UNA BODA EN CHILE
Un médico de la Fuerza Aérea Argentina contrajo matrimonio con una joven del país vecino. La ceremonia se colmó de militares destinados en el Hospital Reubicable
En 2005 el médico Fernando Viscido, de 52 años, tuvo la posibilidad de participar en Naciones Unidas y, al año siguiente, ingresó a la Fuerza Aérea siendo destinado en el Hospital Militar Reubicable, dependiente de la dirección General de Sanidad.
Soñando siempre con brindar ayuda humanitaria, al poco tiempo integró el contingentes “Haití 5” durante un año y participó de la Campaña Antártica en la Base Marambio desde octubre de 2007 hasta noviembre de 2008.
A su regreso, fue destinado en la VII Brigada Aérea de Moreno y volvió al país caribeño por un lapso de seis meses. Tras sufrir en carne propia el terremoto que azotó a Haití, la experiencia lo motivó a anotarse como voluntario en la misión de “Chile II”.
Pero Viscido no sabía que la vida le tenía preparada una sorpresa.
El Hospital Militar Reubicable, instalado en la provincia de Curicó, está emplazado sobre una cancha de fútbol de la Central de Policía y frente a él se encuentra el shopping más grande de la ciudad al cual, en sus ratos libres, el médico y sus compañeros acostumbraban visitar.
En la cafetería más coqueta del centro comercial, Fernando siempre tomaba un café y de a poco se fue enamorando de una de las empleadas, Patricia.
“La Paty”, como todos la llaman en Rauco, una localidad muy pequeña ubicada a 10 km. al oeste de Curicó, tiene 24 años, es la más chica de tres hermanos que ya están casados y vivía con su madre.
Veintiocho años mayor que ella, Viscido decidió conquistarla y, entre charlas, café y encuentros, el amor se fue consolidando y se hizo más fuerte mientras él cumplía sus funciones. Pero la misión terminó y debía regresar a Argentina.
Para suerte de ambos, el médico fue autorizado a participar de “Chile III”, y con su particular solidaridad por el prójimo, rápidamente se hizo querido en Rauco, entabló numerosas amistades y decidió instalarse allí.
LA DECISIÓN
Un domingo el médico habló con las autoridades del Hospital Reubicable y les informó que había decidido casarse. Luego de conseguir los papeles que pedía el Registro Civil de Rauco, tenía fecha para el día siguiente.
El 26 de julio Fernando y Patricia se casaron por civil en una sencilla ceremonia en la que participaron unos pocos parientes y amigos de la novia, el jefe de Unidad Ejecutoras del Apoyo (UNEJAP), el director Médico, el director Logístico y dos suboficiales de guardias salientes.
Todos juntos partieron a un pequeño pero cálido bar -con una estructura similar a la de una cabaña alpina- propiedad de una amiga de los novios, donde almorzaron y brindaron.
En horas de la tarde, el lugar se colmó de gente cuando llegó el resto del contingente, abordo de un micro cedido por la Municipalidad de Curicó, y la fiesta empezó a tomar forma: algunos se hicieron cargo de la barra y prepararon tragos; los cordobeses trajeron cuarteto y todos se mostraron alegres y entusiastas, haciendo que la celebración sea inolvidable.
Entre sus planes, el doctor Viscido tiene pensado participar del “Chile IV” y, al término de la misión, se radicaría con su esposa en Argentina.
EL MÉDICO Y SUS DESTINOS
En 1985 ingresó a la Armada Argentina con el grado de teniente de corbeta y su primer destino fue el Hospital Pedro Mayo. Al poco tiempo, pidió la separación de sus funciones para realizar un postgrado de medicina interna en el Hospital de Clínicas.
Al finalizarlo, fue reincorporado a esa Fuerza e ingresando como teniente de fragata fue destinado en Puerto Belgrado donde realizó los cursos de Medicina Hiperbárica y Buceo.
Prestó servicios embarcado, estuvo en la Base Antártica Orcadas y, cuando alcanzó el grado de teniente de navío, nuevamente se retiró de la Armada para regresar a Tucumán, su ciudad natal, y cuidar de la salud de sus padres. Estando allí realizó el postgrado en medicina legal y criminalística.
En 2000 ingresó como médico en Gendarmería Nacional y cumplió funciones en Orán, Salta, y posteriormente en San Antonio de los Cobres. Cinco años después se incorporó a las filas de profesionales de la Fuerza Aérea Argentina.
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