El Conflicto Interno en Colombia

Barbanegra

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FARC dicen tener en su poder a ex militar de EEUU
La guerrilla de las FARC dijo que tiene en su poder a un ex militar estadounidense y condicionó su puesta en libertad, en tanto que el grupo antisecuestro de la Policía colombiana dijo que verifica la información.

El llamado secretariado de esa organización ilegal, su máxima instancia, aseguró el viernes en un comunicado que el 20 de junio "fue capturado el soldado norteamericano Kevin Scott Sutay" en el municipio de El Retorno, departamento de Guaviare, a unos 295 kilómetros al sureste de Bogotá.

Las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, que actualmente adelantan un proceso de paz en Cuba con el gobierno del presidente Juan Manuel Santos, dijeron que están en disposición de liberar al otrora militar norteamericano.

Las FARC condicionaron la liberación del ex militar estadounidense a la conformación de una misión humanitaria integrada por la ex congresista Piedad Córdoba y el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR).

De acuerdo con el comunicado de los rebeldes, fechado el 19 de julio en algún lugar de las montañas de Colombia, Kevin Scott Sutay "asegura haber sido miembro de la Armada de los Estados Unidos desde el 17 de noviembre de 2009 hasta el día 22 de marzo de 2013 y según su propia versión participó en la guerra de Afganistán entre los años 2010 y 2011 donde se desempeñó como experto antiexplosivos, especialista en desminados, como integrante de la compañía 541 ST del batallón 54 TN de ingeniería".

El general Humberto Guatibonza, jefe del grupo antisecuestro de la Policía, comentó telefónicamente a la AP que la versión de las FARC sobre la aparente retención del estadounidense no es clara y que la están verificando.

El 2 de julio de 2008 el gobierno liberó a tres contratistas estadounidenses que estaban en poder de las FARC.

AP
 

Shandor

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Mueren 21 militares colombianos en combates con la guerrilla

Una emboscada en el departamento de Arauca, en la frontera con Venezuela, dejó 15 muertos

Otros cuatro soldados han muerto en enfrentamientos en el departamento de Caquetá

El presidente dice que seguirá con la operación para dar con los responsables de los ataques
Al menos 15 militares colombianos han muerto el sábado en una emboscada tendida al parecer por la guerrilla de las FARC en el departamento de Arauca, fronterizo con Venezuela, mientras que otros cuatro soldados profesionales han fallecido en combates con la guerrilla en el sureño departamento de Caquetá. Tras los sucesos, que se han producido el mismo día en el que Colombia ha celebrado su 203 aniversario de la Independencia de la Corona española, el Gobierno anunció su decisión de seguir combatiendo con "contundencia" a la guerrilla.
Los 15 militares perdieron la vida en una emboscada, que también dejó cinco heridos y 14 desaparecidos, en una zona rural conocida como El Mordisco, informan medios locales. El pelotón que cuidaba del oleoducto Bicentenario en Arauca fue atacado por cerca de 70 guerrilleros, según explicó el domingo el presidente Juan Manuel Santos. Los soldados capturaron a unos 12 guerrilleros, de los que cinco estaban heridos y fueron atendidospor la fuerza pública. Aún se verifica el número de miembros de las FARC dados de baja, que podría llegar a 22.
"Esta operación continúa", dijo el mandatario, al especificar que la orden que dio a sus subordinados fue seguir adelante "para dar con los responsables de ese vil ataque a nuestros soldados".
El combate con la guerrilla al sur del país se produjo horas antes. En un comunicado, el Ejército Nacional informó que la inteligencia militar supo de la intención de "varias columnas del Bloque Sur (de las FARC)" de atentar contra el municipio de El Doncello, en el selvático departamento de Caquetá. Los militares se desplazaron hasta allí y comenzaron los enfrentamientos, en el que murieron cuatro soldados profesionales y tres resultaron heridos. En el combate también fallecieron cinco insurgentes y dos fueron capturados.
Entre los rebeldes fallecidos había dos guerrilleros conocidos con los alias de "Sandoval" y "Corroncho", quienes, al parecer, formaban parte del anillo de seguridad de Hernán Darío Velásquez o "El Paisa", comandante de la columna móvil Teófilo Forero, considerada una unidad de elite de la guerrilla.
Colombia celebró este sábado el 203 aniversario de la Independencia de la Corona española con desfiles militares, actos culturales y con la apertura de las sesiones ordinarias del Congreso. Todos los actos estuvieron encabezados por el presidente Santos, que pidió a los ciudadanos y a los partidos respaldar el proceso de paz que su Gobierno mantiene con las FARC desde hace ocho meses.
"No se entiende si las FARC están firmando la paz en Cuba, por qué están aquí cometiendo estos lamentables asesinatos", reflexionó el gobernador de Arauca, José Facundo Castillo, que ofreció hasta 10 millones de pesos (unos 4.030 euros) a quien suministre información que permita la captura de "estos milicianos".
En este sentido, Santos admitió que los colombianos pueden sentirse en ocasiones confusos: "¿Cómo así que estamos dialogando y al mismo tiempo estamos disparando?", y justificó que estas son las condiciones, pues la contundencia y efectividad en el campo de batalla será lo que "acelere ese momento de finalizar el conflicto".
Y es que los negociadores del Gobierno y de las FARC están sentados en una mesa de conversaciones en La Habana desde hace ocho meses mientras las tropas combaten en las selvas y montañas de Colombia, puesto que una de las condiciones del diálogo es que no haya un cese de hostilidades para prevenir que alguna parte gane terreno. "Así como tenemos la mano tendida y estamos dialogando, también tenemos el garrote, también tenemos la contundencia militar, y la vamos a aplicar", dijo Santos al sugerir a la guerrilla que abandone los ataques contra infraestructuras y la sociedad porque, añadió, "militarmente no tienen la más mínima posibilidad de éxito".
ELPAIS.ES
 

Sebastian

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Santos reconoce la responsabilidad del Estado en el conflicto armado

El presidente de Colombia asume en un acto ante magistrados que las autoridades han violado derechos humanos durante el conflicto armado que actualmente se intenta cerrar

El presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, ha reconocido este jueves ante magistrados de la Corte Constitucional de este país que el Estado ha sido responsable de violaciones a los derechos humanos e infracciones al Derecho Internacional Humanitario relacionadas con el conflicto armado.

“En algunos casos por omisión, en otros casos por acción directa de algunos agentes del Estado”, ha dicho el mandatario en medio de una audiencia pública convocada por la Corte para discutir el polémico Marco Jurídico para la Paz, aprobado por el Congreso en junio de 2012, una reforma constitucional que establece una serie de instrumentos jurídicos de justicia transicional. Sus defensores, entre los que están el Gobierno, el Fiscal General y la Corte Suprema, lo consideran fundamental para el futuro del proceso de paz con las FARC y para que termine el conflicto. Para sus opositores, sin embargo, abre la puerta a la impunidad.

Santos aprovechó que en la sala de audiencias estaban reunidos académicos, altos funcionarios de los diferentes poderes, defensores de derechos humanos y representantes de víctimas para reconocer que la responsabilidad de Estado en el conflicto es aún mayor si se compara con los otros actores. “Nuestra función como agentes del Estado es garantizar y proteger los derechos de todos los ciudadanos. Por esa razón, tanto mayor es nuestra responsabilidad”, dijo.

Este reconocimiento lo hizo, además, acogiendo una recomendación del Centro Nacional de Memoria Histórica, que el pasado miércoles le entregó un revelador informe donde se explican los orígenes de la guerra colombiana y la degradación que ha sufrido durante 50 años.

El informe reveló que las dimensiones del conflicto armado son de tal magnitud que la cifra de muertos se calcula en 220.000 entre 1958 y 2012, con el agravante de que casi 180.000 son civiles. Para Memoria Histórica –que en el informe hace 30 recomendaciones para hacer el tránsito hacia la paz– uno de los grandes desafíos es empezar a asumir las responsabilidades y por eso propusieron que fuera el presidente quien tomara la delantera.

Santos reconoció que empezar a conocer la verdad de lo que ha pasado es un paso valioso que prueba que Colombia puede reconstruir y asumir su pasado. “Debemos reconocer que tocamos fondo y que la guerra se deshumanizó y nos deshumanizó”. Durante la audiencia también hizo un llamado a que los miembros de las FARC y del ELN –las dos guerrillas colombianas–, así como los paramilitares desmovilizados, se hagan cargo también de su parte de responsabilidad.

Para Santos, al contrario de lo que dicen quienes están en contra de la reforma, no se abren espacios a la impunidad, “sino que se satisfacen de la manera más amplia posible los derechos de las víctimas de un conflicto tan prolongado”. También defendió que la reforma se concentre en investigar y juzgar a los máximos responsables de delitos cometidos durante el conflicto, ya que resulta imposible hacerlo con todos.

Se sumaron a la defensa el Alto Comisionado para la Paz, Sergio Jaramillo, quien aclaró que en La Habana “no se están negociando los derechos de las víctimas”, así como el presidente del Senado, Juan Fernando Cristo, quien insistió en que de lo que se trata es de defender a las víctimas. El Fiscal General, Eduardo Montealegre, que también está en el grupo de los defensores, aseguró que el Marco Jurídico para la Paz cumple “con los principios constitucionales del derecho fundamental a la paz y el derecho de las víctimas a la verdad, justicia y reparación”.

En la otra orilla está el Procurador General, Alejandro Ordóñez, quien se ha convertido en el principal opositor de esta iniciativa y que ha insistido en que los tratados internacionales establecen que todos los crímenes de lesa humanidad y de guerra deben ser investigados. Por eso para Ordóñez, el Marco Jurídico para la Paz va en contra de los convenios internacionales y del derecho a la justicia que tienen las víctimas.

La Corte Constitucional se pronunciará en agosto sobre una demanda que busca que se declare inconstitucional el Marco Jurídico para la Paz.
http://internacional.elpais.com/internacional/2013/07/26/actualidad/1374800005_346109.html
 

Sebastian

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Santos se la juega por la paz en su último año de mandato

El presidente colombiano tiene tres meses para decidir si se presenta a la reelección, aunque en círculos políticos se da por hecho que sí lo hará


Santos, en el aniversario de la batalla de Boyaca. / Fernando Vergara (AP)

Tres meses le quedan a Juan Manuel Santos para anunciar si aspira o no a lanzarse por cuatro años más a la presidencia de Colombia. Pero sus últimas declaraciones apuntan a que ya ha decidido hacerlo y el asunto se da por hecho en círculos políticos del país.

Durante los últimos tres días, tras una maratón de entrevistas en los medios colombianos para evaluar sus tres años como presidente, Santos ha dicho que “la tendencia es que mis políticas se reelijan” y ha señalado que el proceso de paz que mantiene con las FARC -y uno muy posible con el ELN, la otra guerrilla– es su principal apuesta política. También ha aceptado que “inexorablemente” la paz será uno de los temas de la campaña presidencial que se avecina.

Pero el tiempo se agota, porque precisamente faltan tres meses para que se cumpla el plazo que Santos anunció al comienzo de las negociaciones para firmar el fin del conflicto con la guerrilla. En una entrevista en Caracol Radio, el mandatario reconoció que “lo ideal es que haya acuerdos antes de que yo tenga que decidir si voy o no a la reelección”. Y ha sido el primero en aceptar que los diálogos en Cuba van a un ritmo muy lento. “Si se necesitan uno o dos meses más pues habrá que hacerlo”, ha dicho previendo que es poco factible que lleguen a acuerdos definitivos en noviembre.

Sin embargo, las más recientes encuestas no favorecen las intenciones reeleccionistas de Santos. Una encuesta financiada por varios medios de comunicación muestra que el 60% de los encuestados rechaza esa posibilidad, a pesar de que su imagen favorable al cumplir tres años como presidente está en el 49% –otros sondeos le dan un 54%–. Aun así, entre 46 y 50 % están insatisfechos con el trabajo del jefe de Estado, lo que evidencia la división del país.

La paz tampoco sale muy bien librada en las encuestas. Aunque los colombianos siguen apoyando mayoritariamente una salida negociada al conflicto, el pesimismo ha vuelto ya que el 54% de los encuestados cree que los diálogos no llegarán a buen término.

La paz en definitiva es una apuesta de doble filo para Santos. Un acuerdo con las FARC siendo presidente sería una baza muy favorable para optar a un segundo mandato, pero si no lo logra sus aspiraciones podrían complicarse. Después de casi nueve meses de iniciados los diálogos solo se ha llegado a un acuerdo en el tema agrario, el primero en una agenda de seis puntos.

La decisión de Santos de negociar con la guerrilla en medio del conflicto es también una apuesta arriesgada, ya que los colombianos no entienden que se registren emboscadas de las FARC como la del pasado 7 de julio en la que murieron 17 militares. Estos crímenes dan argumentos a la oposición, encabezada por el uribismo (el sector que apoya al expresidente Álvaro Uribe), para atacar los diálogos en La Habana.

“No nos hacen mella las estridencias de la oposición. No vamos a renunciar a impulsar, con todo entusiasmo y vehemencia, la construcción de un país en paz, próspero y con equidad”, ha respondido el mandatario este miércoles. Y remató diciendo que “hay quienes prefieren más años de dolor y muerte que la paz”.

El deterioro de la seguridad es otro de los frentes que más han criticado los opositores a Santos y el asunto ha polarizado a la opinión pública. Aunque el presidente tiene a favor golpes como en el que murió el máximo jefe de las FARC, Alfonso Cano, además de importantes capturas y extradiciones de capos y jefes de bandas criminales asociadas al narcotráfico, ahora el reto está en combatir fenómenos como la extorsión, el microtráfico y el creciente riesgo que corren los líderes de restitución de tierras.

Si se miran las cifras de seguridad de ciudades como Cali, con 79 muertes por cada 100.000 habitantes, o Medellín con 52, habría que prender las alarmas, aunque en Bogotá la tasa ha bajado a 14. María Victoria Llorente de Ideas para la Paz asegura que Colombia aún está lejos de alcanzar cifras de seguridad de países desarrollados y que la percepción de inseguridad es “el problema que más afecta a los ciudadanos”.

Santos se ha comprometido a desarticular las bandas criminales. Sin embargo, más allá de capturar a sus líderes, el Gobierno no ha podido romper las cadenas de negocios ilícitos que sostienen estas estructuras criminales. La corporación Nuevo Arco Iris, un centro de investigación sobre el conflicto armado, ha asegurado que el paramilitarismo mutó a nuevas bandas que se han concentrado en las ciudades y allí han encontrado en la extorsión una fuente de financiación.

Las protestas sociales también le han salido al paso a Santos, desde cafeteros inconformes exigiendo subsidios para un sector en quiebra a campesinos que exigen una zona de reserva campesina en la región del Catatumbo, pasando por un paro minero en Chocó y Antioquia. De hecho, para el próximo 19 de agosto gremios agrarios tienen convocado un paro nacional al que prevén unirse numerosos grupos sociales.

A pesar de estos reclamos, son varios los puntos a favor del mandatario colombiano. Uno de sus mayores esfuerzos ha sido mejorar los indicadores de la economía colombiana. Por una parte, controlar y reducir los niveles de desempleo, que hoy está en 9,2%. Otra estadística favorable ha sido la reducción de la pobreza, del 40 al 32%, y de la pobreza extrema, del 17 a 10%. Además, la inversión extranjera sigue llegando, prueba de ello son los 15.000 millones de dólares que entraron en 2012, el 17,7% más que en 2011.
http://internacional.elpais.com/internacional/2013/08/07/actualidad/1375908409_665682.html
 

Sebastian

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Las FARC reconocen haber causado víctimas y dolor en Colombia

La guerrilla habla por primera vez de compensar a los afectados y de la necesidad de alcanzar un "perdón colectivo"


"Pablo Catatumbo" habla en nombre de las FARC en La Habana. / Alejandro Ernesto (EFE)

Han tenido que pasar nueves meses desde que comenzaran los diálogos de paz entre el Gobierno colombiano y las guerrilla marxista-leninista de las FARC, para que estas reconocieran su parte de responsabilidad en las miles de víctimas que ha dejado una guerra que ya cumple medio siglo.

A la entrada del Centro de Convenciones de La Habana, donde el pasado lunes se reiniciaron las conversaciones de paz, la delegación de la guerrilla de las FARC reconoció públicamente que sus hombres provocaron víctimas y también abrieron la posibilidad a una “reparación con total lealtad a la causa de la paz y la reconciliación”.

Esta es la primera vez que tal reconocimiento se da ya que insistentemente habían negado su responsabilidad. Varios de los negociadores de esta guerrilla en La Habana habían dicho en diferentes ocasiones que no tenían porqué responder ante ninguna víctima ya que son “luchadores populares” y no cometen “crímenes contra el pueblo”.

Ahora parece que han ablandado su posición. El pronunciamiento lo hizo uno de los negociadores y jefe del Bloque Occidental de esa banda Jorge Torres Victoria, alias Pablo Catatumbo, quien aseguró que hay necesidad de resarcir a las víctimas de la violencia. “Todo con el ánimo de resaltar la necesidad de que el resarcimiento incluya la obligación para las partes del perdón colectivo, a efectos de que una vez alcanzada la paz definitiva –de llegarse a ella–, nos obliguemos todos a un ‘nunca más’”, dijo Catatumbo a los medios antes de entrar a una nueva sesión de esta decimo tercera ronda de negociaciones.

El jefe guerrillero reconoció que en ese conflicto armado “ha habido crudeza y dolor provocados desde nuestras filas”, pero matizó que el Estado colombiano ha sido partícipe de esa crueldad. “El enemigo nunca fue ni ha sido fácil, no se sujetó a normas de combate”, dijo Catatumbo.

También propusieron crear una comisión de expertos nacionales e internacionales para que se haga un balance del número de víctimas que ha dejado el conflicto armado colombiano. Esto, cuando hace menos de un mes se conoció un extenso y desgarrador informe del Centro Nacional de Memoria Histórica donde se llegó a la conclusión de que el conflicto armado había dejado 220.000 muertos desde 1958 y que 176.000 de las víctimas eran civiles. Según Memoria Histórica, por cada combatiente han muerto cuatro civiles y de cada 10 colombianos que murieron en los últimos 54 años, tres perdieron la vida por causa de la guerra.

En el acuerdo de negociación que firmaron las FARC con el Gobierno colombiano para terminar el conflicto al inicio de los diálogos, el tema de las víctimas quedó resumido en una frase de gran significado que no fue fácil incluir. Luego de intensas discusiones se definió que “resarcir a las víctimas está en el centro del acuerdo”, algo en lo que ha insistido Santos permanentemente.
http://internacional.elpais.com/internacional/2013/08/20/actualidad/1377010734_976278.html
 

Sebastian

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Santos quiere que se vote el acuerdo de paz con las FARC el día de las elecciones

A través de un referendo los colombianos votarían el acuerdo que se firme en La Habana

Para las FARC el mecanismo ideal es una Asamblea Nacional Constituyente


El presidente Juan Manuel Santos parece cada vez más confiado en que la paz con las FARC se firmará antes de que termine el año. Este jueves, tras una reunión con los partidos que integran la llamada Mesa de Unidad Nacional –coalición del gobierno– el mandatario anunció que se radicará en el Congreso un proyecto de ley para que los colombianos puedan decidir si validan o no los acuerdos a los que se llegue en La Habana a través de un referendo, el mismo día en que se realicen las próximas elecciones, ya sean del Parlamento o las presidenciales.

Aunque esto está prohibido actualmente en Colombia, Santos ha dicho que debido a la coyuntura de las negociaciones de paz sería oportuno levantar esa prohibición. “Es un proyecto muy sencillo, de tres artículos, en donde simplemente se dice que: el referendo constitucional con ocasión de un acuerdo final para la terminación del conflicto armado podrá coincidir con otros actos electorales”, explicó Santos. Es decir, que el referendo por la paz se realizaría con las elecciones de Congreso el próximo marzo o con las presidenciales en mayo de 2014. En cualquiera de esas dos fechas los votantes recibirían un tarjetón adicional al de los candidatos.

La refrendación de los acuerdos es uno de los puntos finales de la agenda de negociación entre el gobierno y la guerrilla, y desde que Santos anunció que comenzaban los diálogos de paz en septiembre de 2012, ha insistido en que cualquier pacto tiene que ser revalidado por los colombianos. Esto significa que aunque por ahora las discusiones se han hecho a puerta cerrada en La Habana, una vez se logré la firma total de un acuerdo de la paz, los colombianos tendrán la última palabra.

Con la iniciativa de hacer un referendo el mismo día de las elecciones, el gobierno destapa la forma con la que cree debe ser el mecanismo utilizado para validar los acuerdos con las FARC, ya que los negociadores de la guerrilla han insistido en que el suyo es una Asamblea Nacional Constituyente. Así lo han dicho públicamente desde que se inició la negociación del segundo punto de la agenda que se centra en la participación política de esa guerrilla una vez se desmovilicen.

Rodrigo Granda, más conocido como el canciller de las FARC, ha asegurado que la idea de una Constituyente no es un capricho sino “un clamor nacional” e Iván Márquez, jefe del equipo negociador de esa guerrilla, ha dicho que en la agenda de negociaciones el gobierno Santos se comprometió a hacer reformas institucionales y más que refundar el Estado –como ha insinuado el Presidente–, ellos ven la iniciativa de la Constituyente como la forma ideal de sellar un pacto de paz. “El pueblo soberano es la autoridad legítima de la nación y nosotros nos someteremos a la voluntad popular, a lo que diga el pueblo en esa Asamblea Constituyente”, dijo Márquez. Unos y otros han repetido la idea de que la “Constituyente es la llave de la paz”.

Sin embargo, esta posición ha sido rechazada casi que unánimemente por los diferentes sectores del establecimiento colombiano, ya que no ven viable que tan solo 22 años después de promulgada una Constitución, la de 1991, se tenga que hacer una nueva carta política. El gobierno, por su parte, ya había dado su no rotundo a esa posibilidad. “Más que un mecanismo de refrendación, es un escenario de nueva deliberación. No es el punto final del diálogo, es por el contrario un nuevo comienzo del mismo. En vez de aprobar lo convenido, abre las puertas a la revisión y hasta a la negación de lo pactado”, ha dicho Humberto de la Calle, jefe negociador del gobierno. Para el expresidente Samper, con una Constituyente se podría llegar al peor de los escenarios, “una asamblea enemiga de los acuerdos que los reforme o los hunda”, dijo a EL PAÍS.

Además del refrendo y la Asamblea Constituyente, los otros mecanismos que se habían barajado eran el plebiscito y la consulta popular, todos mecanismos de participación democrática y política.

Para Santos, la decisión de un referendo por la paz en las elecciones se anticipa con responsabilidad a la firma de la paz. “Si no llegamos a un acuerdo, pues no sucede absolutamente nada. Pero, si llegamos a unos acuerdos, si llegamos de aquí a final de año –como todos queremos- y no tenemos la posibilidad de refrendación, ahí sí sería un acto de inmensa irresponsabilidad no haber previsto esa posibilidad”, dijo.

El presidente del Senado, el liberal Juan Fernando Cristo, quien en compañía de otros parlamentarios ya radicó la iniciativa en el Congreso, aseguró que la idea de hacerlo con las elecciones es “garantizar la más amplia participación”. Santos finalmente hizo un llamado al Polo Democrático, partido de oposición, para que se sume al proyecto. Habrá que ver cómo responden las FARC.
http://internacional.elpais.com/internacional/2013/08/22/actualidad/1377205171_334984.html
 

Sebastian

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Las FARC anuncian “una pausa” en el diálogo e insisten en una Constituyente

La guerrilla quiere discutir la propuesta de referéndum hecha el jueves por el presidente Santos


VÍDEO: REUTERS-LIVE! / FOTO: AP

Las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) han reaccionado a la propuesta del presidente Juan Manuel Santos de refrendar los acuerdos de paz el mismo día de las elecciones, ya sean en las del Parlamento en marzo o las presidenciales en mayo, diciendo que harán "una pausa" en las negociaciones que se llevan a cabo en La Habana. Esa pausa se haría con el único fin de estudiar el proyecto de ley que el jueves fue radicado en el Congreso colombiano y que buscaría que los colombianos validen o no los acuerdos a los que se puedan llegar en La Habana. Es la primera vez que se interrumpen las negociaciones desde la primera reunión celebrada en La Habana, en noviembre del año pasado.

“La delegación de las FARC en la mesa de diálogos ha decidido hacer una pausa para centrarse exclusivamente en el análisis de los alcances de la propuesta gubernamental”, dijo Pablo Catatumbo, uno de los negociadores de las FARC en Cuba y comandante del Bloque Occidental, el que más ha crecido en los últimos años. Este pronunciamiento se da en medio del decimotercer ciclo de negociaciones donde se discute el tema de la participación política de la guerrilla, una vez se desmovilice.

A pesar de la pausa, las delegaciones del gobierno y las FARC trabajarán mañana con normalidad ya que recibirán a una delegación de Naciones Unidas. El equipo del Gobierno regresará a Colombia el 28 de agosto, el día previsto para finalizar la ronda de negociación.

Catatumbo no aclaró cuánto tiempo durará la pausa, pero si recordó que para la guerrilla el mejor mecanismo para refrendar el acuerdo final que se firme en La Habana es una Asamblea Nacional Constituyente. “Para que sea el [pueblo] soberano el que decida sobre los temas cruciales de la realidad política, económica y social de todos los colombianos”, agregó el líder guerrillero. Para las FARC, la Constituyente “sería el camino para alcanzar un verdadero tratado de paz, justo y vinculante”.

La ratificación del resultado de las conversaciones de paz, que comenzaron el 18 de octubre de 2012 en Oslo (Noruega) es uno de los principales puntos de fricción entre Gobierno y guerrilla. La guerrilla también cuestionó que Santos no mencionara en su propuesta los procedimientos de “construcción democrática de lo que sería refrendado”. Ya antes del anuncio habían calificado en su cuenta de Twitter que la propuesta era un “asunto delicado”.

El jueves, Santos divulgó el proyecto de ley, “por medio del cual se regulan las reglas para el desarrollo de referendos constitucionales con ocasión de un acuerdo final para la terminación del conflicto armado”. En los tres artículos que lo componen se habla de la fecha en la que se realizaría para que coincida con “otro acto electoral”, y de que los jurados de votación le entregarían a los electores, “un tarjetón correspondiente al referendo junto con los demás tarjetones”.

Y mientras en La Habana las FARC hacen la pausa, en Bogotá los diferentes partidos políticos apoyaron la iniciativa de Santos casi por unanimidad. El partido liberal, el de La U, el partido Verde y el Conservador coincidieron en que aplicar el referendo sobre paz demuestra “que no se va a hacer nada en a espaldas de los colombianos”. Así lo dijo el liberal Juan Fernando Cristo, presidente del Senado.

Según la ley colombiana, una vez el proyecto de ley sea aprobado por el Congreso y para que el referendo sea válido, tendrá que contar con la participación de por lo menos la cuarta parte del censo electoral, que equivaldría a cerca de 7.500.000 votos. La mitad tendría que aprobarlo para que finalmente el acuerdo de paz se haga efectivo.
http://internacional.elpais.com/internacional/2013/08/23/actualidad/1377272834_755313.html
 

Sebastian

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Pausa e interrogantes en el proceso de paz de Colombia

Redacción
BBC Mundo
Viernes, 23 de agosto de 2013

Santos fue enfático al afirmar que las FARC no ponen las condiciones en el proceso de paz.

El presidente colombiano Juan Manuel Santos anunció este viernes que había ordenado el regreso a Colombia de los negociadores que adelantan conversaciones de paz con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, FARC, "inmediatamente".

"En este proceso el que decreta las pausas y pone las condiciones no son las FARC… reanudaremos las conversaciones cuando lo consideremos apropiado", dijo el mandatario, luego de que el grupo guerrillero anunciara la suspensión temporal del diálogo que ambas partes sostienen desde noviembre.

Según el corresponsal de BBC Mundo en Bogotá, Arturo Wallace, la decisión de Santos de llamar a los negociadores lleva al diálogo a su peor crisis desde que iniciaron las conversaciones, hace nueve meses, pues hasta el momento ninguna de las dos partes se había levantado unilateralmente de la mesa.

"Pero es importante tener claro que se trata de una suspensión, no de la ruptura de las conversaciones. Y, a primera vista, el problema parece ser más un asunto de forma que de fondo. No parece ser un problema irreparable", señala Wallace.

Propuesta de referendo
La crisis empezó a fraguarse el jueves luego de que Santos enviara al parlamento un proyecto de ley que permitiría realizar un referendo para validar cualquier acuerdo de paz con las FARC junto con las elecciones presidenciales del 25 de mayo de 2014, o las parlamentarias del 9 de marzo, también del año entrante.
Pero las FARC, que sostienen que el mecanismo de refrendación debe ser una Asamblea Constituyente, reaccionaron anunciando una pausa "para centrarse exclusivamente en el análisis de los alcances de la propuesta".

El grupo guerrillero luego aclaró que eso no significaba que se estaban "levantado de la mesa" o retirándose de las negociaciones.

"Es importante tener claro que se trata de una suspensión, no de la ruptura de las conversaciones"
Arturo Wallace, corresponsal de BBC Mundo en Bogotá

Y, según varios reportes de prensa, los rebeldes tenían la intención de retomar el diálogo el próximo lunes.

Santos, sin embargo, no parece estar dispuesto a cederle la iniciativa a la guerrilla ni mucho menos a aparecer como débil ante la opinión pública colombiana.

"(Vamos) a evaluar el alcance de ese comunicado, el alcance del comportamiento de las FARC frente a iniciativas que lo único que están buscando es acelerar la solución de este conflicto", dijo el mandatario en un mensaje que, según nuestro corresponsal, parece estar dirigido tanto a las FARC como a los sectores de derecha que se oponen al diálogo y lo acusan de ser demasiado blando con los guerrilleros.

"Terrorista FARC ha impuesto condiciones al (gobierno) desde hace tres años", denunció por ejemplo el expresidente Álvaro Uribe, uno de los más fieros críticos del proceso.
"Impuso la condición de impunidad a criminales incluida en el Marco para la Paz; impuso la condición de tratar a los criminales como actores políticos", dijo Uribe este viernes a través de su cuenta de Twitter.

Según Wallace, la dura reacción de Santos tomó a Colombia por sorpresa, pues la respuesta original del mandatario al comunicado de las FARC había sido mucho menos agresiva.

"Perfectamente legítimo y válido que los estudien, pero el tiempo pasa y la paciencia del pueblo colombiano tiene su límite y tenemos que seguir avanzando en las conversaciones", había dicho Santos en un acto público celebrado más temprano.
"El Gobierno continúa en la Mesa de Diálogo. El diálogo no se ha roto. Se espera que el tiempo que dediquen las FARC al estudio del proyecto de ley sea breve para retomar pronto las conversaciones", había dicho por su parte el jefe negociador gubernamental Humberto de la Calle.

"Pero todo parece indicar que luego de pensarlo mejor, Santos decidió que tenía que actuar más enérgicamente", dijo Wallace.

"Ahora habrá que esperar para ver cómo le sale la jugada", concluyó.
http://www.bbc.co.uk/mundo/ultimas_noticias/2013/08/130823_ultnot_colombia_paz_santos_jgc.shtml
 

Shandor

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Las FARC vuelven a atacar: una emboscada dejó al menos 13 militares muertos
Los guerrillerosse enfrentaron a una patrulla del Ejército en el departamento de Arauca, en la frontera con Venezuela, en momentos en que el presidente Santos decidió retomar las negociaciones de paz a partir de este lunes.

Un ataque de narcoguerrilleros pertenecientes a las FARC contra una patrulla del Ejército colombiano en la frontera noreste con Venezuela dejó como saldo 13 militares muertos, confirmaron fuentes oficiales.
"Lamentamos informar que producto de una acción terrorista de las FARC, dos suboficiales y once soldados fueron asesinados", señaló el comando del Ejército en un comunicado.
El hecho se produjo en una zona rural de la localidad de Tame, en el departamento de Arauca, cerca de la frontera con Venezuela.
El reporte no precisó las circunstancias del ataque, pero fuentes militares citadas por medios de prensa aseguraron que se trató de una emboscada.
"En esta misma acción terrorista, un soldado que resulto herido ya fue evacuado del lugar y está siendo atendido por personal médico", agregó el informe.
El ataque se produjo tres días después de que un comando del frente 10 de las FARC diera muerte a 15 militares en una emboscada, también en Arauca.
El sábado por la tarde, el gobierno colombiano anunció que el lunes se reanudarán en Cuba las conversaciones con las FARC, luego que el viernes el grupo guerrillero anunciara una pausa tras una polémica propuesta del presidente Juan Manuel Santos de llevar a un referendo lo pactado si se llega a un acuerdo de paz.
"Tras una evaluación se constató que las FARC han tomado la decisión de regresar el lunes, a las 8:30 de la mañana, a la mesa de conversaciones para continuar normalmente las deliberaciones", declaró a la prensa Humberto De la Calle, jefe del equipo negociador del gobierno de Colombia.
infobae
 

Sebastian

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Colombia: reinician diálogos de paz con FARC rechazando propuesta de referendo

Redacción
BBC
Hace 3 h 34 min

La posición de las FARC fue dada a conocer por su jefe negociador, Iván Márquez.

Las conversaciones de paz entre el gobierno de Colombia y la guerrilla de las FARC reiniciaron este lunes en Cuba con los rebeldes rechazando los planes gubernamentales de someter cualquier eventual acuerdo de paz a un referendo.

"Quede claro de una vez por todas que no habrá sometimiento de las FARC-EP a ningún marco jurídico con diseños unilaterales", dijo también el jefe negociador de las FARC Iván Márquez en referencia al Marco Legal para la Paz, la iniciativa gubernamental que sienta las bases del modelo de justicia transicional al que se deberían someter los guerrilleros.
"El regalo de las curules no lo queremos, si es con el precio de que, mientras algunos de los nuestros van al Congreso, a otros se les destine a ocupar sitios tras las rejas o condenados a la extradición", explicó.

Las conversaciones, que empezaron en noviembre pasado, se habían interrumpido el viernes luego de que la guerrilla anunciara "una pausa" para considerar una propuesta presentada el día anterior por el presidente Juan Manuel Santos en la que se planteaba someter a referendo el eventual acuerdo resultante de los diálogos.

Y ahora queda por verse si las partes lograrán dirimir sus desacuerdos en la mesa.

Aniversario
Este lunes también se cumple un año de la firma del Acuerdo General para la Terminación del Conflicto Armado que sentó las bases para el proceso de paz de La Habana, el primero en más de una década.
"Quede claro de una vez por todas que no habrá sometimiento de las FARC-EP a ningún marco jurídico con diseños unilaterales"

Iván Márquez, FARC
Pero, a pesar del tiempo, las partes parecen seguir teniendo interpretaciones bastante diferentes sobre las reglas del juego.

Según el gobierno, el único propósito de las conversaciones es conseguir la desmovilización de las FARC y crear las condiciones para que los rebeldes de izquierda puedan perseguir sus objetivos políticos a través de medios democráticos.

Y el presidente Juan Manuel Santos ha sido enfático a la hora de asegurar que las pláticas no tienen como objetivo reformar el Estado colombiano ni permitirle a la guerrilla hacer la revolución "por decreto".
Las FARC, sin embargo, quieren que cualquier acuerdo de paz incluya una convocatoria a una Asamblea Nacional Constituyente.

"Es el mejor camino porque en dicho escenario sí se logra todo lo que puede garantizarle larga duración a la paz nacional, como la reforma política, económica, la reforma al aparato electoral, etc.", insistió Iván Márquez en su intervención de este lunes.

"¿Por qué aplazar lo fundamental? ¿Un proceso de paz no es acaso el momento para modificar instituciones?", se preguntó el comandante guerrillero.

Santos, sin embargo, ya ha descartado en el pasado de manera tajante la posibilidad.

"Desde el principio hemos sido muy claros en que la Asamblea Constituyente no va a ser el resultado final a estos acuerdo. Que se borren de la mente esa posibilidad", dijo el mandatario en enero de este año.
http://www.bbc.co.uk/mundo/ultimas_...olombia_reanudacion_proceso_paz_farc_aw.shtml
 

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Juan Manuel Santos anuncia mano dura: "Ordené la militarización de Bogotá"
El presidente de Colombia no quiere contemplaciones tras los incidentes durante la huelga general. Ofreció recompensas a quienes identifiquen a los "vandalos". Hay dos muertos y las negociaciones están estancadasTras la violenta jornada del jueves, que dejó como saldo dos muertos entre los manifestantes y un policía herido de gravedad, el presidente colombiano dirigió un mensaje al país en el que ofreció una recompensa de 5.000.000 de pesos a quienes identifiquen a los "vándalos y violentos" responsables de los saqueos, y también una de 10.000.000 para quienes denuncien a los que "extorsionan a empresas y personas para obligarlos a parar".

En esta última frase está contenido el verdadero destinatario de sus acusaciones por el desbande de la protesta agraria: los grupos de "intereses oscuros" que ya denunciara el ministro de Defensa Juan Carlos Pinzón, quien además mencionó directamente a las FARC como instigadoras de los desmanes.
Sin hacer mención directa a las causas de las muertes del jueves por la noche, Santos dirigió sus dardos a quienes radicalizaron la protesta: "La policía tiene videos donde aparecen estos vándalos atacando a las personas, robando vitrinas y atacando a los bienes públicos", aseguró.
Por eso ordenó la "militarización de Bogotá" y señaló que hará lo mismo con toda ciudad o región en la que se produzcan incidentes como los del jueves por la tarde-noche bogotana.
Prometió que quienes sean identificados serán tratados "sin contemplación" y lanzó una campaña nacional para ponerles nombre y apellido: "El objetivo es que podamos identificar y capturar a estas personas que atentan contra la propiedad y contra la misma protesta social, a la que deslegitiman con sus actos", expresó.
Los motores de la protesta
A diferencia de lo hecho por su ministro de Defensa,el presidente colombiano se cuidó de mencionar a las FARC como responsables directas de los hechos del jueves. Pero sí hizo referencia al boicot reiterado que sufren las negociaciones con los líderes campesinos y acusó directamente al movimiento Marcha Patriótica.
"Busca llevarnos a una situación sin salida",
acusó Santos. "No les importan los intereses de los campesinos, sino su agenda política", añadió.
Para explicar las causas de la falta de acuerdo para solucionar el conflicto que ya lleva más de diez días y mantiene cortes en rutas clave a lo largo del país, el presidente señaló que los líderes agrarios "no quieren acordar o tal vez no los dejan".
"Cada vez que se están a punto de cerrarse los acuerdos, alguien los llama y se echan atrás, corren la verja otra vez", dijo el presidente.
En cuanto al futuro de las negociaciones, el Gobierno tomó una postura que remite a lo hecho en el caso de los diálogos de paz con las FARC: retiró a sus ministros.
"Después de una noche completa de negociación le he pedido a los ministros que regresen a Bogotá y que dejen nuestras propuestas sobre la mesa", dijo Santos, quien también convocó a la capital a alcaldes y gobernadores de las zonas críticas para deliberar y recibir instrucciones sobre cómo tratar los cortes de ruta.
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El Senado de Colombia aprueba que se celebre el referéndum por la paz

La iniciativa permite que los acuerdos que el Gobierno de Santos firme con las FARC sean avalados por los colombianos el mismo día de las elecciones

Elizabeth Reyes L. Bogotá 24 OCT 2013 - 04:49 CET3


El comandante de las FARC, Iván Márquez (izquierda). / YAMIL LAGE (AFP)

El Senado de Colombia aprobó el proyecto de ley que permite un referéndum por la paz el mismo día de las elecciones, ya sean las parlamentarias o presidenciales. La iniciativa busca consultar a los colombianos si aprueban o no los acuerdos a los que eventualmente lleguen las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y el gobierno de Juan Manuel Santos, que han mantenido negociaciones en La Habana desde hace 11 meses.

La votación final fue de 59 votos a favor y solo cinco en contra. Ahora solo resta que el texto sea conciliado con el que aprobó hace una semana la Cámara de Representantes y pase a la revisión de la Corte Constitucional.

La iniciativa aprobada por el legislativo colombiano levanta el veto que los referéndums tenían de realizarse al tiempo con otras elecciones. El gobierno del presidente Santos garantiza así que haya una participación significativa.

Otro aspecto importante es que la consulta por la paz introduce mecanismos que garantizan la financiación electoral por parte del Estado tanto para la campaña por el Sí como para la del No, así como el acceso a los medios de comunicación para su difusión y debate. También contempla que los electores puedan rechazar la boleta del referéndum.

La sesión final en el Senado estuvo matizada por los intentos de varios congresistas de la oposición para modificar al proyecto original presentado por el Gobierno, como que no se celebrara al tiempo con otras elecciones. Además, que se condicionara su realización a la entrega de las armas de las FARC, la desvinculación de menores en sus filas y la liberación de secuestrados, entre otras proposiciones que fueron desechadas por la mayoría de la coalición de la Unidad Nacional.

El mayor opositor del proyecto fue el senador Juan Lozano, también del oficialista partido de la U pero cercano al expresidente Álvaro Uribe, quien fue el autor de varias de estas propuestas y quien aseguró que este proyecto no era conveniente para el país porque vaticinó que se estaba aprobando un referéndum sin condiciones a la guerrilla, el cual obligará a los colombianos a votar “con los fusiles en la nuca”. En el mismo sentido se expresó el conservador Rubén Darío Salazar para quien lo mínimo que se debe exigir a las FARC es saber cómo van a dejar las armas.

Sin embargo, para varios congresistas de la llamada Unidad Nacional que respalda al gobierno de Santos, el proyecto abre un camino para refrendar los posibles acuerdos de paz. Uno de los defensores del proyecto, el liberal Camilo Sánchez, calificó las iniciativas de Lozano de populistas y de querer echar al traste el proceso más importante de la historia política del país.

El proyecto del referéndum por la paz duró dos meses discutiéndose en el Congreso, luego de que el presidente Juan Manuel Santos anunció su radicación con mensaje de urgencia, lo que provocó que las FARC decretaran una pausa de tres días en las negociaciones para estudiar la iniciativa. Su máximo líder, conocido como Timoleón Jiménez o Timochenko, la ha calificado como una decisión unilateral del gobierno.

Tanto Santos como el jefe negociador del gobierno, Humberto de la Calle, han explicado que esta iniciativa es una manera de anticiparse “con responsabilidad” al momento en que haya que refrendar los acuerdos de paz. También busca que participen el mayor número de ciudadanos, lo que se traduciría en “mayor legitimidad”, según ha dicho De la Calle, que ha insistido en que el proyecto de ley que hoy aprobó el Senado solo define la fecha en la que se hará esa consulta. Otra cosa muy diferente es el contenido, que deberá elaborarse con las FARC.

El refrendo de los acuerdos es un punto decisivo de las actuales negociaciones en La Habana, ya que los colombianos tendrán la última palabra sobre lo que firme el gobierno con las FARC. A principios de octubre, cuando las FARC presentaron su informe sobre el estado de las conversaciones de paz, volvieron a referirse a la Asamblea Nacional Constituyente como el mecanismo ideal para refrendar los eventuales acuerdos que se firmen. Para el grupo subversivo, la Constituyente es “la llave de la paz”, algo que hasta el momento ha sido descartado por el gobierno de Santos.

Este miércoles inició un nuevo ciclo de conversaciones –el número 16– en La Habana, donde se espera que se cierre el segundo punto de la agenda de negociación que se refiere a la participación en política de las FARC una vez se desmovilicen. Este punto se discute desde junio, es el segundo de una agenda de seis, de la que solo se ha llegado a acuerdos en el tema agrario. El gobierno ha culpado a las FARC del lento avance de los diálogos argumentando que han querido ampliar la agenda de negociación, de ahí que sus delegados hayan llegado a este nuevo ciclo con la orden expresa de “avanzar, con resultados”.

Por su parte, Timochenko, en una carta que divulgó el martes en Internet, volvió a negar, como lo han hecho sus delegados en La Habana, que sean ellos los responsables de la falta de resultados. Para el jefe guerrillero, el afán de Santos se debe a sus aspiraciones reeleccionistas. “Abocado a la necesidad de mostrar resultados que justifiquen su reelección, el presidente Santos observa con angustia que sus planes militares de exterminio contra las FARC fracasaron. Y que las FARC tampoco aceptan someterse en la mesa como soñaba”, escribió. Santos debe anunciar el 25 de noviembre si se lanza o no a la reelección.
http://internacional.elpais.com/internacional/2013/10/24/actualidad/1382582355_252711.html
 

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Choque entre ejército colombiano y FARC dejó siete muertos
Dos militares y cinco guerrilleros muertos dejó un combate entre el Ejército Nacional y las FARC en zona rural del departamento colombiano de Meta (centro-este), informaron fuentes castrenses.

Según el Ejército, durante el enfrentamiento registrado en jurisdicción del municipio de La Macarena, también fueron capturados cuatro presuntos miembros del frente 27 de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).

El informe militar detalló que dentro de los detenidos está alias "El Tuerto", supuesto enlace entre el jefe del frente 27 y los cabecillas del Bloque Oriental de las FARC. Además indicó que en el lugar de los combates se logró la incautación de armas y municiones.

De su parte, el presidente Juan Manuel Santos destacó la acción militar y envió su solidaridad a los familiares de los uniformados que murieron en el hecho.

"Se ha presentado un combate en La Macarena entre las FARC y la Fuerza de Tarea Omega del Ejército. Allá se dio de baja a cinco integrantes del frente 27 de las FARC y se les incautó todo tipo de material con el que atacan también a la población civil", dijo Santos desde el departamento de La Guajira (norte), en donde inauguró un acueducto.

"Nuestros corazones están con sus familias. La muerte de estos héroes nos debe solidarizar aún más con nuestras Fuerzas, con nuestro Ejército, con nuestra Policía, con nuestra Armada, con nuestra Fuerza Aérea. Y sigan con esa contundencia porque así es como estamos llevándoles tranquilidad a los colombianos", agregó.

Las FARC protagonizan con el gobierno de Santos un proceso de paz en Cuba desde hace casi un año para darle fin al conflicto armado interno de completa medio siglo en Colombia, pero la confrontación en el país continúa.
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Colombia alcanza con las FARC un acuerdo de participación política

Se trata de un paso decisivo en las conversaciones de paz de La Habana


Elizabeth Reyes L. Bogotá 6 NOV 2013 - 19:05 CET49


REUTERS/LIVE

Los negociadores del Gobierno colombiano y la guerrilla de las FARC han dado un gran paso al llegar a un acuerdo en el espinoso punto de la participación en política del grupo subversivo una vez deje las armas. Lo importante de este acuerdo, que es el segundo punto de una agenda de seis, es que las partes ponen sobre la mesa un eventual escenario de postconflicto, en el que el Estado colombiano garantizará que la guerrilla y la oposición puedan ejercer libremente la política. Un avance trascendental para un país que lleva 50 años de conflicto armado interno.

Después de acelerar el ritmo, que incluyó ampliar el actual ciclo de negociación, presionados por mostrar resultados y con una oposición respirándole en la nuca al Gobierno, ayer se presentó en La Habana un comunicado conjunto en el que revelaron algunos de los acuerdos convenidos. La participación se centra en las garantías políticas que tendrá la oposición y en especial el movimiento político que nazca tras la firma del fin del conflicto, así como el acceso a los medios de comunicación.

Estos anuncios ayudarán a mejorar el optimismo de los colombianos sobre un proceso que ha venido perdiendo apoyo y se ha convertido en el principal tema de campaña de la oposición, con el expresidente Álvaro Uribe a la cabeza. Sin embargo, falta mucho por recorrer y definir cómo se harán realidad estos acuerdos, que se están concretando en momentos previos a las elecciones presidenciales de 2014, y cuando se espera que Santos anuncie si se lanza o no a la reelección.

Las partes fueron cautas al recordar una de las máximas del proceso de negociación: “Nada está acordado hasta que todo esté acordado”.

Ambas partes son cautas y repiten un lema: "Nada está acordado hasta que todo esté acordado"​

El jefe negociador del Gobierno colombiano, Humberto de la Calle, explicó que con este avance se logra “convenir un mecanismo legítimo con participación de las organizaciones políticas nacionales, para que en ese espacio se le dé vida al estatuto para la oposición”, un tema pendiente desde hace años. Para hacerlo realidad se convocará a portavoces de partidos y movimientos políticos para integrar una comisión que a su vez facilite la participación de movimientos sociales y académicos.

Después de las primeras elecciones en un escenario de paz se creará una misión de expertos que revisará el régimen electoral. Tras la firma del acuerdo final se formarán circunscripciones (regiones) electorales transitorias en “zonas especialmente afectadas por el conflicto y el abandono” de las que se elegirán escaños para la Cámara baja y que contarían con un acompañamiento para garantizar la libertad de los electores. Acordaron además el fortalecimiento en la transparencia de procesos electorales en zonas que tradicionalmente son vulnerables al fraude, así como un sistema integral de seguridad para ejercer la política.

Lo que queda claro tras la aprobación de este punto en la agenda de negociación es que, si se llegara a firmar un acuerdo de paz, el primer escenario político al que aspira la guerrilla es a sentarse en la Cámara de Representantes.

Este punto también toma especial relevancia porque busca ofrecer seguridad a los desmovilizados que se integren en política. En los años ochenta, tras los acuerdos de paz ente las FARC y el entonces presidente, Belisario Betancur, surgió el movimiento político Unión Patriótica. El partido fue sometido a un exterminio con el asesinato de más de 3.000 de sus militantes.

Las FARC han pedido garantías de que no se repita algo como la aniquilación del partido Unión Patriótica​

“Lo que hemos convenido, en su desarrollo, profundiza y robustece nuestra democracia… promueve el pluralismo y la inclusión política, la participación y la transparencia en los procesos electorales”, dice el comunicado. Según los negociadores, con la participación ciudadana se busca “empoderar a los ciudadanos”. “El acuerdo recoge un conjunto de garantías para canalizar las demandas ciudadanas que incluyen la movilización, la protesta y la convivencia pacífica en un contexto de democracia ampliada”.

Llama la atención que las partes ya estén discutiendo sobre cómo será el postconflicto, en especial en zonas afectadas por la confrontación. Para eso acordaron crear consejos territoriales que promuevan la reconciliación y la convivencia de los desmovilizados o de los partidarios de las FARC. “Promover una cultura de reconciliación, convivencia, tolerancia y no estigmatización, lo que implica un lenguaje y comportamiento de respeto por las ideas, tanto de los opositores políticos como de las organizaciones sociales y de derechos humanos”, señalaron en el comunicado.

Esos consejos territoriales acompañarían a las autoridades locales en la implementación del acuerdo para el fin del conflicto. Además, contemplan que se establezca un plan de apoyo para promover observatorios de transparencia. “Estamos buscando la reconciliación. Que la política esté libre de la intimidación y la violencia. Nunca más política y armas juntas. Pero también queremos la ampliación de nuestra democracia para alcanzar la paz estable y duradera”, dijo De La Calle.

Un calendario de negociación plagado de difíciles desafíos
E. REYES

El acuerdo sobre las condiciones de participación en política de los guerrilleros de las FARC una vez desmovilizados es el segundo punto de una agenda de seis que componen la hoja de ruta de la negociación con el Gobierno de Colombia. Las conversaciones han tardado un año en llegar hasta aquí, con presiones para acelerarlas lo más posible por parte de un Gobierno que prometió una negociación rápida y que se ve cada vez más cerca de las elecciones de 2014. Lo que viene ahora en la agenda de negociación no es nada fácil: un acuerdo para frenar el narcotráfico; el reconocimiento y reparación de las víctimas; y la forma en que se articulará la desmovilización de la guerrilla para dejar las armas y reintegrarse a la vida civil.

Colombia y Perú son los mayores productores de drogas del mundo y las FARC han sido acusadas reiteradamente de estar involucradas en este negocio ilegal para financiar su guerra. En este punto de la agenda —cuya discusión se iniciará el próximo 18 de noviembre— los negociadores deben hablar sobre cómo implementar programas de sustitución de cultivos y recuperación ambiental de zonas afectadas, así como planes de prevención del consumo y salud pública, según el documento Acuerdo General para la Terminación del Conflicto, que sirve de hoja de ruta.

Quedaría pendiente entonces cómo resarcir a las víctimas de la violencia y un relato de la verdad sobre los crímenes que se han cometido en 50 años de conflicto armado, tanto por parte del Estado colombiano como por la guerrilla. A finales de julio, el presidente colombiano, Juan Manuel Santos, reconoció su parte ante el Tribunal Constitucional: “En algunos casos por omisión, en otros casos por acción directa de algunos agentes del Estado”, dijo. Las FARC, por su lado, han venido haciéndolo poco a poco, moderando su posición inicial de no reconocer sus crímenes.

El otro punto de la agenda de negociación, y quizás el que más polémica ha provocado en Colombia, es cómo la guerrilla se desmovilizará y dejará las armas para hacer el tránsito a la política. Las FARC han dicho que no están dispuestas a pagar un día de cárcel por sus crímenes, mientras que la oposición colombiana, encabezada por el expresidente Álvaro Uribe, ha insistido en que la única forma en la que aceptarían una paz sería viendo a los jefes de esa agrupación subversiva en la cárcel. Según cifras del Ministerio de Defensa de Colombia, en caso de una desmovilización, serían cerca de 8.000 hombres en armas, más otros tantos civiles que forman parte de las llamadas milicias urbanas de esa agrupación.

El punto final de discusión es el mecanismo con el que se refrendarán los eventuales acuerdos que se firmen en Cuba. Por una parte, el Congreso de Colombia ya aprobó una modificación de la actual legislación que permitiría realizar un referéndum sobre un eventual acuerdo el mismo día de las elecciones, lo que garantizaría una mayor participación. Sin embargo, la guerrilla ha insistido en que para ellos el mejor mecanismo es la convocatoria de una asamblea nacional constituyente. Esta posibilidad ha sido rotundamente rechazada por el Gobierno.

El principal temor que se cierne sobre la negociación es que el próximo año hay en Colombia las elecciones presidenciales y parlamentarias, y ya varios candidatos, entre ellos el expresidente Álvaro Uribe, en campaña al Senado, y su protegido para la presidencia, Óscar Iván Zuluaga, han pedido públicamente que se termine el proceso de paz de La Habana.

El próximo 18 de noviembre se cumple un año del inicio de las negociaciones, fecha que coincide con la decisión de Santos de lanzarse a un segundo período, y en el que la paz será un tema crucial de la campaña electoral.
http://internacional.elpais.com/internacional/2013/11/06/actualidad/1383755904_861301.html
 

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Votos por balas: ¿está Colombia lista para la participación política de las FARC?

Arturo Wallace

BBC Mundo, Bogotá (@bbc_wallace)
Jueves, 7 de noviembre de 2013

El gobierno colombiano quiere convencer a las FARC para que abandonen la lucha armada.

"Fundamental". Así calificaron el gobierno de Colombia y la guerrilla de las FARC el acuerdo sobre participación política anunciado el miércoles en La Habana, el que sin duda constituye un paso histórico en sus esfuerzos por acabar con el conflicto armado.

Después de todo, se trata del segundo gran acuerdo de las actuales conversaciones de paz, luego del alcanzado en materia de tierras y desarrollo rural que fue anunciado en mayo pasado.

Y, con ambos temas, se cierra además el capítulo de las reivindicaciones históricas que motivaron la creación de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia por parte de un grupo de campesinos de izquierda hace casi cincuenta años.

Pero, ¿está Colombia lista para permitirle a las FARC perseguir en las urnas lo que han estado intentando conseguir por la vía de las armas desde 1964?

La pregunta es válida porque incluso en los momentos de mayor apoyo del proceso de paz, que arrancó en La Habana el 18 de noviembre de 2012, una importante mayoría de los colombianos se ha mostrado contraria a la idea de ver a los guerrilleros de las FARC compitiendo en las elecciones en lugar de pagar por sus posibles crímenes en la cárcel.

"Será tal la sensación de alivio, después de tantos años de guerra, que yo creo que los colombianos estamos dispuestos a tragarnos muchas cosas"
Antonio Caballero​

Y, además, porque el recuerdo de la violencia ejercida en contra de partidos y movimientos de izquierda en Colombia, como la Unión Patriótica, lo mantienen vivo los asesinatos de líderes sindicales, defensores de derechos humanos y activistas del proceso de restitución de tierras que todavía hoy continúan dándose.

"Las FARC han cometido atrocidades durante muchísimos años en todo el país. (Por eso) es más fácil que lleguen a un trato en La Habana los delegados del gobierno y las FARC, a que eso sea inmediatamente aceptado (por todos los colombianos)", le explicó a BBC Mundo Antonio Caballero, columnista de la revista Semana y uno de los más connotados analistas políticos colombianos.

"Y el peligro de la masacre siempre existe, el peligro de lo que sucedió con la Unión Patriótica", dijo, refiriéndose al asesinato sistemático de los miembros de ese partido de izquierda a manos de grupos paramilitares de extrema derecha hace más de veinte años.

Aunque, para el analista, ese "es un albur que hay que correr de todas maneras".

Todo por la paz
Según Caballero, la aceptación de un posible acuerdo de paz por parte de algunos sectores dependerá en buena medida de los detalles.

"Pero yo creo que de todas maneras lo será. Será tal la sensación de alivio, después de tantos años de guerra, que yo creo que los colombianos estamos dispuestos a tragarnos muchas cosas", le dijo a BBC Mundo.


No todos están de acuerdo con una eventual participación de las FARC en política.

E igual de optimista se mostró el diputado del izquierdista Polo Democrático Iván Cepeda e hijo del último senador de la UP: Manuel cepeda, asesinado en una calle de Bogotá en agosto de 1994.

"Esas encuestas (que se muestran contrarias a la participación en política de las FARC) se hacen sobre la base de no saber a cambio de qué. Otra cosa es que la población vea que se acaban los ataques, que disminuye la violencia, que la guerrilla repara a las víctimas", valoró Cepeda.

"Si se acaba la guerra, si se acaba esta cadena infinita de muertes y de hechos de violencia, por supuesto que la gente va a estar dispuesta a aceptarlo", agregó.

Aunque para el ex viceministro de Defensa Rafael Guarín, hay un punto clave para el acuerdo sobre participación política, aún pendiente de definir, que podría resultar decisivo a la hora de inclinar la balanza.

"Los colombianos no estarían dispuestos a aceptar un trato preferencial a miembros de las FARC que hayan perpetrado crímenes de guerra y graves violaciones a los Derechos humanos, otorgándoles el derecho a gobernar el país", le dijo a BBC Mundo.

"Por eso, para poder interpretar el alcance de los acuerdos en materia de participación política primero hay que definir el punto relacionado con justicia", advirtió, refiriéndose a una de las discusiones aún no iniciadas oficialmente en la mesa de conversaciones de La Habana.

Aprender del pasado
El diputado Cepeda ciertamente no disputa la importancia del tema. "En el campo de la justicia hay que lograr un acuerdo que permita la paz y que al mismo tiempo deje a quienes intervienen en ese acuerdo con la certeza de la justicia internacional no va a intervenir. Y eso solo se logra si los derechos de las víctimas son debidamente atendidos", le dijo a BBC Mundo.

Participación política



Los puntos acordados en materia de participación política entre el Gobierno de Colombia y la Guerrilla de las FARC incluyen:
  • Formulación de un estatuto de garantías para los partidos de oposición
  • Facilidades para la creación de partidos políticos
  • Revisión y modernización del régimen electoral
  • Promoción de nuevos y mayores mecanismos para la participación ciudadana
  • Mayor acceso a medios de comunicación para fuerzas políticas y movimientos sociales
  • Creación de "Circunscripciones Transitorias Especiales de Paz"
  • Creación de un sistema integral de seguridad para el ejercicio de la política
"Pero frente a eso ya hay un camino recorrido, hay propuestas", afirmó Cepeda, quien también destacó la existencia de experiencias previas exitosas, como la reincorporación a la vida política del grupo guerrillero M-19 luego de su desmovilización en 1990.

"El M-19 fue un grupo que actuó de manera también cruenta y sin embargo ha tenido un proceso relativamente exitoso de incorporación a la vida civil. Y sus candidatos a las elecciones han sido copiosamente votados y elegidos", apuntó.

Y uno de esos "candidatos", el exgobernador de Nariño Antonio Navarro Wolf, concuerda.

"A mí me parece que el M19 es un ejemplo que sí es posible reintegrarse a la vida civil, no nos persiguieron sistemáticamente, no nos asesinaron", le dijo a BBC Mundo.

"Hubo incidentes graves, gravísimos como el de (Carlos) Pizarro, pero no atribuibles ni al Estado ni a la firma del acuerdo de paz, sino en este caso al Cartel de Medellín, que estaba en un proceso de desestabilización de las elecciones de 1990", explicó, refiriéndose al asesinato del líder del M-19 y candidato presidencial.

Navarro anticipa dificultades para la participación política de la guerrilla, si bien descarta una repetición de lo ocurrido con la UP.

Pero el exguerrillero, que no oculta sus aspiraciones a la presidencia, también destaca una importante diferencia entre el proceso de paz con el M-19 y las actuales negociaciones con las FARC.

"Por primera vez hay una oposición importante a que se hagan concesiones. En 1990 había unanimidad frente a la necesidad de que se negociaran y se hicieran concesiones", le dijo a BBC Mundo.

Contexto diferente
Hay otras diferencias, sin embargo, que dan más razones para el optimismo.

Según Guarín, por ejemplo, "hoy en Colombia no hay grupos paramilitares ni tampoco grupos de la fuerza pública vinculados con grupos armados ilegales con el propósito de enfrentar a las FARC".

"Los colombianos no estarían dispuestos a aceptar un trato preferencial a miembros de las FARC que hayan perpetrado crímenes de guerra y graves violaciones a los Derechos humanos, otorgándoles el derecho a gobernar el país"
Rafael Guarìn​

"No niego (el problema del asesinato de activistas identificados como de izquierda) pero eso antes era paramilitarismo, era parte de una estrategia de contrainsurgencia a la cual estuvieron vinculados miembros de la fuerza pública y sectores de la dirigencia política en Colombia", le dijo a BBC Mundo.

"Pero hoy lo que tenemos frente al tema de las bandas criminales y el asesinato de personas que luchan porque se les restituya la tierra, o líderes sociales o de derechos humanos, es fundamentalmente una estrategia violenta en algunas zonas donde estas bandas criminales necesitan mantener el control para garantizar el negocio del narcotráfico", aseguró.

Aunque, para Guarín, la clave para que se evite la repetición de situaciones como la de la UP es sobre todo la efectiva desmovilización y el desarme absoluto de todas sus estructuras; es decir, la renuncia de su vieja estrategia de "combinación de todas las formas de lucha".

Mientras que Cepeda, por su parte, va un poco más allá.

"Aquí el asunto es construir un marco político, social y jurídico que garantice a quienes dejen las armas que no van a ser asesinados, y que permita que la sociedad confíe realmente en que es posible esa reincorporación y que las FARC cumplirán con el empeño de dejar las armas para la paz", le dijo a BBC Mundo.

Y la verdad es que una idea completa sobre ese marco sólo se tendrá una vez se hayan completado las discusiones del proceso de paz.
http://www.bbc.co.uk/mundo/noticias..._acuerdo_participacion_politica_farc_aw.shtml
 

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Masivo respaldo en Colombia a la legalización de las FARC

La mayoría de líderes acoge el acuerdo con entusiasmo. Sin embargo, los ciudadanos se muestran reacios a hacerles concesiones políticas a las FARC
Elizabeth Reyes L. Bogotá 7 NOV 2013 - 20:58 CET36


La mesa de negociación de las FARC con el Gobierno colombiano. / D. BOYLAN (REUTERS)

Los líderes políticos –a excepción de la oposición uribista– le dieron la bienvenida a los acuerdos que se conocieron el miércoles, cuando los negociadores del gobierno colombiano y la guerrilla de las FARC anunciaron humo blanco en el tema de la participación en política de una guerrilla sin armas. Aunque no se conocen los detalles por el pacto de confidencialidad que existe entre los negociadores, de los anuncios se desprende principalmente, que las FARC formarán un partido político tras desmovilizarse.

Uno de los más entusiastas fue el fiscal General, Eduardo Montealegre, que se ha convertido en férreo defensor del proceso de paz y para quien las FARC “deben tener acceso a cargos de elección popular como parte de las negociaciones de paz de La Habana”, según dijo a medios colombianos. El fiscal también se refirió al espinoso tema de cómo se manejarán los antecedentes judiciales de los jefes guerrilleros que finalmente decidan participar en política, un asunto que aún está por definir y que involucra en especial a la cúpula de esa guerrilla. En Colombia, está prohibido que personas condenadas aspiren a cargos de elección popular. Sin embargo, Montealegre explicó que “hay investigaciones pero no condenas, eso les permitiría acceder a los canales democráticos”, dijo.

Las redes sociales también se llenaron de mensajes positivos. La exsenadora Piedad Córdoba, líder del movimiento de izquierda Marcha Patriótica y de Colombianos y Colombianas por la paz, aseguró en su cuenta de Twitter que “es histórico el acuerdo de La Habana, sobre participación política, crea escenarios para nuevos actores y actoras políticas”, destacando el fortalecimiento que se le quiere dar a las organizaciones comunitarias.

Por su parte, los conservadores y liberales, que hacen parte de la coalición del gobierno, también celebraron el acuerdo aunque reconocen que habrá que conocer en detalle lo acordado. El senador Simón Gaviria, director del partido Liberal, destacó el anuncio de circunscripciones especiales para las zonas que han sido fuertemente afectadas por el conflicto armado. “Nos parece valioso que las curules de regiones apartadas las puedan obtener y permanezcan los esquemas de paz y pluralidad”, dijo a medios locales.

También el expresidente Ernesto Samper acogió los acuerdos y pidió a los negociadores que no den cabida a los ataques de quienes se oponen al proceso de paz. “Gobierno y FARC no deben caer en trampas que les están tendiendo los saboteadores de la paz para ensuciar o desestabilizar proceso de La Habana”, dijo en Twitter.

En esto coincide el senador Iván Cepeda, que hace parte de la Comisión de Paz del Congreso. “Creo que es una fuerte derrota para la extrema derecha que esperaba opacar este resultado”, dijo, haciendo referencia al uribismo que se ha convertido en el principal opositor del proceso de paz. Su candidato presidencial, Oscar Iván Zuluaga, quien ha dicho que si estuviera en sus manos acabaría con el proceso de paz, no dudó en calificar los acuerdos en participación política como una ‘burla’. “Es una falta de respeto a la democracia colombiana”, escribió en Twitter.

El expresidente Álvaro Uribe no se quedó atrás. Es “rechazable que se negocie institucionalidad democrática con FARC, el cartel de drogas, secuestro y asesinato más grande del mundo”, escribió también en Twitter, donde invitó a los colombianos a oponerse a lo que calificó como “maniobra”.

Los más optimistas son el propio gobierno y las FARC. El presidente Juan Manuel Santos dijo en una alocución televisiva que después de los avances no podía haber “pausas ni rompimientos en (los) diálogos”, luego de que se especulara con esa posibilidad debido al cruce con las campañas parlamentarias y presidenciales. También invitó a las FARC a acelerar las negociaciones “con más ánimo y entusiasmo para lograr ponerle fin a este conflicto de forma definitiva”.

El presidente colombiano ratificó que mientras no se firme el final del conflicto armado, la orden para las Fuerzas Militares seguirá siendo no disminuir la ofensiva contra los grupos armados, pero enfatizó que su apuesta es firmar la paz con las FARC. Frente al escepticismo que hay en la opinión pública colombiana de que esta vez sí se sellará el peor capítulo en la historia del país y al rechazo a hacerles concepciones políticas y judiciales, Santos invitó a los colombianos a no tener miedo frente a la salida negociada. “No tengamos miedo, compatriotas. El miedo nos encadena al pasado”, agregó el presidente.

Por su parte, el jefe negociador de las FARC en Cuba, Iván Márquez, anunció que “la firma de un tratado de paz será una realidad” si se avanza “por la senda de las transformaciones”. También aclaró que los avances y el proceso de paz, en general, no pueden verse como “un sometimiento” de esa guerrilla. Humberto de la Calle, jefe de la delegación del gobierno, igualmente se mostró entusiasta y calificó los avances como una nueva apertura democrática que “abrirá el camino para arraigar definitivamente la paz luego de la terminación del conflicto”.

Sin embargo, pese a todo este renovado optimismo, la percepción ciudadana se muestra reacia al tema de la participación en política de las FARC. En una encuesta revelada ayer por el Barómetro de las Américas que se centró en averiguar qué piensan los colombianos sobre el proceso de paz, quienes viven en zonas de conflicto lo apoyan en un 59%, sin embargo, en estas mismas regiones rechazan en un 61% que las FARC formen un partido político.

Esta encuesta, realizada entre agosto y septiembre, también indagó sobre si se deberían entregar espacios de representación política (por ejemplo una curul en el Congreso) a algunos miembros de las FARC una vez se desmovilicen y la respuesta también fue negativa. Un 69% de quienes viven en escenarios donde se ha concentrado la guerra no están de acuerdo. Se suma, que un 77% no votaría por un desmovilizado de las FARC que eventualmente se lance a las presidenciales.
http://internacional.elpais.com/internacional/2013/11/07/actualidad/1383854321_929791.html
 

Barbanegra

Colaborador
Colombia da un paso de gigante hacia la paz
Colombia ha dado un paso de gigante hacia la paz con la firma del segundo acuerdo parcial entre el Gobierno y las FARC sobre la eventual participación en política de la guerrilla, un complejo asunto que ha tomado cinco meses de discusión y que ha despejado uno de los temas más polémicos.

La rúbrica del segundo punto de la agenda de los diálogos llegó este martes para apagar las críticas hacia la lentitud e ineficacia de los diálogos de paz, que cumplirán su primer aniversario el próximo 19 de noviembre.

Como en el primer preacuerdo sobre desarrollo rural anunciado en mayo pasado, se intuye que ambas partes han cedido terreno para llegar al consenso y han planteado, aunque sin llegar a concretarla, una "revisión integral de la organización y el régimen electoral".

Esa posible reforma de las condiciones electorales colombianas, que será analizada por la mesa más adelante, daría cabida a una guerrilla que en el pasado ha rechazado la posibilidad de hacer política en el país al considerar que el sistema actual no es del todo democrático.

Otro avance destacado del segundo acuerdo es el de crear "circunscripciones transitorias especiales por la paz" en la Cámara de Representantes, que se sumarán a las ordinarias y que aumentarán la representatividad de las opciones políticas de las regiones más afectadas por el conflicto.

Este punto significa en el fondo un reconocimiento de lo que sucede en las regiones remotas que viven bajo el fuego cruzado, un reclamo histórico de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) que ahora podría servirles de plataforma política y que también reformaría el panorama electoral desde las bases.

El acuerdo incluye además la redacción de un Estatuto de la Oposición por parte de una comisión formada por distintos partidos, y la creación de un partido o movimiento político de las FARC, aunque el tránsito que las convertiría en un movimiento legal será definido más adelante.

Según aclararon en el segundo acuerdo, la mesa de diálogos con sede en La Habana debatirá estos temas clave cuando toque el punto tres, sobre el "fin del conflicto", que incluye la discusión del cese el fuego, la dejación de las armas por parte de las FARC y establecerá qué mecanismo de justicia transicional se usará para llegar a la paz.

Pero antes de abordar ese punto tres, las FARC y el Gobierno empezarán a revisar a partir del próximo ciclo que comenzará el 18 de noviembre, las posibles soluciones al problema de las drogas ilícitas, lo que no comprende demasiados retos.

El quinto punto será el de la compensación a las víctimas y el sexto el de la "implementación, verificación y refrendación" de los acuerdos que se firmen, que tiene como principal dificultad establecer si serán o no sometidos a consulta popular como propone el Gobierno o a través de una Asamblea Constituyente, como insisten las FARC.

Aunque sólo hay dos acuerdos sellados para un total de seis puntos de la agenda, el investigador Ariel Ávila de la Corporación Nuevo Arco Iris dijo a Efe que "concentran cerca del 65 % de la discusión y son los temas más críticos para lograr la paz en Colombia".

También el presidente colombiano, Juan Manuel Santos, ha señalado que "nunca antes se había llegado tan lejos en el camino para terminar el conflicto".

Este empujón al proceso de paz puede tener un buen efecto en la imagen del mandatario y en su eventual aspiración a la reelección en los comicios del 25 de mayo de 2014, que definirá el próximo 25 de noviembre.

También servirá para mejorar la percepción de los colombianos sobre el proceso de paz, que según una encuesta realizada por la Universidad de los Andes con el apoyo de la Universidad de Vanderbilt (EE.UU.), cuenta con el 53,7 % de respaldo, el 32,6 % de rechazos y un 13,7 restante que se muestra indiferente.

EFE
 

Barbanegra

Colaborador

Desvelan un plan de las FARC para asesinar al ex presidente Uribe en pleno proceso de paz
Las FARC planeaban atentar contra el ex presidente Álvaro Uribe, su más enconado enemigo y una voz muy crítica del actual proceso de paz. Fue el propio ministro de Defensa, Juan Carlos Pinzón, el que le informó de la intención de la guerrilla, en concreto de su columna móvil 'Teófilo Forero', la más activa en Bogotá, de asesinarle.

Nada más hacerse pública la noticia, el anterior mandatario agradeció al Presidente Juan Manuel Santos la información. "No me dieron detalles y no se los pregunté", dijo. "Me comunicaron que el grupo terrorista FARC está preparando un nuevo atentado. Queda pedir la protección de Dios que ha sido tan generoso".

Agregó que está muy tranquilo con la protección que le brinda el Ejército y la Policía -300 efectivos para él y su familia-, y que seguirá recorriendo el país para promover la lista al senado que él encabeza y la candidatura presidencial de su ex ministro de Hacienda, Oscar Iván Zuloaga. "A los colombianos, no al terrorismo, les digo que este país, por la vía democrática, sin supeditarse la terrorismo, puede resolver todos sus problemas sociales", afirmó.

No es la primera vez, en los últimos tiempos, que las FARC intentan asesinar a un opositor al proceso de paz. En mayo del año pasado estuvieron a punto de segar la vida de Fernando Londoño, ex ministro de Interior y director de un programa radial donde cada mañana fustiga a los terroristas. En esa ocasión utilizaron una lapa bomba que pegaron a su vehículo cuando transitaba por una concurrida calle de Bogotá. Mataron a dos de sus escoltas y él resultó herido.

La 'Teófilo Forero' fue la autora del coche-bomba que asesinó a treinta y seis personas en el Club El Nogal de Bogotá, entre otros muchos actos salvajes. Su jefe, alias 'El Paisa', por el que ofrecen una recompensa de medio millón de euros, es objetivo prioritario para las Fuerzas Militares desde hace años. Pero siempre ha logrado escapar. Se refugia en la Cordillera andina oriental, en un territorio donde la banda terrorista ejerce enorme control.

Cabe recordar que el gobierno de Juan Manuel Santos anunció la semana anterior, a bombo y platillo, que acordó un segundo punto de la agenda pro el cual permitirá a las FARC jugar a la política el día que decidan dejar las armas. A Álvaro Uribe y a quienes se oponen a su intento de negociar una salida al conflicto con la guerrilla, los tilda de "buitres de la muerte" mientras agradece a la guerrilla su "voluntad de paz".

http://www.elmundo.es/internacional/2013/11/12/52827b820ab74041258b457e.html
 

Sebastian

Colaborador
Nada más hacerse pública la noticia, el anterior mandatario agradeció al Presidente Juan Manuel Santos la información. "No me dieron detalles y no se los pregunté", dijo. "Me comunicaron que el grupo terrorista FARC está preparando un nuevo atentado. Queda pedir la protección de Dios que ha sido tan generoso".
Y los otros que murieron....
 

Barbanegra

Colaborador
Mujer será negociadora en proceso con las FARC
Una mujer formará parte del equipo plenipotenciario del gobierno colombiano que desde hace un año intenta concretar un proceso de paz con la guerrilla de las FARC, anunció el sábado el presidente Juan Manuel Santos.

El anuncio fue hecho por el mandatario desde el municipio de Alejandría, en el departamento de Antioquia y a unos 230 kilómetros al noroeste de Bogotá.

La mujer, cuyo nombre no fue revelado por el jefe de Estado, remplazará en el equipo negociador al dirigente industrial Luis Carlos Villegas, nuevo embajador de Colombia en Estados Unidos.

"Yo he tomado la decisión de remplazarlo (a Villegas) por una mujer, porque las mujeres no estaban representadas en el grupo de plenipotenciarios y las mujeres tienen que estar ahí presentes", enfatizó Santos.

Según dijo, "el doctor Villegas va a ser remplazado por una mujer, una mujer que viene de un departamento golpeado como pocos por la violencia, una mujer que va a representar también a las víctimas, porque son el centro de la solución de este conflicto".

Los otros negociadores del gobierno son el ex vicepresidente Humberto de la Calle —jefe del equipo_; los generales en retiro Jorge Enrique Mora y Oscar Naranjo; el alto comisionado para la Paz, Sergio Jaramillo, y el ex ministro Frank Pearl.

La ex senadora Piedad Córdoba, una abierta defensora del proceso de paz y a quien esa guerrilla en el pasado le entregó varias decenas de secuestrados, destacó vía telefónica el anuncio de Santos y dijo que "todo lo que redunde en beneficio de la participación de la mujer en procesos de paz y en mesas de negociación es muy positivo".

"Habrá que esperar el nombre de la persona que (Santos) va a designar. Yo creo que hace falta la presencia de la mujer" en la mesa de negociación, dijo.

El congresista Iván Cepeda, del izquierdista Polo Democrático Alternativo, manifestó por teléfono que la participación de las mujeres "es fundamental en los equipos negociadores (de paz)... Se había echado de menos la presencia de las mujeres".

En tanto, el analista y ex asesor presidencial José Obdulio, un abierto detractor del proceso de paz, comentó telefónicamente que "las FARC han tenido la iniciativa en todos los aspectos (del proceso). Una de ellas es que en el equipo negociador de ese grupo terrorista hay por lo menos ocho mujeres reconocidas y caracterizadas".

Gaviria hizo alusión, por ejemplo, a Sandra Ramírez, la compañera del fallecido fundador de las FARC, Pedro Antonio Marín, alias "Manuel Marulanda Vélez" o "Tirofijo"; a "Shirley Méndez", la compañera del abatido Víctor Julio Suárez, alias "el Mono Jojoy", otrora jefe militar de las FARC, y a la holandesa Tanja Nijmeijer.

Las conversaciones entre el gobierno de Santos y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) se efectúan desde hace un año en La Habana, Cuba, y buscan poner fin a casi 50 años de confrontaciones.

AP
 
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