Política
Violencia, anarquía y apoyo externo: el perfil de dos grupos mapuches que tienen en vilo a Chile y la Argentina
Se trata de las agrupaciones RAM y CAM, que operan en el sur de ambos países; fuerte preocupación de Mauricio Macri y Michelle Bachelet
Por
Martín Dinatale 8 de agosto de 2017
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Utilizan la violencia como metodología única de protesta.
Sueñan con un Estado mapuche autárquico en la Patagonia. Algunos de sus miembros fueron avalados por el kirchnerismo y la izquierda setentista, recibirían apoyo financiero del exterior y están dispuestos a sembrar el terror. Esta es la radiografía central que elaboró el Gobierno sobre los dos grupos mapuches que tienen en vilo a las poblaciones sureñas de Chile y de la Argentina: la agrupación
Resistencia Ancestral Mapuche (RAM) y la
Coordinadora Arauco Malleco (CAM).
Durante las últimas horas se intensificó la cooperación y el intercambio de datos de las fuerzas de seguridad y los servicios de inteligencia de la Argentina y Chile para frenar la ola de violencia que sacude el sur chileno y las provincias de Chubut, Río Negro y Neuquén.
Santiago Maldonado, el joven desaparecido el 1 de agosto pasado tras un corte de la ruta 40 de la comunidad mapuche en Esquel.
Según un documento reservado del Ministerio de Seguridad al que accedió
Infobae, el grupo de resistencia mapuche
tiene como uno de sus líderes a Facundo Jones Huala, que está detenido en Esquel por la ocupación ilegal de campos, y Chile pide su extradición por actos de terrorismo y atentados de diversa índole realizados en nombre de la agrupación CAM.
En el informe que elaboró el Gobierno sobre el perfil de la agrupación RAM, figuran
77 hechos delictivos de violencia provocados en Río Negro, Chubut y Neuquén desde 2013 por parte de este grupo. "Hubo ataques que van desde incendios, daños, amenazas, privaciones ilegítimas de la libertad, destrucción de maquinaria y abigeato, entre otros delitos", dice el informe de 37 páginas. El grupo de resistencia mapuche se adjudicó en la Argentina estos delitos por medio de panfletos, redes sociales o pintadas con un escudo que los caracteriza. Los blancos elegidos por estos grupos de violentos son diversos: incendios a las tierras de plantaciones forestales; ataques a vehículos de empresarios; la usurpación de estancias de hacendados; ataques a periódicos de la zona; disparos intimidatorios a trabajadores judiciales; ataques a la Gendarmería; daños de los tendidos eléctricos o la ocupación de predios del Ejército, entre otros.
La idea es generar un clima de anarquía y violencia extrema.
"Es hora de frenar la violencia, unificar fuerzas con los jueces federales y detener sin piedad a los violentos ante delitos en flagrancia. Para eso estamos coordinando labores con las fuerzas de seguridad y las autoridades de Chile", explicó a
Infobae un destacado funcionario de la Casa Rosada, donde el presidente Mauricio Macri pidió a la ministra
Patricia Bullrich "ir a fondo" con el tema.