Hay que tener en cuenta una cosa, la estatura promedio del soldado actual disminuyó comparándola con la estatura promedio de los '90, producto de la alimentación inadecuada y diversos cambios culturales y sociales, lo que hace que hoy en día un soldado necesita casi el doble de trabajo físico para poder soportar el peso del FAL en el modo baja lista/alta lista.
Varios años atrás pensaba lo mismo. Pero resulta ser que esa afirmación no es correcta y debe ser descartada.
Tres ejemplos al azar de fuentes tanto periodísticas como académicas:
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Peso y estatura de una muestra nacional de 1.971 adolescentes de 10 a 19 años: las referencias argentinas continúan vigentes.
En pocas palabras. los argentinos y argentinas actuales son más altos, más saludables, mejor alimentados, más fuertes e, incluso, con mayor IQ que todas las generaciones que les precedieron.
Lo cual, hay que decir, se alinea con las tendencias globales y regionales. La humanidad toda ha mejorado en todos estos indicadores.
También hay que decir que no se rompe ningún récord en ningún aspecto. Existen otros países del mundo que lideran en estos indicadores.
En lo único que se está retrocediendo es en la edad promedio de la población. Tenemos una población tendiente a su envejecimiento. Como ya resulta evidente en la base de la pirámide de población argentina.
Lo cual tampoco es ninguna novedad ni excepcionalidad, pero no quita que se está agravando esta tendencia y requiere atención.
Si nos limitamos a la evidencia disponibles y mantenemos todos los demás factores constantes, podríamos llegar a una conclusión muy diferente. No sólo no habría problemas con el peso y volumen de los FAL, sino también que se podría aspirar a fusiles más voluminosos, más pesados e, incluso, difíciles de usar.
En vez de fusiles más lijeros y livianos, necesitaremos que integren bastones y arneses para que los viejitos puedan usarlo.
El tema es que ¿Se mantienen todos los demás factores constantes? el fusil es sólo un subsistema. El sistema de armas en realidad es el soldado.
Cuando apareció el FAL los soldados apenas utilizaban casco. No existía el chalecos antifragmentos. El equipamiento de que disponían era paupérrimo.
Un soldado moderno, incluso con todos los avances en ligereza de materiales, transporta más del doble de peso en protección que las generaciones previas. Regreso la armadura a los ejércitos.
A diferencia de sus antecesores, ahora es normal que también transporte un botiquín de urgencias, agua y otros insumos de supervivencia básica.
Si combate en el sur, el volumen y peso de la ropa de abrigo tampoco puede subestimarse.
También tiene que poder transportar muchas balas. Algunas granadas.
Parece evidente que también se suman las batería eléctricas al juego.
Un soldado moderno está mucho mejor equipado en cantidad y variedad de equipamiento de todo tipo que cualquier generación previa. Ni siquiera hay que retroceder mucho tiempo para notar la diferencia. Incluso se nota al comparar un soldado de la Primera Guerra del Golfo,e n 1991, con un equivalente de la Segunda Guerra del Golfo, en 2003.
A juzgar por las imágenes de Ucrania e Israel, la tendencia avanza firme.
Lo vemos en los propios fusiles. Un fusil moderno va a incorporar algún tipo de mira especial con su volumen y peso. También parecen volverse populares los silenciadores y tripodes. Así que un fusil más ligero parece tener como única ventaja el dar más margen para meterle más accesorios arriba, abajo, adelante, etc. Todos accesorios que, probablemente, sean cada vez más imprescindibles. Tan imprescindibles, que ya no se los puede considerar accesorios.
El peso que debe transportar el combatiente está creciendo a mayor velocidad que la altura y fortaleza humana. Si se quiere transportar cada vez mayor cantidad y variedad de equipamiento, entonces cada equipamiento individual debe colaborar aligerandosé.
Fusiles, cascos y chalecos más ligeros aligeran, valga la redundancia, el creciente desafíos del soldado moderno. Ayudan así a que el sufrido combatiente pueda transportar más municiones o una batería más grande. Porque por más que se ahorre algo de volumen y peso en alguna cosa, parece ser rápida y sobradamente compensado con todo lo otro que se va agregando.
No sólo está la cuestión del peso. También las dimensiones, especialmente el largo. Tiene que ser fácil de subir y bajar del vehículo de combate, el helicóptero o lo que sea que esté disponible. Sin perder de vista que ahora quieren meter un silenciador en el frente y por algún lado hay que compensar eso.
Así que, no hay un problema intrínseco a la altura, fortaleza, salud e inteligencia de los argentinos y argentinas modernos. Se está mejor que nunca y la tendencia es que continuará mejorando.
El problema está en que el fusil es sólo uno de todos los subsistemas que conforman el sistema de combate denominado soldado y compite en peso y volumen con todos los demás subsistemas, pertrechos, municiones, etc.
Personalmente, también pienso que el FAL esta obsoleto. Tenía esperanzas en el programa (o los programas) de modernización que se llevaron a cabo en los últimos años. Pero los resultados parecen tan pobres, que actualmente pienso que hay que aspirar a un nuevo programa de adquisición de una familia de fusiles nuevos.