El G91 nació de un requerimiento de la OTAN de 1953 en el que se pedía un caza ligero, sencillo, y que pudiera operar desde pistas avanzadas con muy poca logística. Se esperaba que se construyera en grandes números. La idea era dispersar cientos de estos aviones en caso de ataque
Fue diseñado por el italiano Giuseppe Gabrielli, por eso la G de su nombre. Los italianos rapidamente compraron unos cuantos de preserie. El primer prototipo se estrelló matando a su piloto. Los franceses eligieron su Etendard y los británicos versiones de ataque del Hunter.
Finalmente solo Italia y Alemania Occidental comprarían el G91 en cantidades apreciables. La versión italiana estaba armada en un principio con 4 M2 de 12,7mm y dos soportes para armas lanzables en las alas. La alemana con 2 cañones de 30mm y cuatro soportes para armas.
La versión italiana tenía unas buenas cualidades pero estaba muy ligeramente armada. La alemana estaba bien armada pero ese peso extra penalizaba sus prestaciones.
Los alemanes compraron casi 300 G91 y los italianos algo más de 400. El modelo se mantuvo en servicio durante 35 años y sobre todo para los italianos fue la montura de varias generaciones de pilotos. Se desarrollaron también versiones de reconocimiento y entrenamiento.
Los portugueses llegaron a adquirir cerca de 100 G91 ex alemanes que vieron combates en las guerras coloniales portuguesas en África. Y volviendo a nuestra historia del G91 portugués derribado.
Al poco tiempo del rescate de Pessoa la enfermera paracaidista Giselda Antunes volaba en un Dornier D27 sobre el teatro de operaciones cuando les dispararon otro Sa-7. El Do27 fue dañado pero pudo regresar a su base con el personal a bordo ileso.
Cuando el Tte Pessoa se recuperó de sus heridas en Portugal fue enviado de vuelta a África para terminar su comisión de servicio (poca broma con los portugueses). Volvería a esquivar otros 3 Sa-7 en esa época.
Al regresar a Portugal Pessoa y Giselda terminarían casándose. Se convirtieron en la única pareja en el mundo que había sobrevivido a ataques separados de misiles antiaéreos.
Y hasta aquí por hoy. Otro día más historias de los pequeños G91 portugueses.