Trofeo Schneider

pabloeldido

Forista cervecero.
Colaborador
Trofeo Schneider



En 1913, los hidroaviones, o “hidroaeroplanos “como con frecuencia se les llamaba por entonces, eran maquinas cuasiexperimentales, propensas a los accidentes .En la mayoría de los casos se trababa de aviones terrestres a los que se habían instalado toscos flotadores en lugar de sus trenes de aterrizajes de ruedas.

Resultaba difícil de maniobrar y pilotar, y los motores disponibles no eran normalmente lo suficientemente potentes como para arrastrarlos por el agua. Saltaban, corrían en círculos, volcaban, se hundían y generalmente amenazaban, y con frecuencia se llevaban, la vida de sus pilotos.

A pesar de todo, algunos entusiastas veían al hidroavión como la mejor solución posible al vuelo seguro a escala mundial. Jacques Schneider fue uno de tales entusiastas. Instituyo una carrera área especial exclusiva para hidroaviones, con un suntuoso trofeo y un premio en metálico para el ganador.

Las reglas del concurso variaban ligeramente de año en año, pero la única constante era el límite de cada equipo nacional a tres aviones. La distancia del recorrido no podía ser inferior a 150 millas náuticas y para clasificarse para la carrera de velocidad todos los aviones habían de pasar previamente pruebas de comportamiento marinero. Los competidores partían a intervalos de modo que los pilotos corrían contra reloj y no unos contra otros.

1913: Mónaco


Roland Garros con su Morane se retiro de la competicion

La primera carrera del trofeo Schneider tuvo lugar en Mónaco en 1913, como colofón de una serie de competiciones de hidroaviones celebradas por el club deportivo internacional de Mónaco.

Antes de la carrera Schneider en sí misma, el evento principal de la serie, el Grand Prix de Mónaco, resulto completamente saboteado a causa de un molesto viento de mistral. Dos de los siete participantes no consiguieron partir. Otros dos quedaron irremediablemente accidentados en el primer punto de amaraje. Un quinto aeroplano rompió la cola mientras intentaba el rodaje. Los participantes restantes decidieron cuerdamente permanecer en puerto.

Cuando llego el momento de alinearse para el comienzo de la carrera Schneider , tres aviones franceses quedaban utilizables de una participación de ocho : un Deperdussin volado por Maurice Prevost , un Neiuport volado por el doctor Gabriel Espanet y un Morane-Sauliner volado por Roland Garros . El único otro concurrente era Charles Weymann, volando por EE. UU en otro Nieuport.

Y justo después de las ocho de la mañana del viernes 16 de abril, la señal de partida estallaba sobre el agua y prevost, en el Deperdussin, se situó para la primera de las 28 etapas requeridas, cada una de ellas de 10 km. Con sus motor rotativo de 14 cilindros 160 hp Gnome, el Deperdussin era el más veloz y avanzado de los aviones de su tipo en el mundo.

Tras completar las pruebas de rodaje necesarias, Prevost metió gases a fondo. Las nubes de roció que levantaba se convirtieron detrás de él en una suave ola. El Deperdussin dejo la superficie del mar y nivelo a 150 m.

Concurso abierto

El viento había desaparecido. El mar estaba en calma, y el Deperdussin dio la vuelta para completar su primera etapa, al tiempo que resonaba el petardo de salida para Roland Garros, quien se debatía con el Morane intentando despegar. Mientras saltaba y se sacudía a través del agua, arrojaban grandes rociones que ahogaron el motor y lo pararon. El Morane fue remolcado para repararlo y ser arrancado de nuevo.

Entretanto , los dos Nieuport , uno con los colores franceses y el otro exhibiendo los de Estados unidos , tomaban cautelosamente sus posiciones de superficie antes de despegar en persecución del Deperdussin de Prevost . Tras cinco mangas, el cronometro mostraba a este a gran distancia de su compatriota, pero comenzando a perder terreno ante el americano.

De repente, el Nieuport Francés comenzó a fallar y Espanet se vio obligado a regresar a puerto. Weymann se había situado detrás y presionaba a su Nieuport especialmente preparado, alcanzando casi las 70 millas por hora en vez de las 60 de Prevost. A las diez mangas había reducido la ventaja del francés a la mitad, y a las 15 mangas los dos aviones estaban casi emparejados. A las 20 etapas, Weymann sacaba casi tres minutos a Prevost.

El francés, entretanto, había completado su 28º. Circuito, planeado menos de 500 metros de la línea, y se dirigió por superficie hasta ella.

Entonces hubo de oír de las autoridades que deberían haber sobrevolado la meta y que para quedar clasificado habría de hacerlo.

Weymann se encontraba a dos mangas del final, a punto de declararse vencedor, y entonces le alcanzo la mala fortuna. Un manguito de aceite roto le obligo a descender al agua.

Sin clasificados, con el concurso abierto todavía como para poder intentarlo de nuevo, Garros trepo rápidamente a su Morane de nuevo.

Ello acudió a Prevost a la acción. Tragándose el orgullo, despego otra vez y voló sobre la línea de llegada para afianzar su victoria. Francia debería ser la sede de la siguiente carrera Schneider.

1914: Mónaco


Deperdussin

El primero de abril 1914, un nervioso equipo de ingenieros, mecánicos y aviadores británicos probaban los nuevos flotadores para participar en la segunda carrera Schneider. El pequeño biplano estaba situado en el extremo de un malecón del rio Hamble mientras subía la marea. El piloto Howard pixtón, trepo a la cabina y arranco el motor. La marea estaba ya a 15 centímetros del melecon. El equipo empujo el avión hasta el borde.

Cuando pixtón comenzó a moverse, el avión volcó inmediatamente, demostrando que el flotador principal se había instalado demasiado atrás.

Pixtón se tiro del avión, un Sopwith Tabloid, se hundió, yéndose a la deriva boca abajo en medio de la corriente. el desconsolado equipo consiguió , afortunadamente , engancharse un cabo y , a la mañana siguiente , la empapada y atada maquina , ahora encallada en la marea baja , se balanceaba de proa con la cola al aire . El rediseño y la reconstrucción habrían de ser muy rápidos.


Sopwith Tabloid

Quince días después, el equipo desempacaba y montaba el Sopwith Tabloid en una tienda instalada en Mónaco. era el más pequeño y menos potente de los aviones de la carrera , y los franceses , creyéndose seguros en su dominio mundial de la aviación , gastaban bromas al equipo británico mientras trabajaban sobre su todavía oxidado motor , rehusando creer los rumores de que el pequeño biplano había alcanzado ya las 92 millas por hora durante los ensayos .

A primeras horas de la mañana del sábado 19 de abril, los franceses comenzaron a mostrarse más cuatos tras observar el vuelo de pruebas del Tabloide. El avión tenía unos flotadores muy chapuceros y un peculiar “asiento” en el agua. No obstante, sus despegue era suave comparado con las perezosas inclinaciones de los monoplanos galos.

El lunes 20 de abril era el día de la carrera. Según el reglamento , cada competidor había de hacer dos amarajes y dos despegues durante la primera manga , aunque pudieran ser similares a los que realizaban los aviones terrestres , en “ carusel” , es decir, con toma y despegue inmediato , sin parada . Los dos Nieuport franceses fueron los primeros, segundos de un hidroavión de canoa FBA volando por un suizo.

El FBA había excitado la curiosidad de la muchedumbre con un largo y adecuado despegue, comenzando con una serie de saltitos y finalmente botando y rebotando hasta elevarse en el aire.

Pixtón despego en el Tabloid una hora y cuarto después que los dos Nieuport. Metiendo gases, acelero rápidamente tan pronto como cruzo la línea de salida y sus flotadores dejaron el agua a solo 150 o 180 metros después de aquella. hubo un momento en el que la maquina vacilo , con los flotadores tocando de nuevo el agua , y entonces el pequeño biplano trepo firmemente , alejándose , proa a barlovento , en la manga más larga , hacia cabo Martin . En el estrecho viraje Pixtón se inclino a pico. Entonces, con muy poca reducción de la velocidad, descendió y los flotadores besaron el agua dos veces. Fue una hermosa demostración de vuelo, y el Tabloid pareció frenar muy poco a pesar del contacto.

El biplano Sopwith era obviamente más rápido y más maniobrable que los manoplanos. Al anunciarse el tiempo de su primera manga, la multitud silbo entusiasmada. Pixtón había tardado 4 minutos y 27 segundos, la mitad de tiempo que los franceses.

Seis agonizantes mangas

A mitad de la etapa, los dos Nieuport franceses tuvieron problemas con los motores a causa del esfuerzo por perseguir al Tabloid cuando los cilindros traseros de sus Gnome de doble anillo se sobrecalentaron. Ambos terminaron con émbolos rotos, dejando la carrera al Tabloid de pixtón y al FBA Suizo.

Algunos participantes, descorazonados por la aparente supremacía del Tabloid, rehusaron comenzar la carrera. Volvieron a pensárselo cuando, en su 15ª. Manga de las 28 requeridas, uno de los nueves cilindros del motor de pixtón, un Gnome Monosoupape rotativo de 100 hp , comenzó a fallar .

Los tiempos de pixtón comenzaron a descender unos pocos segundos en cada vuelta. Durante seis agonizantes mangas acecho el drama. Una a una, pixtón fue sacando las chinchetas que eran su tosco cantador de mangas.

Entonces el Gnome se asentó en sus ocho cilindros buenos y los tiempos mejoraron de nuevo. Durante la última manga , pixtón y el Sopwith Tabloid fueron aplaudidos con una velocidad media de 86,7 millas por hora , supero la media real de Prevost del año anterior en 25 millas a la hora .

Tras la interrupción de la Gran Bretaña, en la que la necesidad derivada de la acción militar había forzado grandes avances en el diseño de aviones, la tercera carrera Schneider se programo para que tuviese lugar en Bourmemouth , en Inglaterra , el 10 de setiembre de 1919 .

La carrera constaría de 10 circuitos de una longitud de 20 millas náuticas. España, Estados Unidos y Bélgica se retiraron por causa del poco tiempo con que fueron avisadas. Italia estaría representada por un único hidro de canoa Savoia. Los franceses intervendrían con dos Nieuport resulto averiado a su llegada a Cowes Roads, al golpear una boya, pero los mecánicos y los ingeniero británicos prácticamente reconstruyeron el avión en 48 horas. El otro Nieuport cayó en el canal de la Mancha y su piloto fue rescatado después de permanecer sobre su semisumergido avión durante veinticuatro horas.

Gran Bretaña aporto un hidroavión Sopwith con motor radial Cosmos Jupiter de 450hp, un Fairey III con motor. Napier Lion y un hidroavión de canoa Supermarine Sea Lion.

La organización del evento fue pésima con escasas facilidades, terribles comunicaciones y una incontrolable multitud de mirones que estorbaba a los equipos mientras preparaban los aviones. Y encima apareció una densa niebla. Como quiera que los jueces se mostraron indecisos y nerviosismos la tarde anterior, los aviones británicos y el solitario, los aviones británicos y el solitario italiano tomaron la iniciativa y despegaron. El francés no consiguió reparar una avería de los flotadores en medio del caos y quedo eliminado de la carrera.

Uno a uno, tras sufrir una niebla imposible y casi colisionar con los palos de los botes y de los demás aviones, los participantes británicos fueron renunciando. El Supermarine, gravemente agujerado al chocar con un objeto sumergido, volcó al amasar, salvándose el piloto.

El Savoia italiano, piloto por el sargento jannello, de la Aeronáutica militar, completo las requeridas mangas, pero una vez amarado se le descalifico por haber realizado mangas más cortas de lo debido por un error de navegación, en medio de las airadas protestas de los italianos y algunos otros.

Así pues, la carrera de 1919 fue declarada desierta.

1920: Venecia


Savoia S-12

Como compensación por no habérsele concedido el trofeo de 1919, los italianos fueron designados anfitriones de la carrera de 1920.

No hubo participación británica, por falta de patrocinadores estatales o privados que sufragaran los gastos. El único participante francés se retiro en el último momento. Al final, problemas mecánicos y de otros tipos ocasionaron que solo hubiese un participante, un Savoia 12 de bombardeo con motor Ansaldo de 550 hp y hélice propulsora. El solitario avión completo las pruebas de comportamiento marinero y las 200 millas náuticas de la carrera en días diferentes, ganando para Italia el trofeo a una velocidad media de 107 ,22 millas por hora, pero resulto una victoria hueca de contenido.

1921: Venecia


Macchi M-7

La quinta competición Schneider resulto tan deprimente como la cuarta como competición internacional, con un único concurrente extrajeron, un Nieuport Delage con motor Hispano Suiza de 300 hp patrocinado por el gobierno francés. Italia, el país anfitrión, decidida a conseguir una serie de triunfos (tres en cinco años concedían el trofeo a perpetuidad), decidió unos 16 aviones como mínimo a las pruebas iníciales.

El día de la carrera, el 11 de agosto de 1921, el participante francés rompió durante las pruebas de navegación un flotador al amatar. El favorito italiano era un Macchi 19, con el motor más potente de la carrera, un Fiat de 680 hp. El avión voló gran velocidad las mangas iníciales, pero luego una rotura del cigüeñal origino un incendio. El piloto consiguió posar el avión sin mayores incidentes y tanto el como su copiloto resultaron ilesos.

Quedaron en la carrera dos Macchi 7. El líder agoto el combustible a solo dos kilómetros de la línea de meta. El ganador fue el avión más lento de la carrera, con una media de 118 millas por hora.

1922: Nápoles


Supermarine Sea Lion

La sexta carrera del trofeo Schneider se celebro en Nápoles, y si italianos hubiese ganado esta edición el trofeo hubiese sido para ella por siempre. Sin apoyo gubernamental, la participación británica quedo en manos de la compañía Supermarine gracias a su nuevo diseñador, el joven Reginald j. Mitchell-quien más tarde de desarrollaría el Spitfire-y su piloto de pruebas jefes, Henry Biard.

Francia, con apoyo gubernamental, aporto una pareja de hidroaviones de canoa militares CAMS 36 con motores Hispano-Suiza de 300 hp. Italia, intentando ganar el trofeo definitivo, disponía de dos nuevos bólidos construidos por Savoia. Pero uno de ellos se estrello durante las pruebas, matando al piloto. Dos Macchi, completaron el contingente italiano, un M17 y un M7, con motores Isotta-Fraschini. No obstante, el orgullo del equipo era el hidroavión de canoa Savoia S.51, un sesquiplano con una envergadura del plano superior de 32,4 m y de 6, 45 m en el inferior.

El Sea Lion II británico, con la matricula civil G-EBAH, a pesar de estar basado en el viejo diseño de 1919, era el hidro de canoa más veloz que se hubiese construido hasta entonces Gran Bretaña .Biard había alcanzado con él las 150 millas por hora , y sabía que podía maniobrar como si fuese avioneta .

FIN de la primera parte
 
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Pudo ver una oportunidad

Todos los expertos vaticinaban una victoria para el S.51 italiano. Los hidroaviones de canoa franceses se retiraron después de las pruebas preliminares, en las que uno de ellos zozobro.

Italia y Gran Bretaña quedaron en carrera. A las 16, 06 del sábado 12 de agosto, Henry Biard hizo rodar al Supermarine II sobre la línea de salida y despego sobre la costa en busca del primer pilón. Cuando partió había visto que los tres aparatos italianos se habían situado tras él, y sabia que volarían como un equipo, utilizando tácticas de bloqueo si podían.

Biard mantuvo el motor a pleno rendimiento, volando a la máxima velocidad desde el principio y probando la capacidad y velocidad de los italianos. Cuando aparecía cada pilón de la primera manga, alabeaba rápida y acusadamente, arañando centímetros para cerrar al máximo los virajes.

Antes de que Biard hubiera terminado su primer circuito, el M.7 y el M.17 estaban en el aire, pero sus tiempos de manga estaban muy por debajo del de Biard. El Supermarine había vencido a los italianos, que quedaban tras sus talones con su marca de 150 millas por hora en la primera vuelta. El S.51 seguía en persecución.

Los italianos, según el plan, se agrupaban muy juntos delante del avión británico, especialmente en los virajes. Biard se acercaba a ellos en las rectas, pero no los podía sobrepasar debido a sus tácticas de bloqueo en los giros. Intentar hacerles un exterior podría representar la pérdida de demasiado tiempo. En uno de los virajes, pensó que tenia una oportunidad. Había aparecido un hueco, y Biard dio gases fondo y se dirigió hacia él. Sin embargo, los italianos se percataron de la maniobra y cerraron el hueco.

Gases a fondo.

Ahora pensaba que no había otra alternativa que fuera la de volar muy cerca detrás de los italianos y rebasarles por arriba. Se acercó estratégicamente a los tres hidroaviones italianos hasta que se sintió sacudido y golpeado por el calor de los escapes y el rebufo de las hélices de éstos. Entonces dio gases a fondo y tiró de la palanca de mando.

Cuando niveló encima de los hidroaviones italianos, vio cómo sus asombrados pilotos levantaban la cabeza, mirándole. Los italianos se abrieron e intentaron cortarle el paso de nuevo. Biard estaba picando hacia el siguiente pilón, a una milla de distancia. Temeroso de causar un terrible accidente si golpeaba con su estabilizador a uno de los italianos, picó violentamente hacia el pilón preguntándose si las alas del Sea Lion podrían soportar la enorme tensión. Por entonces, el globo blanco se hallaba por debajo de él, a la izquierda. Precipitó el aeroplano sobre el punto de la virada como si fuera un caza. Ahora, los italianos tenían que soportar la turbulencia del rebufo de su hélice.

Biard se mantuvo a la máxima velocidad durante siete mangas, pero los tiempos de S.51 se le iban acercando. Biard tuvo miedo de fatigar demasiado su motor y comenzó a suavizar el régimen. El S.51 continuó arañando tiempos, registrando mangas mas rápidas que las del Supermarine. Sin embargo, al final ganó Biard por sólo dos minutos.

La séptima carrera Schneider, que se celebro en 1923, anuncio una era totalmente nueva en el desarrollo aeronáutico y en las competiciones.

Estados Unidos volvió a las lista de la competición internacional. La rivalidad entre los servicios aéreos de la armada y el ejército, y la instauración del trofeo Pulitzer, una nueva carrera internacional de velocidad con sustancioso premios, estimularon nuevos diseños y la competitividad entre los propios constructores aeronáuticos y pilotos.

La curtiss Aeroplane and Motor company apareció con un rápido biplano de carreras dotado de un motor ligero y refrigerado por agua. Denominado CR-3, el curtiss tenía radiadores alares de superficie y hélice metálica. Hubo dos en el debut norteamericano en la carrera Schneider, junto con un nuevo avión de carreras de ala Armada, el Wright NW-2.

Fuerte como un potro


Supermarine Sea Lion III

Cuando países se inscribieron para la competición. Aparte del equipo norteamericano y sus pilotos de prueba navales escogidos, estaban los franceses con un par de hidroaviones CAMS para tiempo estable, más dos lentos hidroaviones Latham L1 para mal tiempo. Los italianos se retiraron en el último momento por falta de financiación. Las multitudes británicas tenían sus esperanzas puestas principalmente en su Supermarine Sea Lion III. Los otros dos participantes británicos eran anticuado Sopwith Hawker, que tuvo que retirarse poco antes de la carrera; y un Blackburn Pellet, un pequeño hidroavión monoplaza de caza que llevaba el ultimo motor Napier Lion.

A falta de cuatro días, el motor del norteamericano Wright NW-2 explosiono en la cara del piloto a unas 220 millas por hora.

FIN de la segunda parte.
 

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Cayó en picado cuando la tapa de la caja de balancines y otros fragmentos metálicos le pasaron rozando, y al segundo siguiente el NW-2 impacto contra el agua. El piloto fue catapultado fuera de la cabina a una velocidad de unos 200 millas/ h y, aun consciente m pudo nadar hacia los restos del aparato, siendo rescatado por un pesquero a los pocos minutos.

En las pruebas de navegabilidad, el Blackburn Pellet tuvo que acelerar prematuramente para esquivar a y bote remos. El resultado fue espectacular. El pellet comenzó e encabritarse como un potro. Despego del agua y entro inmediatamente en perdida, dando dos tirones hacia atrás con una fuerza aterradora para terminar pivotando sobre estribor. El flotador marginal derecho rozo el agua y el aparato dio un brinco final antes de hundirse casi verticalmente tras efectuar una vuelta campana. El piloto emergió ileso después de un minuto bajo el agua.

Intento todos los trucos


Curtiss CR-3

El 28 de setiembre fue el día de celebración de la carrera. Los norteamericanos, reducidos a los dos Curtiss C-3, salieron en primer lugar.

Biard partió en su Sea Lion III, pero, justamente cuando iban a iniciar se despegue, los dos hidroaviones norteamericanos pasaron con gran estruendo e iniciaron su viraje sobre los botes boya para completar su primera manga. Todos estaban sorprendidos de que llegaran antes incluso de que Biard pudiera despegar. Debían haber alcanzado ya las 170 millas / h, a pesar de su lento comienzo.

Biard se apresuro a unirse al circuito, cazando a los norteamericanos tras dar gases a fondo. Intento todos los trucos para ganar terreno al tomar las boyas, pero con todo seguía perdiendo terreno. Al final de su primera manga, los cronometradores confirmaron sus impresiones: iba dos minutos por detrás de los Curtiss C-3.

Una serie de desastres continuos diezmaron al equipo francés. Uno de los CAMS colisiono con un yate en su carrera de despegue. El Latham superviviente se retiro con problemas en la magneto. El segundo CAMS solo duro dos vueltas, ya que se vio forzado a amenizar por problemas en el motor.

Deportividad

Entretanto, los C-3 norteamericano mejoraban su velocidad vuelta tras vuelta. Ya no había dudas de para quien iba a ser el trofeo ese año. Sobrevolaron a la desconsolada multitud de aficionados británicos, alejándose cada vez más del Sea Lion III. El ganador. El teniente Rittenhouse, llevo su pequeño Curtiss hasta la línea de meta en 1 hora 12 minutos 26 segundos, logrando una velocidad media de 177 millas/h. su compañero de equipo tardo 99 segundos más. Biard, con su sea Lion, quedo en un frustrante tercer puesto, con una velocidad media de 20 millas/ h menos.

Habían llegado los yankees, con exuberancia, profesionalismo y unos excelentes aparatos con pleno apoyo financiero. Las carreras Schneider ya no volverían a ser lo que habían sido.

1924/5: Baltimore

Un año después de su asombrosa victoria en Cowes, los norteamericanos formaron una piña para revalidar en su propia casa su recién ganada superioridad. El Curtiss C-3 había sido refinado en el R2C-1. Este tenía una envergadura algo menos y un fuselaje bastante más corto; además, el plano superior había sido nivelado con el dorso del fuselaje. Se construyeron dos R2C-1, y uno de ellos consiguió realizar una medida de 244 millas/h en las pruebas.

La Armada encargo a la compañía Curtiss que modificara el nuevo avión para la competición Schneider. Baltimore iba a ser la sede de la prueba de 1924, en la que iban a participar también e Italia.

El equipo norteamericano incluyo un avión Wright de la Armada, el F2W-2. En su primer vuelo de prueba con su futuro piloto, el Wright volvió a fallar de forma estrepitosa, subiendo como un cohete hasta los 5 000 pies antes de perder el control. Luego cuando estaba aterrizado, una válvula mal instalada escupió un chorro de vapor desde el radiador de ala superior a la cara del piloto. El Wright impacto con el agua en vuelo nivelado a 140 millas/h, reboto, dio la vuelta sobre si en mitad del aire y amerizo cabeza abajo. El piloto salió con un tobillo magullado.

En Gran Bretaña, supermarine fracaso en su intento de tener un avión preparado para la carrera, y el nuevo biplano de competición de Gloster, apodado Bamel, se quedo sin fuerza, se desplomo y finalmente se hundió mientras aterrizaba en una de las pruebas. Francia e Italia se quedaron igualmente descolgadas. Parecía que los norteamericanos iban a darse un mero paseo y reclamar una victoria fácil. Sin embargo, en un alarde de incomparable deportividad hacia los otros competidores en la historia de la competición, la Asociación Aeronáutica nacional de EE UU cancelo la carrera para ese año, dando a los contratarios todo un año para recuperarse.

En 1925, el contingente británico estaba más preparado que en 1924, el ministerio del aire británico había pedido un nuevo avión tanto a supermarine como a Gloster, ostensiblemente con fines de desarrollo técnico, pero en realidad para competir en la carrera Schneider de ese año.

Mitchell, de supermarine, había seguido adelante con su nuevo monoplano, el S.4. Una nueva ala más gruesa y otras mejoras de diseño estructural y de materiales daban al S.4 un ala, un chasis de flotadores y una unidad de cola completamente cantiléver, sin arrastramiento externo. En el S.4 ya se podía vislumbrar la forma de los famosos cazas británicos de la futura guerra mundial. Durante diez años, entre 1914 y 1923, ninguna carrera de importancia había sido ganada por un avión monoplano. Los Curtiss eran todavía biplanos, y Mitchell estaba empeñado en cambiar la imbatibilidad de los biplanos.

Inversión norteamericana

Los italianos llevaron a la competición dos Macchi 33. Este nuevo avión de competición también era un monoplano cantiléver, pero en forma de hidrocanoa, con ala baja y el motor montado sobre el casco mediante montantes. Era muy marinero, pero no tan rápido como los pequeños hidros de flotadores.

Para vencer a los nuevos competidores europeos, los norteamericanos gastaron más de medio millón de dólares en un nuevo aparato, encargado a la Curtiss y equipado con un nuevo motor V-1400. La Armada se quedo se fijo el sábado 24 de octubre como día de celebración de la octava carrera Schneider. En las pruebas preliminares, el día antes, el desastre cebo en el equipo británico. Los aviones norteamericanos, los italianos y el británico Gloster III habían sido probados a plena satisfacción. Henry Biard subió al S.4, se coloco en la línea de salida y realizo un limpio despegue tras una corta carrera. Entonces, y según lo describe la revista Aviation:

“el capitán Biard voló sobre el malecón y los haraganes virando muy cerrado. Su avión tomo un giro a la derecha con el aire con el ala casi en vertical. los observadores en tierra intuyeron de repente que algo estaba pasando , ya que el aparato parecía haber entrado en perdida y derrapaba lateralmente , primero hacia un lado y luego hacia el otro , desde unos 500 pies . Al cabo de seis de estas oscilaciones, pareció como si el capitán Biard perdiera el control por completo y cayó desde unos cien pies, aplastándose contra la bahía.

Sorprendentemente, Biard sobrevivió y solo sufrió contusiones, pero el S.4 quedo destrozado. Dos veces anteriormente, mientras volaba en el S.4 en Inglaterra, Biard había experimentado una extraña sensación, como si le siguiera un avión “fantasma “y le quisiera cazar. Tuvo la misma sensación justo antes de que se estrellara.

El día de la carrera se levanto un vendaval que hundió siete hidroaviones que estaban allí para hacer una demostración y destrozo la mayoría de las tiendas en las que se alojaban los contendientes. Tras la pérdida del reserva Gloster. La carrera tuvo que ser suspendida de nuevo dos días más tarde, esta vez a causa del fuerte viento. Uno de los Macchi 33 italianos tuvo que retirarse con problemas en el motor.

Ascenso victorioso


Gloster III

Doolittle despego primero, levantando grandes rociones de agua de la todavía ondulante superficie de la bahía. Luego despego el Gloster III, seguido por los otros dos norteamericanos, y, por último, el Macchi 33 italiano. Los nuevos aviones de competición de Curtiss se denominaban RC3-2. Cuando el Macchi despego después de una larga y angustiosa carrera, Doolittle ya estaba terminado su primera manga. Pasando a escasos metros de las boyas en una serie de virajes casi a la vertical y con el motor a toda potencia, logro una asombrosa media de 223 millas/ h en su primera vuelta, contando desde el momento del despegue.

El Gloster maniobraba muy mal en los giros, derrapando y abriéndose mucho, “como las ruedas traseras de un coche patinando sobre una carretera helada “informaría luego el piloto. El único y principal rival de Doolittle fue su propio compañero de equipo, el teniente de navío George Cudihy, de la Armada. Sin embargo, nadie pudo sobrepasar a Doolittle. Su modo de pilotar era sensacional, tomando las boyas verticalmente y a todo gas, lo que le hacía exponerse a grandes fuerzas g que habrían dejado inconsciente a la mayoría de los hombres. Estaban rentabilizados sus anteriores experimentos.

Tanto el Macchi como el Gloster volaron bien, pero no pudieron competir con los norteamericanos en velocidad. Sin embargo, para disgusto de la Armada de EE UU, sus Curtiss RC3-2 fallaron y no pudieron terminar la carrera debido a problemas en el motor, e incluso uno de ellos se incendio en la última boya, trepo varios centenares de metros en un ascenso victorioso antes de amenizar con total perfección. Su velocidad media fue de 232,57 millas/h, superando todas las plusmarcas para hidroaviones hasta ese momento.

FIN de la tercera parte
 
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Al contrario que en las dos ediciones anteriores, el gobierno norteamericano no quiso intervenir fondos en nuevos aviones de carreras para la convocatoria de 1926 de la Schneider al creer que los diseños de competición no redundaban en contraprestaciones comerciales. Italia y gran Bretaña querían un aplazamiento hasta 1927 para tener algo más de tiempo y producir la respuesta adecuada a los veloces Curtiss, pero los norteamericanos se mantuvieron firmes en su decisión. Gran Bretaña se retiro de la carrera, pero los italianos si los desafiaron, respaldados por la determinación del líder fascista Beito Musolini de ganar el trofeo para Italia costara lo que costase.

Bello y aerodinámico


Macchi M-39

Casi 30.000 personas se concentraron el sábado 13 de noviembre para contemplar la carrera entre Italia y EE.UU. Los italianos presentaron tres Macchi y Fiat con ayuda financiera sin límite del gobierno. Eran monoplanos arriostrados, de dos flotadores, bellos y aerodinámicos, con motores Fiat de 800 hp. Los aviones norteamericanos se reducían a dos Curtiss Hawk.

Ambas partes habían sufrido accidentes a lo largo del año.

Dos de los italianos despegaron en primer lugar, seguidos muy de cerca por el Hawk. El tercer italiano aparento tener problemas menores en el motor y retraso su despegue hasta que lo hizo el favorito de la carrera, el norteamericano Cuddihy, siguiéndole entonces en cuestión de segundos. El Hawk y los primeros Macchi 39 italianos registraron una velocidad medio algo lenta en su primera vuelta, pero Cuddihy salió de estampida, tomando las boyas mucho más cerrado que los italianos y logrando una medida de 232,427 millas/h, mejor que la realizada por Doolittle en su primera vuelta en 1925.

Locos de contento

Pegado a la cola de Cuddihy iba ferrarin, el favorito de los italianos. Tras volar muy bajo sobre las cabezas de los espectadores, efectuó un giro de 90 grados sobre la boya y se perdió en la había a toda velocidad en su segunda manga, logrando una media 2 millas superior a la de Cuddihy.

Italianos y norteamericanos lucharon con codo con codo. Cuddihy obtuvo una medida de 236,18 millas/h. Luego, otro italiano de Bernardi, registró una velocidad media de 239,44 millas/h. La excitación de la muchedumbre crecía con cada vuelta y los italianos estaban locos de contento: sus Macchi copaban la primera, segunda y cuarta posiciones.

Entonces comenzaron los problemas. El motor de Ferrarin empezó a sobrecalentarse. La aguja de combustible de Cuddihy señalaba que solo le quedaban 25 galones (unos 113 litros), por lo que comenzó a bombear manualmente carburante desde los flotadores de un febril, aunque la aguja se resistía a marcar algo más.

Ferrarin alcanzo las 243 millas/h en su tercera vuelta, pero por sus escapes empezaban a salir un humo muy oscuro. Se vio forzado a amenizar con su conducto de aceite destrozado.

Frustrado una vez más


Gloster IVB

Mientras aun bombeaba furiosamente, Cuddihy luchaba con de Bernardi por el primer puesto. Los tiempos del norteamericano mejoraban vuelta tras vuelta; además volaba mejor que el italiano, tomando las boyas más agresivamente y ganándose una tremenda ovación de sus seguidores cuando obtuvo una medida de 242,16 millas/h en su quinta manga.

Sin embargo, de Bernardi consiguió una medida superior de 248,52 millas/h. en su sexta vuelta ascendió hasta los 600 pies en un intento de compensar un poco el sobrecalentamiento del motor .Cuddihy seguís bombeando, aunque se encontraba ya casi exhausto. Si Bernardi hubiese titubeado, Cuddihy hubiera ganado.

Sin embargo, a dos tercios de su última vuelta, con la meta ya a la vista, los depósitos se quedaron vacios. Se paró el motor y tuvo que planear hasta el agua, frustrado una vez más.

De Bernardi paso sobre la línea de llegada a mas de 250 millas /h. había superado todos los records, con una velocidad media de 246,5 millas/h. Cablegrafió a Mussolini diciéndole: “sus ordenes de ganar a toda costa han sido cumplidas “.

A pesar de perder la carrera de Hampton Roads, los británicos estuvieron muy ocupados en sus aviones de competición durante todo 1926.

Por orden del ministerio del aire, se desarrollaron y probaron tres aviones diferentes. El ministerio había especificado velocidad a baja cota, controlabilidad y cualidades marineras. La velocidad a 1000 pies debía ser de 265millas /h. el consejo aéreo acordó con cauleta para plena responsabilidad en materia de financiación y de organización de un equipo y su servicio de cara a la próxima carrera de Schneider.

Mitchell, el brillante diseñador de Supermarine, había afinado su ingenio, reduciendo el peso y la resistencia e incorporándole un motor mucho más potente, así como una hélice engranada. Esperaba que con estas mejoras se consiguieran unas 70 millas / h mas, proporcionado al Supermarine S.5 una velocidad máxima del orden de las 300 millas/h.

El Glostern IV era un biplano con el mismo motor Napier Lion que el Supermarine. Se había reducido la resistencia de la proa en casi un 40 por ciento mediante una cuidadosa reforma aerodinámica del antiguo diseño del Gloster III. Esto le hacía incrementar su velocidad en 70 millas / h.

El más grande de América


Short Bristow

El Short Crusader había sido diseñado para desmontar las posibilidades de un motor refrigerado por aire en un avión de competición de alta velocidad. El motor Bristol Mercury tenía nueve cilindros, dispuestos de forma radial. Las pruebas en el túnel de viento surgieron que carenando las cabezas de los cilindros se podían conseguir las 260 millas/h.

Los norteamericanos, sin apoyo financiero gubernamental ya que los transportes y no los aviones de competición eran el foco de la atracción comercial, amenazaron con volver a la carrera con un Kirkham Packard de iniciativa privada. La nueva máquina podría un formidable motor Packard de 24 cilindros, con 1 200 hp a 27000 revoluciones y alcanzar una velocidad de unas 300 millas/h. El piloto sería el más grande de América, el afamado teniente Al Williams los italianos se presentaron con el Macchi 52, aun más pequeño que el victorioso M.39 del año anterior. Las alas tenían algo más de flecha positiva y el motor, aunque más ligero, era mucho más potente, con 1 000 hp. Se prepararon doce motores Fiat para su posible uso durante las pruebas de bancada por si no eran reparables los primeros.

Una fuente de espuma

El equipo británico llego a Venecia durante los dos últimos días del mes de agosto de 1927. Aproximadamente una semana después, se retiraron los norteamericanos al no haber conseguido pruebas satisfactorias antes de la participación. EL 11 de setiembre el oficial de vuelo H.M Schofield tomo los mandos del Crusader desde el lido en una prolongada carrera de despegue. Odiaba la nueva cubierta de la cabina que le producía sensación de claustrofobia (“como si tuviera metido en un ataúd “). Sin saberlo Schofield, se habrían pasado por los orificios equivocados los cables de control hasta el circuito del alerón, con el que se invertía el efecto normal de accionamiento de este.

Acelero el motor, se fue al aire tras un despegue muy lento y luego mantuvo el avión a escasas altura para estar seguro de que lograban la suficiente velocidad y control. De repente hubo una terrible sacudida cuando una ráfaga alcanzo la semiala de estribor, que se inclino peligrosamente. Schofield corrigió de inmediato con un reflejo automático como experto piloto que era. Pero en lugar de nivelar al avión, el resultado fue una rápida actuación del fallo. La semiala de estribor quedo segada a la vertical. El borde marginal choco con el agua y al instante siguiente el aparato desapareció en mitad de una fuente de espuma. Schofield se encontraba inmovilizado dentro de la cabina.

Cuando el Crusader impacto contra el agua, se partió en dos. El agua se precipito a través de un orificio en el fuselaje con tal violencia que el piloto fue literalmente barrido de la cabina.

Se quedo sin sus ropas y botas de vuelo. Cuando apareció a toda prisa la lancha de rescate, Schofield nadaba vigorosamente, vestido solo con la camisa. No se había roto ninguno hueso, pero luego su piel adquirió un color negro azulado de la cabeza a los pies.

La prueba de navegación y amarre se iniciaron el viernes 23 de setiembre. El rojo de los Macchini, el planteado y azul del S.5, y el azul y oro de los Gloster relucieron con el sol del atardecer. Al día siguiente se concentro un inmenso gentío, pero el tiempo fue muy desapacible. El lunes 26 el viento había amainado, pero había una violenta marejada en el mar Adriático.

De nuevo se concentro una gran muchedumbre de espectadores. El príncipe italiano estaba allí, rodeado de oficiales de alto rango, y muchos buques de la Armada fondearon en las cercanías. A las 14,30 horas, los altavoces anunciaron que el Gloster había despegado.

Picado pronunciado

El gloster ejecuto un giro ascensional y luego pico hasta el punto de salida con un rugido penetrante. Fue la primera vez que se permitió en la Schneider un comienzo de carrera desde el aire. El gloster completo su primera vuelta con una velocidad media de 266,5 millas/h. entrenando, el primer Macchi 52 alzo el vuelo y marco su curso con su característica estela de humo de aceite y emitiendo un bramido bronco y craqueteante. De Bernardi pilotaba este Macchi y rodeo cada boya ejecutando una espectacular ascensión durante el giro hasta una altura de 600 pies y luego picando de forma pronunciada hasta la siguiente.

Los aproximadamente 200 000 espectadores lo adoraban y le expresaban su aprobación a gritos. La primera vuelta de de Bernardi fue 9 millas/h más rápida que la del Gloster, alcanzado una medida de 275 millas/h.

Explosión de llamas

Sin embargo, poco después de su segunda manga, de Bernardi tuvo problemas con las válvulas tuvo que amenizar. Entonces, cuando Ferrarin despegaba en uno de los restantes Macchi, los espectadores vieron que inclinaba la semiala izquierda y escucharon al mismo tiempo una nota abrupta en su motor como si se cortara y tosiera. De repente, apareció una columna de humo y una explosión de llamas. El Macchi ascendió de modo inestable, luego se salió del rumbo y regreso a las aguas del lago con un pistón fracturado.

Entonces el Gloster comenzó a perder velocidad. El buje de la hélice se había agrietado, ocasionando una vibración que podía terminar desintegrado el motor. Por tanto, el pequeño biplano tuvo que arrojar sus cartas en la quinta vuelta.

Adiós a toda esperanza

Ahora le toco el turno a los dos S.5. El teniente de patrulla S.N Webster logro alcanzar velocidades medias en torno a las 280 millas/h. El teniente O.E.Worsley hizo una media de 5 a 6 millas/h más lenta, mientras que el italiano superviviente se quedo 11 millas/h por detrás .Hacia el fin de la sexta vuelta el piloto italiano recibió un chorro de combustible en la cara, procedente de un manguito seccionado .Cegado, consiguió rebasar el techo del hotel Excelsior Palace antes de depositar en el lago las ultimas esperanza italianas.

Webster cubrió su última recta, pasando como una exhalación sobre la meta y lanzándose a realizar una vuelta de más, pues había perdido la cuenta. Su velocidad media fue de 281 ,65 millas/h batiendo el record mundial de todos los tipos de aviones de la época de casi 3 millas/h. Le siguió el otro supermarine en segunda posición, ya que eran los únicos aviones que quedaron en vuelo.

FIN de la cuarta parte
 
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Macchi M-67

Unas pocas semanas antes de la undécima carrera Schneider, en setiembre de 1929, los italianos, que parecían se los únicos competidores para sus anfitriones Británicos, solicitaron un aplazamiento tras perder en muy poco días dos de la maquinas de entrenamiento y la vida de uno de los pilotos.

Al contrario que los muy deportivos norteamericanos en 1926, el Real Aero club de Gran Bretaña, con el reglamento en la mano, insistió en que solo el mal tiempo podía justificar un retraso. Los políticos declararon a la prensa que “el equipo italiano había venido a Inglaterra solo como un gesto de caballerosa deportividad para evitar que su retirada pudiese haber parecido un contramovimiento a la negativa de posponer la carrera”. Incluso llegaron a afirmar que no esperaban ganar desde la muerte de su mejor piloto y la destrucción de su avión más prometedor.

El equipo de la RAF estaba dotado de aviones Supermarine y Gloster, ambos completamente rediseñados para la competición. Mitchell había instalado el enormemente potente y nuevo motor Rolls- Royce R en el S.6. Tenía doce cilindros y estaba sobrealimentado, con una toma de aire delantera que canalizaba el aire a presión a través del sistema. La potencia era más que el Isotta-Fraschini de 18 cilindros del italiano Macchi M.67.

La fecha dorada

Fue el estilizado y nuevo Gloster el que cautivo la imaginación del público y la prensa. Se le describió como “la flecha Dorada del aire “y como “un meteoro alado de reluciente oro “. El gloster VI, como el S.6 estaba sobrealimentado. Era también monoplano, al tiempo que pequeño y liviano.

Las primeras pruebas del S.6 fueron, y el piloto informo que “en cada una de ellas quede inundado con tres veces más rociones que en el más viejo tipo que haya volado, y la maquina… se desvía violentamente a babor, hundiéndose el flotador izquierdo tan hondo que el borde marginal parecía ir a solo una o dos pulgadas de la superficie.” la maquina rehusó, simplemente, despegar. Una cabalgada de dos millas y media por la superficie a velocidad de despegue calentó el motor peligrosamente, pero el S.6 permaneció en contacto con el mar.

Finalmente se consiguió desarrollar la técnica adecuada para elevarlo y , una vez en el aire , el S.6 maniobro y reacciono con hermosura.

Se mejoro el control de los alerones y se emplearon paneles radiadores adicionales para contrarrestarse el sobrecalentamiento en las carreras de despegue.

Varias casicolisones

El Gloster VI, a pesar de su buena apariencia, también se mostro problemático en las pruebas, con una potencia desigual y paradas de motor en los virajes. La tripulación cambio todo el sistema de combustible tres veces en otros tantos días, pero en el aire el problema reaparecía cada vez. La “flecha Dorada del aire “hubo de ser retirada de la competición.

Ambos equipos salieron de la pruebas de navegación y comportamiento marinero con más o menos fortuna, aunque se produjeron diversas casicolisones en el transitado Solent, con uno de los Macchi 67 rozando al acorazado HMS irom duke, buque insignia del Comandante en jefe de Portsmouth.

Un millón de espectadores

La noche previa a la carrera, un mecánico que cambiaba una bujía en uno de los S.6 descubrió metal blanco en el electrodo. Un fallo del pistón podía estar rayado el cilindro.

Todo el bloque hubo de ser desmontado .Gracias a un tremendo golpe de suerte se encontraba en la cuidad para ver las carreras todo un equipo de ajustadores de Rolls –Royce. Se les recogió de los bares y hoteles de toda la cuidad y se comenzó a trabajar a las dos de la mañana. Al amanecer habían acabado.

El motor funcionaba perfectamente.

Sería un perfecto día de finales de verano y la multitud se estimaba en casi un millón de personas, congregadas a lo largo de la costa de Hampshire y en la isla de Wight en diversos puntos ventajosos. El orden de despegue seria el oficial de vuelo Waghorn en un S.6 Dal Molin en un M52R, el teniente de patrulla D` Arcy Greig en un S.5, el italiano Cadringher en un M.67, el oficial de vuelo Atcherley en un S.6, y Monti en el otro M.67.

Curvas perfectas

A las dos de la tarde trono el primer pistoletazo de salida y el S.6 de Waghorn rugió. Se lanzo como un rayo a lo largo del circuito cuadriteral sobre Solent y Spithead, y acabo su primera manga a una velocidad de 324 millas/h, un nuevo record del mundo de velocidad, a pesar de que se despisto, no vio los pilones marcadores entre los barcos y voló más de lo necesario.

FIN de la quinta parte
 

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En su segunda manga llego hasta las 329/h, tomando las boyas perfectamente y demostrando un pilotaje impecable. Su tercera vuelta fue la más rápida, volando a 331, 1 millas /h.

Al final de la tercera manga de waghorn estaba ya en el aire el Italiano M.52R. El S.6 alcanzo al aparato Italiano. La persecución duro todo el tramo de Southsea a Cowes, con el M.52R volando cerca del agua Y el S.6 unos 200 pies más alto. Waghorn pasó al italiano en la recta con la que terminaba su cuarta vuelta.

Todo iba bien para Waghorn. Había hecho saltar seis veces el cuentavueltas al pasar por Ryde Pier.

Pero en la última manga, cuando viraba en Seaview para la boya de Hayling Island, su motor se corto durante un instante y empezó a fallarle. Subió hasta los 800 pies. Quizá podría bajar planeando hasta la llegada si el motor aguantaba. Redujo gaseas a la mitad y enfilo la recta final, y entonces el motor se paro.

Waghorn hubo de amarar al largo de off castle point.

Decepcionado, Waghorn espero a que la lancha motora le sacara de allí. Cuando esta llego, su tripulación le saludo efusivamente. El piloto no podía entender tanta alegría.

Y entonces se lo hicieron saber: había perdido la cuenta de las vueltas y había dado una más. Habia terminado la carrera a una media de 328,63 millas /h.

Aullido amenazador


La principal amenaza para Waghorn venia ahora de los M.67. Caradrinher, que volaba aun más bajo que el M.52R, paso como un rayo por la línea de meta, echando humo y con un aullido amenazador. Al principio todo le fue bien, pero después no consiguió atrapar al M.52.R, más lento. El humo de los escapes cegaba y asfixiaba a Cadringher, quien se retiro en su segunda manga.

Atcherley, en el otro S.6, perdió sus gafas al despegar, arrancadas por el flujo. Se lanzo a conseguir nuevos records de velocidad sobre los 50 y los 100 km, pero fue descalificado por sobrevolar una boya.

Monti, en el segundo M.67, voló incluso más abajo que sus compatriotas, pero también padeció los efectos de los escapes y perdió su oportunidad cuando la rotura de un conducto arrojo sobre las nubes de vapor y un chorro de agua hirviendo. Consiguió amarar, pero Italia había perdido todo esperanza.

El ganador final waghorn, con el Macchi 52R en segundo lugar, con una diferencia de 40 millas/h. El supermarine S.5 quedo tercero. Una victoria más Gran Bretaña obtendría el trofeo a perpetuidad.

Después de la carrera de 1929, tanto Italia como Gran Bretaña acordaron que debía hacer un lapso de dos años, por lo que la duodécima edición tuvo lugar en 1931. En varios aspectos, iba a ser un anticlímax.

El gobierno británico no estaba dispuesto a invertir más dinero, pero la financiación fue asumida a título privado por lady Lucy Houston, la excéntrica viuda de un magnate de la construcción naval que estaba decidida a “impedir que el gobierno socialista acabara con el deporte”.

Los italianos estaban trabajando en su diseño que casaba una célula Macchi con un motor Fiat datado de hélices contrarrotivas para contrarrestar el enorme para que experimentaban los hidros en el despegue. En 1930 otro aparato Savola-Marchetti 65, se estrello en lago durante un intento de record mundial de velocidad, muriendo Dal Molin, el segundo clasificado en la carrera de 1929. Después, antes de que su equipo embarcase para Calshot en agosto de 1931, el italiano Monti se mato en el nuevo Macchi MC.72.

La participación francesa se frustro al morir uno de sus pilotos de pruebas, y tanto Francia como Italia pidieron un aplazamiento. El royal Aero club se opuso.

El elevado tributo


Supermarine S-6

El nuevo S.6B había sido reforzado que casi mata a uno de los pilotos probadores. Había sido dotado también con un nuevo motor Rolls Royce Forzado tremendamente para que diese 2300 hp. Entonces , un piloto de la Royal Navy , el teniente de navio Gerry Briton , se mato cuando el S.6 se clavo y capoto al despegar. El trofeo Schneider empezaba a exigir un elevado tributo.

Finalmente, el 12 de septiembre de 1931 de 1931, el teniente de patrulla J.N. Bootham despego en un solitario supermarine S.6B para correr sin competidores. Tanto Francia como Italia se habrían retirado como protesta por la negativa británica a posponer la prueba y denunciado esa victoria no contestada .El S.6B cubrió el circuito, tomando las boyas en amplios virajes de 80 grados y manteniendo la temperatura del motor por debajo de los 95º C. Si Bootham no conseguía batir el record de velocidad de Waghorn de 1929 había otros dos S.6B esperando.

Los tiempos por manga comenzaron a decrecer cuando, para mantener el límite del motor, Boothman redujo gases .Cubrió la última vuelta a una medida total de 340.08 millas/h. Eran suficientes, la multitud estallo en un clamor y los barcos y barcas hicieron sonar sus sirenas y silbatos. El trofeo Schneider quedaba en manos británicas.

FIN

Los datos fueron sacados de las revista El Mundo de la Aviación, las fotos fueron tomadas de internet y la autoría de las mismas son otorgada al que corresponda.
 
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Deperdussin



Longitud: 6m

Envergadura: 6,65m

Planta motriz: Gnome refrigerado por aire de 14 cilindros en doble estrella 160 hp

Velocidad: 209 Km/h


Sopwith Tabloid



Longitud: 7m

Envergadura: 7,8m

Planta motriz: Gnôme Monosoupape de 9 cilindros 104 hp

Velocidad: 148 Km/h


Supermarine Sea Lion



Longitud: 7,32m

Envergadura: 10,63 m

Planta motriz: Napier Lion, 450 hp

Velocidad: 237 Km/h



Supermarine Sea Lion III




Longitud: 7,55m

Envergadura: 9,76m

Planta motriz: Napier Lion, 450 hp

Velocidad: 258 Km/h



Curtiss CR-3




Longitud: 7,52m

Envergadura: 6,90m

Planta motriz: Curtiss D-12 5PL, 450 hp

Velocidad: 452 Km/h


Gloster III



Longitud: 8,01m

Envergadura: 6,90m

Planta motriz: Napier Lion VII agua de 12 cilindro, 700 hp

Velocidad: 362 Km/h



Macchi M-39




Longitud: 6,7m

Envergadura: 9,3m

Planta motriz: Fiat A.S.2. 592 hp

Velocidad: 439 Km/h


Macchi M-67



Longitud: 7,65m

Envergadura: 9,98m

Planta motriz: Isotta Fraschini Ass-1000 W-18 1.798 hp

Velocidad: 560 Km/h


Supermarine S-6



Longitud: 8,79m

Envergadura: 9,14m

Planta motriz: Rolls-Royce 12 V, 2.318 hp

Velocidad: 656 Km/h
 

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Macchi MC.72

Ultimo hidroavión de la compañía y mantiene el récor de velocidad para hidroaviones con motor a pistón que no logro competir en el trofeo.

Su motor A.S.6 de 24 cilindro era dos A.S.5 de 1.500 hp acoplados en tándem, los motores accionaban hélices hélices contrarrotativas a través de reductores independientes y ejes coaxiales.

El 10 de abril de 1933, el suboficial Francesco Agello estableció una nueva marca mundial de velocidad sobre un trazado de 3 km, consiguiendo sostener un régimen de 682,078 km/h posteriormente, en octubre de 1933, el M.C.72 se adjudicó un nuevo récord de velocidad, esta vez sobre un recorrido de 100 km, y se adjudicó la copa Louis Bleriot finalmente, el listón absoluto de velocidad fue alzado a 709,209 km/h en un memorable vuelo el 23 de octubre de 1934.

 
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