Crisis de la aeronavegación
No sólo por el radar hay demoras en los vuelos
Faltan personal y aviones, y hay conflictos gremiales
Aunque la polémica que desató la reciente rotura del radar Baires llevó al Gobierno a quitarles el control aéreo a los militares, en todos los sectores de la aeronavegación reconocen que las reprogramaciones de vuelos de cabotaje datan de mucho tiempo atrás y que ya son sistemáticas. De hecho, las demoras continuaron durante el fin de semana.
“Desde hace más de cuatro meses que estamos inmersos en un círculo vicioso que redunda en demoras de hasta 6 horas o más en vuelos por falta de repuestos, conflictos gremiales, falta de personal, errores en la programación y demoras en mantenimiento”, advirtió la Unión de Aviadores de Líneas Aéreas, que agrupa a los pilotos de la empresa Austral, en medio de la discusión que provocó el desperfecto del radar de Ezeiza, afectado por un rayo el 1° de este mes.
Ricardo Cirielli, subsecretario de Transporte Aerocomercial, dijo el jueves pasado que “las demoras son producto de problemas internos de algunas compañías y de la falta de aviones disponibles ante un mayor número de pasajeros”. Y se refirió puntualmente al frecuente mantenimiento que requieren los aviones del grupo Aerolíneas Argentinas y Austral.
Según datos de esa empresa, entre octubre de 2006 y febrero de 2007 hubo demoras en el 35,5% de los vuelos de Aerolíneas y en el 56,4 % de los de Austral.
La percepción de la mayor parte de los pasajeros frecuentes es que los servicios reprogramados son aun más. Cada vez les sorprende menos ver que los monitores del Aeroparque Jorge Newbery que informan las salidas y los arribos de los vuelos estén en rojo: "Demorado", "Cancelado" o "Consulte Compañía" son las leyendas dominantes de los últimos tiempos.
Cirielli señaló que los aviones de Aerolíneas Argentinas "son antiguos y por lo tanto requieren un mayor mantenimiento", lo que le impide a la empresa tener los aviones en horario a disposición de los usuarios.
Aerolíneas Argentinas tiene una flota de 45 aviones, diez de los cuales se encuentran en mantenimiento.
"Es cierto que tenemos algunos aviones viejos. Esa no es ninguna novedad. Pero estamos llevando adelante un plan de modernización de la flota, que incluye la incorporación de 14 aviones durante este año", indicó a LA NACION Jorge Molina, gerente de Asuntos Corporativos del grupo Aerolíneas Argentinas y Austral, que, con 75 vuelos diarios, opera el 85% del mercado nacional.
Molina agregó: "Tenemos incumplimientos porque hay una crisis en el transporte aerocomercial reconocida por el Estado".
Sanciones poco efectivas
En tanto, voceros del Departamento de Fiscalizaciones de la Subsecretaria de Transporte Aerocomercial, que es el ente encargado de sancionar a las compañías aéreas, informaron a LA NACION que "casi todos los días se labran actas a Aerolíneas, porque las demoras son sistemáticas".
El decreto 326/82 establece que el monto de la sanción oscila entre dos y 100 veces el valor de la tarifa máxima vigente en el país. "Pero castigar a las empresas lleva mucho tiempo porque siempre apelan las multas. De todas formas, esas sanciones no compensan a los usuarios, quienes para solicitar una indemnización económica deben recurrir a la Justicia", informaron las fuentes. Por ello, según adelantaron, "se está estudiando un proyecto que refuerce los derechos del usuario, para que en caso de que haya demoras o cancelaciones los pasajeros reciban un resarcimiento económico".
Hasta el momento, solo existe una resolución del ex Ministerio de Economía, Obras y Servicios Públicos de la Nación, que establece que ante esperas de más de cuatro horas el pasajero tendrá derecho a servicios gratuitos tales como comunicación telefónica, comidas y refrigerios, transporte terrestre desde y hacia el aeropuerto, y alojamiento de hotel.
Pasajeros cansados
En septiembre pasado LA NACION publicó una nota titulada "Malestar por demoras en Aerolíneas". Allí, el ingeniero Santiago Amato, de 32 años, relató que viajaba a Salta una vez por semana y que desde enero de 2006 su avión nunca había salido a horario.
LA NACION volvió a consultarlo el jueves último. Su suerte no cambió. "El 14 tenía que viajar de Salta a Buenos Aires. El vuelo salía a las 20.25, pero despegó tres horas más tarde, a las 23.25. La escueta explicación que nos dieron fue que había sido reprogramado", dijo Amato. La demora no fue el único inconveniente que tuvo que sortear. "El avión, en vez de llegar a Aeroparque, aterrizó en Ezeiza, porque dijeron que Aeropuertos Argentina 2000 estaba realizando operaciones en la pista. Terminé llegando a mi casa a las 3", relató.
Su caso no es el único. Claudia Saganías, que por trabajo debe viajar regularmente en avión, sostuvo: "Las demoras de Aerolíneas de entre 45 minutos y tres horas son moneda corriente. Mi vida se condiciona al movimiento de ellos, porque no tengo otra opción. Y para todo siempre tienen una excusa".
En un recorrido por Aeroparque, las quejas de los pasajeros no tardaron en aflorar. Molesto, aunque aún capaz de enfrentar la adversidad con humor, el mexicano Rogelio Ambrosi, cuyo vuelo a Iguazú ya llevaba dos horas de demora, sostuvo: "¿Por qué línea aérea viajo? Por la peor aerolínea del mundo, la argentina. ¿Por qué se retrasó mi vuelo? Por mal tiempo. Creo que nevó en Nueva York".
Por Adriana M. Riva
De la Redacción de LA NACION
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