aerolíneas les paga a 25 pilotos castigados por no hacer paro. cobran su sueldo pero no trabajan
Un millón por mes en ñoquis a la fuerza
Fueron separados a pedido de su propio gremio por no plegarse a un conflicto en 2005. Reclamaron la restitución a sus cargos a la Justicia que les dio la razón. Como el Gobierno no acata el fallo, paga hasta 500 pesos de multa por día por cada demandante.
Todo listo. El sindicato de los pilotos (APLA) sigue pisando firme en las decisiones diarias de Aerolíneas Argentinas.
Aerolíneas Argentinas les paga el sueldo a 27 empleados (25 pilotos y dos mecánicos) que por conflictos gremiales no van a trabajar. Gasta en ellos un mínimo de un millón de pesos mensuales entre salarios y cargas sociales. Algunos le iniciaron juicio a la empresa para ser restituidos en sus cargos. Pero como las autoridades desoyeron sus reclamos por temor a los líderes sindicales, el Estado en algunos casos paga hasta 500 pesos por día por no obedecer la orden judicial.
El conflicto comenzó a mediados de 2005, bajo el mando del grupo español Marsans. La gestión estatal heredó un problema que aparentemente no tiene solución. Un vocero de la aerolínea de bandera admitió que no se sabe qué hacer con ellos. Otras fuentes admiten que saldría más caro echarlos debido a sus altos sueldos.
Las huelgas de los pilotos de julio, septiembre y diciembre de 2005 dejaron varias marcas en Aerolíneas Argentinas y Austral. Unos 64 pilotos que no se plegaron a la medida e intentaron mantener un servicio mínimo fueron acusados de “carneros” por la cúpula del sindicato APLA. Su líder, Jorge Pérez Tamayo, pidió la separación de todos ellos y les juramentó una persecución interminable.
Marsans aceptó el pedido por temor a más problemas. Unos treinta empleados aceptaron un retiro voluntario, algunos se jubilaron, otros hicieron juicio y unos 25 pilotos (doce de flota internacional, seis de cabotaje y siete copilotos) siguen en la nómina de Aerolíneas.
La mayoría de ellos acarrea más de veinte años de experiencia y sueldos que oscilan entre los 18 mil y 40 mil pesos.
La persecución no quedó allí. Entre quienes tomaron el retiro voluntario, diez consiguieron trabajo en LAN Argentina. APLA amenazó con un paro si no los echaban. La aerolínea chilena tuvo que llevar a siete de ellos a LAN Perú y a otros tres les ofreció retiros voluntarios.
Algunos de los 25 pilotos que se quedaron en Aerolíneas Argentinas recurrieron a la Justicia para volver sus cargos. El fuero laboral les dio la razón en primera instancia y a otros hasta en segunda instancia. Pero, por la presión del gremio, se desobedeció a la Justicia y se los privó de entrenamiento y otras capacitaciones que le permiten a un piloto mantener su habilitación para volar.
Desde agosto de 2008, todos ellos están “desprogramados”, como se dice en la jerga aerocomercial –no están en lista de disponibilidad para volar–, y sus carpetas ya ni figuran en el departamento de tripulaciones del aeropuerto de Ezeiza. La multa judicial que paga Aerolíneas –muy espaciadamente– por no reintegrarlos oscila entre $200 y $500 por día por cada uno de demandantes, según documentos a los que tuvo acceso Crítica de la Argentina.
“No se sabe qué se va a hacer con ellos”, admitió a este diario un vocero de Aerolíneas Argentinas. Otra fuente reconoció que, por ahora, siguen en el plantel porque echarlos sale más caro. Por sus elevados sueldos y los años en la empresa, la indemnización de cada uno rondaría el $ 1,2 millón. Mantenerlos por mes cuesta más de un millón de pesos si se suman salarios y cargas sociales de todos, según cálculos realizados por fuentes de la misma aerolínea.
Crítica de la Argentina se contactó con varios de los pilotos afectados pero ninguno quiso hablar ni que su nombre apareciera por temor a una represalia de la empresa o del gremio. Muchos de ellos se dedican hoy a otras actividades a pesar de seguir cobrando el sueldo de Aerolíneas.
A la lista de empleados que cobran sin trabajar se sumaban diez mecánicos. Al igual que los pilotos, por no acatar una huelga, la anterior conducción del sindicato pidió la separación de diez rebeldes. Así sucedió y ocho directamente optaron por el retiro voluntario. Dos siguen en sus casas y cobran entre $ 8.000 y $ 10.000 brutos por mes, según contó un informante del sindicato de mecánicos (APTA).
Critica de la Argentina