Hace ya varios años mientras vivía en Londres y luego de una cena, charlaba con varios ingleses e inglesas, cervezas de por medio, sobre Malvinas, la cuestión política y la "simpatía" que teníamos todos por gente como Galtieri o Thatcher. Uno de ellos (el que menos participaba en la charla), nos llama al silencio y muy seriamente me pregunta:
- ¿Ustedes en Argentina odian a la Thatcher?
- Si, desde 1982... no creo que haya argentino que no odie a esta señora, le contesté.
- ¿Desde 1982? Que suerte tienen ustedes los argentinos, nosotros la odiabamos desde 1970 y tuvimos que aguantarla hasta 1990!
El amor/odio que suscita la baronesa entre el pueblo inglés, es comprensible según el lado del pensamiento político que se encuentre uno. Y eso pasa con todos los personajes políticos que han escrito algún renglón en la Historia, sobre todo alguien tan vehemente y convencido de sus principios y fundamentos como lo era la Thatcher. Y si hablamos de estos principios e ideologías, la ex primer ministro fue perfectamente funcional y eficaz para el tipo de políticas que la derecha conservadora británica requería.
Otra cosa muy distinta es lo que piensan de ella los progresistas, liberales, laboristas e intelectuales de izquierda ingleses, gente que obviamente no la votó y a quienes se sumaron muchas personas que se vieron afectadas por las políticas de recortes sociales y que se oponían a la transformación de la Inglaterra de los 60 y 70.
A los argentinos, independientemente de la ideología que tengamos, esta mujer no nos cae bien por motivos bien distintos y que ya todos conocemos.
Y volviendo a la charla de esa noche Londinense, y en medio de las risas y pedidos de más cervezas que provocó la respuesta de mi amigo inglés, yo me quedé con un pensamiento hacia adentro un poco amargo: los ingleses por lo menos habían votado (o no) a la Thatcher, en cambio a Galtieri...