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2567-D-05 4-5-2005.....
Proyecto de declaración
La Cámara de Diputados de la Nación
DECLARA:
Que vería con agrado que el Poder Ejecutivo nacional, a través del Ministerio de Defensa, analizará lo siguiente: (1) la posibilidad de reemplazar los aviones de instrucción y ataque de la Aviación Naval Aermacchi MB-326 y Embraer EMB-326 “Xavante” por las aeronaves de tecnología y manufactura nacional AT-63 “Pampa”, dado la inminente finalización de la vida operativa y la necesidad de una pronta renovación de aquellos sistemas; (2) la realización de un estudio de factibilidad y, en su caso, el desarrollo industrial necesario para la producción una versión navalizada del mencionado AT-63 “Pampa”, a efectos pueda suplir eficientemente a las aeronaves cuyo reemplazo se propone.
Mauricio C. Bossa.
FUNDAMENTOS
Señor presidente:
La defensa nacional impone al Estado no sólo la necesidad de contar con fuerzas armadas preparadas, tanto en lo material como en lo humano, para afrontar tan importante misión, sino que también implica el compromiso del Estado con el desarrollo de una industria nacional de la defensa que pueda afrontar el desafío de proyectar y construir equipos y sistemas de armas acorde a los tiempos en los cuales vivimos y a las necesidades de nuestras fuerzas.
La Argentina, a lo largo de su historia, ha desarrollado en muchos momentos de su historia una importante política industrial relacionada con la defensa que en muchos casos iniciaron el desarrollo industrial del país.
Un proyecto particularmente exitoso dentro de estos impulsos industriales en el área de la defensa lo constituyó el proyecto encabezado por la entonces fábrica militar de aviones para el desarrollo y construcción de un avión de entrenamiento avanzado, que resultara en la producción del IA-63 “Pampa”.
El Pampa fue, en el momento de su presentación, y lo es aún hoy, uno de los más modernos aviones de su tipo en el mundo, pudiendo competir de igual a igual frente a productos de los principales fabricantes de los países desarrollados. La falta de una política comercial sustentable y de definiciones políticas no permitieron que se convirtiera en una fuente importante de ingresos de divisas que hubiera posibilitado a la fábrica de aviones encarar proyectos más ambiciosos.
Actualmente gracias al contrato que oportunamente firmara el Estado nacional y Lockheed Martin, actual concesionaria del complejo fabril, ha permitido no sólo abrir nuevamente la línea de montaje del IA-63, sino que se pudo realizar una modernización del modelo original llevando al nivel AT-63 que supone producir un avión de entrenamiento y ataque con una tecnología de primer nivel.
Concomitantemente a este revival de la industria nacional aeronáutica, la Aviación Naval de la Armada Argentina se encuentra ante la necesidad de reemplazar los aviones de entrenamiento avanzado Aermacchi MB-326 y Embraer EMB-326 “Xavante”, a los cuales prácticamente ya no le restan horas de vuelo.
Describir la importancia que tiene la aviación naval en el dispositivo de nuestra defensa es por demás redundante: sólo hay que recordar la actuación de los pilotos navales en la guerra de Malvinas, o el trabajo que a diario realizan en silencio como vigías y custodios de nuestro mar territorial frente a la depredación que sufre por parte de flotas pesqueras extranjeras.
No puedo dejar de mencionar que la prueba del nivel alcanzado por la Escuela de Aviación Naval es el hecho que la misma no sólo forma a nuestros pilotos sino que también a los de otras naciones amigas, entre ellas a los pilotos navales de la hermana República del Brasil.
En resumen, podemos apreciar que se han producido dos hechos que pueden generar una verdadera sinergia con beneficios para potenciar nuestra defensa y al mismo tiempo apuntalar los desarrollos en tecnología que tratan de sobreponerse a épocas menos auspiciosas: el lanzamiento del AT 63 y la necesidad de reemplazo de los Xavante y los Aermacchi de la Aviación Naval.
Si el Estado nacional decide reemplazar los aviones de la aviación naval por el AT-63, que ya cuenta con desarrollo de una versión navalizada, no sólo estará dotando a la Armada de un excepcional medio de entrenamiento y ataque; sino que estará dando un paso muy importante en la otra gran dimensión que una política de defensa debe contemplar, el mantenimiento y desarrollo de la industria de defensa.
Por los argumentos expuestos es que solicito de mis pares la aprobación del presente proyecto.
Mauricio C. Bossa.
–A la Comisión de Defensa Nacional.
2567-D-05 4-5-2005.....
Proyecto de declaración
La Cámara de Diputados de la Nación
DECLARA:
Que vería con agrado que el Poder Ejecutivo nacional, a través del Ministerio de Defensa, analizará lo siguiente: (1) la posibilidad de reemplazar los aviones de instrucción y ataque de la Aviación Naval Aermacchi MB-326 y Embraer EMB-326 “Xavante” por las aeronaves de tecnología y manufactura nacional AT-63 “Pampa”, dado la inminente finalización de la vida operativa y la necesidad de una pronta renovación de aquellos sistemas; (2) la realización de un estudio de factibilidad y, en su caso, el desarrollo industrial necesario para la producción una versión navalizada del mencionado AT-63 “Pampa”, a efectos pueda suplir eficientemente a las aeronaves cuyo reemplazo se propone.
Mauricio C. Bossa.
FUNDAMENTOS
Señor presidente:
La defensa nacional impone al Estado no sólo la necesidad de contar con fuerzas armadas preparadas, tanto en lo material como en lo humano, para afrontar tan importante misión, sino que también implica el compromiso del Estado con el desarrollo de una industria nacional de la defensa que pueda afrontar el desafío de proyectar y construir equipos y sistemas de armas acorde a los tiempos en los cuales vivimos y a las necesidades de nuestras fuerzas.
La Argentina, a lo largo de su historia, ha desarrollado en muchos momentos de su historia una importante política industrial relacionada con la defensa que en muchos casos iniciaron el desarrollo industrial del país.
Un proyecto particularmente exitoso dentro de estos impulsos industriales en el área de la defensa lo constituyó el proyecto encabezado por la entonces fábrica militar de aviones para el desarrollo y construcción de un avión de entrenamiento avanzado, que resultara en la producción del IA-63 “Pampa”.
El Pampa fue, en el momento de su presentación, y lo es aún hoy, uno de los más modernos aviones de su tipo en el mundo, pudiendo competir de igual a igual frente a productos de los principales fabricantes de los países desarrollados. La falta de una política comercial sustentable y de definiciones políticas no permitieron que se convirtiera en una fuente importante de ingresos de divisas que hubiera posibilitado a la fábrica de aviones encarar proyectos más ambiciosos.
Actualmente gracias al contrato que oportunamente firmara el Estado nacional y Lockheed Martin, actual concesionaria del complejo fabril, ha permitido no sólo abrir nuevamente la línea de montaje del IA-63, sino que se pudo realizar una modernización del modelo original llevando al nivel AT-63 que supone producir un avión de entrenamiento y ataque con una tecnología de primer nivel.
Concomitantemente a este revival de la industria nacional aeronáutica, la Aviación Naval de la Armada Argentina se encuentra ante la necesidad de reemplazar los aviones de entrenamiento avanzado Aermacchi MB-326 y Embraer EMB-326 “Xavante”, a los cuales prácticamente ya no le restan horas de vuelo.
Describir la importancia que tiene la aviación naval en el dispositivo de nuestra defensa es por demás redundante: sólo hay que recordar la actuación de los pilotos navales en la guerra de Malvinas, o el trabajo que a diario realizan en silencio como vigías y custodios de nuestro mar territorial frente a la depredación que sufre por parte de flotas pesqueras extranjeras.
No puedo dejar de mencionar que la prueba del nivel alcanzado por la Escuela de Aviación Naval es el hecho que la misma no sólo forma a nuestros pilotos sino que también a los de otras naciones amigas, entre ellas a los pilotos navales de la hermana República del Brasil.
En resumen, podemos apreciar que se han producido dos hechos que pueden generar una verdadera sinergia con beneficios para potenciar nuestra defensa y al mismo tiempo apuntalar los desarrollos en tecnología que tratan de sobreponerse a épocas menos auspiciosas: el lanzamiento del AT 63 y la necesidad de reemplazo de los Xavante y los Aermacchi de la Aviación Naval.
Si el Estado nacional decide reemplazar los aviones de la aviación naval por el AT-63, que ya cuenta con desarrollo de una versión navalizada, no sólo estará dotando a la Armada de un excepcional medio de entrenamiento y ataque; sino que estará dando un paso muy importante en la otra gran dimensión que una política de defensa debe contemplar, el mantenimiento y desarrollo de la industria de defensa.
Por los argumentos expuestos es que solicito de mis pares la aprobación del presente proyecto.
Mauricio C. Bossa.
–A la Comisión de Defensa Nacional.