Hiroshima: "Volvería a tirar la bomba atómica
Lo confesó el último tripulante del Enola Gay, en diálogo con el diario británico The Guardian, al cumplirse hoy 65 años del lanzamiento del artefacto nuclear, que mató a 70 mil personas en 1945
La ciudad japonesa de Hiroshima conmemoró hoy con un llamamiento al desarme nuclear el 65 aniversario del lanzamiento de la bomba atómica contra esa ciudad, en una ceremonia a la que por primera vez asistió un representante oficial de EEUU y el secretario general de la ONU, Ban Ki-Moon.
Miles de personas se congregaron en el Parque Memorial de la Paz a las 8.15 hora local, la misma hora en la que hace 65 años el avión norteamericano "Enola Gay" dejó caer la bomba "Little Boy" sobre Hiroshima.
Tres días después, EEUU lanzaba su segunda bomba atómica, bautizada como "Fat Boy", sobre la ciudad de Nagasaki, lo que llevó a la rendición de Japón el 15 de agosto de 1945 y al fin de la II Guerra Mundial .
A finales de 1945 habían muerto unas 140.000 personas en Hiroshima y 74.000 en Nagasaki, aunque el número de muertos en los años siguientes por las secuelas de las radiaciones fue mucho mayor.
En el acto de hoy estuvo el embajador norteamericano en Japón, John Ross, el primer representante de un Gobierno de EEUU en asistir a un aniversario del ataque, además de delegados de Francia y el Reino Unido, también por primera vez, y otros 70 países, informó la agencia EFE.
En tanto, en entrevista con el diario británico The Guardian, Theodore Van Kirk el último tripulante del Enola Gay confesó, ante la pregunta de si volvería a lanzar la bomba atómica que "sí lo haría en las mismas circunstancias".
Y fundamentó el ataque diciendo que si no se hubieran lanzado los artefactos nucleares, la guerra habría proseguido por un tiempo indefinido.
"Yo estaba orgulloso de estar en el Enola Gay. La guerra terminó el 14 de agosto. No sé cuando se hubiera terminado si no hubiéramos tirado las bombas atómicas", opinó en la entrevista publicada por el matutino inglés.
Van Kirk tiene 89 años y es el último sobreviviente del grupo de 11 personas que pilotearon la nave aquel día. Actualmente, su mayor preocupación pasa -según admitió- por saber justamente que es el último tripulante con vida.
"Cada vez que uno de mis compañeros miembros de la tripulación murió, fue un shock, y más con el último", dijo y añadió: "No es sólo que yo soy ahora el último superviviente. Es el choque de envejecer. El hecho es que todos estamos envejeciendo y el morir" es lo que le inquieta, afirmó.
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