Cómo la OTAN rodea a Rusia
Algunos políticos estaban seguros de que la disolución de la URSS —la amenaza principal para los países occidentales— acarrearía el fin de la OTAN. No obstante, estas estimaciones resultaron muy lejanas de la verdad, escribe el medio italiano Gli Occhi della Guerra.
En el momento de la caída del muro de Berlín, la Alianza contaba con 16 miembros. No obstante, en 2004 su número ya alcanzó los 26. Así, en menos de 20 años, la OTAN absorbió a toda Europa, expandiéndose hacia el este, prosigue el medio.
El año 2004 se convirtió en el punto clave para la comprensión de las relaciones entre Rusia y la Alianza, la cual incorporó un grupo de nuevos miembros que habían pertenecido al bloque socialista. De esta manera, la OTAN logró "límitar aún más la esfera de influencia de Rusia".
Por el momento, numerosas bases militares ubicadas en los países miembros de la OTAN pueden considerarse estructuras de la Alianza. Así, Italia cuenta con siete bases situadas por todo el país, incluida la capital
Otro ejemplo de la "expansión progresiva de las estructuras de la Alianza" son las repúblicas bálticas. Al integrarse en la OTAN, Letonia, Lituania y Estonia le ofrecieron ocho de sus estructuras destinadas a fines distintos como almacenes o centros de formación.
Según el medio, otro ejemplo de la creciente expansión de la Alianza es Grecia. "Destruida por la crisis económica", el país ha mantenido un alto nivel de los gastos de defensa y tres de sus estructuras militares se encuentran a disposición de la OTAN.
Además, tras un análisis interno se descubrió que solo cinco países miembros invierten en la defensa más del 2% de su PIB —el límite establecido en la cumbres de la OTAN.
El presidente electo de EEUU, Donald Trump, afirmó en más de una ocasión que Washington dejaría de proporcionar apoyo a aquellos países que invierten menos de lo que deben.
A pesar de que un 70% del presupuesto de la OTAN está a cargo de EEUU, la Alianza es la organización militar más poderosa del mundo, continúa el autor, Así, según datos oficiales, cuenta con 3.48 millones de militares, mientras Rusia tiene 771 mil. Asimismo, la OTAN dispone de 10.000 tanques (2.600 en el Ejército ruso), 3.800 aviones militares (contra 1.200) y un flota que cuenta con 13 portaaviones contra un portaaviones ruso. No obstante, prosigue, esta superioridad es discutible y se destaca solo en papel.
Así, es poco probable que la OTAN sea capaz de actuar con rapidez en caso de una guerra hipotética en el frente oriental de la Alianza. Según los expertos del centro de investigación estadounidense RAND, Rusia podría conquistar las ciudades bálticas de Riga y Tallinn en poco más de 60 horas debido a la incapacidad de "las fuerzas armadas locales y las fuerzas de la OTAN "para detener a Moscú".
Aunque los gastos de defensa se mantienen al mismo nivel, la Alianza sigue participando en "varios escenarios dictados por EEUU": así las tropas de la OTAN están involucradas en 6 operaciones por todo el mundo —desde Afganistán hasta Kosovo—. Sin embargo, "la cuestión más delicada" son los países bálticos, los cuales "se dedican a la protección y el control del espacio aéreo en caso de posibles violaciones de la frontera por parte de Rusia". Por el momento, la OTAN ha concentrado en la región tropas alemanas y francesas, que reemplazan a las británicas y portuguesas, algo que "ha causado un montón de problemas con Rusia que ha acusado a la Alianza de crear una situación de conflicto".
Sin embargo, la escalada de las tensiones en la región ha causado discrepancias geopolíticas, tales como un aumento significativo de las maniobras llevadas a cabo por la Alianza. Así, el 6 de junio de 2015 en Polonia se inició la operación Anaconda-16, en la cual participaron más de 30.000 personas de 24 países, incluidos Georgia y Ucrania.
Según el autor, la operación tenía al menos tres objetivos. Primeramente, poner a prueba las capacidades de las tropas aliadas en Europa central y oriental. En segundo lugar, "intentar calmar a Polonia y los países vecinos tras la crisis política en Ucrania. Y, por fin, "enviar un mensaje a Moscú".
La caída de gobiernos comunistas tuvo "consecuencias paradójicas", causando una expansión excesiva de la OTAN y la militarización de este territorio, concluye el autor. Moscú, por su parte, intentó en reiteradas ocasiones llegar a un acuerdo por medios diplomáticos, pero sus llamadas no fueron escuchadas. Como resultado, la propia Rusia se ve obligada a desplegar sus tropas y armas en la región. De esta manera, "las partes han vuelto al punto donde comenzó la confrontación y están creando un nuevo telón de acero".
Mientras tanto, el presidente de Rusia, Vladímir Putin, ha expresado en varias ocasiones su sorpresa respecto a las preocupaciones de los países de Occidente sobre las acciones rusas y señaló que Rusia no representa una amenaza para nadie.
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