El debate se desvió antes de entrar en el terreno religioso, y con el desvío clásico: una discusión sobre lo justo o injusto de la posición de cada bando. Es una discusión estéril y ficticia. Les puedo asegurar que ninguno de los líderes de los países involucrados llamó a una comisión de moralistas para analizar lo justo a injusto de sus acciones.
Ahora, si consideramos el accionar de los gobiernos involucrados:
-Veo plena racionalidad (dejemos lo justo o injusto de lado) en el accionar israelí - americano. Si un poder político abiertamente contrario a mi país da indicios de buscar el arma nuclear; es lógico que yo reacciones con diferentes acciones tendientes a impedir que alcance su objetivo. Es mi tarea: defender los intereses de mí país, o al menos, el de un sector del mismo.
-No la veo del lado iraní (una vez más, dejemos lo justo o injusto de sus acciones de lado). ¿Cuál es el sentido de gritar a los cuatro vientos amenazas hacia Israel o EE.UU cuando se sabe perfectamente (con numerosos ejemplos históricos en la misma región) las consecuencias que eso puede acarrear? Si yo soy un mandatario iraní, la pregunta hoy es ¿los intereses de quién estoy defendiendo? ¿Del pueblo iraní? Ciertamente no, si eso buscara, llevaría a cabo un programa nuclear en el más absoluto silencio, y si es pacífico, con todos los controles del mundo.
Y ésa es en parte la respuesta al por qué de esta situación: hablamos de la posibilidad de el arma atómica en manos de un gobierno que parece no tener ningún reparo en exponer a su país a las más violentas reacciones de la superpotencia mundial y sus aliados. ¿Y cuál es su límite en ese juego?
¿Es ese el caso de EE.UU? ¿O de Israel? ...¿O de China o Rusia, por nombrar "gente de otro bando"?
Ahora, si consideramos el accionar de los gobiernos involucrados:
-Veo plena racionalidad (dejemos lo justo o injusto de lado) en el accionar israelí - americano. Si un poder político abiertamente contrario a mi país da indicios de buscar el arma nuclear; es lógico que yo reacciones con diferentes acciones tendientes a impedir que alcance su objetivo. Es mi tarea: defender los intereses de mí país, o al menos, el de un sector del mismo.
-No la veo del lado iraní (una vez más, dejemos lo justo o injusto de sus acciones de lado). ¿Cuál es el sentido de gritar a los cuatro vientos amenazas hacia Israel o EE.UU cuando se sabe perfectamente (con numerosos ejemplos históricos en la misma región) las consecuencias que eso puede acarrear? Si yo soy un mandatario iraní, la pregunta hoy es ¿los intereses de quién estoy defendiendo? ¿Del pueblo iraní? Ciertamente no, si eso buscara, llevaría a cabo un programa nuclear en el más absoluto silencio, y si es pacífico, con todos los controles del mundo.
Y ésa es en parte la respuesta al por qué de esta situación: hablamos de la posibilidad de el arma atómica en manos de un gobierno que parece no tener ningún reparo en exponer a su país a las más violentas reacciones de la superpotencia mundial y sus aliados. ¿Y cuál es su límite en ese juego?
¿Es ese el caso de EE.UU? ¿O de Israel? ...¿O de China o Rusia, por nombrar "gente de otro bando"?