De cómo la revolución siria se convirtió en yihad
El Confidencial se reúne con el fundador el ELS. Su desdicha es la fiel representación de la que fue la mejor apuesta para una Siria democrática. La historia de cómo la revolución se convirtió en yiha
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11.12.2015 – 12:16 H.
El futuro de un hipotético acuerdo de paz para Siria se decide en Riad. Los grupos de la oposición, incluidas las facciones de corte salafista-yihadista como Ahrar al-Sham, han aceptado encontrarse con el Gobierno de Bashar al Assad en los diez primeros días de enero. En este contexto, El Confidencial entrevista al fundador el Ejército Libre de Siria. Esta es la historia de cómo la revolución siria se convirtió en yihad.
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El coronel camina torpemente mientras cojea, la nueva prótesis apenas le permite avanzar. Los tres guardas que le acompañan le ayudan con la puerta. Tras un par de forcejeos, se sienta. Uno de los escoltas corre ligeramente el visillo. “No tenemos mucho tiempo”, explican, “es por la seguridad del coronel”. En un pequeño local de los suburbios de Estambul, entre trastos viejos y un pequeño sofá roído, el fundador del
Ejército Libre de Siria relata la historia de su desdicha. Su estropeada imagen es la fiel representación de la que fue la apuesta más prometedora para
una Siria democrática.
Riad al Asad, fundador del ELS.
Riad al Asad, junto a otros siete desertores del
Ejército de Bashar al Assad, fue quien fundó el ELS el 29 de julio de 2011. Tras publicar una declaración custodiada por un escudo exclusivo, la nueva facción armada se erigió como el adalid de la lucha contra el dictador. Conforme avanzaban los combates, diversas milicias se iban formando en distintas zonas del país. “Todas acudían a reunirse conmigo hasta Idlib y ahí me juraban fidelidad”, afirma Riad. Así, el nuevo cuerpo de la tropa rebelde comenzó pronto a recibir apoyos de la disidencia, hombres de negocios “sirios, kuwatíes o saudíes”, que hacían sus aportaciones económicas a la nueva marca anti-Assad.
A partir de ese momento, Riad al Asad se trasladó a un campamento militar en Turquía, conocido como Apaydin, muy cercano a la frontera con Siria. Este desconocido lugar en la provincia de Hatay hizo “de cuartel principal del ELS durante un tiempo”, asegura Riad. Los nuevos generales acudían a Siria a combatir durante el día y por la noche regresaban al campamento con sus familias. “Los mejores años de nuestro Ejército fue en el comienzo de 2012, cuando buscábamos construir un cuerpo sólido y unificado que luchara por
los principios de la revolución”, cuenta Riad, “colas de cientos de soldados acudían a reunirse conmigo para recibir sus salarios”. “Pero todo terminó a finales de ese año”, recuerda con pesar, “cuando las potencias extranjeras se propusieron arruinar el Ejército Libre de Siria”.
El Coronel olvidado
En los comienzos, cuando el líder del ELS salía casi a diario en la prensa internacional, asegura que recibía llamadas de los servicios de inteligencia de varios países, “incluida la CIA”, para pedirle información sobre sus pretensiones políticas para el futuro. “Todos lo han intentado”, confiesa a El Confidencial, “todos han intentado manipularme en su propio beneficio y no precisamente en favor del pueblo de Siria”, se resigna. El punto de inflexión se produjo a finales de 2012, durante las reuniones en Antalya para formar un nuevo “Consejo Militar Central”. Promovido por Turquía, Qatar y Estados Unidos, el acuerdo buscaba crear
un mando unificado al que entregarían nuevo armamento. “No me invitaron al encuentro”, asegura Riad.
En cambio, se nombró al general Salim Idris como el cabeza de todas las brigadas de oposición. “A partir de ahí, los donantes dejaron de mandarme dinero. No podía pagar a nuestros soldados así que dejaron de acatar mis órdenes”, dice Riad. Las enormes colas que se originaban frente a su cabina del campamento de Turquía desaparecieron de la noche a la mañana y nadie acudía a reunirse con él. En su opinión, las potencias extranjeras decidieron financiar a pequeños grupos “motivando divisiones internas en el ELS y así controlar y manipular a la oposición que combatía dentro Siria”.
Fue en este contexto cuando los grupos de corte salafista-yihadista, como
Daesh, el Frente al Nusra o Ahrar al Sham, se hicieron más fuertes y ganaron adeptos. “Estos grupos se negaron al apoyo occidental. En un momento de desencanto con Estados Unidos, esto les hizo crecer. Convenció a muchos sirios que habían visto los intentos de Estados Unidos por tomar el control”, afirma. Los dos últimos grupos, en cambio, sí recibían sustento de
Turquía, Qatar y Arabia Saudí. Ahora, además de Daesh, son precisamente Ahrar al Sham y Al Nusra (filial de Al Qaeda en Siria) las facciones más poderosas sobre en el frente de batalla. Incluso, Riad reconoce que coordina operaciones con ellos.
Pero en mayo de 2013, tuvo lugar el primero de varios intentos de asesinato que han arruinado sus días. La explosión de un artefacto bajo su coche le hizo perder la pierna derecha y le retiró del campo de batalla para siempre. En los últimos años, ha sufrido varios atentados, incluso en territorio turco. En el segundo, incluso perdió a uno de sus hijos. “La revolución siria ha sido secuestrada”, explica desalentado, “los americanos han escogido a la gente más débil y manipulable para liderar nuestra revolución. Por eso, cuatro años más tarde, el país está sumido en un absoluto caos”.
Un combatiente del ELS lanza un coctel molotov durante choques con el Ejército de Al Assad en Alepo, en diciembre de 2013 (Reuters).
Riad: otro intento de frente común contra Assad
Divididas durante años, las distintas fuerzas de la oposición siria, tanto políticas como armadas, se han reunido esta semana en Riad para formar un frente común contra Bashar al Assad. Las potencias que participaron en las conversaciones de Viena quieren retomarlas en enero y, para ello, exigen la formación de una delegación de oposición unificada. “El objetivo de Riad es formar una plataforma política que sea una referencia para las negociaciones”, explica Osama abu Said, el consejero político de algunas brigadas del ELS. “También para formar un bloque fuerte que presione por la
salida de Assad en una hipotética transición”.
Hace poco, milicias como Ahrar al Sham o Yaish al Islam eran considerados grupos yihadistas con los que no se debía negociar. Pero hoy Ahrar acude a Riad respaldado por la comunidad internacionalPor primera vez, varios de los grupos armados han sido invitados a las negociaciones. Parece que la parte política y los aliados han entendido el importante papel de quienes combaten sobre el terreno. Según cuenta Abu Said, 15 representantes de distintas milicias asistieron a Riad. Se trata de Ahrar al Sham, Yaish al Islam, el Frente del Sur y las facciones del ELS de varias ciudades. “La idea es unificarlos para crear un grupo armado sólido que siga un mismo mando de operaciones”, explica. “Después de Riad, queremos que se termine el tópico de que la oposición siria no está unida”.
Sin embargo, hace menos de un año, milicias como Ahrar al Shams o Yaish al Islam eran considerados grupos yihadistas radicales con los que no se debía negociar. Pero hoy Ahrar es uno de los bloques más fuertes y acude a Riad respaldado por la comunidad internacional. “Esto significa que tanto uno como otro van a formar parte del futuro de Siria”, asegura Abu Said. Aunque Ahrar ha moderado mucho su lenguaje en los últimos meses, su ideología muyahidín apuesta por una Siria salafista. En el frente, ha combatido junto a al Nusra. Abu Said, incluso, reconoce que la inclusión de Ahrar en el proyecto político es una oportunidad para que miembros de al Nusra abandonen al Qaeda y se unan al programa político del futuro.
Tras los encuentros en Riad, el grupo de Viena se reunirá en Amán para formar una lista que integre los grupos terroristas que combaten en Siria. “El único que está claro es
Daesh”, sigue Abu Said, “Rusia e Irán quieren introducir a Ahrar al Sham y a Yaish al Islam, pero la Conferencia de Riad ya tiene el reconocimiento de Estados Unidos y de Francia…”. Además, el consejero asegura que cada parte utilizará sus peones a la hora de pactar. Los aliados de Al Asad pretenden incluir al Frente al Nusra, “pero solo lo aceptaremos si ellos meten a Hezbollah”. Así, la negociación sobre esta lista será el punto de partida para el supuesto alto el fuego preparado para 2016. “Se dejará de bombardear en todo el país menos en las zonas donde estén los grupos terroristas”, concluye.
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