Ante todo, soy más simpatizante de la clase Makkasar y suelo ser algo escéptico de los LST. Los tendía a considerar obsoletos.
Eso sí, siempre me pareció una excelente alternativa la clase Vesson. ¿Por qué? Porque es un barco que puede ir desde Ushuaia a Resistencia pasando por absolutamente todas las playas del país, tanto en el mar como en los grandes rios navegables. No hay lugar a donde no pueda llegar.
Un Ferry ro-ro expedicionario, apto para cualquier playa y cualquier color del agua.
Quizás no sea tan interesante para un “asalto anfibio”, pero sí puede serlo para todo tipo de acciones logísticas. No es casualidad que tanto la armada como el ejército estadounidense las utilizan con excelentes resultados para apoyar sus desplieguen en todo el globo, incluyendo envío inicial de fuerzas, refuerzos, rotaciones, etc.
No salen en las noticias, pero su trabajo es más importante que el de otros buques más majestuosos.
Pero mejor no me voy tanto por las ramas, me parece que lo primero que hay que preguntarse es ¿Son los LST “obsoletos”? Como comentaba, llevo muchos años pensando eso, especialmente para la extensa costa patagónicas con sus bajas mareas extremas que amenazan a dejar encallado y vulnerable a cualquiera.
Pero parece que no piensan así varias armadas. En el escenario del Pacífico y de Oceania hay una floreciente moda de LST y, sin ir más lejos, los propios US.Marine Corps no se quedarán atrás y esperan incorporar más de 50 LST en los próximos años.
Cuando los estadounidenses hacen algo, muchos tratan de imitarlos.
Hay algo interesante en esta nueva moda de los LST. No son especialmente grandes. Más bien al contrario, bastante pequeños. Estamos hablando desde tan ”grandes” como para transportar una compañía, a tan “pequeños” como para transportar un pelotón.
Un mayor número de LST relativamente pequeños tienen sus ventajas, por ejemplo, poder llegar y abandonar una costa más rápidamente, reduciendo el riesgo de quedar varados con las bajas mareas que a mi tanto me preocupan.
China no se queda atrás. Mientras que Estados Unidos redescubre los LST, China nunca los ha abandonado y lo que están descubriendo son los buques anfibios más grandes.
Ambas armadas parece que van evolucionando hacia la conformación de flotas de asalto anfibio equipadas con un LHD, dos LPD y cuatro LST, distribuyéndose entre estos últimos un batallón de infantería de marina, o menos.
En vista de estas tendencias globales, no necesariamente es mala idea que Argentina aspire a volver a incorporar un LST “pequeño”. Quizás, al igual que Colombia, Estados Unidos, China, etc. en realidad se debiera aspirar a varios buques de estos.
Pero sea lo que sea que se haga en la materia, no puede entenderse como un juego de suma cero LST vs. LPD. La tendencia parece ser hacia una flota anfibia equilibrada donde ambos tipos de buques coexisten y se apoyan mutuamente.
Así que incluso suponiendo que avanzará un programa de incorporación de LSTs, igual continuaría siendo necesario incorporar LPDs.
Eso sí, siempre me pareció una excelente alternativa la clase Vesson. ¿Por qué? Porque es un barco que puede ir desde Ushuaia a Resistencia pasando por absolutamente todas las playas del país, tanto en el mar como en los grandes rios navegables. No hay lugar a donde no pueda llegar.
Un Ferry ro-ro expedicionario, apto para cualquier playa y cualquier color del agua.
Quizás no sea tan interesante para un “asalto anfibio”, pero sí puede serlo para todo tipo de acciones logísticas. No es casualidad que tanto la armada como el ejército estadounidense las utilizan con excelentes resultados para apoyar sus desplieguen en todo el globo, incluyendo envío inicial de fuerzas, refuerzos, rotaciones, etc.
No salen en las noticias, pero su trabajo es más importante que el de otros buques más majestuosos.
Pero mejor no me voy tanto por las ramas, me parece que lo primero que hay que preguntarse es ¿Son los LST “obsoletos”? Como comentaba, llevo muchos años pensando eso, especialmente para la extensa costa patagónicas con sus bajas mareas extremas que amenazan a dejar encallado y vulnerable a cualquiera.
Pero parece que no piensan así varias armadas. En el escenario del Pacífico y de Oceania hay una floreciente moda de LST y, sin ir más lejos, los propios US.Marine Corps no se quedarán atrás y esperan incorporar más de 50 LST en los próximos años.
Cuando los estadounidenses hacen algo, muchos tratan de imitarlos.
Un mayor número de LST relativamente pequeños tienen sus ventajas, por ejemplo, poder llegar y abandonar una costa más rápidamente, reduciendo el riesgo de quedar varados con las bajas mareas que a mi tanto me preocupan.
China no se queda atrás. Mientras que Estados Unidos redescubre los LST, China nunca los ha abandonado y lo que están descubriendo son los buques anfibios más grandes.
Ambas armadas parece que van evolucionando hacia la conformación de flotas de asalto anfibio equipadas con un LHD, dos LPD y cuatro LST, distribuyéndose entre estos últimos un batallón de infantería de marina, o menos.
En vista de estas tendencias globales, no necesariamente es mala idea que Argentina aspire a volver a incorporar un LST “pequeño”. Quizás, al igual que Colombia, Estados Unidos, China, etc. en realidad se debiera aspirar a varios buques de estos.
Pero sea lo que sea que se haga en la materia, no puede entenderse como un juego de suma cero LST vs. LPD. La tendencia parece ser hacia una flota anfibia equilibrada donde ambos tipos de buques coexisten y se apoyan mutuamente.
Así que incluso suponiendo que avanzará un programa de incorporación de LSTs, igual continuaría siendo necesario incorporar LPDs.