Les dejo una opinión actual sobre el Rafale, además de parecerme bastante ecuánime y descriptiva brinda muchos datos y cifras, algunos ya conocidos y otros no tanto. Saludos
Hernán.
¿El Rafale muy caro? ¡Bienvenidos a una charla de cafetín!
Es la nueva frase de los comentaristas, más o menos bien informados, más o menos bien intencionados. El Rafale es muy caro, pues no se vende y si Francia lo compra a pesar de todo, es para agradar al señor Dassault. ¡Bienvenidos a una charla de cafetín!
"¿De qué se trata esto?", como decía el mariscal Foch.
Sí, el Rafale es caro. ¿Pero caro, quiere decir muy caro? ¿Muy caro en relación a qué? ¿A la ausencia de una defensa nacional creíble? ¿Al abandono de uno de los sectores industriales más competitivos en un país ya golpeado por la desindustrialización? ¿A competidores extranjeros menos competitivos o que pretenden llevar a nuestro país a una dependencia política? Es también de esto de lo que hay que hablar y este blog contribuirá.
Sobre la base de los informes parlamentarios, podemos estimar, dividiendo los créditos de pago por el número de aviones entregados durante el período 2006-2011, su precio promedio es cercano a los 116 millones de euros por aparato.
Pero atención, este precio es TTC, es decir que está integrado por el 19,6% de IVA. Un IVA que sale de los créditos del Ministerio de Defensa pero que vuelve a las cajas del Estado: para el contribuyente, el precio neto del Rafale debe ser expresado sin este impuesto. Estamos entonces en un precio unitario de 94 millones de euros.
Un informe reciente del Senado estima que el costo global del programa Rafale para las finanzas públicas es de 43.567 millones de euros mientras dure el programa (teniendo en cuenta la inflación desde el lanzamiento en 1989) y esto, sobre una base de un encargo previsto de 286 aviones. Es decir 152 millones TTC la unidad (o 112 HT [sin IVA]). La diferencia en relación a nuestro cálculo precedente se explica por el hecho de que este precio incluye el desarrollo del avión, hoy pagado sobre la versión actual (F3). Permanece una incertidumbre en este cálculo: el número final de aviones que serán construidos. Cuantos menos aparatos se construyan más elevado será el precio unitario, es el principio bien conocido de las economías en escala. Al principio, 320 Rafale iban a ser solicitados por Francia. Actualmente, el pedido es de 286 aparatos, pero la única cosa cierta es que 180 han sido pedidos realmente al día de hoy. Y que no hay ningún encargo para la exportación.
Globalmente, y es suficientemente raro señalarlo, los precios previstos al inicio (en moneda constante) han sido mantenidos: el Tribunal de Cuentas habla de una inflación del 4,7%, comparada con el 51,8% para el helicóptero Tigre o con el 29,1% para el Vehículo blindado de combate de infantería (VBCI). En cuanto al A400M, su precio aumentó el 25% antes del primer vuelo... En el extranjero, el Eurofighter tuvo un incremento cercano al 70% según el NOA, el Tribunal de Cuentas británico, mientras que el F-35 norteamericano es un barril sin fondo. El avión aún no entró en servicio y hay un serio peligro de que siga aumentando su precio. Una cosa ya es segura: ¡será el programa de avión de combate más caro de la historia! Los últimos datos disponibles mencionan un costo total de 323.000 millones de dólares para 2.443 aparatos destinados solamente a las fuerzas norteamericanas (USAF, USN, USMC). Es decir, 101 millones de euros por unidad. Sabiendo que los costos de desarrollo explotaron en un 40% y los de producción del 60 al 90% según las versiones, nada indica que esta loca carrera esté terminada.
Y sin embargo, países más o menos comparables a Francia van a comprarlo cueste lo que cueste. El Reino Unido, Italia, los Países Bajos, Noruega, Dinamarca, Canadá, Israel, Australia, Turquía, Singapur, y tal vez rápidamente Japón, van a embarcarse en este programa. Entonces, y contrariamente al Rafale, no se trata de un avión polivalente, sino de un aparato destinado a ataques terrestres. Por otra parte todas las fuerzas aéreas de primera línea preven conservar, al lado, un interceptor aire-aire que tampoco es barato, como el F-22 o el Eurofighter Typhoon...
Cinco países europeos de la Alianza atlántica van a elegir el F-35 norteamericano: vemos entonces que la adquisición de un avión de combate es una elección ante todo política. Pero también el precio a veces es la cuestión, por ejemplo, en el caso de Suiza, que acaba de preferir al Gripen sueco en vez del Rafale francés. El avión es menos caro, en efecto, pero por una buena razón: es menos competitivo que el Rafale. ¿Propaganda de Dassault? No, evaluaciones de los propios pilotos suizos. Pero Suiza no necesitaba sin duda un avión de la gama del Rafale. Para su defensa aérea, tiene los excelentes F-18 y debía reemplazar sus antiguos F-5, un caza ligero de la generación del Mirage III…
El Rafale es un avión excelente, sin dudas, el mejor jamás producido por la industria aeronáutica en un siglo de existencia. La centena de aviones entregados hasta el día de hoy [104 exactamente, de los cuales 4 se han perdido y 10 del primer standard están bajo el ala de la Marina] permite hacerse una idea precisa de estas cualidades. El Rafale ya participó en dos conflictos (Afganistán y Libia) y asegura a diario las misiones de defensa aérea (Posición permanente de seguridad) y de disuasión nuclear. Su polivalencia es su punto fuerte: puede cumplir misiones de intercepción aire-aire, de reconocimiento, de ataque terrestre y ataques estratégicos, a partir de tierra o desde un portaaviones. El único avión comparable en el mundo es el F-18 E/F.
Hay, en nuestro país, un verdadero masoquismo nacional, que denigra nuestros éxitos. Es algo extraño. ¿Preferimos embarcarnos en el asunto del Eurofighter, un avión que le cuesta más caro a los contribuyentes de los países concernientes y que le cuesta ser verdaderamente operacional, como los británicos pudieron ver en Libia (y nunca vieron en Afganistán)? ¿Preferiremos comprar el F-35, a un costo de adquisición y de posesión completamente imprevisible, con la garantía de no acceder nunca a los códigos-fuentes del aparato y quedar a merced de Washington para un futuro (pensamos en la crisis franco-norteamericana en el momento de Irak)?
Es verdad que el Rafale no se exporta. Es un problema muy serio. Pero esto no debe hacernos olvidar que primero fue concebido y que fue comprado para cubrir las necesidades de la Defensa Nacional. ¿Hay un problema a este nivel? Si es así, hablemos de eso.
El hecho de que no se exporta (o no todavía, esperemos) tiene una consecuencia para el presupuesto del Estado. Los encargos públicos deben mantener un flujo de la cadena de fabricación del avión. El ritmo no es insostenible: 11 aviones al año, es decir, uno al mes (excepto en agosto cuando la fábrica de Mérignac es cerrada). La fábrica está concebida para producir dos aparatos al mes, es decir, 22 al año.
¿Pero once aviones al año, no es razonable para las fuerzas armadas? A este ritmo, hacen falta dos años para equipar a un solo escuadrón de la Fuerza Aérea. En el curso de los próximos tres años, recibirá 25 y la marina recibirá 8. Más aún, no estamos en cadencias infernales y sin mencionar armamento. A este ritmo de 11 aviones al año, haría falta un cuarto de siglo para reequipar a las fuerzas armadas con aviones de combate...
Entregados a cuentagotas, pero que pesarán mucho para las finanzas públicas (1), el Rafale se mantendrá en servicio sin duda una cuarentena de años. Traducido: en el 2050, aún volará. Para entonces, habrá habido que modernizarlos para no ser radiados. De aquí surge la importancia estratégica para nuestro país de conservar la capacidad de hacerlo. Esto se llama mantener oficinas de investigación y talleres. En suma, los industriales.
(1) Podíamos leer recientemente de una lapicera demasiado ligera que el Rafale representaba el 35% de los gastos de Defensa. No es muy serio: El 14% (1,57 mil millones en 2012 para un total de 11,13), como mucho.
Fuente: Marianne2 redactado por Jean-Dominique Merchet 15 de diciembre de 2011
Traducción propia.
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Le Rafale trop cher? Bienvenue au café du commerce!
C'est le nouveau lieu commun des commentateurs, plus ou moins bien informés, plus ou moins bien intentionnés. Le Rafale est trop cher, donc il ne se vend pas et si la France en achète malgré tout, c'est pour faire plaisir à monsieur Dassault. Bienvenue au café du commerce!
"De quoi s'agit-il?", comme disait le maréchal Foch.
Oui, le Rafale est cher. Mais cher, veut-il dire trop cher? Trop cher, par rapport à quoi? A l'absence d'une défense nationale crédible? A l'abandon d'un des secteurs industriels les plus performants dans un pays déjà frappé par la désindustrialisation? A des concurrents étrangers moins performants ou qui entraineraient notre pays dans une dépendance politique? C'est aussi de cela dont il faut parler et ce blog y contribuera.
Sur la base des rapports parlementaires, on peut estimer, en divisant les crédits de paiement par le nombre d'avions livrés sur le période 2006-2011, son prix moyen à environ 116 millions d'euros l'appareil.
Mais attention, ce prix est TTC, c'est-à-dire qu'il intègre les 19,6% de TVA. Une TVA qui sort des crédits du ministère de la défense mais qui revient au final dans les caisses de l'Etat: pour le contribuable, le prix net du Rafale doit donc être exprimé hors taxe. On est donc à un prix unitaire de 94 millions d'euros.
Un récent rapport du Sénat estime le cout global du programme Rafale pour les finances publiques à 43,567 milliards d'euros sur toute la durée du programme (en tenant compte de l'inflation depuis le lancement en 1989) et cela, sur la base d'une commande prévue de 286 avions. Soit 152 millions TTC l'unité (ou 112 HT). La différence par rapport à notre calcul précédent s'explique par le fait que ce prix intègre le développement de l'avion, aujourd'hui payé pour la version actuelle (F3). Reste une incertitude dans ce calcul: le nombre final d'avions qui seront construits. Moins il y en aura et le plus le prix unitaire sera élevé - c'est le principe bien connu des économies d'échelles. A l'origine, 320 Rafale devaient être commandés par la France. Actuellement, la cible est de 286 appareils, mais la seule chose certaine est que 180 ont été réellement commandés à ce jour. Et qu'il n'y a eu aucune commande à l'exportation.
Globalement, et c'est suffisamment rare pour le souligner, les prix prévus à l'origine (en monnaie constante) ont été tenus: la cour des comptes parle d'une dérive de + 4,7%, à comparer au + 51,8% pour l'hélicioptère Tigre ou + 29,1% pour le Véhicule blindé de combat d'infanterie (VBCI). Quant à l'A400M, son prix a augmenté de 25% avant le premier vol... A l'étranger, l'Eurofighter a dérivé d'environ 70% selon le NOA, la Cour des comptes britanniques alors que le F-35 américain est un puits sans fond. L'avion n'étant toujours pas en service, il est risqué d'avancer un prix sérieux. Une chose est déjà certaine: il sera le programme d'avion de combat le plus cher de l'histoire! Les dernières données disponibles évoquent un cout total de 323 milliards de dollars pour 2443 appareils destinés aux seules forces américaines (USAF, USN, USMC). Soit 101 millons d'euros l'unité. Sachant que les coûts de développement ont explosés de 40% et ceux de la production de 60 à 90% selon les versions, rien n'indique que cette course folle est terminée.
Et pourtant, des pays plus ou moins comparables à la France vont l'acheter... quoi qu'il leur en coûte. Le Royaume-Uni, l'Italie, les Pays-Bas, la Norvège, le Danemark, le Canada, Israel, l'Australie, la Turquie, Singapour - et peut-être rapidement le Japon, vont s'embarquer dans ce programme. Or, contrairement au Rafale, il ne s'agit pas d'un avion polyvalent, mais un appareil prioritairement destiné à l'attaque au sol. D'ailleurs toutes les forces aériennes de premier rang prévoient de conserver, à côté, un intercepteur air-air pas forcément bon marché non plus comme le F-22 ou l'Eurofighter Typhoon...
Cinq pays européens de l'Alliance atlantique vont choisir le F-35 américain: on voit par là que l'acquisition d'un avion de combat est un choix avant tout politique. Il arrive que le prix soit la question, par exemple dans le cas de la Suisse qui vient de préferer le Gripen suèdois au Rafale français. L'avion est moins cher, en effet, mais pour une bonne raison: il est moins performant que le Rafale. Propagande de Dassault? Non, évaluations des aviateurs suisses eux-même. Mais la Suisse n'avait sans doute pas besoin d'un avion de la gamme du Rafale. Pour sa défense aérienne, elle a d'excellents F-18 et il lui fallait remplacer ses antiques F-5... un chasseur léger de la génération des Mirage III.
Le Rafale est un excellent avion - sans doute le meilleur jamais produit par l'industrie aéronautique en un siècle d'existence. La centaine d'avions livrés à ce jour [104 exactement, dont 4 ont été perdus et 10 de premier standard sont sous cocon dans la Marine] permet de s'en faire une idée précise de ces qualités. Le Rafale a déjà participé à deux conflits (Afghanistan et Libye) et il assure au quotidien des missions de défense aérienne (Posture permanente de sécurité) et de dissuasion nucléaire. Sa polyvalence est son point fort: il peut remplir des missions d'interception air-air, de reconnaissance, d'attaque au sol et de frappes stratégiques, à partir du sol ou d'un porte-avions. Le seul avion comparable au monde est le F-18 E/F.
Il y a, dans notre pays, un vrai masochisme national, à dénigrer nos succès. C'est quelque chose d'étrange. Préferions nous nous être embarquer dans l'affaire de l'Eurofighter, un avion qui coute plus cher au contribuables des pays concernés et qui peine à être vraiment opérationnel, comme les Britanniques l'ont vu en Libye (et jamais vu en Afghanistan...)? Préfererions nous devoir acheter des F-35, à un coût d'acquisition et de possession complètement imprévisible, avec la garantie de ne jamais accèder aux codes-sources de l'appareil et en se mettant à la merci de Washington pour son avenir (pensons à la crise franco-américaine au moment de l'Irak)?
Il est vrai que le Rafale ne s'exporte pas. C'est un problème très sérieux. Mais cela ne doit pas nous faire oublier qu'il a d'abord été conçu et qu'il est acheté pour répondre aux besoins de la défense nationale. Y-a-t-il un problème à ce niveau là? Si oui, parlons-en.
Le fait qu'il ne s'exporte pas (ou pas encore, espérons-le) a une conséquence pour le budget de l'Etat. Les commandes publiques doivent maintenir à flot la chaine de fabrication de l'avion. Le rythme n'est pas insoutenable: 11 avions par an, c'est-à-dire un par mois (sauf en août quand l'usine de Mérignac est fermée). L'usine est conçue pour en produire deux par mois - soit 22 par an.
Mais onze avions par an, est-ce déraisonnable pour les forces armées? A ce rythmne, il faut deux ans pour équiper un seul escadron de l'armée de l'air. Au cours des trois prochaines années, elle en recevra 25 et la marine 8. Là encore, on est pas dans les cadences infernales et le sur armement. A ce rythme de 11 avions par an, il faudrait un quart de siècle pour rééquiper les armées en avions de combat...
Livré aux compte-gouttes, mais pesant lourd pour les finances publiques (1), le Rafale restera en service sans doute une quarantaine d'années. Traduisez: en 2050, il volera encore. D'ici lors, il aura fallu les moderniser pour qu'ils ne soient pas déclassés. D'où l'importance stratégique pour notre pays de conserver la capacité de le faire. Cela s'appelle des bureaux d'études et des ateliers. Bref, des industriels.
(1) On pouvait lire récemment sous une plume trop légère que le Rafale représentait 35% des dépenses d'équipement de la Défense. Pas très sérieux: 14% (1,57 milliards en 2012 pour un total de 11,13), c'est déjà beaucoup.
Marianne2 rédigé par Jean-Dominique Merchet le 15 Décembre 2011
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