100% entendido Thunder, más claro imposible
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Un trabajo interesante de donde saqué la siguiente Transcripción
Otro de los lugares de la memoria privilegiados por la Armada es el desempeño del
Batallón de Infantería de Marina Nº 5 (BIM 5). Esta unidad, que estuvo en primera línea y combatió en las principales batallas de la guerra, tuvo un gran accionar en las islas y fue la última en replegarse. Ya en junio de 1982, el
comandante del Área Naval Austral, contraalmirante Horacio Zariategui, comenzó a construir la imagen de la unidad como excepcional cuando dio un discurso de bienvenida a los integrantes del BIM 5 que recién regresaban de las islas. En una sala repleta de periodistas, el oficial señaló:
“Estamos aquí para recibir a un batallón que recibía la orden de contraatacar cuando, simultáneamente, se daba la orden de izar la bandera blanca (…). Un batallón que se rindió porque le dieron la orden, pero que mantuvo hasta el último momento su organicidad. Un batallón que demostró su eficiente preparación y cuyo comandante permaneció en su posición hasta que el último de sus hombres pudo retirarse. (…) Este batallón – remarcó –, que no tiene desnutridos y no entregó una sola arma sana al enemigo (…), este cuerpo supo hacer honor a su tradición, a la Armada Argentina y al país todo”. (
Gaceta Marinera, 01/07/1982)
Luego, autorizó a los soldados a permanecer en el recinto para hablar con los periodistas y ordenó a sus superiores retirarse para que no se sospechara de condicionamientos. Gran cantidad de medios de comunicación del país publicaron testimonios de los conscriptos que confirmaban la imagen del Batallón dada por Zariategui. Por ejemplo, la revista
Siete Días publicó una nota de varias páginas bajo el título “Los combatientes del BIM 5 y sus testimonios sobre la guerra: “Ellos eran mil. Nosotros 87. Y los paramos””, acompañada de fotos de conscriptos alegres y en perfectas condiciones, y de entrevistas a soldados. En el primer párrafo, el cronista indica: “No tienen la imagen de la derrota, ni tampoco la soberbia de quienes creen haber vencido. Estos chicos no se engañan. Ni se resignan. Pese a que no pueden ocultar su dolor por un regreso sin victoria, no se muestran abatidos ni apesadumbrados. Todos saben, o presienten, o confían en que aún no se ha dicho la última palabra” (
Siete Días, 30/06/1982).
El resto de la nota incluía transcripciones de las entrevistas. En una de ellas, ante la pregunta sobre su alimentación, varios soldados respondieron: “(Comíamos) guiso, polenta, lentejas. Siempre tuvimos comida. Cuando no llegaba la comida caliente, comíamos la ración de campaña, de supervivencia, que viene en una cajita y tiene desde café con leche en polvo, hasta un calentador con alcohol sólido, fósforos, chocolate, etc.”. Lo mismo aseguraron respecto a la vestimenta, municiones y correspondencia: “no nos faltó nada”, decía un conscripto, porque “nuestro comandante se ha preocupado mucho por nosotros”. Además, los testimonios de los soldados construían una imagen profesional del Batallón, que había logrado combatir de igual a igual con las tropas inglesas por su gran entrenamiento y preparación, y, de hecho, la orden de repliegue los había sorprendido preparando un contraataque. Como afirma un soldado: “El BIM 5 estaba para seguir” (
Siete Días, 30/06/1982).
La comparación entre el desempeño del BIM 5 con el de las tropas de Ejército era bien evidente para cualquier lector de la época y en un contexto en el que las denuncias por las pésimas condiciones en que habían estado los conscriptos en el conflicto eran moneda corriente. Algunas de las críticas que tuvieron más fuerza fueron: el abandono del conscripto en el frente por la poca presencia de los oficiales en las trincheras; el abuso de los superiores hacia sus subordinados; la carencia de víveres, ropa de recambio, agua y municiones por la tremenda improvisación que atravesó toda la campaña; la vida en posiciones por más de dos meses sin rotación en un clima frío y húmedo como el de las islas, entre otras. Como consecuencia, se difundió una imagen del soldado enfrentado a condiciones inhumanas que lo superaron mucho antes del ataque inglés, y que al momento del mismo sólo atinó a huir, replegarse desesperadamente, abandonando su posición.
El contraste entre esa imagen hegemónica de la guerra que habían vivido los conscriptos y los testimonios de los soldados del BIM 5 era tan evidente que incluso el periodista se vio obligado a aclararlo: “… esta gente de infantería de marina (el único batallón de la Armada que combatió en Malvinas; el último que entregó sus armas) aporta un panorama distinto del que dieron otros soldados, con el fantasma del hambre, del frío, de la falta de municiones y de la aparente carencia de coordinación entre las fuerzas. Esta gente de la Armada inclusive asegura que no se rindió” (
Siete Días, 30/06/1982).
Este énfasis en el gran desempeño de Infantería de Marina, que contrasta con el de las tropas de Ejército, también lo encontramos en el libro
Desde el Frente. Batallón de Infantería de Marina Nº5, escrito en 1996 por el contraalmirante Carlos Robacio –a la sazón comandante de la unidad durante la guerra– en colaboración con el suboficial Jorge Hernández, subcomandante. En esta obra de casi 500 páginas, que ya va por su cuarta edición, el autor pretende destacar el comportamiento ejemplar y excepcional de sus integrantes, fruto de la excelencia de su entrenamiento. En el prólogo del libro, Robacio señala que “bajo ningún punto de vista” es su intención “demostrar que alguno estuvo mejor que otro, como ya ha ocurrido. Ni tampoco mostrarnos como perfectos, y distamos mucho de serlo”. Sin embargo, sólo una página más adelante, y con la excusa de destacar el accionar de las tropas de Ejército, indica claramente cuáles fueron sus falencias: “…comprender el inmenso valor de aquellos que aún careciendo de un adecuado adiestramiento, adaptación al ambiente y con escasos elementos, enfrentaron la acción con un sacrificio, esfuerzo y determinación encomiables” (Robacio y Hernández, 2004: s/n). La comparación es imposible de pasar por alto en un relato en el que el profesionalismo y entrenamiento de la unidad que además ya estaba aclimatada, son dos de los ejes principales.
Para la Armada, elegir la experiencia del BIM 5 ha sido fundamental, no sólo para demostrar que participó en la guerra y que estuvo en el frente de batalla, sino principalmente para destacar que el desempeño de sus tropas fue mucho mejor que el de Ejército. De hecho, el mensaje solapado, y a veces no tanto, es el mismo que vimos para el caso de la Operación Rosario. En palabras de un oficial “si la preparación hubiera sido pareja, en general, no sólo creo que el resultado hubiera sido distinto, sino todo lo contrario de lo que fue” (
Gaceta Marinera, 01/07/1982). Inclusive, muchos relatos de protagonistas de la guerra y de las publicaciones institucionales, al centrarse únicamente en la experiencia de la Armada en el frente de batalla, dejando de lado a quienes integraban la mayor parte del dispositivo de defensa –las tropas de Ejército–, discuten la decisión de rendirse.
Además, al igual que en el caso de la Operación Rosario, también los infantes de marina que combatieron en el frente de batalla permiten destacar una serie de valores tradicionales de la Marina para transmitir a las nuevas generaciones: la disciplina pero también la inventiva, la relevancia del entrenamiento, el valor, la disposición a morir por la Patria, entre otros. Ello es evidente cuando se reseña la vida de Castillo (un suboficial del BIM 5 que murió en las islas) en la página
web de la Armada:
“…Murió sin amilanarse, en combate, abriendo senda y transformándose en un vivo ejemplo para los Infantes de Marina./El Suboficial Segundo de Infantería de Marina Julio Saturnino Castillo, Héroe de la guerra de Malvinas recibió la máxima condecoración: La Nación Argentina al Heroico Valor en Combate por
“Rechazar en forma individual y por propia iniciativa, el ataque de una fracción enemiga produciéndole severas bajas, posteriormente perseguirlas y continuar combatiendo en permanente y ejemplar actividad de arrojo hasta ofrendar su vida…” (Bastardillas en el original).Fuente: Pacarina del Sur -
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POR FIN....La 4 Nacar Reconocida !!!!
Un artículo que nos habla del BIM 5 al regreso de sus Hombres en
1982 y la foto del último acto hace pocos días atrás en el
2016, dos extremos, dos realidades diferentes ,,,,,,,,,pero en el medio ? Creo que nada de nada..... a mi se me pasó y a otros también,,,Pero como es posible que ahora en el 2016 se reconozca Por Fin a la 4º sección cuando Carlos vazquez fue Jefe del BIM 5 ???
Me gustaría estar equivocado, me gustaría no tener la razon, me gustaría que alguien me diga que Carlos Vazquez mientras fué Comandante del BIM5 hizo algo reconociendo el valor de los Soldados que pelearon en la 4 sección bajo sus órdenes, que mandó cartas a los familiares de los fallecidos, que le puso Cerles de nombre a algun sector....no se...algo que me haga ver su paso por el BIM5 reconociendo a los que pelearón y murierón
Algunos me dirán de algun asado con los de exploración ( servicios nada ) ,,,lo sabemos; pero hablo de algo público como lo que vemos en esta foto actual