Definiciones sobre la nueva fuerza de seguridad porteña
Tendrá cuatro zonas de acción la policía de Macri
Los primeros 800 oficiales saldrán a la calle en octubre próximo
Angeles Castro
LA NACION
Los primeros 800 hombres de la Policía Metropolitana que saldrán a la calle en octubre próximo trabajarán divididos en cuatro zonas: norte, sur, este y oeste. Cada una ellas contará con una delegación de la fuerza de seguridad, que servirá como base a los agentes y a la que podrán acercarse los ciudadanos para realizar denuncias, tal como hoy lo hacen en las 53 comisarías de la Policía Federal, las que seguirán abiertas.
Para las detenciones, sin embargo, el flamante jefe de la policía porteña, Jorge Palacios, planifica habilitar un único centro, que funcionará en el predio del estadio de Atlanta, donde hoy ya existen las instalaciones de la cárcel de contraventores.
La policía de Mauricio Macri, según consideran allegados a Palacios, tendrá como principal misión "poner orden en las calles para dar tranquilidad a los vecinos, para que puedan transitar sin temor a ser víctimas de un delito", además de no tener que sortear "obstáculos callejeros", tales como los vendedores ambulantes ilegales y manifestantes sorpresivos, pasando por los congestionamientos vehiculares.
Así lo aseguraron hombres con acceso al despacho de Palacios, que actualmente está en el cuarto piso del edificio del Ministerio de Justicia y Seguridad porteño, en La Boca. En el futuro, quedará en el primer piso.
Para lograr estos objetivos, pudo saber LA NACION, los 800 uniformados de la Policía Metropolitana -muchos de ellos provienen de otras fuerzas de seguridad y hay varios hombres con gran experiencia de la Policía Federal- trabajarán distribuidos en distintos cuerpos, tales como:
División de Operaciones Especiales Metropolitanas (DOEM): 80 personas que integrarán un grupo de elite preparado para intervenir en tomas de rehenes, reducción de personas con problemas de demencia y otras hipótesis de conflicto.
Orden urbano: aproximadamente 300 personas que serán los encargados de intervenir en conflictos, como los desalojos o los disturbios.
Investigaciones: 150 policías que no estarán uniformados. Serán detectives que deberán investigar los hechos ya concretados, como defraudaciones y robos.
Cuerpo de Tránsito: 60 oficiales, que, con poder de policía y armados, complementarán las acciones del cuerpo civil de agentes de tránsito que ya desplegó el gobierno porteño. Su función será agilizar la circulación de los vehículos para evitar congestión y controlar las horas de carga y descarga de camiones.
Brigada de Intervenciones Rápidas (BIR): recorrerán la ciudad de a cuatro o cinco hombres por vehículo para intervenir en hurtos y colaborar en intervenciones de la Policía Federal. Los móviles patrullarán los puntos más críticos, según un mapa del delito que ya se está elaborando.
Todos ellos cobrarán un sueldo mínimo de 3000 pesos y tendrán prohibido hacer horas adicionales, aunque, fuera del horario laboral, deberán seguir una estricta rutina de ejercicios físicos en las distintas sedes de una cadena de gimnasios.
Para Palacios, la preparación física de los oficiales constituye un elemento primordial, junto con una alimentación adecuada. Tan así es que envió instrucciones nutricionales a las esposas de los futuros agentes, que hoy se capacitan en el Instituto Superior de Seguridad Pública.
Además, designó como preparador físico del DOEM a Fernando Garat, ex entrenador de Los Pumas. El dato no pasa inadvertido al recordar la afición por el rugby del ministro de Justicia y Seguridad, Guillermo Montenegro, responsable político de la Policía Metropolitana.
A la par del alto rendimiento deportivo, se supo que Palacios piensa el equipamiento como otro elemento fundamental para el buen desempeño policial. Ya fueron comprados 50 patrulleros para ser distribuidos entre los oficiales de las cuatro zonas y 50 motos para uso del cuerpo de tránsito.
Los patrulleros, según se supo, serán provistos con dos cámaras, una adelante y otra atrás, para filmar el desarrollo de los procedimientos. Otro dispositivo del tipo domo será instalado en el interior de cada vehículo para monitorear tanto la conducta de los policías como los movimientos de los eventuales ocupantes civiles.
En el Ministerio de Justicia y Seguridad diseñan por estos días una "isla de decisión" que recibirá las imágenes captadas por estas cámaras, las señales emitidas por los GPS también colocados en los patrulleros y hasta alertas que transmitirán sistemas electrónicos capaces de detectar si un uniformado desenfunda un arma larga (actitud que demuestra la importancia y peligrosidad del operativo).
Con ese cúmulo de información, en la "isla de decisión" se evaluará desde la necesidad de enviar refuerzos al lugar, hasta si corresponden sanciones a los agentes por algún comportamiento irregular.
Con la colaboración de Gabriel Di Nicola
http://www.lanacion.com.ar/nota.asp?...06997&toi=6305
