China realizó el primer vuelo de prueba del nuevo caza de la quinta generación, el Shenyang-31 (J-31).
Esta nueva exhibición de los éxitos tecnomilitares de China es, además de un regalo para el XXVIII Congreso del Partido Comunista de China, el puño alzado ante un hipotético enemigo.
El J-31 es el segundo modelo de un caza de la quinta generación. En enero se realizaron las pruebas del primer J-31. Ambas son versiones de aviones furtivos, indetectables por los radares del enemigo. Así las cosas, China es el segundo país, después de EEUU, que está creando dos versiones a la vez de cazas de la quinta generación, destacaba Alexéi Sujariev, experto del centro analítico interdepartamental:
–Por cierto que somos testigos del nacimiento de un nuevo líder geopolítico. Con seguridad que en un futuro mediato le hará el peso a EEUU. China, aprovechando su poderoso potencial económico está desarrollando todos los atributos indispensables de la segunda, y es posible que de la primera potencia en el futuro.
Sin duda que los cazas de quinta generación constituyen un motivo de orgullo legítimo. Pero, no se puede excluir que las pruebas posteriores de los J-31 y de los J-20 puedan dilatarse por un plazo prolongado e incluso requerir de la ayuda foránea.
En la versión de los J-31 de prueba están instalados dos motores rusos, los que en el futuro pueden ser remplazados por análogos chinos. Según conjeturas de blogueros chinos, podría tratarse de los motores RD-93. Los cazas chinos JF-17 están provistos, en particular, de tales propulsores.
Sin embargo, analizando los expertos fotografías y video materiales de los J-31 destacan que, lo más probable es que, los motores del nuevo caza chino no puedan cambiar el vector de tracción. A diferencia del caza estadounidense F-22, de aspecto muy parecido. Es muy probable también que el J-31 no cuente tampoco con la posibilidad del despegue reducido y del descenso vertical.
Empero, los expertos no descartan que el J-31 justamente pueda ser propuesto como un caza de cubierta para pertrechar portaaviones. Con respecto al J-20 se planteaba que, este modelo cuenta con un compartimento interno considerable y que, en general es, por su destino principal, un avión de combate. Mientras que el J-31 es una versión de caza de mayor capacidad de maniobra, adaptado en primer lugar para su base en portaaviones.
Leonid Ivashov, presidente de la Academia de problemas geopolíticos veía, en la prueba por China del nuevo modelo de caza de quinta generación, una nueva señal de un cambio del equilibrio global de fuerzas:
–El mundo se desplaza hacia una confrontación militar recia, y China se prepara para ella. China está haciendo todo lo posible para el rearme del ejército con medios modernos de guerra. Ha sido modernizado e incorporado a la Marina de Guerra un primer portaaviones, han sido puestos en servicio activo submarinos de nueva generación y misiles antibuques. Y por cierto que está modernizando la aviación. Todo esto es natural. El mundo se prepara para una gran guerra. Y sus protagonistas son EEUU, China y la OTAN, como componente euroatlántico.
China puso a prueba el caza J-20 inmediatamente después de que EEUU proclamase la estrategia de retorno a Asia. El J-31 despegó en la provincia de Liaoning, en el nordeste de China, en medio de la crispación de las contradicciones en la región contigua entre China, Japón y Corea del Sur. Pekín consolidó, con el primer vuelo del nuevo caza su postura intransigente en el litigio territorial con Tokio, en el Mar de China Oriental.