Quién es el ex guerrillero chileno que puede crear un conflicto con Argentina
Galvarino Apablaza es acusado de asesinar al heredero de Pinochet. PERFIL lo descubrió en Moreno. Vive con su esposa, una periodista que trabaja en la Casa Rosada desde 2009.
Mientras en Chile los fantasmas de la última dictadura le generan innumerables dilemas al presidente Sebastián Piñera, en una espaciosa casa quinta con pileta del partido de Moreno, PERFIL descubrió a
Galvarino Apablaza Guerra, el hombre más buscado por estas horas por las autoridades trasandinas. El “comandante Salvador”, acusado de ser el autor intelectual del asesinato en 1991 del ex senador de la Unión Demócrata Independiente (UDI) Jaime Guzmán, le solicitó al Gobierno argentino asilo como refugiado político con el objetivo de evitar la extradición a Chile que reclama La Moneda. Pero la compleja trama política no termina ahí: la esposa del ex líder del Frente Patriótico Manuel Rodríguez (FPMR), Paula Chahín Ananía, trabaja dentro de la Casa Rosada, a metros del despacho de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner.
Luego de cinco años de ostracismo, este diario pudo ubicar al matrimonio que puede generar el primer conflicto diplomático entre Buenos Aires y Santiago. “No voy a hablar”, dijo ayer a este diario Chahín, segundos antes de pedirle a su esposo que ingresara a la casa para evitar un contacto inesperado.
El matrimonio vivía una apacible vida en una espaciosa casa de Moreno, junto a sus tres hijos argentinos, hasta que esta semana la tranquilidad se quebró luego del nuevo impulso que Piñera imprimió al pedido de extradición del líder guerrillero. La decisión de La Moneda llegó luego de
las polémicas declaraciones del ex compañero de Apablaza, Mauricio Hernández Norambuena, que aseguró en una entrevista a Chilevisión –el canal que Piñera vendió hace sólo dos semanas– que la orden de matar al heredero de Augusto Pinochet había sido una decisión colegiada de la cúpula del FPMR. La controversia llegó rápidamente a Buenos Aires, donde el jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, afirmó ayer que la extradición está en manos de la Justicia argentina. “Es un tema muy delicado. Hasta que la Corte no se expida, no se puede concluir con una situación de estas características”, expresó el funcionario.
Sin embargo, la causa judicial está íntimamente relacionada con una compleja trama política. Apablaza solicitó a las Naciones Unidas y al Gobierno argentino el estatus de refugiado político, al considerar que en Chile es perseguido por las autoridades. Ese mismo argumento fue el que esgrimió el juez federal Claudio Bonadío, cuando rechazó la extradición solicitada en 2005.
A 37 años del golpe de Estado que derrocó a Salvador Allende, el primer gobierno de derecha en Chile desde el retorno de la democracia puso un especial énfasis en esclarecer el crimen de Guzmán, al tiempo que Piñera declaraba que su gestión tenía un “compromiso especial” en resolver ese caso. Con ese objetivo, las autoridades interpusieron un recurso de apelación ante la Corte Suprema para destrabar la solicitud de extradición. Desde el círculo íntimo del ex jefe del FPMR consideran que no prosperará esa medida y que la presidenta Fernández de Kirchner dará el visto bueno para asilarlo, decisión que ya lleva demorada cinco años. “Piñera es un extorsionador. Todo esto es una maniobra de la derecha chilena”, manifestó el abogado de Apablaza Rodolfo Yanzón, descartando cualquier responsabilidad de su defendido en el asesinato de Guzmán.
Mientras las intrigas políticas crecen a ambos lados de la Cordillera, el ex guerrillero pasa sus días junto a su familia y sus cuatro perros en su casa de Moreno, que cuenta con una pileta y está rodeada por árboles y polideportivos. Chahín y Apablaza se conocieron en una entrevista que la periodista le realizó cuando trabajaba en el diario La Nación. El líder del FPMR fue secuestrado por la dictadura de Pinochet en 1973, torturado y expulsado del país. Luego de un paso por Cuba, donde recibió entrenamiento militar, viajó a Nicaragua y combatió junto a los sandinistas contra Anastasio Somoza.
“Estoy acá trabajando”, había confirmado a PERFIL el jueves la mujer empleada por el Gobierno argentino desde mayo de 2009.
Ayer, cuando se le preguntó sobre sus contactos con el kirchnerismo, la mujer giró sobre sus pasos y eligió el silencio. Silencio que rompió en 2004, cuando declaró, confiada en que su esposo no sería extraditado, que “Kirchner ha mostrado una gran sensibilidad por los militantes de izquierda”.
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