Relaciones:Venezuela - Colombia

Caballero Negro

Colaborador
A pesar de que finalmente se solucionó por la vía diplomática, la invasión durante 48 horas de militares venezolanos en territorio colombiano en cercanías del municipio de Arauquita, originó un duro choque entre el presidente Juan Manuel Santos y Nicolás Maduro.

BLU Radio conoció a través de fuentes diplomáticas que el tema fue tan delicado que incluso llevó al Presidente Santos a dedicar la mañana de este jueves a llamar a los gobiernos de los países más influyentes de la región, incluyendo Estados Unidos, para advertirles que Colombia no iba a tolerar esta incursión y que iba a exigir con un plazo incluido, la salida de los 60 uniformados venezolanos de territorio colombiano.

Desde que se enteró de esta situación, el presidente Santos estuvo minuto a minuto haciendo seguimiento de lo que sucedió en Arauquita, y tomó en la madrugada de este jueves la decisión de cancelar su visita a Montelíbano, Córdoba, para concentrarse con la Canciller María Ángela Holguín, el Ministro de Defensa Luis Carlos Villegas y todos los mandos militares, en resolver la crisis.

Así fue el desmonte de la bandera venezolana en territorio colombiano | Blu Radio


Durante la mañana de este jueves, el presidente ordenó a las Fuerzas Militares que se movilizaran hacia el sitio en el que estaban los 60 soldados venezolanos invadiendo territorio colombiano en Arauquita y les pidió que coparan el espacio.

Luego, el presidente Santos llamó al presidente Nicolás Maduro, con quien sostuvo una conversación muy dura, en la que le reclamó por lo que estaba sucediendo.

La tensión en la llamada llegó a tal punto que Nicolás Maduro argumentó que el sitio en el que estaba la patrulla de 60 integrantes de la FANB estaba en territorio venezolano, aunque posteriormente aceptó el retiro de las tropas.

Finalmente, en la misma conversación, el presidente Nicolás Maduro le reclamó muy duramente al presidente Santos por la posición de Colombia en la OEA, en donde nuestro país ha pedido elecciones y soluciones democráticas a la crisis interna en Venezuela.

fuente: http://www.bluradio.com/nacion/alta...rsion-de-ejercito-venezolano-en-arauca-135301
 

Caballero Negro

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Comunicado: Venezuela realiza despliegue cotidiano de combate al paramilitarismo colombiano y resguardo de su territorio en la frontera

Caracas, 23 de marzo de 2017.- “Venezuela rechaza todas las versiones y especies que pretenden presentar una visión distorsionada del incidente originado con el gobierno colombiano, en razón del patrullaje cotidiano que mantienen nuestras autoridades en territorio venezolano, fronterizo con Colombia”, señaló la Canciller de la República Bolivariana, Delcy Rodríguez.

Desde Miraflores, donde leyó un Comunicado que refuta el intento de manipulación mediática registrado este jueves tras la reacción del gobierno de Juan Manuel Santos por la presencia de tropas venezolanas en el límite fronterizo, la alta funcionaria diplomática advirtió que la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB) realiza un despliegue permanente de operaciones de vigilancia, resguardo y protección de la frontera, a fin de combatir las graves amenazas a la paz y estabilidad de Venezuela, que representan el paramilitarismo colombiano, las bandas criminales del delito transnacional y en particular el nacotráfico y contrabando de extracción.

“Ante la falsaría que pretende promover la confrontación entre países hermanos, aprovechamos la ocasión para repudiar las permanentes ofensas, amenazas y agresiones económicas, diplomáticas, políticas, comerciales y financieras de la oligarquía colombiana contra Venezuela”.

Reiteró que Venezuela es víctima de las conspiraciones y provocaciones permanentes desde Colombia y de todas las formas de delito transnacional que amenazan el derecho a la paz, el desarrollo y la integridad territorial de la cuna de Simón Bolívar, Libertador de ambos pueblos hermanos.

Sobre la zona ubicada en el río Arauca, que originó el reclamo colombiano, Delcy Rodríguez recordó que esta área es susceptible de alteraciones producto de cambios climatológicos. Y cuando se han presentado discusiones derivadas de este hecho, se activan mecanismos diplomáticos de ambos países, a través de una comisión técnica-diplomática para dilucidar las coordenadas previamente establecidas.

Advirtió la importancia de hacer notar que en esta área en particular, el cauce fluvial se modifica constantemente producto de la crecida del río. “Ya en el pasado, por las difíciles condiciones del terreno y características del espacio acuático, se han presentado diferencias de interpretación, las cuales han sido atendidas, y deben ser atendidas siempre por la vía diplomática”.

Informó que, en consecuencia, en las próximas horas se reunirán los equipos técnicos-diplomáticos de ambos países para abordar el tema tal como ha ocurrido en anteriores oportunidades.

http://vtv.gob.ve/comunicado-venezu...-y-resguardo-de-su-territorio-en-la-frontera/
 

Caballero Negro

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Canciller califica presencia de militares en territorio colombiano como una "versión distorsionada"


Canciller, a responder en el Congreso por nueva violación de Venezuela a territorio colombiano


CRISIS COLOMBIA VENEZUELA


REACCIONES


CAMILO OSPINA ex-ministro de defensa

 
Es obvia la provocación, si de antemano tomamos en cuenta la hipótesis de que por las condiciones climáticas puede haber confusión, para que carajos mandar soldados a esa zona? Ahí solo quedaron mal ellos, tratando de tapar el sol con un dedo. Me refiero a la precaria situación venezolana.

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Caballero Negro

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MADRES FRONTERA

El diario estadounidense, The Wall Street Jornal, reveló una investigación según la cual, desde enero del año pasado, mil mujeres venezolanas en embarazo han cruzado la frontera para dar a luz en Colombia

 

Caballero Negro

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Cerrar la frontera con Venezuela, pide gobernador de Arauca

Para Ricardo Alvarado, el incidente por la presencia de militares venezolanos en Arauquita es mínimo frente a lo que se vive a diario en el paso fronterizo. Si el vecino país cierra la frontera, Colombia debería hacer lo mismo, dice.


Ricardo Alvarado, gobernador de Arauca Foto: Archivo particular

La presencia de un campamento de militares venezolanos en Arauquita pareció ser la gota que rebosó la paciencia para el gobernador de Arauca, Ricardo Alvarado. Este viernes, cuando la controversia nada que se detiene, se atrevió a plantearle al gobierno nacional el cierre del paso fronterizo con Venezuela, por lo menos en los kilómetros que comprometen el departamento. Aunque la medida se advierte extrema, la justifica en la crítica situación económica de muchos habitantes.

Fueron más de 100 militares venezolanos en la ribera occidental del río Arauca y a pesar de las explicaciones del Gobierno, Alvarado lanzó fuertes críticas al presidente Santos, pues considera que las medidas han sido muy blandas a pesar de las reiteradas violaciones a la línea fronteriza por parte de militares del vecino país.

“No es sólo la invasión del territorio, debemos preguntarnos qué hay detrás de ese tipo de hechos. El desembarco de unos militares no es una cosa improvisada, esto venía con un objetivo claro y hay que preguntarnos cuál era ese objetivo”, dijo el gobernador.

Alvarado aseguró que incidentes suceden todos los días en la frontera, pero lo que no se justifica son las acciones que rompen la vía diplomática. Además recordó que el río Arauca es controlado por irregulares y contrabando, situación que se fortalece en la frontera ante la débil presencia estatal. Por eso, pidió al del presidente Santos controlar la situación de la misma manera que lo hace el país venezolano.

“He dicho al gobierno nacional nuevamente que no podemos permitir que el gobierno venezolano tenga cerrada la frontera y que el gobierno colombiano la mantenga abierta. La tranquilidad de un campesino y de una persona que está detrás de la frontera, que tenía sus matas de plátano y que en este momento reclama quién le va a pagar, es más importante porque el Estado tiene que ser garante de los derechos de las personas”.

Más allá de la situación con los militares venezolanos, el gobernador denuncia que la tensión fronteriza ha generado la entrada de ganado ilegal que ha afectado a la economía de los araucanos: “el queso de Venezuela atraviesa la frontera e inunda el mercado de los araucanos. También la carne que llega en gran mayoría en condiciones irregulares y antihigiénicas. La economía irregular se está tomando el departamento”.

Por eso el gobernador le solicitó control a todas estas situaciones que se han venido presentando en los 296 kilómetros de frontera entre Colombia y Venezuela marcados por el Río Arauca.

“Le insisto al gobierno nacional que haga control territorial. No podemos permitir que el gobierno venezolano controle la entrada a mi casa. Ni el campesino colombiano ni el venezolano de a pie, que comparten nuestros intereses y nuestros apellidos tienen la culpa”.

Fuente: http://www.semana.com/nacion/articu...errar-la-frontera-colombia-y-venezuela/519540
 

Caballero Negro

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Soldados venezolanos salieron, pero Caracas sigue reclamando soberanía
La Cancillería de Venezuela dice que cambio en el cauce del río Arauca le da derecho sobre el lugar.


A pesar de la salida el pasado jueves de los militares venezolanos que habían instalado un campamento en la vereda Bocas del Jujú, en Arauquita (Arauca), el gobierno de Venezuela sigue reclamando como propio ese lugar.

Comisiones de los dos gobiernos se reunieron el viernes por varias horas en el lugar para revisar la línea fronteriza.

Los miembros del equipo colombiano se ratificaron ante los venezolanos en lo afirmado por el presidente Juan Manuel Santos el jueves, en diálogo con su colega Nicolás Maduro: que el lugar ocupado por los 60 soldados venezolanos es territorio colombiano.

Desde el pasado lunes, cerca de 60 militares venezolanos llegaron a esa zona del territorio colombiano, instalaron un campamento e izaron su bandera, alegando estar ejerciendo soberanía en atención a “órdenes superiores”.

El incidente se solucionó parcialmente el pasado jueves con la salida de los uniformados, luego de una fuerte conversación sostenida entre el presidente Juan Manuel Santos y su homólogo Nicolás Maduro.

Aunque Maduro tuvo que ordenar la salida de sus tropas de territorio colombiano ante la categórica exigencia del presidente Santos, la Cancillería de ese país insiste en que un cambio en el cauce del río Arauca le da derecho a Venezuela para reclamar soberanía sobre esa área.

“En esta área en particular, el cauce fluvial se modifica constantemente producto de la crecida del río (Arauca)”, dijo la canciller venezolana, Delcy Rodríguez.

Colombia respondió citando el Tratado de Demarcación de Fronteras y Navegación de los ríos comunes, firmado en abril de 1941.

En ese documento se fija que el “río Arauca traza un límite natural” entre los dos países.

También se señala que parte del trazado fronterizo entre Colombia y Venezuela “recorre el río Arauca hasta el sitio conocido como Montañitas, de donde se traza una recta hasta la Isla Culebra en el Meta”.

El gobernador de Arauca, Ricardo Alvarado, terció en la discusión y aseguró que la presencia de soldados venezolanos en territorio colombiano “no fue algo improvisado, sino que esto venía con un objetivo claro y hay que preguntarnos cuál fue ese objetivo”.

Las autoridades militares colombianas siguen alerta en la zona.

POLÍTICA

Fuente: http://www.eltiempo.com/politica/gobierno/venezuela-reclama-soberania-sobre-tierra-en-arauca-71286
 
Estimados


Lei en otro foro, que incluso los Militares Colombianos tuvieron que darle alimento a sus pares Venezolanos al momento que estos tuvieron que retirarse, al parecer la logistica del ejercito Venezolano no funcina tampoco.-

Saludos::)
 

Caballero Negro

Colaborador
Algunos pormenores sobre el abuso de los militares venezolanos que trae una columna de la revista semana:

Al mismo tiempo, 400 soldados adscritos a la Brigada 18 se movilizaron hacia la región, varios aviones hicieron sobrevuelos y otras unidades realizaron maniobras de inteligencia.

En Arauca, el comandante de la Brigada 18 estaba en contacto con su par, el comandante del Ejército en el estado Apure. Este último le informó en la noche del miércoles que el coronel a cargo de las tropas en el río Arauca había decidido levantar el campamento y moverse hacia territorio claramente venezolano para evitar incidentes. Sin embargo, esa misma tarde ocurrió todo lo contrario. Al amanecer del jueves, había más tropa bolivariana en el lugar y, según dijeron a los colombianos, habían recibido órdenes de Caracas de permanecer allí.

Ese jueves amaneció lloviendo a cántaros y el jefe de Soberanía y el contraalmirante Flórez decidieron viajar por carretera hasta el sitio invadido. La comisión enviada desde Caracas, en cambio, nunca llegó pues el mal clima les impidió arribar en helicóptero. La de Colombia comprobó hacia media mañana que el lugar donde ondeaba la bandera venezolana era territorio colombiano. No había ni islas ni brazos que dieran lugar a confusión. Cuando Montenegro llamó a la Casa de Nariño ya el presidente Santos estaba reunido con la canciller Holguín, el ministro de Defensa y la cúpula militar en una jornada que duró más de cinco horas. Todos escucharon por el altavoz cuando Montenegro dijo: “No hay ninguna duda. Es territorio colombiano”.

La conversación entre ambos presidentes y la subsiguiente salida de las tropas le ha costado duros cuestionamientos de quienes en los círculos radicales de Caracas creen que debió pelear por una redefinición de los límites en Arauca. “Hay cierta molestia de este lado de que el gobierno ni siquiera haya esperado para determinar conjuntamente dónde está la frontera, sino que prácticamente Santos mandó a sacar a los militares y Maduro obedeció”, dice Philip Gunson, analista sénior del International Crisis Group para el área andina. “Esto es una humillación para Venezuela”, agrega.

La segunda hipótesis es que esta fue una jugada de los militares venezolanos, que por tradición han tenido un papel crucial en las relaciones internacionales de ese país. No cabe duda de que el límite entre Colombia y Venezuela es el río Arauca. Así está definido desde hace casi dos siglos. Ahora, el río cambia. Eso es una realidad. Lo que no ha cambiado es el tratado ni la definición de la frontera.

En 1931 existían cuatro islas, y una comisión binacional decidió que se le asignarían dos a Colombia y dos a Venezuela. Esas islas han desaparecido parcialmente, se han fragmentado y algunas se han adherido a las riberas de un lado y de otro. Por eso Venezuela arguyó que los militares estaban en una isla, en el entendido de que es un terreno que se pegó a Colombia, pero que sigue siendo suyo. Algo que suena absurdo en el derecho internacional y que de ninguna manera modifica el tratado fronterizo, según el cual el río, con islas o sin ellas, marca el límite entre ambos países.

Para muchos observadores no deja de ser preocupante que una tropa pequeña, que está patrullando un río, de repente ice la bandera de su país en un campamento de paso. Ese gesto ha llamado la atención y da pie a interpretar que se pueden combinar las dos hipótesis: la de los militares venezolanos de volver sobre el tema de los límites, y la del gobierno de Caracas de encontrar algún pretexto para cambiar la ecuación política frente a la crisis doméstica, donde ha perdido espacios tan importantes como la mayoría en la Asamblea Nacional, o en el terreno internacional, donde está a punto de salir del club de las democracias por cuenta de sus eventuales incumplimientos a los principios de la OEA.

En el mundo entero se presentan este tipo de problemas con los ríos límitrofes. Pero a nadie se le había ocurrido hasta ahora mandar tropas y plantar la bandera antes de entablar un diálogo razonable sobre una realidad sin duda compleja. Para el excanciller Julio Londoño ese es el paso que sigue. Porque, según él mismo señala, desde hace 40 años hay discusiones sobre estas islas, y seguramente van a continuar.

Está prevista una reunión binacional para hablar de este tema pero aún no están claros los alcances de la misma, ni si Venezuela aspira a que se redefinan los límites.

El problema, además, es que los incidentes en el río Arauca son frecuentes pues ambos países pueden usar su cauce en operaciones, especialmente contra el contrabando. A eso se suma que de ambos lados operan grupos armados, tanto guerrillas colombianas como grupos de autodefensa bolivariana en Venezuela. En el vecino país, la crisis política e institucional se siente en forma de desgreño en algunas regiones como Apure. Y del lado colombiano, es conocida la dificultad del Estado para controlar su territorio. Esto le da una particular porosidad a la frontera, y exige un diálogo más refinado entre los representantes de ambos países.

El asunto es que con el deterioro tan dramático de la situación política, económica y social de Venezuela, cualquier incidente de soberanía con Colombia, que encienda la llama nacionalista allá, ofrece al gobierno de Caracas una oportunidad para cohesionar un país fragmentado que se está desmoronando. Dadas las diferencias históricas sobre el tema limítrofe, cualquier incidente o escaramuza puede ser un fósforo al aire en un ambiente cargado que podría llegar a ser explosivo.

Fuente: http://www.semana.com/nacion/articu...ada-de-soldados-venezolanos-a-colombia/519667
 

El-comechingón

Fanático del Asado
Estimados


Lei en otro foro, que incluso los Militares Colombianos tuvieron que darle alimento a sus pares Venezolanos al momento que estos tuvieron que retirarse, al parecer la logistica del ejercito Venezolano no funcina tampoco.-

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Leí lo mismo, pero tenía mis dudas sobre la seriedad de la fuente.
 

Caballero Negro

Colaborador
El triste éxodo de los venezolanos a Colombia



Antonia Vizcaíno, caraqueña de 28 años, llegó hace tres meses a Barranquilla tras un largo viaje por tierra desde Caracas vía Maracaibo. Viajó prácticamente expulsada de su tierra por la falta de trabajo, la escasez de alimentos y la depreciación del bolívar. Vive con su novio en un apartamento de 50 metros, en el barrio popular El Bosque, que comparten con otra pareja y dos muchachos paisanos que venden ropa y compran dólares para revenderlos en Venezuela.

Antonia comenzó a trabajar en un restaurante por 30.000 pesos diarios que, con las propinas, suman alrededor de 1 millón de pesos mensuales, mucho más de lo que ganaría en su país donde el mínimo con subsidios no llega a los 160.000 pesos. Cada semana les envía a sus padres 70.000 pesos para sostener a su hija que se quedó con ellos en Caracas y que no dudaría en traer a La Arenosa si tuviese papeles de residencia colombiana.

Nadie sabe a ciencia cierta cuántos venezolanos como Antonia hay en el país. Migración Colombia, entidad encargada de manejar a los extranjeros, cuenta 1.512.000 turistas y venezolanos que entraron legalmente y 55.000 residentes entre 2012 y 2016. Eso sin contar las 55.000 personas que a diario circulan en las zonas de frontera, especialmente en Cúcuta. Sin embargo, Daniel Pages, presidente de la Asociación de Venezolanos en Colombia, estima que entre legales e ilegales hay más de 1.200.000 de ellos que residen en el país.



Lo cierto es que el acento se siente en las esquinas, en los restaurantes, en los almacenes de cadena, en los buses, peluquerías, bares y hasta casas de lenocinio. Lo que muchos desconocen es que la mayoría de los ‘venecos’, que están arribando por miles en el último año, especialmente al Caribe y a Bogotá o Medellín, son en realidad colombianos o sus hijos que emigraron al hermano país en los años setenta atraídos por la riqueza petrolera, o en los años noventa como refugio de la guerra o atraídos por los beneficios de la revolución chavista. Según estudios, cerca de 1 millón de nacionales emigraron a Venezuela durante los últimos 40 años. Aunque el gobierno del vecino país estima que fueron más de 4 millones.

Cifras oficiales muestran que mientras en 2012 llegaron a Colombia 251.475 personas procedentes de Venezuela, en 2015 lo hicieron 378.965. La mitad arribó a Bogotá y los demás a Medellín Cartagena, Barranquilla y Bucaramanga, entre otras ciudades. Si bien la mayoría regresó, a medida que la crisis se ha agudizado, también se están empezando a quedar. En 2012 se quedaron 13.500 y en 2016 la cifra llegó a 67.700. También se han duplicado las solicitudes de cédulas de extranjería, que han pasado de 7.153 en 2012 a 15.523 en 2016.

Detrás del retorno de estos ‘colombo-venezolanos’ es evidente una creciente migración que viene a buscar los bienes y servicios inexistentes en el vecino país, a trabajar cortos periodos o a quedarse definitivamente. La mayoría usa las trochas para cruzar la frontera, sobornando a la Guardia para que no sellen sus pasaportes, y así evitar que en sus documentos queden las huellas de su paso. Chistian Krüger, director de Migración Colombia, advierte que con la migración ilegal sucede algo parecido que con el tráfico de drogas: se conoce el número de toneladas de estupefacientes incautadas, pero es difícil conocer cuánto salió en realidad.
Regreso del éxodo

Y es aún más difícil estimar la cifra de compatriotas que están retornando, ya que al ser colombianos no realizan mayores trámites para ingresar al país. El indicador más cercano es el registro de menores de edad. Solo en la Oficina de Notariado y Registro del centro de Barranquilla se registraron 350 niños en diciembre, 333 en enero y 833 en febrero.

En los municipios del Atlántico se suman más de 12.000 repatriados solo en lo corrido de este año. Pero según Guillermo Polo, secretario de Gobierno del Atlántico, la cifra de registrados para acceder a salud, educación o al Sisbén supera los 22.300. Cálculos muestran que a Soledad retornaron 5.000 personas; a Manatí, 4.300; a Sabanalarga, 2.500; a Ponedera, 1.500; a Santa Lucía, 450; a Campo de la Cruz, 2.500; y a Candelaria; 1.500. La mayoría son municipios afectados por la inundación del Canal del Dique en 2010.

Los alcaldes asocian el regreso con el hacinamiento. La alcaldesa de Manatí estima que en su municipio puede haber más de 4.000 nuevos habitantes, entre colombianos que eran residentes en Venezuela, sus hijos o familias binacionales. En una casa en la que vivían cinco personas, hoy hay 15. Y el problema más acuciante para las autoridades locales es que con los mismos presupuestos del sistema general de participación en salud y educación deben atender más gente o incluir en los planes de vivienda a personas recién llegadas.



El gobernador del Atlántico, Eduardo Verano, dijo a SEMANA que la dinámica entre Colombia y Venezuela ha estado signada por los flujos migratorios: “Cuando los colombianos llegaban al Zulia eran bien recibidos, y ahora debemos corresponderles recibiéndolos bien y vincularlos a nuestros programas sociales porque la mayoría son colombianos o son sus hijos”.

Históricamente, Venezuela era un país de inmigrantes, pero el “socialismo del siglo XXI” modificó la dinámica migratoria. Todo comenzó en 2002, cuando los trabajadores de la empresa Petróleos de Venezuela (Pdvsa) detuvieron la producción para exigir la renuncia del presidente Hugo Chávez. Tras pérdidas de más de 10.000 millones de dólares, Chávez despidió en forma fulminante a 18.000 empleados. Así comenzó la primera diáspora de venezolanos hacia Colombia. Fue una fuga de cerebros, ingenieros de petróleo y geofísicos que llegaron para impulsar la economía con empresas como Pacific Rubiales, Alange y Vectra. El boom petrolero que Colombia le había envidiado a Venezuela durante décadas por fin había llegado.

Entre 2011 y 2012 arribó la segunda oleada de venezolanos a Colombia. Fue el turno de la ‘burguesía antichavista’. Representantes del arte, la música, la farándula y la gastronomía dispararon la venta de finca raíz en las principales ciudades colombianas y aportaron al crecimiento del sector terciario. En contraste con las anteriores, los ciudadanos del común que buscan sacarle el quite a la crisis económica protagonizan la tercera oleada.
Fronteras abiertas

Desde que el presidente Nicolás Maduro abrió la frontera el 13 de agosto de 2016, diariamente entran y salen 55.000 venezolanos por los siete puntos de control que tiene Migración Colombia. Por lo general vienen a comprar productos escasos allá, a visitar a sus familiares o a trabajar de forma irregular. El viernes entran más venezolanos que los que salen y el domingo o el lunes en la mañana sucede lo contrario. Desafortunadamente esta cifra no se puede contrastar con otros años, ya que antes del cierre de la frontera en agosto de 2015 el tránsito era libre y no tenía mayor control.

Según Migración Colombia, este fuerte movimiento fronterizo viene acompañado de un fenómeno de migración interna en Venezuela, donde muchas personas se trasladan a las zonas fronterizas, toman propiedades en arriendo y una vez instalados vienen a Colombia a trabajar por 15 o 20 días, principalmente en construcción o en lugares de entretenimiento nocturno, para luego regresar. Lo hacen para recoger en ese tiempo varias veces el equivalente al salario mínimo de ese país.



Ante esta situación, la entidad puso en marcha una tarjeta de tránsito fronterizo para los venezolanos que busca agilizar su paso en la frontera y regular el flujo en ambos sentidos. También han aumentado los operativos para detectar extranjeros que violen las leyes migratorias y sancionar a las empresas que contraten venezolanos irregularmente. Krüger aclaró que estos operativos no son una persecución contra los venezolanos, y que el gobierno no los estigmatiza, sino que, como autoridad migratoria, tiene que hacer cumplir la legislación. Además afirma que los operativos también buscan proteger a los ciudadanos del país vecino “que por estar sin los papeles en regla reciben maltratos y les violan derechos, como un sueldo bien remunerado y acceso a seguridad social”.
Latoneros y empresarios

No es igual llegar al país como colombiano repatriado que como venezolano. A estos últimos, que ya no son inmigrantes con plata, empresarios o profesionales, les toca vivir en la clandestinidad porque entran sin pasaporte, y conseguir trabajos de baja remuneración y sin seguridad social. Esta nueva avalancha empezó a ser evidente hace dos años cuando comenzaron a verse en las calles de Maicao y Riohacha venezolanas trabajando en la prostitución.

Sari, de 28 años, nacida en Maracaibo, hace unas semanas tomó una decisión que cambió el rumbo de su vida. Relacionista pública desempleada hace cinco años y asfixiada por la escasez y los lujos perdidos con la revolución, se despidió de su hija de 4 años, cruzó la frontera por una trocha y aterrizó finalmente en el centro de Bogotá. Una amiga le había dicho que en Colombia como prostituta le pagarían bien. Así, comenzó a trabajar en uno de los clubes para adultos más reconocidos de la Avenida Caracas con calle 22.

Las autoridades no se aventuran a dar un número exacto de venezolanas que vinieron a probar suerte en oficios sexuales, porque además aparecen en las ciudades menos pensadas. A un kilómetro de Tunja, en la vía hacia el frío pueblo de Cómbita, Boyacá, el año pasado llegó una inusitada ola de bonitas jóvenes foráneas, a quienes les fue difícil pasar inadvertidas. Tras el éxito intempestivo que comenzó a tener el bar Champagne Las Vegas, la comunidad llamó a la Policía, que irrumpió en el establecimiento y encontró 39 venezolanas y una peruana, todas indocumentadas. El director de Migración Colombia afirma que muchas de estas chicas entran como turistas por los puestos de control o por las trochas: “Hay que deportarlas, no por ejercer la prostitución, sino por estar de manera irregular en Colombia. Es un drama humano”.

En el rebusque hay toda clase de oficios. Desesperado por la situación económica, Jonathan Montoya decidió renunciar a su trabajo de recaudador de impuestos en la Alcaldía de Barinas. Pero las cosas no han sido fáciles en Bogotá. Luego de trabajar por 15 años en el sector público, este seguidor chavista solo ha podido hacerlo en una discoteca, en la que le pagan 20.000 pesos por turno, a pesar de tener los documentos en regla y ser profesional en Educación Integral. “A algunas personas de acá no les gusta contratar venezolanos. Otros piensan que nos estamos muriendo de hambre y por eso nos pagan la mitad de lo legal”, sostiene.

Por su lado, Natacha Vidal ingresó de forma irregular por Saravena. Trabaja 12 horas diarias como manicurista en una peluquería del sur de Bogotá y gana por lo general entre 25.000 y 45.000 pesos diarios. “La situación aquí está un poco mejor que en Venezuela, pero nos tratan un poco duro por ser de otro país y el acceso a la salud es nulo”. El barrio capitalino de Cedritos es una de las zonas en las que viven más venezolanos profesionales. “Nos toca trabajar igual o más duro, pero al menos podemos vivir decentemente”, dice Laura, una profesora de spinning que dicta seis clases diarias en varios gimnasios.

Hay tantas historias como caras de este fenómeno. Juan Carlos Moreno, de 27 años, es hijo de colombianos, pero no tiene pasaporte ni ha podido registrarse, lo que lo convierte en un venezolano ilegal. Gana entre 20.000 y 30.000 pesos como latonero y logra enviarles 300.000 pesos al mes a su esposa e hijos. “El problema allá no es tener plata para comprar, sino no tener nada qué comprar. Un paquete de harina pan cuesta 25.000 bolívares y no dura la semana, un kilo de arroz vale 5.000 y un kilo de carne 7.000 pesos. Lo peor es hacer cola casi todo el día para conseguir la comida. Da hasta rabia ver un supermercado acá”, cuenta.

Pero a Barranquilla también han llegado empresarios venezolanos o con doble nacionalidad a montar sus propios negocios. Carlos Ramos López, propietario del restaurante Reina Pepiada, nacido en Venezuela de padres colombianos, estudió medicina en una universidad de Barranquilla, pero en enero pasado montó un negocio de comida típica porque había mucho venezolano en la ciudad. El día de la apertura no dieron abasto. La carta solo ofrece arepas y el lugar se llama así en homenaje a Susana Duijm, la primera Miss Mundo venezolana que ganó en 1955 con sus curvas pronunciadas, es decir, ‘pepiadas’. En esa arepería se reúnen los emigrantes de ese país, que ven a la Colombia del posconflicto como un buen vividero lleno de oportunidades.



Vivir mejor que en su país tiene a Antonia Vizcaíno contenta en Barranquilla, a pesar de estar separada de su hija y sus padres. Nunca se le ocurrió vivir algún día en Colombia, por la violencia, pero la vida es una ruleta. Se mueve en un círculo de 30 amigos venezolanos, que trabajan en construcción, mecánica, comercio, servicio, cocina. Pese a su nueva vida, los venezolanos ilegales en Colombia tratan de no tomarse fotos o publicarlas ni hablar mal del gobierno porque les puede salir caro cuando regresen. Lo único que Antonia quiere, como miles de repatriados y compatriotas, es poder trabajar y ganar dinero para, al menos, comer bien. Cuando le preguntan si ve una luz al final del túnel, solo dice: “Solo la veremos cuando Maduro se vaya”.

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El gobierno debe ayudar a los migrantes

Daniel Pages, presidente de la Asociación de Venezolanos en Colombia, habla de lo difícil que es comenzar una vida como inmigrante en el país.
SEMANA: ¿Por qué crearon esta asociación?
DANIEL PAGES:
La asociación nació hace cinco años de la mano de un grupo de venezolanos que decidimos emigrar a Colombia y vimos la cantidad de trámites y barreras que hay para que un extranjero pueda vivir en este país. Y porque vimos que cada vez más y más compatriotas van a dejar Venezuela por lo que está pasando. Hoy tenemos más de 15.000 venezolanos registrados a los que asesoramos.
SEMANA: ¿Cuáles son las consultas más comunes?

D.P.: Estabilización legal de las personas en Colombia y cómo enfrentar las medidas crecientes que complican la llegada de venezolanos. Por ejemplo, la visa pasó de 150 a 250 dólares, que para nosotros es un exabrupto porque le implica sacar dos sueldos mínimos. Entonces uno dice: ¿con base en qué están sacando eso? ¿Están buscando solamente gente con dinero? Yo creo que un país se construye con profesionales, con gente que venga a construir, que venga a apoyar el mercado, no con gente solo con plata.

SEMANA: ¿Qué cifras manejan de venezolanos en Colombia?

D.P.: Extraoficialmente, puedo decir que aproximadamente hay 1.200.000 venezolanos en Colombia.
SEMANA: Frente al tema laboral, ¿cómo les va?

D.P.: El tema laboral aquí en Colombia no es fácil, la situación económica no es la mejor pero hay empleo, hay oportunidades y hay desarrollo con el que las personas pueden sobrevivir. He conocido gente que a la semana consigue trabajo y otra que al año sigue sin nada. El problema es que muchos están empezando de cero.

SEMANA: ¿Qué es lo que más le preocupa?

D.P.: La disposición del gobierno colombiano para apoyar a esta migración. Solicitamos que la integren en la economía nacional. Eso genera que empiecen a pagar salud, impuestos, y eso le conviene a este país.
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Un destino para nacer

Desde febrero del año pasado el Departamento de Salud de Cartagena (Dadis) viene advirtiendo por el creciente arribo de mujeres embarazadas del vecino país que están llegando a tener sus hijos en la ciudad, frente a la precariedad que viven los hospitales del vecino país.

El año pasado, el sistema autorizó atender a 19 gestantes, mientras que en enero y febrero de 2017 ya van 76, según cifras de la entidad. La mayoría de las mujeres no han tenido ni un solo control prenatal debido a la crisis en su país, lo que hace que muchas requieran servicios de alto costo.

De igual forma, cada vez más personas están llegando para buscar atención. El año pasado se trataron 296 personas y 88 en los dos primeros meses de 2017. Entre ellos hay personas con cáncer, VIH y enfermos renales crónicos. Ese mismo fenómeno ya aparece en Cúcuta. La situación no es fácil, pues estos municipios deben destinar a los foráneos recursos que deberían llegar a los colombianos más pobres.El ministro de Salud, Alejandro Gaviria, le dijo a SEMANA que muchos hospitales de la costa están reportando este fenómeno, lo que sin duda amerita discutir la forma como se debe financiar, pues en muchos casos los pacientes venezolanos llegan a urgencias o en estado crítico y no se les puede negar el servicio.

Fuente: http://www.semana.com/nacion/articulo/venezolanos-en-colombia-y-colombianos-repatriados/519657
 

Caballero Negro

Colaborador
Para mi, este es el único analista que le ha pegado al perro:

Jhon Marulanda, coronel de la Reserva Activa colombiana, hablando sobre la violación del territorio colombiano por parte de guardias venezolanos

http://www.lahoradelaverdad.com.co/hace-noticia.html

Hace noticia en La Hora de la Verdad, Jhon Marulanda, coronel de la Reserva Activa colombiana y experto en seguridad, quien habló sobre la violación del territorio colombiano por parte de guardias venezolanos que llegaron a Arauquita, departamento de Arauca, y que permanecieron unos cinco días.

Marulanda explicó que este tipo de incidentes son frecuentes con Venezuela, además no es la primera vez que esto sucede en este departamento. Agregó que este tipo de incidentes siempre pasan con la Guardia Nacional venezolana, y muy poco con el Ejército Nacional Bolivariano; sin embargo, las carpa tipo pelotón que usaron daba la impresión de que sí se trataba de miembros del Ejército.

El coronel de la Reserva Activa afirmó que más allá de la llamada que se dio entre ambos presidentes, Santos y Maduro, no se conoce qué más pasó con el asunto, y recalcó que estos incidentes son frecuentes en esta frontera, lo único atípico es el contexto en que se mueven ambos países actualmente, “su situación es muy complicada. Abren el frente externo para agrupar el frente interno”.

Agregó que la situación no fue algo que se les ocurrió a estos militares venezolanos, sino que fue una orden de arriba. Dijo que había que esperar qué reacción hay para poder actuar; sin embargo, el poderío militar de Venezuela es mayor al de Colombia actualmente.

Para escuchar el audio hacer click en el enlace: http://www.lahoradelaverdad.com.co/...mbiano-por-parte-de-guardias-venezolanos.html
 
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