Raro que coincida con
@Derruido, pero estoy mayormente de acuerdo. Ahora bien, tengo que expresarlo a mi manera y desde mi óptica....
En primer lugar, el Ministro de Defensa da a entender que no se refiere a conflictos internos. No estaría hablando de modificar la leyes de seguridad interior y defensa nacional. Sino que se refiere a la intervención en conflictos internacionales, fronteras afuera.
Si es así, estaría hasta cierto punto saldada una de mis preocupaciones, consistente en reorientar las FF.AA. a seguridad interior en detrimento de su función primaria de defensa nacional. Con todo lo que ello ha implicado en el pasado y muchos tememos que podría volver a implicar. En este aspecto, yo prefiero el no-cambio.
Pienso que igualmente quieren involucrar a las FF.AA. en seguridad interior, pero, bueno, parece que no tanto como me temía originalmente.
En segundo lugar, si es correcto el anticipo del Ministro de Defensa entonces se esta hablando de aumentar la participación de Argentina en la "guerra contra el terrorismo".
En general, se podría decir que las tres funciones de las FF.AA. de un país son, de mayor a menor importancia, la Defensa Nacional, la Defensa de los Intereses Nacionales y el Apoyo a la Comunidad.
De ser correcto el anticipo del Ministerio de Defensa, la Defensa de los Intereses Nacionales en el extranjero pasaría a ser la "guerra contra el terrorismo". ¿Son realmente nuestros intereses? yo lo dudo.
La Guerra contra el Terrorismo me recuerda muchísimo a algo que predomino mucho en el siglo XIX y la primera mitad del siglo XX y por eso a mí me gusta considerarlas "guerras neo coloniales" o "neo imperiales". La finalización de la guerra fría ha traído inestabilidad en amplias regiones periféricas del globo que las potencias centrales tratan de reordenar mediante intervenciones militares permanentes de carácter colonial.
¿Argentina tiene intereses neo coloniales? ¿Es un interés vital de Argentina contribuir a la estabilizaciones de regiones periféricas que se han transformado en inestables por la explosiva combinación de las intervenciones de potencias centrales y conflictos internos históricos? ¿Argentina será más segura así? ¿Mejora su acceso a recursos estratégicos?
Escudé, Di Tella y Menem decían que los intereses vitales de Argentina y Estados Unidos eran exactamente iguales. Era parte de la doctrina de la política exterior argentina popularmente conocida como "relaciones carnales". ¿Son los intereses de una superpotencia y un país periféricos exactamente los mismos? difícilmente. Puede haber puntos en coincidencia, pero no asimilación. Da para mucho más debatir este punto pero lo dejo aquí.
Se que en este foro es un tema tabú, pero me parece pertinente recordar algunos de los discurso que en el marco de su finalización de mandato brindo la ahora ex presidenta. Palabras más, palabras menos, sostenían que Argentina no tiene nada que ver con los conflictos bajo la supuesta guerra contra el terrorismo y que no aumentaría nuestra seguridad, sino al contrario. Es una advertencia a tener muy en cuenta. No porque lo diga la ex presidenta, sino porque también algunos centros de estudios de relaciones internacionales argentinos coinciden en esta predicción.
La ex presidenta agregaba que la prioridad de Argentina tenía que pasar por contribuir que Sudamérica continue siendo la región más pacífica y estable del mundo. Con sus pros y sus contras, esta región parece menos violenta que la mayoría de los otros continentes. Cruz del Sur, la intervención en Haití e iniciativas similares forman parte de estos intentos de solidificar la paz y estabilidad en esta región. ¿contribuirá a la misma involucrarse en intervenciones internacionales en la eterna guerra contra el terrorismo? yo lo dudo.
La guerra contra el terrorismo merece un comentario adicional. Estados Unidos ha pasado los últimos años intentando de que los "aliados" se comprometan más en esta guerra permanente y, en el proceso, reducir los compromisos propios en estos conflictos y liberar recursos para orientarlos hacía lo que consideran sus principales amenazas en el futuro: la estabilidad en el Pacifico y Eurasia. En pocas palabras, Estados Unidos esta reorientando sus esfuerzos hacía potencias con fuerzas armadas convencionales, como China y Rusia.
¿Es nuestro interés ser parte de esos "aliados" que hacen el trabajo sucio para que Estados Unidos pueda aliviar sus compromisos allí y reorientar sus esfuerzos nacionales hacía los rivales estratégicos que realmente le preocupan? ¿estaremos mejor así? ¿somos conscientes que se teme que uno de esos rivales estratégicos sería Brasil?
Mi quinto comentario tiene que ver con el tema de las "hipótesis de conflicto".
Yo estoy de acuerdo con el concepto de que Argentina ya no tiene "hipótesis de conflicto" porque hay que entender esa declaración en su contexto.
Hasta años muy reciente Argentina mantenía su planificación estratégica orientada a hipótesis de conflicto definidas en el siglo XIX: la defensa de límites políticos en disputa con los países limítrofes. Ni siquiera las Islas Malvinas formaban parte de esas hipótesis de conflicto tradicionales, porque no estaba en el continente.
Por eso, cuando tengo oportunidad, digo que la guerra de Malvinas la perdimos más de cien años antes de que el primer hombre desembarcara en esas tierras. No existía planificación, doctrina ni preparación para la misma. Sólo la Armada (porque cada fuerza tenía sus propias hipótesis de conflicto) tenía como hipótesis Malvinas, y sólo para una operación de recuperación de corta duración. No existían planes para reforzar y mantener las islas una vez recuperada y no se desarrollaron capacidades en esta dirección.
La realidad es que prácticamente todos los conflictos limítrofes continentales que teníamos en el siglo XIX han sido resueltos a lo largo del siglo XX. Sólo quedan unos pocos kilómetros a definir con Chile en Hielos Continentales y nadie va a hacer una guerra por ello.
Que se hayan terminado los hipótesis de conflicto en el sentido en que fueron definidos en el siglo XIX es bueno.
Las hipótesis de conflicto, aunque ya no se usen esas palabras, pasan a ser definidas por otros factores. Ante todo, ahora preocupan las amenazas a los recursos naturales estratégicos, aunque me gusta llamarlo "recursos vitales". Para las antiguas hipótesis de conflicto, Vaca Muerta no era algo para proteger
per se. Ahora me parece que sí.
Dentro de los recursos vitales se menciono el agua, no porque alguien quiera llevarse una botella sin permiso, sino porque más del 80% de la población, la industria, el comercio y, esencialmente, todo lo que pasa en nuestro país se desarrolla alrededor del Acuífero Guaraní. La gestión del acuífero es, por tanto, un tema vital de la defensa nacional y, también, de los intereses nacionales dado el hecho de que es compartido con otros cuatro países.
Ahora el tema de las islas del atlántico sur (un conflicto limítrofe pero no continental) y Antártida adquiere un protagonismo mayor al que se tenían tradicionalmente.
Se comenzó a hablar de planificar para mejorar las capacidades militares sin mencionar hipótesis de conflictos, pero si se presta atención esa mejora de capacidades tienen en cuenta estas cosas.
Personalmente, bienvenido este abandono de las hipótesis de conflictos... tradicionales. Por lo que veo, el actual ministro también habla de mejora de capacidades por lo que me parece que la reorientación en la percepción de amenazas estratégicas y consecuente planificación se mantiene.
Sexto comentario, a modo de síntesis de lo dicho hasta aquí. Es imposible saber que pasara en el futuro, pero seguramente volverán a haber guerras. Simplemente, hay que tener una razonable preparación para ello. Un país como Argentina no puede renunciar a su defensa. Pero las amenazas cambian y hay que cambiar la preparación en consecuencia.
Creo, eso sí, que hay que tener cuidado con caer en la tentación de prepararse para "nuevas amenazas" que en realidad implican relegar a las Fuerzas Armadas en una fuerza policial, perdiendo su razón de ser en el proceso. O, en el otro extremo, adoptar como propias la agenda de la política internacional impulsada por potencias hegemónicas con intereses estratégicos no necesariamente 100% coincidentes con los nuestros.
En cualquier caso, la guerra seguramente continuará consistiendo en la destrucción y matanza planificada. Pase lo que pase, las Fuerzas Armadas deben prepararse para proyectar violencia mortal. Para mí, planificar en la mejora de capacidades de las Fuerzas Armadas debe tener que ver, necesariamente, con mejorar su capacidad de ser mortales.
Eso sí, como no somos una superpotencia económica, para acrecentar y mantener esa capacidad a largo plazo, debe ser fiscalmente sustentable.
Mi septimo comentario va dirigido al tema de la defensa del Atlántico Sur.
El Atlántico sur es muy amplio y requiere acotar la definición.
Por un lado, si contamos todo el territorio marítimo argentino, es prácticamente otro país que hay que defender. Indudablemente, un compromiso muy importante. Pero me pregunto si es más un tema de defensa o de seguridad. Para mí, gran parte de la defensa de estos territorios tienen más que ver con una actuación policial que militar. Ni siquiera es una interpretación personal, es la ley. Para muchas cosas, especialmente de carácter militar, la ZEE y plataforma continental continúan siendo aguas internacionales de libre circulación y uso por cualquier potencia naval.
Indudablemente con la prefectura no alcanza a protegerse tan extenso territorio, pero me resulta poco feliz que la mejora de capacidades de la ARA se oriente en esta dirección esencialmente policial.
Dije que defensa del Atlántico Sur puede verse de varias maneras. La policial es una. No la única.
Me llama mucho la atención, en este sentido, de que no se mencione las vías de comunicaciones. El mar no es un estrictamente un lugar para pescar o extraer petróleo. Es también por donde viajan los buques de carga con la mayor parte del comercio internacional de Argentina. Incluso gran parte del comercio bilateral entre Argentina y Brasil se hace por vía naval. Cualquier conflicto en el mar del Japón podría tener consecuencia nefastas para Argentina, pues podría asfixiar nuestro comercio.
Muchos países orientan sus Armadas para mantener sus vías de comunicacion naval abiertas. Me preocupa que no se mencione nada al respecto por parte de nuestro Ministro de Defensa, a pesar de que la defensa de las vías de comunicacion es un interés nacional que es compartido con otros países (incluido Estados Unidos). Y lo llamo interés nacional, porque si se desarrolla en aguas internacionales (cualquier cosa más allá de la milla 24) entonces va más allá de la estricta defensa nacional.
Una tercera forma de ver el tema del Atlántico Sur son los conflictos limítrofes no-continentales sobre los archipiélagos de Malvinas, Sandwich, Greenwich y Antártida.
Ya anticipo que no creo que Argentina deba prepararse para la guerra con Reino Unido. La eventual solución a ese conflicto va por otra vía. Pero existen muchas tensiones en estas aguas que no formaban parte de las hipótesis de conflicto tradicionales y tampoco queda claro que formen parte de la actuales.
En pocas palabras, me preocupa que en el tema naval se priorice la cuestión policial vinculada al control de la pesca, minería e hidrocarburos de la ZEE y plataforma continental y se pierda en el proceso otros aspectos vinculado a la seguridad del Atlántico Sur que pueden tener mucho más que ver con los roles tradicionales de una Armada.
Para ir finalizando, se esta hablando mucho del cyberespacio.
Es un tema complejo que difícilmente se pueda agotar en estas líneas.
Varios países están están incorporando esta dimensión como parte de sus Fuerzas Armadas. Pero yo tengo mis dudas.
Indudablemente es una cuestión que puede tener que ver con la defensa y seguridad nacional. Pero ¿es una cuestión en la que las FF.AA. tengan algo para aportar?
Trataré de explicarme mejor. Muchos aspectos que tienen que ver con los intereses nacionales no son defendidos por las FF.AA., sino que son abordados por la diplomacia e, incluso, el ministerio de economía. Por ejemplo, grandes flujos financieros internacionales pueden ser determinantes, por ejemplo, en la estabilidad política y económica de un país. Pero las Fuerzas Armadas no pueden hacer nada para enfrentar esas amenazas, un Banco Central y un Ministerio de Economía tienen más herramientas para esto.
Pues bien, conflictos en el cyberespacio están a la orden del día y deben ser abordados. Pero ¿es un espacio donde las FF.AA. tengan algo que aportar? ¿O es más propio de las agencias de inteligencia? en Estados Unidos la NSA tiene mucho más impacto en la seguridad nacional que todas las FF.AA. estadounidenses juntas, por más que estas últimas también están invirtiendo en esta temática. Mucha de las amenazas de cyberseguridad son llevadas a cabo por organizaciones criminales o, incluso, por compañías privadas que tratan de obtener o afectar a sus competidores industriales. Muchas de estas amenazas pueden venir del garage de un joven estudiante. Todas cosas que parecen más acordes a agencias de inteligencia y seguridad interior que a las Fuerzas Armadas.
Me parece que las Fuerzas Armadas sólo pueden aportar en dos aspectos. El primero, desde el punto de vista de auto-proteger sus propios sistemas de armas ante ataques cibernéticas enemigos y desarrollar tecnologías equivalente para responder. Pero eso no tiene nada de nuevo. Tradicionalmente se lo llama "guerra electrónica" y va desde la inteligencia de señales, contramedidas electrónicas y un amplio abanico de sistemas y especializaciones en esta temática. Indudablemente, Argentina tiene bastante que avanzar en esta materia, pero que se lo llame ahora "cyberguerra" no debe hacer perder de vista que continúa siendo la tradicional guerra electrónica que ya se usaba en la Segunda Guerra Mundial y que se ha ido haciendo cada día más compleja.
El segundo aspecto en el que creo que puede aportar las Fuerzas Armadas es el desarrollo de las capacidades necesarias para neutralizar infraestructura física. Algo también muy antiguo: la destrucción de centros de comando, control y comunicaciones enemigas. Si X país tiene un edificio donde se encuentran sus computadoras de cyberguerra y sus hacke-soldados, pues hay que poder bombardear ese edificio o destruir las líneas de alta tensión que le proveen energía eléctrica y el cableado de fibra óptica a través del cual estos cyber enemigos envían sus cyberproyectiles.
En este segundo aspecto, me parece que las Fuerzas Armadas serían auxiliares de la agencias de inteligencia en esta misión concreta de neutralización de infraestructura física de los eventuales cyber-enemigos. Y, probablemente, llegada a esta instancia hay que percibirlo en el contexto de una guerra convencional más tradicional donde, además, se tratan de atacar estos objetivos para lograr alcanzar los objetivos militares planteados para esfuerzo bélico.
En este aspecto, me parece interesante recordar que cuando en el 2015 se inicio la polémica reestructuración de la ex-SIDE, parte de las novedades fue la incorporación de un novedoso departamento dedicado a este tipo de cosas. Desconozco en qué habrá quedado esto con todas las idas y vueltas.
Pero, para repetirlo sintéticamente, me parece que las Fuerzas Armadas tienen poco que hacer en la "cyberguerra"
per se. Me parece una tarea más propia de inteligencia. Creo que las FF.AA. si deben mejorar sus capacidades en guerra electrónica y en la capacidad de destruir o inutilizar infraestructura física con objeto de reducir la capacidad de respuesta de los eventuales enemigos, incluyendo en el listado de esa infraestructura física los eventuales bancos de datos, cloud, centros de comando, control y comunicaciones, etc.
Muy sintéticamente, por más de que se ponga de moda la palabra "cyberguerra" me parece que la base continuará siendo el desarrollo de capacidades para la guerra convencional.