de Israel y apoyada por intelectuales palestinos es la de un solo estado binacional, que le dé la misma ciudadanía y derechos a todos los residentes de Israel y los territorios palestinos.

Incluso algunas autoridades israelíes del Likud, partido gobernante de derecha, han dicho que prefieren eso antes que la división territorial.


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La administración Obama era defensora de la solución de los dos estados. En la foto Benjamin Netanyahu, Barack Obama y Mahmoud Abbas en Nueva York.

Se han publicado libros, artículos y dictado conferencias sobre las variadas alternativas al problema, desde una propuesta de poder compartido similar a la de Irlanda del Norte hasta una federación donde judíos y palestinos gocen de un alto nivel de autonomía, como el modelo de Bosnia-Herzegovina.

"Si Israel se traga los territorios ocupados, entonces deberá darles a los palestinos el derecho a voto en las elecciones generales. Pero si esto ocurre —y debido a la demografía—, ese sería el fin de Israel como estado judío", le explica a la BBC Ahron Bregman, profesor del Departamento de Estudios de Guerra de King's College London.

"Incluso si lograran un acuerdo, entonces (los israelíes) se encontrarían con el problema de que deben asegurar todos los derechos de ciudadanía a los palestinos. Si no lo hacen, eso significaría crear distintas categorías de ciudadanos, lo que es inaceptable ante el derecho internacional. Sería discriminación", coincide Antonios Tzanakopoulos, profesor de Derecho Internacional Público de la Universidad de Oxford.


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¿Uno, dos, tres estados o una solución en punto muerto?

El problema para Israel de igualar derechos de ciudadanía es que en un corto periodo de tiempo los palestinos dominarían el espectro poblacional. En este sentido, Israel se enfrenta a dos caminos irreconciliables.

"La solución de un estado le presenta a Israel una disyuntiva existencial. Puede ser un Estado judío o un Estado democrático, pero no ambos", asegura P.J. Crowley, ex subsecretario de Estado de EE.UU. quien conoce de cerca las negociaciones sobre el tema.

"Israel fuerte"
Grupos más radicales de la extrema derecha en Israel, incluso plantean que la solución es un solo, gran y poderoso Estado judío de Israel, sin considerar a los palestinos.

Como algunos grupos de derecha que apoyaron la campaña "Sí a un Israel fuerte", que proponía un solo estado judío como opción y promovía la política de asentamientos en territorios palestinos para lograrlo.



Más de 600.000 israelíes viven en unos 140 asentamientos desde la ocupación de Israel de Cisjordania y Jerusalén Oriental, tierras que reclaman los palestinos para la creación de un potencial Estado.

"Si Israel sigue construyendo asentamientos, hará muy difícil la separación entre Israel y la futura Palestina", explica Bregman.

Pero la posibilidad de un "gran Israel fuerte" es incompatible con el Derecho Internacional, e Israel lo sabe.

"Sólo la separación -y los israelíes entienden muy bien- puede funcionar", sentencia el profesor de King's College London.

Si no, la insistencia en conservar un Estado judío podría derivar en lo que el presidente de la Autoridad Nacional Palestina, Mahmoud Abbas, ha calificado como un "estado estilo apartheid", en referencia a la segregación racial vivida en Sudáfrica hasta la década de los 1990.

¿Tres Estados?
Algunos analistas sugieren que con Hamas gobernando en Gaza, el territorio debiera ser tratado como una entidad aparte de Cisjordania, que es controlada por la Autoridad Nacional Palestina.

Incluso hay quienes proponen soluciones más radicales, como Mak-Gen Giora Eiland, un exasesor de Seguridad Nacional israelí que dice que para lograr una solución, Israel debe sentarse a negociar con Hamas.


Derechos de autor de la imagen AFP Image caption
Tras la última operación de Israel en Gaza en 2014, la aislada franja quedó prácticamente destruida.

"Siempre ha sido el sueño de Israel separar la Franja de Gaza de Cisjordania. Así, en lugar de tener un Estado palestino unido, tienen dos entidades débiles", advierte el profesor Bregman.

"Pero los Acuerdos de Oslo de 1993, que son la base del futuro proceso de paz, consideran a los dos distritos palestinos -la Franja de Gaza y Cisjordania- como una sola unidad que se conectará mediante un puente largo o un túnel. Por lo tanto, se debe considerar como una unidad", explica el académico.

¿Está la solución de los dos estados muerta?
A pesar de haber perdido aparentemente el apoyo de una de las principales superpotencias a nivel mundial, los expertos siguen considerando la solución de los dos estados como la principal apuesta.

"La posición internacional es clara: la postura oficial, incluyendo la de EE.UU. y el gobierno de Israel es la de los dos estados", asegura enfático Tzanakopoulos.


Derechos de autor de la imagen AFP Image caption La mayoría de los palestinos apoyan la idea de la solución de los dos estados.

"Hay muchas otras opciones, consideradas por las distintas partes; israelíes, palestinos, etc., pero sólo una postura oficial [a la hora de negociar internacionalmente]: la de los dos estados", dijo.

Naciones Unidas no hizo esperar su reacción. El secretario general, Antonio Guterres, llamó a la comunidad internacional a hacer todo lo que estuviera a su alcance para avanzar hacia la solución de los dos estados ya que "no hay otra opción" para el conflicto.

"La solución de dos Estados sigue siendo la única viable al conflicto palestino israelí", coincide Bregman.

"Israel lo entiende muy bien. Por eso es que Netanyahu, en su reunión con Trump, no mencionó ninguna intención de abandonarla", concluye.
http://www.bbc.com/mundo/noticias-internacional-38995707
 

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Netanyahu rechazó hace un año un plan de paz árabe en una cumbre secreta

El primer ministro israelí se reunió en Jordania con el rey Abdalá y Al Sisi con la mediación de Kerry


Juan Carlos Sanz
Jerusalén 19 FEB 2017 - 14:21 CE
La historia reciente de Israel esta jalonada de episodios de diplomacia secreta que antes o después acaban emergiendo. A su regreso de Washington –donde Benjamín Netanyahu alabó al presidente Donald Trump al asegurar que bajo su liderazgo “se crea una oportunidad sin precedentes para fortalecer la seguridad y avanzar hacia la paz (regional)”– se ha desvelado que el primer ministro israelí rechazó hace un año un plan de paz árabe promovido por la anterior Administración demócrata de Estados Unidos. Netanyahu asistió el 21 de febrero de 2016 a una cumbre secreta en la ciudad jordana de Aqaba en la que también participaron el rey Abdalá II, el presidente egipcio, Abadelfatá al Sisi, y el entonces secretario de Estado norteamericano, John Kerry, según ha revelado Haaretz este domingo. El propio diario israelí constataba este mediodía en su edición digital que el jefe del Gobierno ha confirmado a los ministros del Likud, el partido que lidera, la celebración de la reunión confidencial en la ciudad costera del mar Rojo.

El plan de paz regional presentado por Kerry implicaba el reconocimiento de Israel como Estado judío y la reanudación de las negociaciones con los palestinos —suspendidas desde abril de 2014– con apoyo de países árabes aliados de EE UU, según revelaron a Haaretz antiguos altos cargos del Ejecutivo de Barack Obama. Egipto y Jordania mantienen relaciones diplomáticas con el Estado hebreo tras suscribir un tratado de paz en 1979 y 1994, respectivamente. Otros países suníes recelosos del auge de Irán en Oriente Próximo, como Arabia Saudí o Emiratos Árabes Unidos, han establecido contactos discretos sobre cuestiones de seguridad con Israel. El ministro de Exteriores saudí, Adel al Yubeir, afirmó este domingo en la Conferencia de Seguridad de Múnich que la paz es posible en Oriente Próximo: “Mi país está listo para trabajar junto con otros países árabes para estudiar como promoverla”, informa Reuters.

Entre otros puntos, la oferta planteada al primer ministro reconocía la posibilidad de intercambio de territorios entre israelíes y palestinos bajo el principio de “dos Estados para dos pueblos”; un acuerdo "justo y realista" para los refugiados palestinos que no modifique el carácter judío de Israel, y un pacto para que Jerusalén se convierta en la capital de ambos Estados, como paso previo a la normalización de relaciones en la región, de acuerdo con la Iniciativa de Paz Árabe de 2002 auspiciada por Arabia Saudí. Antes de viajar a Aqaba, Kerry se reunió el mismo 21 de febrero de 2016 en Amán con el presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abbas, a quien puso al corriente del plan de paz regional.

Netanyahu acabó rechazando la propuesta estadounidense tras alegar que no contaba con el pleno apoyo de su Gobierno de coalición —considerado el más derechista en la historia de Israel—, y por ello pidió un margen de maniobra para intentar incorporar al líder de la oposición, el laborista Isaac Herzog, a un Gobierno de unidad nacional con el objetivo de negociar la paz. Los contactos con el centro-izquierda fracasaron y el primer ministro decidió como alternativa la entrada en el Gabinete de Avigdor Lieberman, a quien puso al frente de la cartera de Defensa. Tras tomar posesión del cargo en mayo, este líder ultraderechista dio giro copernicano para abrazar la doctrina de los dos Estados en el marco de una iniciativa de regional.

Desde entonces el Gobierno de Netanyahu había guardado silencio sobre un eventual plan árabe para Oriente Próximo, a la espera del relevo en la Casa Blanca. Precisamente allí fue donde proclamó el pasado miércoles: “Por primera vez en mi vida y en la de mi país hay países árabes en la región que no ven a Israel como un enemigo, sino, cada vez más, como un aliado”.
http://internacional.elpais.com/internacional/2017/02/19/actualidad/1487506700_555732.html
 

Sebastian

Colaborador
ALBERTO SPECTOROVSKY

"Trump le dio a Netanyahu manos libres, no carta blanca"

Profesor titular grado 5 de Ciencias Políticas de la Universidad de Tel Aviv, Spectorovsky es un reconocido experto en Medio Oriente.
Uruguayo, la reunión del miércoles en Washington de Trump con Netanyahu coincidió con una de sus visitas a Montevideo.

CARLOS RÍOS 19 feb 2017
En diálogo con El País, analiza qué se puede esperar de las relaciones entre Estados Unidos e Israel en la era Trump, la política de asentamientos en territorios palestinos y los factores internos que están jugando en la coalición de Netanyahu.

—El miércoles se reunieron en Washington por primera vez el presidente Donald Trump y el primer ministro Benjamín Netanyahu. ¿Qué conclusiones se pueden sacar de este encuentro, teniendo en cuenta que Trump parece haber dejado de lado la solución de dos estados, uno israelí y otro palestino?
—La primera impresión es que Netanyahu se fue bastante contento de la reunión, porque cambió toda la actitud de Estados Unidos hacia él en lo personal, hacia Israel en lo particular, y en lo global se confirma un poco la visión del mundo conservadora de Netanyahu. Una cosa es el mundo de Barack Obama y otra cosa es el mundo de Trump. Es lo que Netanyahu quería, un Estados Unidos que no le venga a decir uno, dos o tres estados. Básicamente manos libres.

—¿Qué significa esto?
—Básicamente puede ser la solución de dos estados, la solución de un estado, lo que decidan. Hasta ese punto, todo bien. Lo que sigue le tendría que dar a Netanyahu mucho para pensar. Porque Trump tiene una posición de negociante, dijo "bueno, lo resuelven entre ustedes, yo no me quiero meter tanto". En definitiva, no se sabe exactamente hacia dónde corre Trump, cuáles son los juegos de intereses que lo van a volcar hacia una posición o hacia otra.

—Pero la posición de Trump contradice cierto consenso internacional de que la solución pasa por dos estados.
—Totalmente. Pero eso no sería tan importante para Trump, porque él desde un principio salió con una posición contraria a la que tenía la comunidad internacional. Trump está desafiando a la comunidad internacional, está desafiando a Europa, a los liberales, está desafiando al legajo de Obama. Trump vino con un mazazo contra todo lo que representaba Obama, contra todo el mundo liberal, el mundo de las elites, el de Harvard.

—¿Cómo se ve esta situación desde el lado palestino? No deben estar muy contentos con la reunión Trump-Netanyahu.
—Los palestinos por el momento quedaron muy mal, porque básicamente Trump le está diciendo a Israel que haga lo que quiera. No es que estaban tan contentos con Obama, pero les dada un poco de esperanza. Trump no les da ninguna esperanza, aunque hubo sondeos y hay cierta apertura para que Mahumud Abás (presidente palestino) llegue a hablar con Trump.

—En la reunión en Washington, Trump le pidió a Israel flexibilidad en su política de promover asentamientos en territorios palestinos. Netanyahu no dio señales de que lo vaya a hacer. ¿Qué se puede esperar?
—La lectura es: Estados Unidos cambió su posición de dos estados para dos pueblos. Punto. Ya no es ultimativo. Lo demás, le pide un favor. Bueno, verá si se lo va a conceder o no. Como diciendo, tengo un presidente en Estados Unidos que es muy leve conmigo ahora, ergo, puedo negociar mejor mis coaliciones internas o con los que están tratando de hacerme sombra en Israel. En una palabra, Netanyahu salió por el momento muy leve de equipaje, tranquilo, cabeza fría. Lo que no quiere decir que tenga carta blanca. Cuidado. Muchos editorialistas en Israel, y no necesariamente contrarios a Netanyahu, le dicen que vaya con cuidado por las piedras; no es que Trump no esté a favor de Israel, pero no sabe de qué forma estar a favor de Israel ni entiende exactamente todo lo que nosotros queremos. El gobierno de Netanyahu le tiene que vender a Trump, le tiene que decir "mirá, nosotros sabemos cómo funciona la cosa en Medio Oriente, vos seguinos a nosotros". Y no es muy seguro que Trump le diga sí.

—¿En este contexto, qué pasará con los asentamientos?
—Va a acentuar la colonización en las áreas cercanas a Jerusalén y en donde están los grandes bloques, y va a enlentecer todo lo que está fuera de eso. La derecha radical le pide colonización en todo. Netanyahu le va a decir "sí, voy a hacer colonización" pero en las área que son consenso nacional. No va a salir del consenso.

—En Israel acaban de aprobar una ley que habilita al gobierno a regularizar miles de viviendas construidas en territorios privados de palestinos …
—Esa ley es un juego de doble filo. Netanyahu sabe que no va a salir, y no creo que él la quiera tampoco. Todavía le falta pasar por la Alta Corte de Justicia, y lo más probable es que la declare inconstitucional. Y ahí todos ganan. Netanyahu porque dice que la promovió también y se la bloquearon. La derecha radical porque queda como la que va a lucha por esa ley hasta el final. Ergo, ¿cuál es el próximo paso? Hacer un cambio en la Corte. Pero para eso se necesita una nueva ley y mayorías parlamentarias.
Es muy probable que dentro de la coalición gubernamental de Netanyahu haya todavía algún partido que vote en contra. La derecha radical va a decir "vieron, nosotros somos los que levantamos la bandera de la patria". Y este otro partido se queda con el bloqueamiento de las políticas nacionalistas. Es como un teatro.

—¿Se concretará la mudanza de la embajada de Estados Unidos de Tel Aviv a Jerusalén como propone Trump y que los palestinos resisten?
—Para Netanyahu y la derecha es muy importante que se haga. Pero acá entran en juego no solo los palestinos, sino países árabes amigos de Israel. Por eso soy cuidadoso que lo vaya a hacer. Puede ser, pero no es tan fácil. Si la pregunta es qué quiere Netanyahu: permanecer con el statu quo. Punto. Antes era un status quo no cómodo, hoy es un status quo mucho más cómodo. Punto. Netanyahu lee el mapa, ve que hay viento en popa pero que hay que ir con cuidado.

http://www.elpais.com.uy/mundo/trump-le-dio-netanyahu-manos.html
 
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