Celso Amorim: ‘Necesitamos en los preparar para evitar una guerra cibernética’
Ex-ministro de Relaciones Exteriores y actual titular de la Defensa explica por qué América del Sur necesita de una visión común sobre la defensa basada en la cooperación y en la preservación de los recursos naturales
Buenos Aires - A los 71 años, el ministro de Defensa Celso Amorim registra un récord en su historia. En 2009, cuando era canciller de Lula, la revista norteamericana Foreign Policy lo llamó de “el mejor ministro de Relaciones Exteriores del mundo”. De viaje por la Argentina, donde firmó un acuerdo con su compañero Agustín Rossi para ampliar el trabajo conjunto, dialogou con el portal argentino Página 12 en la residencia del nuevo embajador brasileño Everton Vieira Vargas.
Usted es ministro de Defensa, fue canciller del presidente Itamar Franco y en los dos mandatos de Lula. Lo Brasil tiene una doctrina de defensa. Que relación hay entre esa doctrina y a de la Unasul, expresa en los documentos del Consejo Suramericano de Defensa? Cuáles las diferencias, las semejanzas y los puntos comunes?
La Unasul es una dimensión importante de nuestra política de defensa, lo que no quiere decir que otros países no puedan tener visiones diferentes. En nuestra región – y cuando hablo de región me refiero América del Sur – nodos creemos que debe regir la cooperación. La cooperación es la mejor forma de dissuasão. Por lo tanto, todos los trabajos de la Unasul sobre creación de confianza, de cooperación industrial, de ejercicios comunes, tienen para nodos un gran valor.
No quiero interpretar los demás países, pero creo que, si la cooperación valle para lo Brasil, también es valiosa para los otros países. Cuando se discute temas globales en el mundo, el hecho de que nuestra región sea pacífica es un valor a favor extraordinario. Cuando si habla de la competitividad y si habla de la capacidad de atracción de inversiones, se trata de una ventaja formidável para la paz. Y eso también nos da gran autoridad para hablar de otros problemas en el mundo. El Consejo Suramericano de Defensa de la Unasul es una dimensión importante. Pero además de eso creo que tenemos en común una serie de intereses.
Tal vez el más evidente de todos sea la defensa de los recursos naturales. Somos una región muy rica en energía, en capacidad de producción de alimentos, en agua dulce, en biodiversidad… También somos una región muy diversificada, desde el trópico más ecuatorial hasta la Tierra del Fuego.
Contamos con océanos de los dos lados. Todo eso nos constituye como una región que debe tener una visión común de defensa.
Una defensa común?
No es necesaria. El necesario es la visión común. ES el trabajo que también queremos desarrollar en el Consejo Suramericano de Defensa. Por eso estimulamos la creación de una escuela suramericana de defensa. Tenemos puntos comunes evidentes, como los que mencioné antes. También queremos encarar el monitoreo de nuestras áreas especiales. Para lo Brasil, la Amazônia es una zona obvia para cuidar, pero a la vez hablo del mar territorial o de regiones especiales, que son factores que pueden propiciar una cooperación.
Habla de Atlântico Sur y el litígio de las Malvinas dentro de Atlântico Sur?
Bueno, ha a ver con Atlântico Sur. Nuestra posición sobre las Malvinas es muy conocida y no tengo necesidad de la repetís. Defendemos siempre los derechos argentinos y una solución negociada. Pero Atlântico Sur, además del problema muy importante de las Malvinas, presenta otros problemas muy importantes. Hay carreteras llave. Llave para la Argentina, claro, pero como ministro de Defensa de Brasil hablo de que una proporción enorme de nuestro comercio exterior va por Atlântico. Y nuestros proveedores de petróleo, porque aún no conseguimos el auto abastecimiento y también hay diferentes tipos de petróleo crudo, son a Nigeria, Angola, Argelia… El transporte, en todos los casos, pasa por Atlântico Sur.
Además de eso, como usted sabe, lo Brasil tiene una relación muy próxima con a África. ES una relación histórica que cobra más y más importancia, lo que nos lleva a tener una mayor presencia cultural y económica. Otra razón más, entonces, para preocuparmo-nos con Atlântico Sur. Ahora, queremos garantizar la seguridad de Atlântico Sur justamente con los países de Atlântico Sur.
Del punto de vista geopolítico, es natural la cooperación de los países de la costa occidental de África y de los países de América del Sur. Todos conforman la zona de paz de Atlântico Sur. Por estos días realizaremos, en Brasil, un seminario muy importante en Salvador, Bahia. La Argentina participará con un conferencista. Por eso queremos mantener Atlântico Sur como zona de paz, de cooperación, libre de armas de destrucción massiva.
Ministro, yo mencioné la palabra “defensa” y en su respuesta usted incluyó la palabra “recursos”. De quien América del Sur debe defender sus recursos? De riesgos potenciales o hay una identificación precisa?
No, no hay una identificación específica. Al menos en el caso de Brasil, no tenemos enemigos. Tal vez sea así por fortuna histórica, o por la diplomacia del pasado. No sé… Tenemos relaciones muy buenas con las diferentes potencias. Pero es suficiente que alguien mire la historia, por un lado, o por otro lado que mire los estudios sobre la prospectiva de los recursos naturales en el futuro, para pensar que hay eventualidades que pueden acontecer.
Debemos estar preparados para refutar cualquier tentativa de alcanzar un blanco, de cualquier lugar que venga. Y en eso entra la necesidad de tener capacidad de dissuasão. Por eso dijo que dentro de la región, dentro de América del Sur y tal vez eso valga para otros países como los de África, tiene que considerar que en un mundo global y, aunque no tengamos ningún enemigo declarado o no declarado, debemos tener una política de dissuasão.
La dissuasão es para que siquiera llegue a existir un enemigo?
Exacto. ES una forma muy inteligente de ver la cuestión. Cuando alguien se prepara para defenderse, desestimula ataques de otros países que puedan, en alguna situación, creer que necesitan algo. Del etanol, que lo Brasil produce, para dar un ejemplo. De agua dulce, que hay en los aquíferos. La dissuasão hará con que, antes de intentarlo, alguien piense dos veces.
Cuáles son las principales líneas de desarrollo de armamentos que el gobierno de Dilma Rousseff se propone desplegar?
Tenemos tres áreas consideradas estratégicas. Una es la nuclear, con el plan de desarrollar el submarino de propulsión nuclear. Lo Brasil tiene la costa atlântica más larga del mundo. Creo que más larga aunque la costa argentina. El descubrimiento y explotación de la pre-sal, de las yacidas petrolíferas la mucha profundidad, valoran aún más la costa. Una vigilancia eficaz sólo puede ser hecha por un submarino que pueda quedar muy tiempo debajo del agua. Otro plan estratégico es el espacial. Incluye la capacidad de lanzamiento y también satélites. Está a cargo de la Fuerza Aérea.
El tercer aspecto estratégico, muy actual, es la defensa cibernética. No lo digo yo solo. Si usted lee análisis y comentarios de gente de las grandes potencias – y no quiero particularizar – verá su tesis. Nodos no queremos guerra, claro, pero ellos dicen que, si hubiera una guerra, esa guerra del futuro sería cibernética. Inclusive para evitar una guerra de ese tipo hay que estar preparado.
Estamos pensando en realizar un gran esfuerzo en el área de la defensa cibernética. Ya antes de 2010 habían equipos trabajando en eso, pero tras esa fecha creamos un Centro de Defensa Cibernética con base en el ejército pero que sirve también a las otras fuerzas. Ya tuteó en situaciones pontuais, no comparables al ataque de una potencia extranjera.
Tuteó en tareas de prevención?
Sí, por ejemplo durante la cúpula del Río + 20, en la Copa de las Confederaciones, en la visita del papa Francisco… Detuvo varios ataques cibernéticos. Obviamente son ataques de hackers, algo incomparable con lo que puede acontecer en una situación de conflicto en gran escala.
Esos ataques son comparables con la intercepção de comunicaciones y mensajes de la presidenta y sus consejeros?
Usted puede hacer la comparación que desear.
La intercepção fue un ataque?
No lo caracterizaría de ese modo, lo que no quiere decir que no haya sido una intrusão para cuchara dados. ES como si usted me preguntara si el espionaje es lo aunque la guerra. En esos casos estamos, de cierto modo, en el límite. Un límite que no se puede pasar. Pero cuando si habla de defensa cibernética se piensa más en un ataque del tipo del que puede realmente afectar todo un sistema. El sistema eléctrico, el sistema de control de los aeropuertos… Varias cosas… Un ataque así puede generar el efecto de una arma de destrucción massiva.
Como una sabotaje de amplio alcance.
Puede ser. Pero eso no disminuye la importancia de la tentativa de cuchara información, un tema que tiene varios aspectos. Envuelve la invasión de privacidad cuando se trata de ciudadanos. O lo que tiene a ver con recursos naturales y con la tecnología para obtenerlos. Todo eso es preocupante. No tengo el detalle de las explicaciones que mi compañero recibió del ministro de Relaciones Exteriores, o sea que no puedo comentar en detalle.
Al comparar su gestión con Lula y la gestión de los dos cancilleres de Dilma, hay una intensidad diferente en la relación de Brasil con el resto de América del Sur y con la Argentina en particular?
Dejo ese tipo de cuestiones para los analistas. Yo tengo mi trabajo de ministro. Pero le digo que las prioridades continúan siendo las mismas. No tengo ninguna razón para creer que la intensidad sea diferente. ES la misma. Hay estilos que dependen de las personas, pero los estilos no marcan diferencias de fondo.
Dejando de lado, como forma de analizar las cosas, el sentimiento de irmandade, la solidaridad o los actos generosos, en que conviene al interés nacional brasileño una alianza sólida con la Argentina y con el resto de los países de América del Sur?
ES muy difícil separar la conveniência de los sentimientos fraternos y de la solidaridad. Inclusive es difícil separarla de la generosidade. Cuando era canciller, dijo muchas veces que debíamos ser generosos porque así defenderíamos también nuestros intereses a largo plazo. Tenemos interés en mantener buenas relaciones con nuestros vecinos. Y con la Argentina, país con el cual las relaciones son más intensas, con más razón. Hubo una pequeña caída en 2012, pero entre 2000 y 2011 las exportaciones brasileñas a la Argentina pasaron de dos bi de más de veinte bilhões de dólares. Las importaciones de la Argentina no crecieron tanto, pero también aumentaron mucho. Pensemos que en el intercambio es importante la presencia de bienes manufaturados. También registramos un crecimiento del comercio con otros países de la región. Eso no tiene a ver con el interés nacional? Claro. Pero cuando Raúl Alfonsín y José Sarney se aproximaron , el interés económico existía. Sin embargo, a la vez era un instrumento para la consolidación de la paz, la eliminación de las rivalidades, que tal vez no fueran tan reales, pero imaginarias, aunque el imaginario en la política tiene su importancia…
Y estaban las carreras atómicas paralelas.
Quedo muy orgulloso pues, antes de ocupar la Cancillería, pude ser el negociador principal para la contabilidad y el control nuclear entre la Argentina y lo Brasil.
La Agencia Brasileño-Argentina de Contabilidad y Control de Materiales Nucleares?
La negociación y el acuerdo bilateral fue lo que posibilitó la Abacc.
Ministro, uno de los desafíos que lo Brasil y la Argentina enfrentan, cada uno a su modo, es el peligro de reprimarização en la relación con terceros países. A China, por ejemplo. Si la relación comercial se basa en exportar mineral de hierro o soja y si esa exportación genera divisas imprescindibles para lo Brasil y la Argentina, como se consigue la combinación justa de equilibrio y contradicción?
También exportamos aviones a China. Y los aviones son de alta tecnología. Sin hablar de China en particular, en general con el mundo que exportamos y que importamos es algo que debe preocuparnos. Queremos una inserción con mucho valor agregado. Yo no disminuiría tanto el valor de las exportaciones agrícolas. Hoy, dentro de la agricultura, hay mucha tecnología. Eso da valor agregado, aunque sea menos obvio.
Lo Brasil acaba de superar por primera vez los Estados Unidos en soja. Sólo fue posible, no por subvenciones al productor, como hacen los Estados Unidos, y sí por grandes inversiones en tecnología. La soja dejó de ser posible sólo en climas revenidos. Dicho eso, creo que nuestra cooperación sería muy importante. Por qué, en lugar de discutir como compite una geladeira hecha en Brasil con otra hecha en la Argentina, no hacemos una geladeira juntos? Pero vuelvo a mi tema, como ministro. Podemos hacer muchas cosas juntos en Defensa. Nodos tenemos un concepto original de avión de transporte. Pero muchas partes importantes serán fabricadas en la Argentina. El KC390, que puede sustituir los Hércules, es un ejemplo. Podemos venderlo.
No quiero entrar en terrenos sociales, donde me siento menos firme, pero pienso que no sólo es cuestión de vender bienes alimentícios o minerais. También se trata de saber utilizar los recursos que se obtiene de esas exportaciones para invertir en planes de alta tecnología. Hay toda una complejidad por indagar.
De todos modos, no creo que nuestra economía vaya se reprimarizar, pero admito que es una preocupación a considerar. Mientras eso, tenemos muy que hacer juntos. El ejemplo es el reactor nuclear. Al mejor, algún día podemos venderlo, también. Vosotros ya vendieron algo a Australia, no? Los aviones de Brasil, tal vez con alguna contribución importante de la Argentina, pueden también ser vendidos. Continuamos aprendiendo de los avances que vosotros alcanzasteis en radares. Ahí veo otro campo de cooperación. Trabajemos en todo eso. La defensa tiene un alto poder de inducción en inversiones de valor tecnológico. Y ni hablar de otras áreas que la Argentina levantó, con razón, en la Unasul, como los medicamentos.
Que relación tiene la producción de medicamentos con la defensa?
Los medicamentos son necesarios para los soldados. Si trata de corporaciones donde vive mucha gente junta y las enfermedades pueden difundirse.
Cuál es el mayor factor de inestabilidad concreta que ve hoy en el mundo? Siria, Oriente Medio?
Sería difícil mirar la Siria, y la Siria dentro de Oriente Medio, y no preocuparse. Tampoco diría que la cuestión de los recursos está ausente del conflicto, aunque haya otras razones también: lenguas, culturas… Pero también los recursos tienen gran importancia. Sería ingenuo suponer el contrario. La intervención en Irak se debió a las armas químicas que – como quedó demostrado después – no existían. Sadam Hussein era un dictador, pero no era el único dictador en el mundo. Por qué fue elegido Sadam Hussein? Porque además de ser un dictador tenía petróleo. En Brasil también nos causa preocupación la inestabilidad en algunos países africanos. Creo que a África está avanzando inclusive en términos de cambios de gobierno y evolución democrática, aún con todas las imperfeições que tienen los procesos políticos cuando recién comienzan. Pero para nodos, cuestiones que inicialmente parecían más alejadas, pero que también tenían a ver con recursos, como la cuestión de Libia, terminaron con una desestabilização que afectó el Mali y después el litoral occidental de África, con lo que volvemos a la problemática de Atlântico Sur. Un Estado quebrado, para usar el vocabulário internacional, siempre es un factor de inestabilidad. Pero hoy, naturalmente, el foco de inestabilidad parece muy concentrado en Oriente Medio. De todos modos, quiero referirme a un factor de inestabilidad que a veces no se menciona.