Barbanegra
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China, clave a la hora de aplicar las nuevas sanciones contra Corea del Norte
La embajadora de EEUU en la ONU, Samantha Power, aseguró que se trata del castigo más duro que se impone a cualquier gobierno internacional en los últimos 20 años.
La resolución es el resultado de casi dos meses de negociaciones entre Washington y Pekín, el principal valedor hasta ahora de Pyongyang y cuyo comportamiento en los próximos meses será determinante a la hora de comprobar la vigencia de estos castigos.
La comunidad internacional pretende bloquear por primera vez la principal fuente de ingresos de Corea del Norte: la venta de minerales.
La normativa pretende paralizar las exportaciones de productos como el carbón, hierro, oro o titanio, que representan casi la mitad de los ingresos que consigue ese país en su comercio con el exterior y que en su mayor parte eran asumidos por el mercado chino.
El texto incluye, sin embargo, la posibilidad de flexibilizar la aplicación de esta medida ya que excluye las "transacciones que se realicen para fines de subsistencia", un concepto lo suficientemente vago para que la actitud de Pekín -que canaliza el 90% del comercio exterior norcoreano- sea determinante.
El diario chino 'Global Times' indicó recientemente que los importadores de carbón de la ciudad fronteriza de Dandong, la principal puerta de acceso de Corea del Norte a China y por ende al mundo exterior, ya habían recibido la orden de interrumpir las compras de carbón a partir del 1 de marzo.
Pyongyang exportó a China cerca de 1,6 millones de toneladas de carbón al mes durante el pasado año, lo que le reportó ingresos por valor de 1.000 millones de dólares.
El citado 'Global Times' opinó en su editorial que estas sanciones "supondrán un dolor sin precedentes para el país".
"Pensamos que se lo merece.. porque ha cometido un terrible error al desarrollar su capacidad nuclear, que supone una amenaza para los intereses nacionales de China", añadió el periódico, que suele reflejar el ideario más conservador del Partido Comunista Chino.
Sin embargo, el medio de comunicación dejaba traslucir que el impacto inicial de esta decisión podría diluirse en el futuro como ha ocurrido en casos anteriores, ya que -escribió-, Pekín "debe amortiguar las duras sanciones de Washington en cierta medida".
"China se opone a aplastar la economía norcoreana o al cambio de régimen", puntualizó.
Para los norcoreanos, cualquier actividad comercial en el extranjero constituirá ahora todo un desafío ya que su flota naval y sus aviones serán sometidos a inspecciones obligatorias para asegurarse que no transportan objetos prohibidos, cuando antes sólo se hacía si existían sospechas fundadas.
Además la ONU ha dictado que se clausuren las oficinas de sus bancos en el exterior en un plazo de 90 días y que se congelen los activos de cualquier entidad del Gobierno de Corea del Norte o del Partido de los Trabajadores, la formación que gobierna la nación comunista, que esté relacionada con su programa de armas nucleares o cohetes de largo alcance.
Las nuevas sanciones contemplan también impedir que la nación comunista importe combustible para sus aviones -tanto militares como civiles-, para sus cohetes, la venta de vehículos civiles que puedan tener un uso militar y de armas de pequeño calibre, lo que supondría que el país queda sometido a un embargo total de armamento de cualquier tipo.
El presidente de EEUU, Barak Obama, se felicitó por la decisión y opinó que la comunidad internacional ha enviado "un mensaje sencillo" a Pyongyang: "debe abandonar sus peligrosos programas (armamentísticos) y elegir un camino mejor para su pueblo".
El principal diario del régimen comunista, 'Rodong', ya había adelantado hace días que el país pretende "ampliar la autosuficiencia" como respuesta al plan "de los imperialistas" para "ahogar" su economía y obligarles "a la sumisión mediante sanciones".
http://www.elmundo.es/internacional/2016/03/02/56d707ec46163f441b8b45c2.html