La USAF acaba de confirmar que el futuro bombardero estratégico que entrará en servicio en el 2018 será tripulado y subsónico, con una planta motriz que será una variante del Pratt & Whitney F119 del empleado por el Raptor y que contará con una firma radar similar o inferior a la del F-22. No será un bombardero futurista supersónico ya que los plazos de desarrollo y el dinero necesario para tal proyecto serán limitados.
Lockheed y Northrop acercaron propuestas de aeronaves supersónicas y no tripuladas, pero la Boeing fue la única que propuso un avión tripulado y subsónico con una firma radar “inferior” al F-22, y con un fuerte parecido al B-2 Spirit; aunque por el momento la USAF no ha indicado si ya ha elegido el modelo de Boeing o de los otros dos fabricantes.
La idea que maneja la USAF y en Pentágono es desarrollar una aeronave stealth, con bajo costo de desarrollo y producción a fin de poder adquirir al menos 100 ejemplares, ya que el Congreso ha instado a la USAF a contar en el mediano plazo con una aeronave que pueda operar en un teatro de operaciones “muy similar a China y el Pacífico”. La USAF dio como requerimientos técnicos un radio de acción mínimo de 3.700 kilómetros, capacidad de reabastecimiento en vuelo, una carga bélica comprendida entre los 6.400 y 12.700 kilogramos y capacidad para vuelo a baja u muy baja altitud.
Ahora falta la aprobación del departamento de defensa que en principio, no está muy de acuerdo con éste proyecto ya que en realidad la USAF necesita un bombardero estratégico recién para el 2025/2030 fecha en que los B-52 finales comenzarán a ser desprogramados. Para entonces se espera poder contar con mayor tecnología y es ahí donde las propuestas de Lockheed y de Northrop ( imagen inferior) de aeronaves supersónicas no tripuladas tienen mayor sentido.
Habrá que esperar qué sucede primero entre los políticos norteamericanos asustados por el crecimiento de China y luego si realmente es necesario un bombardero interino para la USAF.
Lockheed y Northrop acercaron propuestas de aeronaves supersónicas y no tripuladas, pero la Boeing fue la única que propuso un avión tripulado y subsónico con una firma radar “inferior” al F-22, y con un fuerte parecido al B-2 Spirit; aunque por el momento la USAF no ha indicado si ya ha elegido el modelo de Boeing o de los otros dos fabricantes.
La idea que maneja la USAF y en Pentágono es desarrollar una aeronave stealth, con bajo costo de desarrollo y producción a fin de poder adquirir al menos 100 ejemplares, ya que el Congreso ha instado a la USAF a contar en el mediano plazo con una aeronave que pueda operar en un teatro de operaciones “muy similar a China y el Pacífico”. La USAF dio como requerimientos técnicos un radio de acción mínimo de 3.700 kilómetros, capacidad de reabastecimiento en vuelo, una carga bélica comprendida entre los 6.400 y 12.700 kilogramos y capacidad para vuelo a baja u muy baja altitud.
Ahora falta la aprobación del departamento de defensa que en principio, no está muy de acuerdo con éste proyecto ya que en realidad la USAF necesita un bombardero estratégico recién para el 2025/2030 fecha en que los B-52 finales comenzarán a ser desprogramados. Para entonces se espera poder contar con mayor tecnología y es ahí donde las propuestas de Lockheed y de Northrop ( imagen inferior) de aeronaves supersónicas no tripuladas tienen mayor sentido.
Habrá que esperar qué sucede primero entre los políticos norteamericanos asustados por el crecimiento de China y luego si realmente es necesario un bombardero interino para la USAF.