INAUGURAN UN SECTOR DE LA CENTRAL
NUCLEAR ATUCHA II
En el acto el Presidente, Néstor Kirchner, puso en marcha una fase de la Central Nuclear Atucha II de la empresa Nucleoeléctrica Argentina S. Estuvieron presentes, autoridades nacionales, provinciales y las máximas autoridades de la Comisión Nacional de Energía Atómica.
Se trata de las obras de montaje del circuito primario de refrigeración de la Central Nuclear Atucha II (CNA II), resta la provisión de agua pesada y la instalación del primer núcleo de combustible, ambos de origen nacional tras lo cual se realizarán las tareas de prueba y puesta en marcha, de especial relevancia en una central nuclear.
La obra se realiza con los recursos científicos y técnicos de la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) asociada estratégicamente con Nucleoeléctrica Argentina SA (NA-SA) para la finalización de la Central Atucha II, la que sería incorporada al sistema eléctrico argentino en el 2010.
En el proyecto se invirtieron 1.500 millones de dólares y restan 700 más. La obra tiene un importante impacto ocupacional, especialmente en el área de influencia de la Central, ya que se estima que en el período de máxima actividad de montaje la obra ocupará a unas cuatro mil personas. Cuando entre en funcionamiento comercial, en el 2010, esta Central núcleo eléctrica será la máquina de mayor potencia unitaria del sistema interconectado nacional, ya que aportará 700 MW, junto a las actuales Atucha I (335 MW) y Embalse (600 MW).
El mundo está asistiendo a un renovado interés en incrementar la participación de la energía nuclear como fuente generadora de electricidad de base, confiable y con abastecimiento asegurado de combustible y ambientalmente sustentable sin emisión de gases efecto invernadero.
Ubicación
Atucha II, la tercera central nuclear del sistema eléctrico argentino, está ubicada sobre la margen derecha del Río Paraná en la localidad de Lima, Partido de Zárate, a 115km de la Ciudad de Buenos Aires, próxima a la central nuclear Atucha I. Historia
La obra de la CNA II se inició en 1980 cuando la CNEA suscribió un contrato de provisión de equipos con la empresa Siemens. Hoy, la construcción de la central está a cargo de NA-SA.
Cabe destacar que la Central tenía a mediados de 1994, cuando las obras quedaron paralizadas, el 80% de su construcción terminada (93% de la obra civil, el 88% en suministros y el 50% del montaje).
Características
Atucha II es una central similar a las últimas construidas en Alemania, Trillo en España y Angra II en Brasil. El reactor de potencia, que funciona con uranio natural y lleva agua pesada como moderador y refrigerante, usará elementos combustibles que ya son fabricados en el país –desde hace décadas- bajo diseño y supervisión de la CNEA, utilizando dióxido de uranio natural. La Comisión provee, también, los elementos combustibles destinados a las centrales nucleares de Atucha I y Embalse, en operación comercial desde 1974 y 1984 respectivamente.
En una central nuclear como Atucha II el agua pesada, que absorbe calor en el reactor sale del mismo a 314 ºC y 115 kg/cm2, sirve como vehículo para transmitir la energía térmica hacia los generadores de vapor. En éstos el agua pesada intercambia calor con un circuito secundario de agua liviana, procedente del condensador de la turbina, y se transforma en 3600 Tn/hora de vapor a 268ºC y 54 kg/cm2 con la cual se acciona el turbogenerador. Éste es una turbina de condensación de tres etapas, una de alta y dos de baja, las tres de doble flujo. La turbina, que gira a 1.500 rpm está a coplada directamente a un generador enfriado por hidrógeno de 840 Mw que genera en una tensión en bornes de 21 Kw, la que se eleva en los transformadores de máquina a 500 Kw para su entrega a la red nacional.
Las 600 toneladas de agua pesada necesarias para la carga inicial del reactor y el sistema de extracción de calor también serán producidas en el país en la planta de la empresa ENSI, propiedad de la CNEA y la Provincia del Neuquen.
Seguridad del reactor
La construcción es realizada según las normas, licencia y programas de inspección oportunamente dispuestos por la Autoridad Regulatoria Nuclear Argentina (ARN), conforme a los estándares de Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) para el diseño, construcción y operación de centrales nucleares, para lo cual se ha acordado con el OIEA, en el marco de cooperación, recibir asistencia técnica específica.
Además NA-SA, por ser miembro de la Asociación Mundial de Operadores de Centrales Nucleares (WANO) y del Grupo de Propietarios de Centrales Nucleares tipo CANDU de uranio natural y agua pesada (COG), somete sus prácticas operativas y de mantenimiento a frecuentes revisiones en un exigente programa de mejora continua de alcance mundial.
El diseño y la construcción de la Central contempla sistemas de seguridad modernos que incluyen defensa en profundidad con barreras sucesivas, esfera de contención, separación física entre sistemas de seguridad y programa de vigilancia en servicio, entre otros. Los sistemas fueron diseñados y construidos con normas similares a los de las 443 centrales nucleares de segunda generación que operan en el mundo, así como los componentes almacenados, instalados y preservados según las normas de fábrica, con controles y auditorias nacionales e internacionales periódicos.
Como antecedente puede citarse que las otras dos centrales nucleares en funcionamiento en la Argentina tienen un historial impecable en materia de seguridad, algo que permite anticipar idéntica performance.
Beneficios energéticos y ambientales
La Agencia Internacional de Energía (IEA) señaló que el consumo mundial de energía se incrementará en un 60% para el año 2030. De ese porcentaje el 70% corresponderá a demandas de los países en desarrollo.
En el ámbito mundial las distintas fuentes energéticas aportan los siguientes porcentajes a la producción eléctrica:
* 63% combustibles fósiles (carbón, petróleo y gas),
* 19% energía hidroeléctrica,
* 17% energía nuclear, y
* 1% energías alternativas (geotérmica, solar, eólica y biomasa).
En Argentina, en el año 2006, el 53% del aporte energético fue de procedencia térmica-fósil, el 40% de origen hidráulico. En tanto en ese mismo período Atucha I y Embalse juntas, con sólo el 4,5% de la potencia instalada, produjeron el 7% de la energía consumida en el país.
Las centrales nucleares pueden contribuir sustancialmente a cubrir el incremento de demanda eléctrica, disminuyendo al mismo tiempo el consumo de hidrocarburos. Vale recordar que con,
1 Kg Uranio natural = 164 Mw/hora
1 Kg fuel oil = 4 Mw/hora
1 Kg carbón = 3 Mw/hora
Así una central nuclear como Atucha II permitirá ahorrar y liberar, para el abastecimiento de otros tipos de demandas, esa misma cantidad de hidrocarburos o más de 3 millones de metros cúbicos de gas natural por día.
Por otra parte las energías fósiles emiten dióxido de carbono (CO2) que provoca efectos climáticos negativos y contribuye mayoritariamente al recalentamiento global del planeta (efecto invernadero). Algo que hasta no hace mucho era objeto de preocupación únicamente para los científicos especializados en el tema. Pero que en los últimos años, una abrumadora acumulación de evidencias respecto de los efectos negativos ha transformado esa opinión en una preocupación concreta, objeto de tratados y sistemas de compensación internacionales.
Por el contrario las centrales nucleares no producen emisión alguna de dióxido de carbono. Más aún, una central como Atucha II, en lugar de una alimentada a gas natural, evita por cada año de funcionamiento la emisión a la atmósfera de 3.500.000 toneladas de CO2. Y si esta central nuclear sustituyese a una central de vapor a carbón, la disminución del aporte al efecto invernadero sería de 6.500.000 Tn por año.
Si el manejo de los subproductos que se producen como consecuencia de la producción de energía eléctrica quemando combustibles fósiles es importante, igualmente lo es el tratamiento de los de origen nuclear.
Una planta nuclear de 700 MW como Atucha II produce aproximadamente 30 Tn por año de residuos de alta actividad contenidos en los elementos combustibles quemados. Al respecto no existe otra industria en donde los residuos sean considerados con más responsabilidad que los desechos nucleares de origen pacífico. El volumen de los residuos nucleares es extremadamente limitado, por lo tanto puede ser completamente aislado de la atmósfera y el entorno.
Estos combustibles usados se conservan en almacenamientos húmedos o secos adyacentes a las centrales, completa y seguramente aislados del medio ambiente. Es decir que ninguno de los subproductos de la combustión nuclear es liberado al ambiente ni antes ni después del proceso de producción de núcleo-eléctrica.
Si el combustible usado se reprocesa, el volumen resultante equivalente sería de aproximadamente de 2.5 m3 por año. Esta cantidad puede ser gestionada y almacenada de manera segura en depósitos geológicos profundos, protegidos por múltiples barreras que los aíslen completamente del medio ambiente hasta que desaparezca su actividad.
Al respecto cabe aclarar que la CNEA es la responsable de la gestión de los elementos combustibles nucleares del país, y que además es miembro de la Joint Convention, la que anualmente requiere un informe emitido por el Congreso Nacional;
http://www.cnea.gov.ar/xxi/residuos/residuos.asp y cada tres años otro informe el que se presenta en un foro internacional administrado por el Organismo Internacional de Energía Atómica.
Agosto 17, 2007
Fuente: CNEA.