Club del Rafale

Eduardo Moretti

Colaborador

Un Rafale B del Ejército del Aire y del Espacio francés lanzó con éxito un misil estratégico ASMPA-R​

Por
Redacción
-
23 mayo, 2024



 
Hace 38 años, el caza demostrador Dassault Rafale voló

4 de julio de 2024



El 4 de julio de 1986 el demostrador Rafale A realizó su primer vuelo desde la base aérea de Istres. Luego, el Rafale fue equipado con reactores estadounidenses F404-GE-400, los del F/A-18 Hornet.

Al final de la primera fase de pruebas, el avión comenzó a trabajar en la sustitución del motor izquierdo por un SNECMA M88-2, mientras que el derecho F404 permaneció. La segunda fase de pruebas de vuelo comenzó el 27 de febrero de 1990, centrándose en el motor francés que dio total satisfacción.



El desarrollo del Rafale comenzó en los años 80, cuando Dassault Aviation, empresa francesa con una larga tradición en la fabricación de aviones militares, inició el proyecto de crear un caza capaz de sustituir varios modelos en funcionamiento en el Ejército del Aire y la Armada francesas.

El objetivo era desarrollar un caza que pudiera realizar una amplia gama de misiones, desde superioridad aérea e interdicción hasta reconocimiento y ataque terrestre.

FUENTE: Safran



 
Sistema Optrónico del Sector Frontal (FSO)-IRST Thales en el Rafale

15/08/2024



Tales (FSO)-IRST


El sistema Front Sector Optronic (FSO)-IRST de Thales es un gran paso adelante en la tecnología de combate actual. Con el aumento del número y la velocidad de las amenazas en el espacio aéreo, los aviones de combate son más vulnerables que nunca a las emboscadas. El sistema FSO-IRST de Thales utiliza tecnología de seguimiento por infrarrojos para proporcionar niveles de precisión y exactitud sin precedentes y la capacidad de rastrear amenazas que antes eran difíciles de detectar.

A través de FSO-IRST, los aviones pueden rastrear con precisión misiles en vuelo, con una tasa de falsas alarmas significativamente reducida. El uso del seguimiento por infrarrojos también proporciona sigilo, lo que contribuye a la capacidad de supervivencia y letalidad del avión.

La velocidad del cambio tecnológico con aviones veloces y furtivos, sistemas de defensa aérea de próxima generación y armas de alta velocidad, están redefiniendo el ritmo y la forma de la guerra aérea. Obtener y conservar la superioridad aérea ya no es una pelea de perros (Dog Fight), sino una batalla de conciencia situacional.



En los últimos años, el resurgimiento progresivo de la competencia entre pares ha desencadenado una carrera tecnológica en todo el mundo y en todos los dominios. La velocidad y el sigilo se volvieron fundamentales para esta carrera. Para los pilotos de combate involucrados en la guerra aérea, están redefiniendo las tácticas de combate.



A menudo se menciona Dof Fight, una maniobra de combate aéreo de corto alcance, y aún puede ser una opción, pero la verdadera ventaja táctica ahora radica en mantener la superioridad aérea en el combate más allá del alcance visual (BVR). A medida que los aviones furtivos de próxima generación desafían los sensores tradicionales de la guerra aérea, los pilotos de combate deben confiar en nuevos sensores para detectar sin ser detectados.

Detección silenciosa

Los cazas furtivos están diseñados y construidos para tener una sección transversal de radar (RCS) muy baja. A medida que las formas de los cazas y los materiales de recubrimiento sigan evolucionando, estos cazas serán cada vez más difíciles de detectar, lo que desafiará la capacidad de los adversarios para mantener un conocimiento situacional superior.




Sin embargo, a pesar de estos avances tecnológicos, queda una característica que se puede utilizar contra ellos: el calor generado por el motor, que crea una firma infrarroja (IR).

Thales ha introducido la capacidad de búsqueda y seguimiento por infrarrojos (IRST) en el sistema Front Sector Optronics (FSO) de Rafale.
Equipados con este nuevo sensor de identificación y detección pasiva de largo alcance, los pilotos del Rafale pueden detectar, rastrear y atacar objetivos utilizando la firma infrarroja de los adversarios.




Los pilotos pueden perseguir sus objetivos día y noche con total tranquilidad, sabiendo que no están emitiendo y, por tanto, no pueden ser detectados.



 
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