Mercado aéreo.
Aerolíneas y los F-16: una oportunidad para Fadea
El conflicto con los pilotos y con otros gremios aeronáuticos abre una oportunidad única para Fadea si incorporara a su patrimonio el área de mantenimiento de Aerolíneas.
La crisis en Aerolíneas Argentinas (Arsa) abre una ventana de oportunidad única para la Fábrica Argentina de Aviones (Fadea). Ambas empresas son sociedades anónimas cuyas acciones se encuentran en manos del Estado. Y, tras el conflicto con pilotos y con otros gremios aeronáuticos, Fadea podría incorporar a su patrimonio el área de mantenimiento de Arsa.
Son talleres certificados, con equipamiento e instrumental idóneos, con personal altamente calificado que podrían sumarse a Fadea y desde Ezeiza potenciar su unidad de negocios de mantenimiento de aeronaves comerciales con instalaciones y una fuerza técnica y comercial como nunca tuvo.
La ubicación de Ezeiza es incomparablemente mejor que la de Córdoba. Cualquiera puede entenderlo. Más con una política de cielos abiertos en marcha y con más compañías operando de forma aerocomercial.
Esto podría complementarse con la tercerización de las operaciones de mantenimiento de Arsa en Fadea hasta el nivel que sea más conveniente para ambas. Mientras más se aliviane Arsa, mejor se posicionará para ser más atractiva al ingreso de nuevos capitales a la empresa.
Para Fadea, lograr el traspaso de esta parte de Arsa en este momento que ambas son estatales sería un logro enorme y más aún si esta se incorporara como cliente a su cartera posicionando a Fadea como un jugador como nunca lo fue en esta unidad de negocios.
Desde Ezeiza puede sumar más nuevos clientes que desde Córdoba. A su vez, Fadea ganaría atracción para nuevos inversores y socios. También la alejaría de su concepto de fábrica militar. Ayudaría a transformar su cultura empresarial. Una operación ganar-ganar para todos.
Quien puede ver más fácilmente los beneficios de esta propuesta es el directorio de Arsa, urgido por tener resultados positivos para un cambio sustentable que no repita viejos fracasos.
La visión de la Fuerza Aérea
En Fadea esta idea puede tener resistencias, porque su directorio no está a la altura de los desafíos que estos tiempos pueden brindarle a Fadea. Es un directorio comprometido con la Fuerza Aérea, no con Fadea.
La Fuerza Aérea tiene una posición poco abierta al capitalismo y muy asociada a sus viejas ideas estatistas. Su influencia puede provocar que esta oportunidad no sea percibida como tal por el ministro de Defensa, Luis Petri, ni por nadie de su staff ministerial.
La Fuerza Aérea tiene una concepción logística anclada en el pasado. Hoy Fadea no tiene un sherpa para reconvertirla en una empresa que pueda ser un éxito, y si nada cambia, nuevamente va rumbo directo a repetir la historia que se vivió hace 30 años, cuando la entonces Área Material Córdoba se quedó donde está y su socia brasileña, con menos ingeniería y peores instalaciones, se transformó en Embraer y, luego, en un jugador de clase mundial en la industria aeronáutica.
La Fuerza Aérea tuvo una gran responsabilidad en ese fracaso. Perdieron el país y, también, Córdoba. Incluso con la privatización fallida con Lockheed Martin y su posterior estatización.
Hoy Fadea sigue rondando sobre lo viejo. Sus instalaciones a la vista muestran ese pasado que no la suelta. Sin posibilidad alguna de que uno de sus productos pueda conseguir competitividad. A pesar de las notables evidencias, se continúa sin dar lugar a nuevas ideas, proyectos y negocios.
Esta ancla se ve más claramente con la enorme oportunidad que representan los nuevos aviones F-16 que la Fuerza Aérea está empecinada en arruinar al poner como centro de mantenimiento mayor para estos aviones el Área Material Río IV, en vez de Fadea.
Están ciegos. La torpeza y la falta de inteligencia reinan en el Edificio Cóndor, en el Edificio Libertador y en la Casa Rosada. Hay que parar y desarmar las inversiones previstas en el Área Material Río IV, antes de que sea demasiado tarde.
La incompetencia del Ministerio de Defensa es tal que la única oportunidad de que no se pierda la transformación que ofrecen los aviones F-16 para Fadea recae en el ministro Federico Sturzenegger. Quizá el único que puede verla.
Cambiar la decadencia
El mantenimiento de estos aviones potencia la atracción de Fadea para tener nuevos socios e inversores de clase mundial. No es difícil comprender esto. Este, a su vez, es el único camino que tiene la Fuerza Aérea para contar con el flujo de dinero que permita la sustentabilidad de las futuras operaciones de los aviones F-16.
Si insisten con el viejo modelo, esos aviones quedarán en tierra. Tienen que aprender de la experiencia de los A4-AR. No repetir el fracaso. Si Fadea no es una empresa poderosa y con capacidad de lobby, los F-16 no tendrán dinero para operar. Esto no puede lograrse con el Área Material Río IV.
Para que el negocio de mantenimiento de aeronaves militares sea viable en Fadea, es necesario el cierre del Área Material Río IV, del Área Material Quilmes, del Taller Aeronaval Central y del Batallón de Mantenimiento de Aviación del Ejército. Es necesaria la motosierra.
Argentina necesita replicar el modelo de mantenimiento chileno. Además, una reforma logística completa, donde la obtención quede centralizada en el Ministerio de Defensa, el sostenimiento en el Estado Mayor Conjunto (por intermedio de empresas) y en cada fuerza el alistamiento (por contratos de tercerización o medios propios).
Cambiar la decadencia no es una tarea fácil. Esta oportunidad no es sencilla de llevar a cabo. Requiere una cadena de decisiones y una visión comprometida con el capitalismo y con el país. La oportunidad está al alcance; esperemos que este artículo ayude a comprenderlo.
* Ingeniero, magíster en Defensa Nacional
El conflicto con los pilotos y con otros gremios aeronáuticos abre una oportunidad única para Fadea si incorporara a su patrimonio el área de mantenimiento de Aerolíneas.
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