«Ante nuestra mirada»
Continúan preparativos para el despliegue militar ruso en Siria
por Thierry Meyssan
Los adversarios del acuerdo entre Estados Unidos e Irán han iniciado una campaña en la que acusan a Rusia de pretender aplicar en Siria una “anexión militar” similar a la que supuestamente aplicó antes en Crimea. La realidad es que Moscú está preparando una operación contra los yihadistas –conforme a las resoluciones aprobadas en el Consejo de Seguridad de la ONU– y que su intención es llevarla a cabo, cuente o no con el beneplácito de Washington. Por su parte, la Casa Blanca ya organizó una operación conjunta de la coalición internacional y Siria, mientras que Francia está tratando de montarse en el tren ya en marcha, aunque sigue abrigando la esperanza de lograr sabotear la reconciliación entre Estados Unidos e Irán.
Red Voltaire | Damasco (Siria) | 14 de septiembre de 2015
En declaraciones al margen del Foro Económico de Vladivostok, el presidente Vladimir Putin confirmó, el 4 de septiembre de 2015, la intención de Moscú de intervenir contra los yihadistas que operan en Siria.
Prosiguen en Siria los preparativos del despliegue militar ruso, lo cual provoca la cólera de los occidentales. El anuncio que hice en mi crónica semanal, publicada en el diario
Al-Watan [
1], sobre la creación de una Comisión Militar Conjunta sirio-rusa, la entrega a la parte siria de datos de inteligencia provenientes de los satélites rusos, la llegada de numerosos expertos rusos y la entrega de armamento más sofisticado, provocó una verdadera tormenta al verse confirmado por los sitios web israelíes
Ynet [
2] y
DebkaFile [
3]. Posteriormente agregué a esos factores la modernización y ampliación del aeropuerto de Latakia [
4].
Pero, nuevamente, los periodistas israelíes estaban distorsionando la realidad al sugerir que Rusia iba a desplegar su aviación y su infantería para defender a un gobierno sirio ya al borde de la derrota. Algunos comentaristas, que mencionaban un posible traslado de la 810ª brigada de la Marina rusa desde Sebastopol, recordaban el ejemplo de Crimea y hablaban de una posible anexión militar de Siria por parte de Rusia [
5].
Numerosas televisiones atlantistas han divulgado un video de combates grabado en Latakia donde supuestamente se oye a oficiales del Ejército Árabe Sirio hablando ruso. Según el periodista Yuri Artamonov, un análisis del ruido de armas en la banda de sonido permite comprobar que las voces que se oyen no son de oficiales sirios sino las voces de los yihadistas que luchan contra ellos [6]. Por nuestra parte, hemos señalado desde hace tiempo que la mayoría de los individuos que dirigen las fuerzas del Emirato Islámico no hablan árabe cuando se comunican por radio sino que lo hacen en turco y en ruso.
Por supuesto, esto no es así. La Federación Rusa sigue buscando una solución política al conflicto entre sirios, mediante la organización de un diálogo entre el gobierno y su oposición, conforme a lo previsto en el
Comunicado de Ginebra del 31 de junio de 2012 [
7].
Simultáneamente, en respuesta al llamado de la República Árabe Siria y en el marco de las resoluciones adoptadas por el Consejo de Seguridad de la ONU, la Federación Rusa se plantea la posibilidad de emprender su propia operación contra los yihadistas, siguiendo con ello el ejemplo de la coalición encabezada por Estados Unidos contra el Emirato Islámico.
Rusia informó de ello al emisario estadounidense, Michael Ratney, cuando este último visitó Moscú, el 28 de agosto [
8]. Además, Serguei Lavrov llamó públicamente a una coordinación con el ejército estadounidense en la lucha contra los yihadistas [
9].
Eso precisamente es lo que teme el clan Petraeus/Allen/Clinton/Feltman/Juppé/Fabius. En el caso de Siria, lo que separa la realidad de la ficción mediática es un verdadero abismo. Y, como siempre sucede en ese tipo de situación, los mismos que se exprimen el cerebro para inventar las historias propagandísticas acaban convirtiéndose en prisioneros de su propia retórica y engañándose con sus propias mentiras.
El objetivo de la Federación Rusa no es «
reducir» las fuerzas del Emirato Islámico sino derrotar a todos los yihadistas, ya sean del Emirato Islámico (también conocido como «
Daesh»), de al-Qaeda, del Frente Islámico o de cualquier otra organización. Así salta a la vista de todos que, en este momento, no hay en Siria ningún grupo armado antigubernamental que no esté vinculado a los yihadistas. Esto es tan cierto que el Pentágono reconoce ahora que no ha tenido más noticias de los «
rebeldes moderados» que entrenó para que lucharan contra el Emirato Islámico ya que todos, sin excepción, acabaron incorporándose a al-Qaeda. Por su parte, los sirios que al inicio de la guerra se habían unido a los combatientes extranjeros han vuelto a ponerse del lado de la República, a través de los numerosos acuerdos de reconciliación que Damasco ha venido implementado desde hace 3 años, o han optado por los objetivos de los yihadistas.
O sea, si finalmente deciden pasar a la acción, los rusos atacarán a todos los grupos armados que siembran el terror en Siria. Los occidentales no podrán seguir ocultando el hecho que la «
Coalición Nacional de Fuerzas de Oposición y de la Revolución» que ellos reconocieron como representante del pueblo sirio, en realidad respalda a los yihadistas. Y se verán obligados a tener en cuenta a los partidos políticos presentes en Siria, incluyendo a los que se han aliado al partido Baas para enfrentar a los yihadistas.
Un total error de diagnóstico
Los países de Occidente, que al cerrar sus embajadas en Damasco se privaron a sí mismos de toda posibilidad de analizar lo que sucede en Siria, han cometido numerosos errores de juicio. Así que ignoran totalmente la transformación que los últimos 4 años de guerra ha significado para la sociedad siria.
En primer lugar, a pesar de la existencia de conflictos políticos en Siria, no existe una guerra civil. La casi totaliad de la ciudadanía se unió, tras el presidente Assad, contra la agresión externa que amenaza la supervivencia de la civilización levantina.
La prensa atlantista estima que el régimen sólo controla un 20% del territorio nacional y que está, por consiguiente, al borde del derrumbe. Lo que sucede es que el territorio sirio habitable es escaso, mientras que las regiones desérticas ocupan vastas superficies de territorio. La República Árabe Siria ha optado por garantizar la defensa de la población en vez de defender territorios, aún tratándose de los que incluyen los tan codiciados yacimientos de gas y de petróleo. Desde el punto de vista gubernamental, los combates han obligado un 20% de la población a refugiarse en el extranjero, pero el 75% de la población siria se encuentra actualmente bajo la protección de la República Árabe Siria y sólo un 5% –como máximo– se encuentra en los vastos territorios donde se mueven los yihadistas.
Por otro lado, si bien en 2011 muchos creían en la fábula de la «
primavera árabe», la situación es muy diferente hoy en día. Ha fracasado el proyecto del Departamento de Estado, cuyo objetivo era poner a la Hermandad Musulmana en el poder en todo el mundo árabe. La experiencia egipcia se ve hoy como algo totalmente negativo. Desde el comienzo de la operación «
Volcán de Damasco», iniciada en julio de 2012, el conflicto es una guerra yihadista. La opción actual no es estar a favor o en contra del partido nacionalista Baas sino estar a favor o en contra de la modernidad. Los yihadistas defienden un modelo de sociedad gobernado por hombres polígamos, donde las mujeres sólo pueden salir a la calle portando un velo y bajo la custodia de un hombre de la familia, que condena los homosexuales a muerte, donde el islam es la única religión autorizada y que impone como obligatoria la práctica wahabita. De hecho, ya es de por sí sorprendente que un 5% de la población acepte vivir en las zonas bajo control de los yihadistas. Pero sería absurdo esperar que aumente el porcentaje de sirios que acepta someterse a ese sistema oscurantista [
10].
Al aferrarse al mito de la «
primavera árabe», sucesivamente inventado y destruido por ellos mismos, los occidentales perdieron el contacto con la realidad. Decían apoyar un movimiento democrático hostil al presidente Assad. Pero, además de que en tiempo de guerra la democracia parece un lujo, ahora no sólo resulta que los demócratas están respaldando al presidente Assad en contra de los yihadistas, sino que el presidente sirio de hecho resulta haberse convertido en el mejor defensor de dichos demócratas.
Al hacer del Observatorio Sirio de los Derechos Humanos (OSDH) su única fuente de información, la prensa atlantista optó no sólo por engañar a la opinión pública sino también por engañarse a sí misma. El OSDH no es una asociación neutral sino un órgano de propaganda de la Hermandad Musulmana. Y esta cofradía es la matriz de todos los grupos yihadistas. Todos los líderes de esos grupos son miembros o ex miembros de la Hermandad Musulmana, desde Ayman al-Zawahiri [
11] hasta Zahran Alluche [
12]. Los occidentales están pagando hoy las consecuencias de 4 años de propaganda.
El caso de Francia
El presidente francés Francois Hollande anunció recientemente que había autorizado la aviación de guerra francesa a sobrevolar el territorio nacional de Siria en el marco de misiones de reconocimiento destinadas a acumular información sobre el Emirato Islámico y que es posible que la autorice después bombardear a esa organización yihadista.
Hay en este anuncio una porción del aspaviento típicamente provocado por la desesperación. En efecto, Hollande justifica ese anuncio con la imposibilidad de luchar eficazmente contra el Emirato Islámico bombardeándolo solamente en Irak. Pero fue ese precisamente el argumento que el presidente estadounidense Barack Obama ya había empleado anteriormente para convencerlo a él en 2014, argumento que el presidente francés rechazó en aquel momento. Es igualmente una forma de fanfarronería proclamar que las operaciones aéreas comenzaron el 8 de septiembre, cuando todo el mundo sabe que ese mismo día se abatía sobre el Medio Oriente una tormenta de arena de proporciones históricas, que perturbó el funcionamiento de todos los sistemas electrónicos de navegación y que hizo imposible el despegue de los aviones. Lo más importante es que denota una singular forma de mala fe el hecho que Hollande afirme que las fuerzas armadas de la República Árabe Siria no podrán destruir los aviones de guerra franceses porque ya no controlan el norte del país, mientras envía secretamente una delegación militar a Damasco para obtener la necesaria autorización de sobrevuelo.
Prosigue Obama la aplicación del acuerdo de Lausana
Parece, sin embargo, que Francia percibió las consecuencias del acuerdo que Washington y Teherán firmaron el 14 de julio en Lausana y que tampoco quiere verse aislada en un Medio Oriente en plena reorganización.
En todo un año, la coalición internacional contra el Emirato Islámico en realidad no había combatido a ese grupo yihadista, ni en Irak ni en Siria –por el contrario, más bien lo ha respaldado lanzando repetidamente en paracaídas importantes cargamentos de armas que han ido a parar a manos de los yihadistas–, pero el presidente Obama le ha ordenado ahora ayudar a la República Árabe Siria en la defensa de la ciudad de Hassake. Resultado: el 27 y el 28 de julio, fuerzas del Ejército Árabe Sirio rechazaban al Emirato Islámico en esa ciudad mientras que los bombardeos de la coalición internacional dejaban como saldo unos 3 000 yihadistas muertos.
Lógicamente, la próxima etapa debería ser la inclusión de las fuerzas rusas en la coalición anti-Daesh, pero eso parece poco probable. En efecto, los elementos que en Estados Unidos y en Francia se oponen a la paz con Irán todavía esperan lograr extender el caos, no sólo en el Levante sino también por el norte de África y el Mar Negro. Son esos elementos quienes acusan a Rusia de querer «
salvar a Assad» de la «
primavera árabe». Por consiguiente, probablemente veremos dos coaliciones diferentes bombardeando al Emirato Islámico. Aunque también es posible que se produzca una “repartición de tareas” en la que Estados Unidos se ocuparía de Irak mientras que Rusia haría lo mismo en Siria