Una muestra del grado en el que nuestras comunicaciones eran interceptadas y conocidas por los británicos, es un párrafo del libro "Soldier I, The story of an SAS hero", de Pete Winner, ex-SAS que estuvo en Malvinas.
Durante los primeros días de Junio, se había evaluado una operación aerotransportada nocturna sobre la Gran Malvina, utilizando personal de la IV Brigada Aerotransportada transportados en Hércules C-130 de la Fuerza Aérea. Finalmente, y con buen criterio profesional, como veremos a continuación, se canceló la operación.
De haberse realizado, muy probablemente se hubiese convertido en un desastre de proporciones difíciles de calcular, pues los estaba esperando para emboscarlos un escuadrón de 40 miembros del SAS, en la zona elegida para el lanzamiento (hasta ese nivel de inteligencia contaban, incluso hasta la hora planeada de lanzamiento):
"...A esa altura del año en las islas oscurecía a las 16:30 lo cual facilitaba que pudiéramos infiltrarnos en territorio enemigo sin ser descubiertos. Teníamos que alcanzar nuestra posición a las 18:00. El plan era simple, una infiltración nocturna a la Gran Malvina mediante Sea Kings para establecer una emboscada en linea (NT: determinando una "kill zone" "zona de la muerte") sobre unas elevaciones que dominaban el área. La inteligencia recibida nos había indicado que tres C-130 argentinos iban a efectuar un lanzamiento de una compañía de tropas de élite paracaidistas a las 01:00 de la madrugada siguiente......Llevábamos una cantidad de armas impresionantes: ametralladoras (NT: L7A2), lanzagranadas de 40mm (XM203), rifles de francotirador L42 con miras nocturnas, lanzacohetes de 66 mm, y el nuevo misil antiaéreo Stinger suministrado por los norteamericanos...."
Del libro "Soldier I, The story of an SAS hero", de Pete Winner y Michael Paul Kennedy, 2010 Osprey Publishing Ltd, Capítulo 14.
Finalmente, permanecieron en el área, hasta la noche del día siguiente, cuando fueron llevados de vuelta hacia San Carlos, luego de la infructuosa emboscada.
Sdos.