La destrucción del acorazado Yamato: un film del año 2005
Éste es un film japonés lanzado en el año 2005, desafortunadamente es muy poco conocido en el mundo occidental porque no fue distribuido en los Estados Unidos. Es una obra maestra en la cual, a la mejor tradición de los cineastas japoneses, hacen un gran uso de modelos a escala.
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El contexto del film:
El 1o de abril del año 1945 los norteamericanos inician sus operaciones de desembarco en la isla de Okinawa, el último bastión japonés frente a la metrópoli del imperio. Sería la última operación anfibia de la 2a GM y para el atardecer de ese mismo día 50,000 soldados norteamericanos y toneladas de pertrechos ya se habían acumulado en las cabezas de playa, pero extrañamente no había habido resistencia alguna en las playas ¿pero porqué?
Es simple, el General Ushijima, el comandante-en-jefe de la guarnición, aplicaría el principio de defensa-en-profundidad que ya había sido practicado previamente en Iwo Jima; la idea era atraer a los norteamericanos a una posición desde la cual no podría ser apoyado por su avasallaodr fuego de artillería naval, y allí los destrozarían. El general japonés concentró al grueso de sus tropas en el sector sur de la isla y pasó toda una semana antes de que la verdadera lucha comenzara.
Mientras tanto la marina de guerra norteamericana había aislado a aquella isla del resto del mundo, pero obstinados, los japoneses intentarían un último y desesperado esfuerzo por aplastar a la marina enemiga.
El día 6 de abril dos submarinos norteamericanos reportaron la partida de un grupo de batalla japonés del Mar del Japón; éste consistía del súper-acorazado Yamato, el crucero-ligero Yahagi y ocho destructores. Su objetivo era apoyar la operación Ten-Go (nombre clave del ataque masivo que se realizaría con kamikazes sobre la flota norteamericana), y destruir cualquier barco enemigo que hubiera sobrevivido a los ataques aéreos. ¡El Estado-Mayor Imperial ya solo vivía en un mundo de fantasias!. Tras cuatro años de guerra este grupo de batalla era casi todo lo que quedaba de la otrora poderosa Marina Imperial japonesa. Pero el Yamato era un verdadero mastodonte. Con 72,908 toneladas de desplazamiento era el barco de guerra más grande del mundo. Su batería principal tenía 9 cañones de 460mm que podían lanzar proyectiles de 3,200 libras hasta una distancia de 42,000 metros. Su tripulación consitía de 2,767 oficiales y marineros, quienes podían defenderse contra un enemigo aéreo con 150 cañones y ametralladoras. Cuatro grandes turbinas generaban 150,000 caballos de fuerza que impulsaban al acorazado hasta una velocidad máxima de 27.5 nudos. Pero no solo era una poderosa nave de guerra, como lo podemos ver en la primera escena de los cortos, era una nave increíblemente elegante.
Sí, era un magnifica nave de guerra, pero el poder aéreo ya la había condenado. A las 0823 horas del día 7 de abril de 1945 aviones de reconocimiento del portaaviones Essex hallaron a la nave japonesa y a sus escoltas. La señal de alarma llegó en un abrir y cerrar de ojos a las manos del comandante-supremo norteamericano, el Almirante Raymond A. Spruance, quien simplemente envió la siguiente señal al comandante de sus portaaviones: "Usted atrapelos". Así lo haría el Almirante Marc Mitscher, quien con su TF-58, tenía un total de 11 portaaviones bajo su mando con cerca de 1,000 aeronaves de combate de todos los tipos; cuatro horas más tarde las primeras bombas y torpedos eran dirigidas contra los barcos japoneses.
El primera ataque comenzó a las 1232 horas de aquel día, y diez minutos más tarde al poderoso barco ya le habían alcanzado con dos bombas y un torpedo. Los japoneses se defendieron con todo lo que tenían, pero era un esfuerzo inútil. Todas las armas antiaéreas fueron usadas, incluso (como podemos ver en el film) las grandes piezas de artillería de 460mm dispararon proyectiles explosivos contra el enemigo (la munición "tipo-3"). Pero todo estaba perdido.
La segunda y tercera oleada de aviones norteamericanos llegaron entre las 13:20 y las 14:15 horas. Más de 300 aviones participaron en la acción, y le encajaron por lo menos otros 8 torpedos y 15 bombas al acorazado. A las 14:15 horas el Yamato finalmente se detuvo y comenzó a hundirse. Con el morirían cerca de 2,500 miembros de su tripulación. Allí terminaba su participación en la lucha por Okinawa.
La amarga realidad era que aquel súper-acorazado estaba preparado para pelear una acción tradicional barco-contra-barco, y quien sabe, probablemente hubiera podido derrotar a naves norteamericanas similares, sin embargo, fue destrozado por el poder de fuego que los portaaviones enemigos desataron en su contra, es más, de los cientos de aviones que se lanzaron a atacarlo, los norteamericanos solo reportaron la pérdida de 11 aeronaves, un claro testimonio que la era del acorazado, ya era cosa del pasado.
Victor Aguilar-Chang