Post G20, la aviación militar argentina será preservada esperando mejores tiempos ¿llegarán?
Por
Federico Luna
-
5 octubre, 2018
1
Acorde al presupuesto confeccionado, luego recortado y ahora en discusión de parte del Congreso de la Nación, las FF.AA. argentinas resultaran preservando buena parte de sus medios y dejando en tierra a la mayoría de sus pilotos hasta 2020. Los roles de defensa aérea serán realizados con limitaciones y en algunos casos con capacidades muy marginales.
Por ejemplo, según los informes al Congreso de parte del Jefe de Gabinete de Ministros, Marcos Peña. Los helicópteros Mil Mi-171E adquiridos para operaciones antárticas, fueron preservados. Estas aeronaves se encuentran muy próximas a las 2000hs de vuelo en cada una de ellas, al llegar a este uso, según su fabricante deben ser enviadas a la Federación Rusa para su Inspección de Ciclo Mayor (ICM). Un trabajo que recorre cada uno de los componentes de su célula y motores, inclusive reemplazando algunos de ellos. Un trabajo que representa entre el 20% y 30% del costo final de los aparatos, costoso en tiempo y forma, algo que la Fuerza Aérea no está en condiciones hoy de afrontar. Incluso con consecuencias y demoras debido a la propia atrición rusa en el soporte de componentes, sea por el conflicto con Ucrania o la instauración del proceso CAATSA, como medida estratégica, de parte de los Estados Unidos.
La Republica Argentina solo cuenta con capacidad de realizar el mantenimiento menor hasta esta etapa, ya que debido a que solo se incorporaron dos de estos aparatos, no hubo transferencia tecnológica para brindar tales capacidades a la Fuerza Aérea Argentina. En Latinoamérica existen capacidades de Inspección de Ciclo Mayor para este tipo de aeronaves de origen ruso en sus distintas variantes, sin embargo, las capacidades no son totales ni completamente autónomas y precisan un grado de apoyo de parte del fabricante.
Debido a esto, las tripulaciones y mecánicos de este sistema de armas, están siendo reconvertidos a Bell 412EP. Como informamos recientemente, estos aparatos tomaran las funciones de los Mi-171E, sin embargo incluso a sola vista podemos ver que las aeronaves son de capacidades muy diferentes y que esto representara una importante exigencia a los nuevos Bell 412EP. Tal decisión puede llevar a consecuencias importantes a fines del año 2019 y 2020, con dos sistemas de armas seriamente limitados, uno por preservación y la (ya asumida por algunos) eventual desprogramación de los Mi-171E y otro, como reemplazo eventual de este, agotado por la exigencia de las funciones y necesitado de trabajos de mantenimiento mayor. De nuevo, costosos en tiempo y forma.
También en su informe al Congreso, el Jefe de Gabinete de Ministros hizo referencia a las consultas realizadas por los legisladores acerca del estado de la adquisición de los cazabombarderos navales Dassault Super Etendard Modernisé. Si bien ya cancelado el monto para la adquisición de las aeronaves, existen serias demoras y dudas sobre los siguientes procesos para poner en valor tanto las aeronaves propias como las aeronaves por recibir. El traslado de las aeronaves, herramental, insumos y repuestos adquiridos tiene un costo apenas superior a 1.5 millones de Euros, una cifra risible en el mercado mundial de armas pero un número que parece difícil de conseguir o poco atractivo para el gobierno, más considerando los fuertes vaivenes de la economía y la posición de las divisas en el tesoro nacional.
Una cifra similar sería necesaria para la recuperación, integración de equipamientos y puesta a punto de las aeronaves argentinas y francesas, si bien la duda no sería justamente sobre el equipamiento sino de contar con el personal técnico y pilotos necesarios como para llevarlo a cabo.
La antigüedad de la gran mayoría de los medios nacionales de la Armada, Ejercito y Fuerza Aerea, trae dificultades logísticas y operacionales junto a mayores costos. Tanto en la necesidad de cada día más escasos y caros repuestos, más el propio esfuerzo de mecánicos y técnicos en sostener aeronaves ya en algunos casos con sus células y materiales exigidos, al límite de los reglamentos de aeronavegabilidad militar.
Para el año 2019, La planificación operacional de las FF.AA. acorde a la tendencia actual sobre el Presupuesto del Estado Nacional para ese año fiscal, dejaría más de un centenar de pilotos habilitados en tierra y ante el desembarco de las aerolíneas “low cost” en la República Argentina, quienes cuenten con las aptitudes necesarias seguramente dejaran el ámbito militar para sumarse a las tripulaciones comerciales. Dejando a la República Argentina, sin medios operativos, sin recursos humanos y principalmente sin capacidad de Defensa concreta.
Por
Federico Luna
-
5 octubre, 2018
1
Acorde al presupuesto confeccionado, luego recortado y ahora en discusión de parte del Congreso de la Nación, las FF.AA. argentinas resultaran preservando buena parte de sus medios y dejando en tierra a la mayoría de sus pilotos hasta 2020. Los roles de defensa aérea serán realizados con limitaciones y en algunos casos con capacidades muy marginales.
Por ejemplo, según los informes al Congreso de parte del Jefe de Gabinete de Ministros, Marcos Peña. Los helicópteros Mil Mi-171E adquiridos para operaciones antárticas, fueron preservados. Estas aeronaves se encuentran muy próximas a las 2000hs de vuelo en cada una de ellas, al llegar a este uso, según su fabricante deben ser enviadas a la Federación Rusa para su Inspección de Ciclo Mayor (ICM). Un trabajo que recorre cada uno de los componentes de su célula y motores, inclusive reemplazando algunos de ellos. Un trabajo que representa entre el 20% y 30% del costo final de los aparatos, costoso en tiempo y forma, algo que la Fuerza Aérea no está en condiciones hoy de afrontar. Incluso con consecuencias y demoras debido a la propia atrición rusa en el soporte de componentes, sea por el conflicto con Ucrania o la instauración del proceso CAATSA, como medida estratégica, de parte de los Estados Unidos.
La Republica Argentina solo cuenta con capacidad de realizar el mantenimiento menor hasta esta etapa, ya que debido a que solo se incorporaron dos de estos aparatos, no hubo transferencia tecnológica para brindar tales capacidades a la Fuerza Aérea Argentina. En Latinoamérica existen capacidades de Inspección de Ciclo Mayor para este tipo de aeronaves de origen ruso en sus distintas variantes, sin embargo, las capacidades no son totales ni completamente autónomas y precisan un grado de apoyo de parte del fabricante.
Debido a esto, las tripulaciones y mecánicos de este sistema de armas, están siendo reconvertidos a Bell 412EP. Como informamos recientemente, estos aparatos tomaran las funciones de los Mi-171E, sin embargo incluso a sola vista podemos ver que las aeronaves son de capacidades muy diferentes y que esto representara una importante exigencia a los nuevos Bell 412EP. Tal decisión puede llevar a consecuencias importantes a fines del año 2019 y 2020, con dos sistemas de armas seriamente limitados, uno por preservación y la (ya asumida por algunos) eventual desprogramación de los Mi-171E y otro, como reemplazo eventual de este, agotado por la exigencia de las funciones y necesitado de trabajos de mantenimiento mayor. De nuevo, costosos en tiempo y forma.
También en su informe al Congreso, el Jefe de Gabinete de Ministros hizo referencia a las consultas realizadas por los legisladores acerca del estado de la adquisición de los cazabombarderos navales Dassault Super Etendard Modernisé. Si bien ya cancelado el monto para la adquisición de las aeronaves, existen serias demoras y dudas sobre los siguientes procesos para poner en valor tanto las aeronaves propias como las aeronaves por recibir. El traslado de las aeronaves, herramental, insumos y repuestos adquiridos tiene un costo apenas superior a 1.5 millones de Euros, una cifra risible en el mercado mundial de armas pero un número que parece difícil de conseguir o poco atractivo para el gobierno, más considerando los fuertes vaivenes de la economía y la posición de las divisas en el tesoro nacional.
Una cifra similar sería necesaria para la recuperación, integración de equipamientos y puesta a punto de las aeronaves argentinas y francesas, si bien la duda no sería justamente sobre el equipamiento sino de contar con el personal técnico y pilotos necesarios como para llevarlo a cabo.
La antigüedad de la gran mayoría de los medios nacionales de la Armada, Ejercito y Fuerza Aerea, trae dificultades logísticas y operacionales junto a mayores costos. Tanto en la necesidad de cada día más escasos y caros repuestos, más el propio esfuerzo de mecánicos y técnicos en sostener aeronaves ya en algunos casos con sus células y materiales exigidos, al límite de los reglamentos de aeronavegabilidad militar.
Para el año 2019, La planificación operacional de las FF.AA. acorde a la tendencia actual sobre el Presupuesto del Estado Nacional para ese año fiscal, dejaría más de un centenar de pilotos habilitados en tierra y ante el desembarco de las aerolíneas “low cost” en la República Argentina, quienes cuenten con las aptitudes necesarias seguramente dejaran el ámbito militar para sumarse a las tripulaciones comerciales. Dejando a la República Argentina, sin medios operativos, sin recursos humanos y principalmente sin capacidad de Defensa concreta.