murio Dante Gullo, sus restos fueron velados en el Congreso de la Nacion, estuvo detenido 8 años por el Proceso de Reorganizacion Nacional
Todos los jefes estuvieron de acuerdo : "Pepe", el "Negro", "Nicolás" (nombre legal: Fernando Vaca Narvaja), "Marquitos" (nombre legal: Marcos Osatinsky). Luego se sumarían los apoyos de Roberto Cirilo Perdía (NG : "Pelado Carlos"), Norberto Habbeger (NG : "Cabezón"), Norma Esther Arrostito (NG: "Gaby"), María Antonia Berger (NG : "Anita", Horacio Mendizábal (NG : "Vasco") y Rodolfo Galimberti (NG : "El Loco").
El blanco elegido : el Secretario General de Confederación General del Trabajo de la República Argentina (CGT), José Ignacio Rucci. El motivo: desafiar al general Perón y mostrarles que la banda armada existía y que de ahí en más debía "negociar" con ellos. La "política del hecho consumado", le llamaban, cínicamente.
Nadie olvida que muchos de estos homicidas han sido funcionarios protegidos de Carlos Menem y Eduardo Duhalde. De la misma manera, notorios miembros del ERP (Ejército Revolucionario del Pueblo) fueron integrantes del gobierno radical de Raúl Alfonsín... Previamente, el Jefe de la Regional I de la JP (organismo de superficie de la banda armada Montoneros), Juan Carlos Dante Gullo (NG : "Canca") había comenzado una tarea de acción psicológica, pues había ordenado a sus integrantes que se pintaran consignas y que las repitieran en voz alta en los actos. Dicha consigna era breve, pero siniestra : "Rucci, traidor, a vos te va a pasar lo mismo que a Vandor". Los "jefes" dispusieron que la "acción militar" contra el dirigente obrero debía concretarla la "Columna Capital" de Montoneros. Dicha "Columna" estaba integrada por los siguientes "oficiales" : Jefes eran Horacio Mendizabal,
Roberto Cirilo Perdía y Norberto Habbeger (todos ellos miembros de la CN) y Francisco Urond (a) "Paco". "Subjefes" : Juan Julio Roqué (NG: "Lino"), Lorenzo Konkurat, Julio César Urien (ex guardiamarina) y Lidia Mazzaferro. "Nexos" con las organizaciones de superficie fueron Norberto Ahumada (NG: "Beto"),
Juan Carlos Dante Gullo, Luis Roberto Lagraña y Miguel Angel Ponce.
Las tareas de "inteligencia", que les demandaron aproximadamente cuatro meses a los homicidas, estuvieron a cargo de Antonio Nelson Latorre (NG : "Pelado Diego") y
Rodolfo Walsh (NG : "Esteban"). Ambos "oficiales de inteligencia" de Montoneros. Contaron con la "colaboración" de los muchachos de la
JTP de FOETRA (gremio de los Telefónicos), para pinchar los teléfonos y munirse de ropa de técnicos y credenciales. La planificación la llevó adelante Francisco Urondo (NG : "Paco") -Subsecretario de Cultura de la provincia de Santa Fe durante la gestión de Carlos Sylvestre Begnis-, Roberto Cirilo Perdía (NG : "Pelado Carlos"), Horacio Mendizábal (NG : "Vasco"), NG : "Pippo", Juan Julio Roqué (NG : "Lino") y NG : "Sebastián". Para oficiar de
fusilero se seleccionó (Conducción Nacional mediante o Carolina Natalia, según el argot
montonero) a "Lino", quien había cumplido similar tarea en el asesinato del General Juan Carlos Sánchez -comandante del II Cuerpo de Ejército- el 10 de abril de 1972, de acuerdo a la delatora guerrillera Graciela Yofre. Roberto Cirilo Perdía (alias) "Pelado Carlos" utilizó una Itaka y "Lino" un FAL. Hubo otros, pero que hacían la operación de distracción.
Los disparos efectivos que mataron a Rucci partieron indiscutiblemente de las armas de estos dos, que tenían la mejor
visión de tiro. Antes de las elecciones que darían el triunfo a la fórmula Perón-Perón, los directivos de la banda armada se reunían en la avenida
Rivadavia 9070 de la Capital Federal, sede de la
Secretaría Política de Montoneros, donde ponían a punto los detalles del ataque al secretario sindical. Mientras tanto, José Ignacio Rucci disfrutaba del triunfo popular, al cual él tanto había contribuído, y repasaba en la piecita que estaba en la terraza del local de la CGT, el mensaje que en nombre del Movimiento Obrero Organizado, iba a leer el 25 de septiembre en canal 13 de televisión, y que entre otras cosas decía :
"Ahora el fragor de las luchas ha pasado a convertirse en historia. La realidad de nuestros días es la unión, el trabajo y la paz. Por primera vez en 18 largos y sacrificados años se ha expresado sin limitación alguna, con absoluta soberanía, la voluntad popular".