En el año 2002 el gobierno de Uganda adquirió tres helicópteros de ataque Mi-24 Hind para utilizarlos contra un grupo rebelde conocidos como el ejército de resistencia Lord’s (LRA) que se proponían tomar el control del país y cuya costumbre era capturar a niños de 12 años en adelante para convertirlos en soldados, no sin antes asesinar a sus padres y hermanas.
La ausencia de pilotos obligó al gobierno a contratar mercenarios para pilotar las máquinas. Uno de los contratados, un ruso cuyo nombre de fantasía es Viktor, hace poco tiempo ha publicado un libro donde relata sus misiones en Uganda y que permite conocer muy buenos detalles del Hind. Les dejo un resúmen y espero que lo disfruten.
La propuesta era simple, buenos dólares, casa, comida, sexo gratis y volar el Hind sin recibir mayores ordenes. Debíamos volar unas 50 horas mensuales y tratar de frenar al terrorífico LRA. Durante años volé el Cocodrilo (Hind) pero durante los últimos tiempos los ejercicios eran simulados por falta de dinero, pero en Uganda me cansé de apretar el gatillo hasta el hartazgo y encima me pagaban muy buen dinero.
Vimos poca acción pero de la buena. Los grupos de LRA avanzaban sin mayor equipamiento y caían como moscas ante cualquier defensa. Siempre me llamó la atención lo pequeños que eran, aunque un día luego de sobrevolar la primera línea me dí cuenta que eran niños de no más de 14 años que conformaban la línea de choque. Una locura.
El mayor enfrentamiento sucedió contra un ataque que duró casi dos días seguidos. Allí realicé varios ataques y probé todo el arsenal del Hind. Cuando comenzó el combate mi primer ataque lo hice con salvas de cohetes de 57 mm los cuales tienen un efecto devastador, pero para obtener buenos resultados hay que acercarse al blanco a unos 400 a.500 metros. A esa distancia no fallan y donde impactan nada queda en pie. Contra los rebeldes la ametralladora YakB es un arma muy útil aunque de un alcance corto ya que luego de los 400 metros pierde precisión. Desde esa distancia y hasta los 800 metros aproximadamente, el cañón de 23 es lo ideal, pero poco sirve contra rebeldes que no tienen ningún vehículo o algún blindado. Utilizar el cañón contra personas es un gasto de munición.
En la segunda misión me pedían eliminar mayor poder de fuego contra los rebeldes, y opté por cargar los cohetes S-8 de 80 milímetros. El combate terminó tras dos lanzamientos completos. Disparándolos desde unos 1.500 metros, el S-8 tiene casi el mismo efecto que una bomba ligera, no deja nada en pie. Según el recuento de las tropas de tierra, mis dos ataques con S-80 dejaron 54 muertos y varias docenas de heridos graves son severas mutilaciones. Es un arma del demonio diseñada para destruir vehículos pero que utilizados contra formaciones de tropas, su explosión y la proyección de las esquirlas la convierten en un arma antipersonal por excelencia.
Luego de éste gran combate, se vio poca acción. Cuando nos informaron de una formación de vehículos, simples camiones y camionetas; decidimos probar los misiles 9M (9M-114 ó AT-6). Muy efectivos no fueron, ya que contra los blancos en movimiento sólo se obtuvo un porcentaje de impacto del 50%, aunque contra los blancos fijos, llegamos al 80% .
Sobre la resistencia antiaérea, en un largo año de misiones, el sistema de alerta radar israelí que tenían instalados jamás se activaron. Sólo recibíamos fuego de armas ligeras y luego de cada misión podíamos contar los orificios con facilidad ya que casi todos los impactos eran en la cola y muy pocos en el fuselaje. Esto demostraba la inexperiencia de las tropas rebeldes ya que casi ninguno sabía que debía apuntar hacia delante del helicóptero para que una bala llegara al fuselaje. Conociendo la ausencia de actividad antiaérea, volamos tranquilos pero si hubieran conseguido algún misil, no dudo que alguno hubiera sido derribado ya que es un helicóptero muy gran y no adoptábamos ninguna táctica en especial, era ir apuntar volar a los rebeldes y luego dar vueltas por si las tropas de tierra requerían apoyo.
Sobre el Cocodrilo no hay mucho para decir. Firme, pesado, buena potencia pero un poco lento en las maniobras para los tipos de combate que enfrentamos. Por tratarse de un helicoptero de ataque, la visión del piloto y del armero es la misma que se tiene en un carro de combate. Más de los 180 grados frontales, es imposible saber qué sucede por detrás de ti. Tener siempre la espalda expuesta no es bueno. El armamento es bueno pero para que sea efectivo requiere estar frente a frente con el enemigo, y si el mismo tiene algún SAM o ametralladoras antiaéreas no hay muchas chances de no ser derribado. Requiere armas de mayor alcance para mantener una distancia de seguridad. Aún así puede absorber muchos impactos aunque ello depende de la puntería del enemigo ya que una sola bala en el lugar correcto sería suficiente para inutilizarlo.
Con el LRA derrotado, comenzamos a aburrirnos. Nos llamaron de otro lugar en Africa, pero yo realmente quería algo más pacífico que estar matando gente. Mis amigos consiguieron trabajo rápidamente, aunque no les fue muy bien. Uno fue apuñalado por acostarse con la amante de un coronel rwandés y el otro quedo para siempre en la selva cuando su Cocodrilo fue alcanzado por un misil. Sobrevivió a la caída pero quienes lo derribaron, en vez de auxiliarlo por sus heridas lo ejecutaron.
No es fácil defender un país que no es el de uno.
La ausencia de pilotos obligó al gobierno a contratar mercenarios para pilotar las máquinas. Uno de los contratados, un ruso cuyo nombre de fantasía es Viktor, hace poco tiempo ha publicado un libro donde relata sus misiones en Uganda y que permite conocer muy buenos detalles del Hind. Les dejo un resúmen y espero que lo disfruten.
La propuesta era simple, buenos dólares, casa, comida, sexo gratis y volar el Hind sin recibir mayores ordenes. Debíamos volar unas 50 horas mensuales y tratar de frenar al terrorífico LRA. Durante años volé el Cocodrilo (Hind) pero durante los últimos tiempos los ejercicios eran simulados por falta de dinero, pero en Uganda me cansé de apretar el gatillo hasta el hartazgo y encima me pagaban muy buen dinero.
Vimos poca acción pero de la buena. Los grupos de LRA avanzaban sin mayor equipamiento y caían como moscas ante cualquier defensa. Siempre me llamó la atención lo pequeños que eran, aunque un día luego de sobrevolar la primera línea me dí cuenta que eran niños de no más de 14 años que conformaban la línea de choque. Una locura.
El mayor enfrentamiento sucedió contra un ataque que duró casi dos días seguidos. Allí realicé varios ataques y probé todo el arsenal del Hind. Cuando comenzó el combate mi primer ataque lo hice con salvas de cohetes de 57 mm los cuales tienen un efecto devastador, pero para obtener buenos resultados hay que acercarse al blanco a unos 400 a.500 metros. A esa distancia no fallan y donde impactan nada queda en pie. Contra los rebeldes la ametralladora YakB es un arma muy útil aunque de un alcance corto ya que luego de los 400 metros pierde precisión. Desde esa distancia y hasta los 800 metros aproximadamente, el cañón de 23 es lo ideal, pero poco sirve contra rebeldes que no tienen ningún vehículo o algún blindado. Utilizar el cañón contra personas es un gasto de munición.
En la segunda misión me pedían eliminar mayor poder de fuego contra los rebeldes, y opté por cargar los cohetes S-8 de 80 milímetros. El combate terminó tras dos lanzamientos completos. Disparándolos desde unos 1.500 metros, el S-8 tiene casi el mismo efecto que una bomba ligera, no deja nada en pie. Según el recuento de las tropas de tierra, mis dos ataques con S-80 dejaron 54 muertos y varias docenas de heridos graves son severas mutilaciones. Es un arma del demonio diseñada para destruir vehículos pero que utilizados contra formaciones de tropas, su explosión y la proyección de las esquirlas la convierten en un arma antipersonal por excelencia.
Luego de éste gran combate, se vio poca acción. Cuando nos informaron de una formación de vehículos, simples camiones y camionetas; decidimos probar los misiles 9M (9M-114 ó AT-6). Muy efectivos no fueron, ya que contra los blancos en movimiento sólo se obtuvo un porcentaje de impacto del 50%, aunque contra los blancos fijos, llegamos al 80% .
Sobre la resistencia antiaérea, en un largo año de misiones, el sistema de alerta radar israelí que tenían instalados jamás se activaron. Sólo recibíamos fuego de armas ligeras y luego de cada misión podíamos contar los orificios con facilidad ya que casi todos los impactos eran en la cola y muy pocos en el fuselaje. Esto demostraba la inexperiencia de las tropas rebeldes ya que casi ninguno sabía que debía apuntar hacia delante del helicóptero para que una bala llegara al fuselaje. Conociendo la ausencia de actividad antiaérea, volamos tranquilos pero si hubieran conseguido algún misil, no dudo que alguno hubiera sido derribado ya que es un helicóptero muy gran y no adoptábamos ninguna táctica en especial, era ir apuntar volar a los rebeldes y luego dar vueltas por si las tropas de tierra requerían apoyo.
Sobre el Cocodrilo no hay mucho para decir. Firme, pesado, buena potencia pero un poco lento en las maniobras para los tipos de combate que enfrentamos. Por tratarse de un helicoptero de ataque, la visión del piloto y del armero es la misma que se tiene en un carro de combate. Más de los 180 grados frontales, es imposible saber qué sucede por detrás de ti. Tener siempre la espalda expuesta no es bueno. El armamento es bueno pero para que sea efectivo requiere estar frente a frente con el enemigo, y si el mismo tiene algún SAM o ametralladoras antiaéreas no hay muchas chances de no ser derribado. Requiere armas de mayor alcance para mantener una distancia de seguridad. Aún así puede absorber muchos impactos aunque ello depende de la puntería del enemigo ya que una sola bala en el lugar correcto sería suficiente para inutilizarlo.
Con el LRA derrotado, comenzamos a aburrirnos. Nos llamaron de otro lugar en Africa, pero yo realmente quería algo más pacífico que estar matando gente. Mis amigos consiguieron trabajo rápidamente, aunque no les fue muy bien. Uno fue apuñalado por acostarse con la amante de un coronel rwandés y el otro quedo para siempre en la selva cuando su Cocodrilo fue alcanzado por un misil. Sobrevivió a la caída pero quienes lo derribaron, en vez de auxiliarlo por sus heridas lo ejecutaron.
No es fácil defender un país que no es el de uno.