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USHUAIA - El oficial retirado del ejército chileno que fuera involucrado en una operación de espionaje al consulado argentino en la ciudad de Punta Arenas, reconoció su participación y confirmó que se trató de una misión de “contrainteligencia” para neutralizar labores del vicecónsul José Basbús. El mayor retirado Rodrigo Acuña, admitió que planificó el ingreso a la sede consular argentina en Punta Arenas, ocurrido el 9 de noviembre de 2003, por el cual fue procesado. En declaraciones formuladas al periódico trasandino La Segunda, se quejó que “por cumplir con mi deber me procesaron como un delincuente y el Ejército me abandonó”. “Sabía que me tenía que ir –dijo-, lo iba a aguantar, pero jamás me esperé un trato así. Me dejaron solo... me están procesando como a un delincuente y eso no lo voy a aguantar" advirtió. Es la primera vez que uno de los involucrados en el grave caso habla al respecto. A Acuña le significó su pase a retiro de la institución y una condena de la Corte Marcial a 61 días de arresto “remitido”, que deberá cumplir firmando un libro especial de registro. El ex militar reveló que no participó solo de la planificación y la intrusión al consulado, y no lo consideró tareas de espionaje sino “de inteligencia”. "No planeé solo la operación, era parte de mi trabajo en el Destacamento Número 2 en Punta Arenas. Fue una orden", señaló. "No es espionaje, es inteligencia. Se trata de búsqueda de información que se le entrega a diferentes organismos del Estado por el bien superior de la Nación". El destacamento en el cual revistaba dependía de la Región Militar Austral, RMA. El jefe en ese entonces, general Waldo Zauritz, renunció a raíz del episodio, al igual que el jefe de la unidad de Inteligencia de Punta Arenas, teniente coronel Víctor Poza, sentenciado a 61 días de presidio remitido. En cambio, Zauritz fue absuelto. La RMA, a su vez, dependía de la Dirección de Inteligencia de la Defensa, y ésta del Ministerio de Defensa, cuyo titular era la actual candidata presidencial oficialista, Michelle Bachelet. "Yo cumplía órdenes de un trabajo que se me dijo que se estaba haciendo permanentemente en ese lugar desde hacía varios años y que yo tenía que continuar", continuó relatando Acuña al diario. "Esa fue una labor de contrainteligencia para neutralizar labores de inteligencia que, según se me dijo, el vicecónsul estaba realizando en contra de nuestro propio país", aseguró, e indicó que Basbús "entregaba información militar, política regional" sobre el proceso de modernización de la RMA. El mayor Acuña dijo no sentirse traidor por revelar detalles de lo ocurrido, porque "ni en mis peores sueños pensé que iba a ser tratado así por el propio ejército". El episodio fue descubierto cuando dos suboficiales fueron sorprendidos en el interior del consulado por Basbús. Al huir uno de ellos dejó algunas pertenencias en el camino, entre ellas una chaqueta con su documento. El presidente de Chile Ricardo Lagos ofreció rápidas disculpas a Néstor Kirchner, y el incidente quedó superado sin más trámite.