¿Está cerca el fin de la guerra?
Pareciera que el 21 de enero marca un límite a la guerra en Ucrania. El electo presidente Donal Trump asumirá el cargo el próximo 20 de enero y prometió terminar con la guerra en 24hs.
Todo parece indicar que Trump cortaría el apoyo financiero militar a Ucrania, su fuente de mayores recursos, para forzar su voluntad de proseguir la guerra y por otro lado negociaría con Putin un alto al fuego. Para que Putin acepte una rápida conclusión o al menos congelamiento del conflicto, no hay dudas que este concedería lo menos posible y expondría altas exigencias, lo cual en la práctica significaría concluir la guerra con un "triunfo" para Putin.
A pesar de ese escenario, algunos mandatarios y líderes europeos han mostrado voluntad de no bajar los brazos, ni resignarse a un “triunfo” de Putin. El presidente de Francia, Emmanuel Macron, ha advertido que Europa debe tomar la seguridad en sus manos y no depender de EEUU. Este también remarcó la necesidad de no regalarle una victoria a Putin. Por otro lado, Macron y Sir Keir Starmer, primer ministro del Reino Unido, han declarado en forma conjunta que apoyarán a Ucrania durante el tiempo que sea necesario "para frustrar la guerra de agresión de Rusia”. En Alemania, su canciller Olaf Scholz, se ha mostrado mas dubitativo, aunque mantiene una fuerte financiación al aparato militar ucraniano. Sin embargo, Olaf Scholz está en una situación política débil y es probable que se produzca un adelanto de las elecciones antes de fin de año. En ese escenario se prevé un cambio de gobierno y el principal candidato a la cancillería, el lider opositor Friedrich Merz, declaró que está abierto a suministrar misiles de largo alcance Taurus a Ucrania (bajo ciertas condiciones), armas que hasta ahora Scholz había vetado su entrega. Por su parte el nuevo Secretario General de la OTAN, Mark Rutte, declaró: "Debemos reafirmar nuestro compromiso de continuar la guerra y debemos hacer más que simplemente mantener a Ucrania en la lucha". El presidente Polaco es otro de los actores más interesados de que Putin no se sienta victorioso al finalizar esta guerra, al igual que Finlandia y los países bálticos (Estonia, Lituania y Letonia). Estos países son los más amenazados de una próxima agresión rusa si Putin sale ganador en esta partida y han estado destinando grandes partidas en ayudas a Ucrania a modo de inversión en su propia defensa.
Ya desde principios de año se venían tejiendo estrategias para una eventual presidencia de Trump y una quita del apoyo de USA a la continuidad de la guerra. Tanto la UE como la OTAN han asegurado cuantiosos fondos a Ucrania para 2025 e incluso años posteriores. ¿Pero esto será suficiente?
La administración de Joe Biden decidió dar un último empujón a Ucrania. Aumentará su apoyo a Ucrania en los meses previos al regreso de Donald Trump a la presidencia y buscará fortalecer la OTAN mientras tanto. Según declaraciones de Binken (secretario de Estado de la administración Biden), luego de reunirse con Rutte en Bruselas, la OTAN proporcionaría asistencia militar a Ucrania en tal escala que las Fuerzas Armadas ucranianas estarían listas para continuar las operaciones militares en 2025.
Ucrania por su lado ha apostado fuerte al incremento de su propia producción de armas, tanto en munición como en sistemas como artillería y vehículos blindados, dos elementos fundamentales en el campo de batalla. También está dando grandes pasos en el desarrollo y producción en serie de armas de largo alcance para alcanzar objetivos estratégicos en Rusia. A esto se le suma una masiva fabricación de drones que aún sigue en aumento. La producción de drones FPV ha llegado a un grado tan alto que ya no solo se utilizan en todos los frentes de guerra y para apuntar contra equipo valioso del enemigo (tanques, blindados, sistemas SAM, artillería, etc.), también apuntan contra grupo de soldados e incluso contra soldados individuales, lo cual ha incrementado sustancialmente las bajas rusas (en octubre sufrió un promedio de 1.500 bajas diarias según estimaciones de fuentes inteligencia del Reino Unido). Este año Ucrania ha creado al menos 8 brigadas de infantería de ejército nuevas (7 de ellas mecanizadas), asi como varios batallones y regimientos independientes. Ucrania se ha plantado en Kursk y tratará de retener la zona ocupada, pero además tiene planes de lanzar una gran ofensiva para recuperar al menos parte de su territorio (muy probablemente en Kherson), pero aún le falta tiempo para tener preparados los reclutas de las nuevas formaciones y armamento pesado para equiparlas.
Putin está tratando de acelerar el máximo los avances en el frente ucraniano y de recuperar lo antes posible el territorio perdido en Kursk. Para ello ha recurrido a la ayuda de Corea del Norte, no tan solo para que le suministre munición y armas, también una gran cantidad de mano de obra. Sabe que su carrera política está atada a este conflicto, cada día que Kursk permanece en manos ucranianas su prestigio decae, el alargamiento del conflicto también conlleva a un desgaste interno de la población civil, a la que la guerra ya toca muy de cerca. El tiempo ya no parece un factor tan a favor de Rusia, si bien la economía ha resistido bien el embate de las sanciones y bloqueos de occidente, ya muestra signos de deterioro, como la creciente inflación. Pero su principal debilidad viene dada por el desplome de los precios del petróleo, esto está erosionando con intensidad los ingresos del Kremlin. La fuerte caída del crudo en septiembre ha contribuido a que estos ingresos hayan alcanzado su nivel más bajo desde febrero. Para peor, los precios del petróleo se prevé que se mantengan bajos en un futuro debido a una creciente oferta (un gran incremento de países fuera de la OPEP, como Argentina) y una demanda mundial menos fuerte de lo previsto.
Todo este panorama pinta más difícil la tarea de Trump de “finalizar la guerra en 24hs”. Aunque efectivamente retire el financiamiento a Ucrania, las medidas tomadas por los líderes europeos y Biden en particular, puede que retrasen bastante la fecha de finalización.
El 2025 en todo caso parece marcar un año de inflexión que puede definir cómo se termina este conflicto, aunque habrá que esperar más allá de enero.