Al borde de una guerra interna
Milicianos de Al Fatah, leales al presidente Abbas, y de Hamas, que responden al premier Haniye, se enfrentaron en Gaza.
Agencias EFE, AP y Colpisa
Jerusalén, Gaza. Los dos principales movimientos palestinos, el nacionalista Al Fatah y el islámico Hamas, llegaron anoche a un precario acuerdo para cesar los enfrentamientos poco antes de concluir una jornada de graves actos de violencia, que se reiteraron incluso después del anuncio de la tregua.
Según el acuerdo, ambos movimientos accedieron a retirar a sus milicianos de las calles de Gaza y cesar las agresiones gracias a la mediación de dirigentes de la Jihad (Guerra Santa) Islámica y del Frente Popular para la Liberación de Palestina (FPLP).
El acuerdo incluyó además el cese de las manifestaciones y de la incitación a la violencia por los medios de comunicación, y la liberación de todos los activistas secuestrados por el movimiento rival. Además se retomaría la búsqueda de un gobierno de unidad.
Secuestro y asesinato. Pero casi a la misma hora en la que se dio a conocer el acuerdo, se informó también sobre la muerte de un agente de las fuerzas de seguridad palestinas y miembro de Al Fatah que había sido secuestrado por un grupo de milicianos en la ciudad de Gaza. Adnan Rahmi pertenecía a las fuerzas de Seguridad Nacional y era un dirigente local del movimiento Al Fatah.
Rahmi fue capturado por un grupo de palestinos armados en la calle de As Sika, en el barrio de Shiyaiya, al este de la ciudad de Gaza, antes de ser ejecutado a balazos.
Los enfrentamientos entre Hamas y Al Fatah se repitieron durante todo el día en la Franja de Gaza, en particular en el barrio de Ar Rimal, al oeste de la ciudad de Gaza, alrededor del complejo de los ministerios, que controla Hamas, y de la sede del presidente palestino y dirigente de Al Fatah, Mahmud Abbas.
Una joven de 19 años perdió la vida ayer al ser alcanzada por los disparos efectuados por los milicianos en esa zona.
Asimismo, palestinos, probablemente de Hamas, hirieron a por lo menos cuatro personas al disparar en la tarde dos granadas de mortero contra un puesto de la Guardia Presidencial cerca del cuartel general del presidente palestino en la ciudad de Gaza.
Uno de los explosivos alcanzó una casa particular y el otro un puesto de la Guardia Presidencial.
Horas antes y en la misma zona, varios pistoleros palestinos de Al Fatah ocuparon la sede de los Ministerios de Transporte y Agricultura del gobierno de Hamas que preside el primer ministro Ismail Haniye.
Los milicianos entraron en los edificios, obligaron a los empleados a irse y bloquearon las entradas. Según testigos, los agresores tomaron los tejados de los edificios a fin de controlar las calles que conducen a la casa y al cuartel general de Abbas.
Los tiroteos de ayer en la zona siguieron a un ataque contra el convoy en el que se encontraba el ministro de Exteriores palestino, Mahmud Az Zahar, a la salida de sus oficinas. Az Zahar, quien salió ileso, es uno de los principales dirigentes de Hamas.
A su vez, el aparente intento de asesinato tuvo lugar después de que en la madrugada de ayer palestinos armados, probablemente de Hamas, irrumpieran en una base de entrenamiento de la guardia de Abbas, en el sur de la Franja de Gaza, donde mataron a un oficial e hirieron a otros cinco.
Tregua rota. Mientras, en el campo de refugiados de Jabalia, en el norte de la Franja de Gaza, seis personas fueron heridas ayer en la tarde cuando un grupo de desconocidos, en apariencia miembros de Hamas, dispararon contra un parada en la que participaban decenas de miles de miembros de Al Fatah.
En Jabalia seguían los choques cerca de la madrugada.
En la mañana, otros dos civiles, un escolar y un anciano, resultaron heridos en el campo de refugiados de El Bureich al quedar en medio de un tiroteo.
En la noche del sábado resultaron heridos 18 palestinos en enfrentamientos entre milicianos de Hamas y Al Fatah.
Pulseada política
La situación en la Franja de Gaza se deterioró de manera alarmante después de que el presidente Abbas anunciara el sábado la convocatoria de elecciones anticipadas, lo que Hamas considera un intento de derrocar a su gobierno.
En sus primeras declaraciones después del anuncio de Abbas, el primer ministro Haniye, tachó de inconstitucional la convocatoria a elecciones legislativas y presidenciales anticipadas.