Escocia, abocada a un referéndum de independencia

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Economía del miedo

El FMI ha incorporado, rompiendo su neutralidad, la cuestión de Escocia a los riesgos geopolíticos

Joaquín Estefanía 14 SEP 2014 - 01:22 CEST
Al presentar sus previsiones el pasado mes de julio, el Fondo Monetario Internacional (FMI), concluyó que la recuperación mundial no estaba asegurada, fundamentalmente por dos aspectos: porque no se observaba ningún ímpetu robusto en las economías avanzadas (tampoco en la mayor parte de las emergentes), y porque el tablero geopolítico global amenazaba a aquélla con conflictos como el de Ucrania y los de Oriente Próximo.

Ahora, el FMI ha añadido un asunto más: Escocia. Su portavoz, Bill Murray, ha declarado que “una victoria del `sí´ [a la secesión de Escocia del Reino Unido, en el referéndum del próximo jueves] sería una fuente de incertidumbre y podría provocar reacciones negativas en los mercados, dada la posibilidad de una situación monetaria, financiera y presupuestaria diferente en Escocia”.

Esta manifestación, hecha en un momento en que los sondeos configuran un resultado imposible de prever con cierta seguridad, significa el abandono de cualquier pretensión de neutralidad de este organismo multilateral, que se ha unido así a la gran corrida a favor del statu quo territorial del Reino Unido, de los bancos, compañías de seguros y grandes empresas, que en las últimas fechas han activado la economía del miedo.

Entidades financieras de matriz escocesa tan significativas como el Royal Bank of Scotland o el Lloyd Banking Group (ambos rescatados por el Gobierno británico con casi 100.000 millones de euros de dinero público, a raíz de la quiebra de Lehman Brothers), la gigantesca aseguradora Standard Life y otras grandes empresas y empresarios han hecho pública su intención de llevar sus sedes sociales a Londres (algunas de ellas, aunque inicialmente escocesas, ya la tienen allí), si se produce una votación mayoritaria a favor de la independencia escocesa.

¿Tiene sentido crear un nuevo ente soberano dentro de la Unión Europea cuando los Estados tradicionales de la zona ya no son plenamente soberanos?

El voto al miedo económico se ha activado, y pretende ser un vector que tire en dirección opuesta al de los sentimientos secesionistas de Escocia. Desde hace mucho tiempo, sacar la política del terreno de la economía se ha convertido en un ideal para banqueros, empresarios y predicadores del libre mercado. Su utopía sería que se alcanzase una especie de consenso sobre cuál es la mejor política económica factible (para sus intereses), convirtiéndola en una cuestión técnica y dejándola en manos de los expertos. Los políticos quedarían libres para discutir, por ejemplo, sobre la caza del zorro, que levanta pasiones. Los animal spirits, tan presentes en el caso escocés y en otros nacionalismos, figurarían en una división diferente que la economía.

La cuestión, sin embargo, es política y no económica. En el plano instrumental lo que ha de responderse es lo siguiente: si tiene sentido crear un nuevo ente soberano dentro de la Unión Europea cuando los Estados tradicionales de la zona ya no son plenamente soberanos (y mucho menos dentro del euro, lo que no es el caso de Gran Bretaña).
http://elpais.com/elpais/2014/09/12/opinion/1410520978_904941.html
 

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Willie de “The Simpsons” anuncia su apoyo a la independencia de Escocia



El protagonista escocés de una de las series animadas más vistas de la historia, hizo su manifiesto al respecto del referéndum que definirá si dicho país de separa o no del Reino Unido. Vea el video.

La cadena que televisa la animada “The Simpsons”, difundió un video en el que uno de sus protagonistas, que originalmente es oriundo de suelo escocés, expone un gracioso discurso sobre su postura al respecto del referéndum que definirá el futuro de dicho país.
Se trata del gruñón Willie,jardinero encargado de mantener la limpieza en la Escuela Primaria de Springfield.
“Es un hombre hosco y bruto, calvo en la coronilla, con una gran ceja, barba y bigotes pelirrojos. Prefiere luchar contra un lobo salvaje de a sentarse a tomar un té”, es como lo definen los fanáticos de la histórica serie que volverá a la pantalla FOX el próximo 28 de septiembre con su vigésimo sexta temporada.
En el entretenido audiovisual, Willie viste ropa típica de escocesa, y entre otras cosas explica que él quiere ser presidente y que “jamás se verá manipulado por los líderes mundiales porque no tiene ni idea de quiénes son”.
Vea el discurso del excéntrico jardinero:
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El día después del sí en Escocia
Divisa, UE, deuda y petróleo son los puntos claves de la negociación con Londres
Walter Oppenheimer Edimburgo 15 SEP 2014 - 21:17 CEST


Acto reivindicativo independentismo escocés en Loch Lomond. / J. J. Mitchell (Getty )

Si el jueves ganan el referéndum, los independentistas aspiran a proclamar la independencia de Escocia el 24 de marzo de 2016, coincidiendo con el aniversario de la unión de las dos coronas en 1603 y de la fusión de los dos Parlamentos en 1707. Pero antes tendrán que negociar muchas cosas con Londres y con diversas instituciones internacionales y, en particular, la Unión Europea. Cuestiones que van desde la moneda al reparto de la deuda pública, el petróleo, el Ejército, el traslado del programa nuclearo quién tiene la ciudadanía escocesa.

Tras el nerviosismo de los mercados, la negociación más urgente es la polémica cuestión de la moneda. Ante la evidencia de que la incertidumbre puede ser catastrófica, el líder independentista, Alex Salmond, ha confirmado que buscará un acuerdo inmediato con Londres en ese tema, o al menos una decisión cuanto antes.

“Creo que deberíamos tomar decisiones enseguida”, declaró el domingo en el programa político dominical de la BBC. Salmond recordó que entre el referéndum y la proclamación de la independencia “el Banco de Inglaterra sigue teniendo el control de los mercados monetarios”. “Y su gobernador ha sido muy explícito: él es responsable de la estabilidad financiera en ese periodo. Es un punto muy importante. Y está claro que es del interés de todos que tomemos las decisiones sobre ese asunto lo antes posible”.

La transición deberá, por un lado, poner en marcha una larga serie de negociaciones paralelas y al mismo tiempo adecuar el marco constitucional. Para lo primero, se formará lo que los independentistas llaman el team Scotland, el equipo Escocia, que constará de tres niveles. Por un lado, un grupo de expertos escoceses e internacionales; por otro, representantes de la sociedad civil (desde organizaciones benéficas a pymes o grupos de voluntariado); y, finalmente, políticos que representen el espectro más amplio “para unir el país”.

El traslado del programa de disuasion nuclear es un asunto delicado

En paralelo se pondrá en marcha una plataforma constitucional para “proveer las bases” sobre las que deberían operar el Parlamento y el Gobierno escocés durante el periodo transitorio. Según los documentos del Ejecutivo escocés, esa plataforma “posibilitará la transferencia de soberanía de Westminster a Escocia” y, en particular, el poder del Parlamento escocés para proclamar la independencia, eliminar los efectos del Tratado de Unión de 1707 o prepararse para la transición de miembro de la Unión Europea no ya como parte de Reino Unido sino como Estado miembro.

La cuestión de la UE, que meses atrás centraba buena parte del debate independentista, apenas ha aparecido en la campaña, coincidiendo con una suavización de la postura de la Comisión Europea. Salmond ha insistidoen que, a diferencia de Cataluña, la posición de Escocia se fundamenta en el acuerdo previo del proceso con el Gobierno británico. El líder independentista aseguró el domingo que ha hablado de ello con todos los socios de la UE, incluidos España, Francia, Italia y Bélgica, que tienen sus propias tensiones territoriales internas.

Los independentistas han admitido que la secesión les deja legalmente fuera de la UE, pero sostienen que eso se puede evitar por la vía del artículo 48 del Tratado de Lisboa. Este permite a un Estado miembro (en este caso, Reino Unido si accede a ello) pedir una modificación de los tratados para que Escocia siga en la UE sin solicitar el reingreso por la vía lenta del artículo 50.

Escocia debería negociar también su posición en otras instituciones internacionales, como la OTAN o la ONU, aunque ahí se vislumbran menos problemas.

Los secesionistas creen que les tocan 143.000 millones de los bienes británicos

Uno de los temas más delicados es el traslado del programa de disuasión nuclear Trident, en la base militar de Clyde, al oeste de Escocia, que costaría una fortuna a Londres. Es materia innegociable para Edimburgo, salvo quizá la flexibilidad en el calendario.

Otro tema delicado es el reparto de los ingresos del petróleo, en los que los independentistas confían para mantener el equilibrio de sus cuentas públicas.

Las dos partes tienen que repartirse muchas más cosas, desde la deuda pública las reservas de oro, la BBC, las embajadas y otros bienes británicos en el extranjero, el personal y los bienes de las fuerzas armadas, como los buques, la artillería o los aviones.

Los independentistas calculan que los bienes británicos a repartir valen 1,3 billones de libras (1,62 billones de euros), de los que estiman que a Escocia les corresponderían unos 143.000 millones de euros, si se reparte en base a la población, y 161.000 millones si se distribuye en función de los impuestos aportados al Tesoro.
http://internacional.elpais.com/internacional/2014/09/15/actualidad/1410808498_077366.html
 

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Cameron pide que no pague Escocia por el descontento con su Gobierno

El primer ministro británico ofrece una devolución de poderes sin precedentes

Walter Oppenheimer Edimburgo 15 SEP 2014 - 21:43 CEST266


Reuters

En su última visita a Escocia antes del referéndum del jueves, el primer ministro británico, el conservador David Cameron, pidió a los escoceses que no se dejaran llevar por su descontento hacia el Gobierno de Londres y les rogó que voten en contra de la independencia escocesa. En una visita a Aberdeen, la capital petrolera del país, Cameron apeló de nuevo a los sentimientos para pedir a los escoceses que no tomen una decisión que “sería el final de Reino Unido tal y como lo conocemos y no tendría vuelta atrás”.

La BBC asegura que los periodistas que cubren la consulta reciben presiones

Como ya hizo en su visita de la semana pasada a Edimburgo, el primer ministro evitó el contacto directo con el público y lanzó su discurso pensando más en las cámaras y en la prensa que en la audiencia que tenía enfrente. “El viernes, la gente puede estar viviendo en un país diferente, con un lugar distinto en el mundo en el futuro”, dijo.

“Esta es una decisión que puede romper nuestra familia de naciones y desgarrar Escocia para siempre del resto de Reino Unido. Y tenemos que dejar muy claro que no hay vuelta atrás, no hay repetición. Esta es una decisión para siempre. Si Escocia vota sí, el Reino Unido se dividirá y marcharemos por caminos separados para siempre”, añadió el premier. Y advirtió a continuación: “Cuando se vote el jueves, la gente no estará votando solo por sí misma, sino por sus hijos y sus nietos y las generaciones venideras”.

David Cameron huyó del tono catastrofista que ha presidido la campaña de los defensores del no en las últimas semanas, con declaraciones de varias grandes empresas advirtiendo sobre las consecuencias de la independencia de Escocia. El líder independentista, Alex Salmond, ha acusado al Gobierno de estar detrás de esos comunicados de bancos y grandes distribuidores comerciales, y ha acusado también a la BBC, la cadena pública británica, de ofrecer una información sesgada sobre la independencia.

Salmond defendió este lunes a los independentistas que el pasado domingo se manifestaron ante los estudios centrales de la BBC en Glasgow. El sindicato nacional de periodistas (NUJ en sus siglas en inglés) ha expresado su preocupación por las presiones que están recibiendo los reporteros que cubren el referéndum.

“La gente tiene derecho a protestar si de verdad cree que tiene razones para hacerlo, pero los que protestaban frente a las oficinas de la BBC en Glasgow este fin de semana pedían el despido de un periodista porque le acusan de estar sesgado en favor de la unión”, se quejó el responsable del NUJ en Escocia, Paul Holleran. Y aseguró que las dos partes en el referéndum dicen que la información de la BBC es sesgada. “Hay una creciente tendencia a intimidar a los periodistas de la BBC, que están trabajando mucho para exigir responsabilidades a los políticos de todos los bandos”, añadió.

Salmond defiende a los manifestantes frente a la cadena pública británica

Alex Salmond declaró que él no pide el despido del periodista que centra la polémica sobre el sesgo de la información, el principal cronista político de los informativos de la cadena pública británica, Nick Robinson, pero aseguró que hay “verdadera preocupación entre el público sobre el equilibrio de la cobertura”.

Fuentes de la BBC han desvelado que algunos de sus reporteros políticos han recibido amenazas verbales y a través en Internet de forma repetida y que uno de ellos ha tenido que borrar más de 400 tuits de su cuenta oficial en Twitter, según The Guardian.
http://internacional.elpais.com/internacional/2014/09/15/actualidad/1410800238_139096.html
 

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La independencia de Escocia sería un divorcio doloroso, advierte Cameron

De Por Ouerdya AIT ABDELMALEK, con Alfons LUNA en Edimburgo | AFP – Hace 1 hora 31 minutos

  • AFP/AFP - El primer ministro británico, David Cameron, gesticula durante una conferencia de prensa en Aberdeen, Escocia, el 15 de septiembre de 2014
El primer ministro británico, David Cameron, hizo este lunes un llamamiento final a los escoceses para que no se vayan del Reino Unido y les avisó de que afrontarían un divorcio doloroso.

Esta podría ser la última semana de Cameron como jefe de Gobierno de Escocia y este lunes hizo un llamamiento final desde Aberdeen, la capital del petróleo del mar del Norte y gran esperanza de prosperidad de los nacionalistas.

Ahí, a tres días del referéndum del jueves, y ante 800 seguidores conservadores, recordó que irse significa quedarse "sin libra, sin pasaporte británico, sin pensiones británicas". "La independencia no sería un ensayo de separación, sería un divorcio doloroso", aseguró.

"Sé que la gente que lidera la campaña por el 'sí' pintan una Escocia mejor en todo, y puede que sean muy buenos dibujando esa estampa. Pero cuando algo parece demasiado bueno para ser verdad, es porque generalmente no lo es". "Mi deber es ser muy claro sobre las consecuencias de una victoria del 'sí'", dijo, antes de enumerarlas.

La independencia, explicó, "significaría que dejamos de compartir la misma moneda", significaría que "se rompen las fuerzas armadas que tantos siglos compartimos", o que "no se podrán cruzar tan fácilmente las fronteras".

Significaría, agregó, que "el apoyo que tenéis ahora de las embajadas británicas cuando viajáis se acabaría", o que "si los bancos escoceses atravesasen problemas, serían los contribuyentes escoceses, y sólo ellos, los que cargarían con los costes".

Cameron respondía así a algunas de las tesis del líder independentista Alex Salmond, reunidas en el libro blanco de la independencia, principalmente la que auguraba una unión monetaria con el resto del Reino Unido.

En cuanto al jefe de Gobierno escocés y líder de la campaña independentista, Alex Salmond, este lunes volvió a acusar a Cameron de "orquestar" la respuesta adversa de las grandes empresas a la posibilidad de la independencia.

- Salmond invoca a Adam Smith -

"Es de sentido común" que una Escocia independiente sería próspera, dijo a la prensa en Edimburgo. "Es una tierra con grandes recursos naturales y grandes recursos humanos. Creo que es un sinsentido que la tierra que produjo a Adam Smith sea incapaz de gestionar su propia economía".

Smith (1723-1790), escocés de Kirkcaldy, autor de "La riqueza de las naciones", está considerado el padre de la teoría económica moderna.

"En tres días, la gente tendrá una oportunidad única en la vida de poner el futuro de Escocia en manos escocesas", agregó Salmond, que se ha comprometido a no pedir otro referéndum si pierde este, como ocurrió en Quebec, la provincia francófona canadiense, en la que el independentismo salió derrotado en dos plebiscitos.

Unos 4,2 millones de residentes en Escocia mayores de 16 años están llamados a responder "sí" o "no" a la pregunta "¿cree que Escocia debería ser un Estado independiente?".

Los resultados definitivos se conocerán hacia las 08h00 (07H00 GMT) del viernes y no habrá sondeos a boca de urna, aunque no se descarta que algún medio británico pueda dar una proyección del escrutinio antes de esa hora.

Los sondeos del fin de semana no permiten dar por sentado nada de cara al jueves: aunque el "no" tiene ventaja, no es lo suficientemente grande, y se ve largamente superada por el número de indecisos (un 17%, según una encuesta).

El excapitán de la selección inglesa de fútbol, David Beckham, se sumó a los partidarios de que Escocia siga en el Reino Unido y este lunes la londinense plaza de Trafalgar será escenario de un mitin de los partidarios del "no".

"Mi esperanza sincera es que votéis para renovar nuestros lazos históricos, que tanto éxito han tenido a lo largo de los siglos", dijo Beckham en un comunicado.

Pero, la irrupción en la campaña más notoria de las últimas 48 horas no fue la de Beckham o Adam Smith, sino la de la reina Isabel II, obligada a la neutralidad en el referéndum.

La monarca se limitó a decir que espera "que la gente piense bien su futuro" a una persona que se le acercó a ella después de ir a misa en Balmoral, su residencia oficial en Escocia.

El Partido Nacional Escocés (SNP) de Salmond quiere conservar a la reina como jefa de Estado si gana la independencia, al modo de Canadá.
https://es.noticias.yahoo.com/consecuencias-la-posible-independencia-escocia-111511351.html
 

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Famosos en campaña por futuro de Escocia
Un referéndum decidirá si el país queda en el Reino Unido o inicia su independencia. Sean Connery y J. K. Rowling lideran las dos posturas encontradas.
Sean Connery -

Escocia, quédate con nosotros", fue la misiva lanzada por David Bowie a principios de año, en los premios Brit. El músico, residente en Nueva York, no se apersonó para la ocasión en ese querido Reino Unido cuya integridad territorial quiere preservar, pero utilizó como eco a la supermodelo Kate Moss. Si entonces todos los sondeos auguraban una clara victoria del `no` en el referéndum sobre la independencia escocesa, las tuercas han cambiado en la recta final de la campaña, multiplicando los pronunciamientos de una retahíla de personajes famosos a favor o en contra de la unión. El denominador común es una elegancia y sentido del fair play del que están adoleciendo los políticos, enzarzados en un agrio debate ante la inminencia del sufragio del 18 de septiembre.
J.K. Rowling, la madre de Harry Potter, ha puesto su fama y también un millón de libras de su fortuna al servicio de quienes defienden que "juntos estaremos mejor" (Better Together). Desde principios del verano boreal, los 3,65 millones de seguidores de su cuenta de Twitter vienen siguiendo las proclamas de la escritora, inglesa de nacimiento pero escocesa de adopción, en contra de la ruptura. "Una separación no sería rápida y limpia: necesitaríamos microcirugía para desmantelar tres siglos de interdependencia", ha repetido hasta la saciedad esta autora conocida por su filiación al Partido Laborista, cuyos votantes aparecen divididos ante la cuestión independentista y pueden tener la llave del desenlace del referéndum.
Figuras de renombre y prestigio como las actrices Judi Dench y Elena Bonham Carter, el científico Stephen Hawking, los músicos Mick Jagger y sir Paul McCartney o la leyenda del fútbol inglés Bobby Charlton coinciden en que "la decisión de permanecer o abandonar nuestro país corresponde, por supuesto, sólo a los escoceses, pero queremos hacerles saber cuánto valoramos los lazos de ciudadanía que mantenemos con ellos y expresarles nuestra esperanza de que van a renovarlos". A esa carta abierta, suscrita hasta la fecha por más de 50.000 personas, se han sumado los nombres de escoceses tan populares como el exentrenador del Manchester United sir Alex Ferguson, la cantante Susan Boyle y el actor David Tennat, antiguo protagonista de la serie televisiva Doctor Who.
Los otros escoceses famosos, aquellos que creen llegada la hora de pasar página, tienen su rostro más destacado en Sean Connery. El 007 más célebre en la saga cinematográfica de James Bond es un independentista de primera hora que abogaba por la secesión cuando esa posibilidad parecía inimaginable. "La campaña por el `sí` se ha centrado en una visión positiva de Escocia que se apoya en la igualdad, en los valores democráticos y en la idea de que los escoceses son los mejores guardianes de su futuro", ha subrayado el actor en un mensaje apoyado por 1.300 figuras del mundo de la cultura. Entre ellos, se han revelado especialmente activos el escritor Irvine Welsh y los actores Gerard Butler y Alan Cummings.
Más socarrón se ha mostrado el humorista escocés Billy Connolly, uno de los artistas más queridos en el Reino Unido. A pesar de las insistencias desde uno y otro bando, no ha querido posicionarse públicamente en el debate, aunque sí desvelar su única certeza: el próximo 18 de septiembre "los escoceses tendrán, ni más ni menos, que lo que se merecen….".
ELPAIS.UY
 

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¿Cuánto petróleo tiene Escocia y qué papel juega en su futuro?

James Cook
BBC, Escocia
Lunes, 15 de septiembre de 2014


El petróleo es uno de los temas clave de la campaña para el referendo sobre la independencia de Escocia.

En realidad, antes de tratar de responder a la cuestión de cuánto petróleo le queda a Escocia hay que aclarar si estamos hablando de reservas probadas o posibles, y si se trata de lo que es extraíble y en qué circunstancias: ¿con la tecnología actual o con la futura?
En cualquier caso, el petróleo del mar del Norte ha sido durante décadas objeto de tanta especulación con el monstruo del lago Ness.
No en vano es una de las cuestiones fundamentales en la discusión de la posible independencia de Escocia, que se resolverá en el referendo de este jueves.
Esta es una industria que genera casi medio millón de puestos de trabajo a lo largo de todo Reino Unido.

¿Qué es lo que de verdad sabemos?

Bien, empecemos por contabilizar cuánto petróleo se ha extraído hasta ahora.

Según la patronal de hidrocarburos británica, alrededor de 42.000 millones de barriles han sido succionados del mar del Norte desde que en 1967 se empezó a producir gas. El crudo llegó en 1975.
El pico máximo de producción se dio en 1999. Desde entonces, no ha hecho sino caer.



Antes que nada, vale la pena tener en cuenta que cuando se habla de petróleo del mar del Norte se hace referencia a todas las reservas de la plataforma continental británica.

Eso incluye nuevos descubrimientos al oeste de las islas Shetland, que están en el océano Atlántico.
Las estimaciones varían mucho, pero en general hay cierto consenso en que todavía quedan zonas por ser exploradas y que son potencialmente ricas en hidrocarburos.
Tanto el gobierno británico como el escocés se han propuesto aprovechar ese potencial al máximo.


Los ingresos en concepto de impuestos a las arcas públicas varían en función del precio del crudo.

Por supuesto, ese interés viene, más allá de apoyar a la industria, de que se trata de una jugosa fuente de ingresos para las arcas estatales en forma de impuestos.
Según el Departamento de Energía y Cambio Climático, los ingresos por impuestos del sector petrolero del mar del Norte marcaron su máximo histórico en 1985 con US$42.000 millones (a precios de 2013).
En 2013, esos ingresos supusieron US$7.600 millones, bastante menos que los casi US$10.000 millones de 2012.
Pero prever los ingresos futuros es algo muy complicado. Depende de demasiadas cosas, incluido, por ejemplo, el ritmo de extracción, los precios internacionales y la tasa impositiva, así como el cambio de la libra con el dólar.

Cuánto petróleo queda

Patronal británica de petróleo y gas "Hay todavía una cantidad significativa, de entre 15 a 24 miles de millones de barriles por ser desarrollados y la industria podría estar activa más allá de 2050".
Gobierno británico "El Departamento de Energía y Cambio Climático estima el petróleo extraíble en entre 11.100 millones y 21.000 millones de barriles".
Informe Wood En este estudio, encargado por el gobierno para maximizar el uso de las reservas, Ian Wood estima que hay entre 12.000 millones y 24.000 millones.

¿Y el precio?

En los últimos años, el precio por barril se mantuvo relativamente estable.

Para los estándares de algo que siempre fue muy volátil, el precio del petróleo ha permanecido estable últimamente.
El barril de Brent, usado en el mar del Norte, tuvo de media:
  • US$109 en 2013
  • US$112 en 2012
  • US$111 en 2011
La Oficina de Responsabilidad Presupuestaria (OBR, en inglés), creada por el gobierno británico, prevé que los ingresos de todo el país por el petróleo del mar del Norte caigan de cerca de US$10.000 millones en 2012 a algo menos de US$5.700 millones en 2018.
El gobierno escocés cree que algo más de US$9.100 millones de los casi diez mil son generados en aguas escocesas.
Y sus predicciones para el "sector escocés" para 2018 varían de US$5.2000 millones hasta US$13.000 millones.

Qué dicen los independentistas

Las visiones sobre el uso de los recursos procedentes del petróleo varían entre quienes apoyan la independencia y los que no.

Los que hacen campaña a favor de la independencia escocesa acusan al gobierno de Londres de ocultar el potencial petrolero del mar del Norte durante los años 70 para no fomentar el nacionalismo escocés.

Y consideran que Londres desperdició el ingreso petrolero al usarlo para financiar la reforma de la economía británica planificada por la ex primera ministra Margaret Thatcher.
Entonces se apuntaló la libra, con la consecuente pérdida de competitividad del sector exportador.
Esos recursos también se usaron para distribuir ayudas para los millones de personas que trabajaban en la industria pesada -gran parte de la cual cerró en aquel proceso de reconversión- y que terminaron desempleadas.
También acusan al gobierno actual, así como a la oposición laborista, de poner en peligro las inversiones con periódicas subidas de impuestos para la industria.
Los nacionalistas apuntan al modelo de Noruega, que invierte la bonanza petrolera en el que se considera el mayor fondo soberano de inversiones del mundo.
No es tarde, consideran, para que Escocia adopte un camino de prosperidad.

Qué dicen los unionistas

Los contrarios a la independencia hablan de la volatilidad del petróleo.

Aquellos que no quieren que Escocia se independice tienen un eslogan bastante ilustrativo: "La independencia es para siempre, el petróleo no".
Acusan al Partido Nacionalista Escocés de inflar las cifras de ingreso petrolero para intentar favorecer el "Sí", aunque luego vayan a tener que revisarlas a la baja.
Además, señalan que no tiene sentido decir que el dinero del petróleo fue desperdiciado.

Al contrario, dicen, millones de libras han sido destinadas a mejorar el sistema de salud escocés, construir mejores escuelas y pagar pensiones.
Incluso, afirman, Escocia tuvo déficit presupuestario en 20 de los últimos 21 años, así que no se podrían permitir ese fondo al estilo noruego que planean sin subir los impuestos o hacer recortes en el gasto público.
Los políticos unionistas alegan que la diferencia entre los ingresos cuando el petróleo está alto y cuando está bajo es equivalente al presupuesto entero del servicio de salud pública escocés y que, sin el apoyo de Reino Unido,Escocia no podrá hacer frente a la volatilidad del precio del barril.
http://www.bbc.co.uk/mundo/noticias...ia_referendum_independencia_petroleo_az.shtml
 

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La Reina Isabel II pide a los escoceses que sean 'muy cuidadosos' a la hora de votar
"Pensad muy cuidadosamente sobre vuestro futuro"... Fue el consejo de Isabel II a un feligrés que se acercó a darle la mano a la salida de la iglesia en Crathie Kirk, a tiro de piedra del castillo de Balmoral, donde la monarca apura su larga estancia veraniega hasta más allá del referéndum del 18 de septiembre.

Se trata de la primera vez que la Reina se pronuncia en público, días después de que Nigel Farage, líder ultaconservador Partido de la Independencia del Reino Unido (Ukip), pidiera a la monarca una intervención directa en el debate para "salvar" la unión.

El Palacio de Buckingham insistió ayer en la "estricta neutralidad" de la Reina ante la consulta independentista y su intención de no inmiscuirse en lo que considera "un asunto de los escoceses". Pero el comentario real, cazado al vuelo por la comentarista política de 'The Times' Lindsay McIntosh, se convirtió en la historia política del día, rivalizando con las protestas de los independentistas contra la sede del BBC por su sesgo hacia los unionistas.

Según varios medios británicos, la Reina confesó en privado al 'premier' David Cameron que se sentía "horrorizada" ante la posibilidad de la ruptura del Reino Unido, durante el encuentro anual que mantuvieron ambos en tierras escocesas y mientras las encuestas confirmaban la remontada del 'sí' en la recta fina de la campaña.

Cameron volverá este lunes a Escocia para pronunciar el que se espera sea su mensaje definitivo en el cierre de la campaña. Según adelantó Downing Street, el primer ministro dirigirá a los escoceses una advertencia inequívoca: "Estamos ante un decisión que puede romper nuestra familia de naciones. No hay camino de vuelta. Es una decisión de una vez por todas. Si Escocia vota 'sí', el Reino Unido se partirá y nuestros caminos se separarán para siempre".

http://www.elmundo.es/internacional/2014/09/15/54162cb3e2704ef4318b457d.html
 

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¿Por qué EE.UU. teme la independencia de Escocia?

"Estamos interesados en ver a un Reino Unido que permanezca fuerte, sólido y unido", comunicó Josh Earnest, portavoz de la Casa Blanca. Votar un 'sí' en el referendo de independencia sería un error económico para Escocia y un desastre geopolítico para Occidente. O, al menos, en esto coinciden expertos estadounidensesde élite entrevistados por el diario 'The Financial Times'.

"Los pronósticos de los nacionalistas son tan inverosímiles que realmente deberían ser descartados", insiste Alan Greenspan, expresidente de la Reserva Federal de EE.UU., y explica que en realidad las consecuencias económicas para una Escocia independiente serían "sorprendentemente negativas", mucho más de lo que intentan presentar los promotores de la idea. Según él, no hay probabilidad de que Londres acuerde la unión monetaria, con lo cual los escoceses deberán dejar de usar la libra esterlina muy rápidamente. Duda, además, que el Banco de Inglaterra siga como prestatario para Edimburgo.

"Sospecho que no funcionará bien para los escoceses", advierte Robert Bruce Zoellick, exvicesecretario de Estado de EE.UU. y expresidente del Banco Mundial. Al analizar las consecuencias que la independencia de Escocia podría tener para Washington, queda claro por qué la élite estadounidense prefiere dar unos pronósticos tan pesimistas.
Influencia sobre la UE
"La desintegración del Reino Unido sería la disminución de Gran Bretaña y una tragedia para Occidente, precisamente en el momento que EE.UU. necesita a aliados fuertes", admite el propio Zoellick.

La pérdida de Escocia debilitaría la influencia de Reino Unido dentro de la Unión Europea. De momento, el país, junto con Alemania y Francia constituye la gran triada del bloque. En caso de perder a la población escocesa, resultaría en el cuarto lugar, detrás de Italia. Esto supondría menos asientos británicos en el Parlamento Europeo y menos influencia a la hora de tomar decisiones políticas. "En la Unión Europea, el tamaño importa", destaca Almut Moeller, experta del Consejo de Relaciones Exteriores de Alemania, según recoge la cadena Fox News.

Una Escocia independiente no solo resultará fuera de la Unión Europea, sino podría causar también la salida del Reino Unido del bloque comunitario. Debido a las normas de votación británicas, los grupos políticos en Inglaterra, Gales e Irlanda del Norte, que abogan por abandonar la UE, resultarán proporcionalmente más fuertes en el Parlamento nacional. "Es nuestra pesadilla: la independencia de Escocia seguida por la salida del Reino Unido de la UE", admitió un oficial estadounidense bajo condiciones de anonimato ante 'The Financial Times' y argumentó que esto convertiría a Londres en un socio mucho más débil.
Supremacía nuclear de la OTAN
Otro aspecto que preocupa a los políticos estadounidenses es la cooperación militar. Según comentó el senador republicano John McCain a 'The Financial Times', la independencia escocesa damnificaría los vínculos de inteligencia y las relaciones militares únicas que Washington tiene con Londres, su aliado militar más importante.

Una vez fuera del Reino Unido, Escocia resultará también automáticamente fuera de la OTAN. Hasta que finalice el proceso de reintegración (bastante duradero, a propósito), habrá que suscribir y alcanzar nuevos acuerdos para patrullar las rutas vitales en el Atlántico del Norte y el mar del Norte. Si Escocia opta por no adherirse, se plantearía un dilema para la OTAN sin precedentes: qué hacer con la pérdida de un territorio de la Alianza desarrollado y gobernado democráticamente que ha elegido la neutralidad, puntualiza Daniel Troup, experto del Consejo canadiense de la OTAN, citado por Fox News.

Un detalle más: quienes abogan por la soberanía de Escocia insisten en que el país debe librarse del armamento nuclear, lo que supone un enorme dolor de cabeza tanto para Londres como para la Alianza al completo. Habrá que encontrar otro puerto donde fondear cuatro submarinos de la Armada Real Británica equipados con los misiles balísticos intercontinentales Trident II D5 de ojivas termonucleares que actualmente están desplegados en las aguas del río Clyde. Es un riesgo que "socava la defensa colectiva y la disuasión de los aliados de la OTAN", comentó el Ministerio de Defensa del Reino Unido al respecto. Aún más: la incertidumbre rodea el futuro de la disuasión nuclear de Gran Bretaña como tal. Washington preferiría seguir viendo a Londres como una potencia atómica, pero en caso de independizarse Escocia, muchos analistas dudan de la posibilidad de que un Reino Unido menor pueda seguir soportando los gastos de sus fuerzas nucleares.
Sanciones antirrusas
Analistas políticos estadounidenses temen, además, que el referendo de Escocia influya también en la posición de la Casa Blanca acerca de la crisis ucraniana. Por un lado, podría debilitar la habilidad de EE.UU. y la UE de montar una respuesta común debido a la influencia reducida del Reino Unido dentro del bloque. Por otro, 'incentivaría' a Moscú. "Rusia podría argumentar que los movimientos separatistas en realidad son perfectamente legítimos, ya sea en Crimea o en el este de Ucrania", comentó a 'The Financial Times' Ivo Daalder, exenviado de EE.UU. en la OTAN.
Texto completo en: http://actualidad.rt.com/actualidad/view/140445-eeuu-causas-temor-independencia-escocia
 

Shandor

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El funcionario de Malvinas escocés que se quedará en las islas pese al referéndum

Graeme Jackson asumió hace nueve meses como director de recursos humanos del gobierno del archipiélago y no podrá votar por la independencia de Escocia porque no está en el país; "El resultado de la votación no supondrá ninguna diferencia en mis planes", dijo

Graeme Jackson asumió en diciembre como funcionario de las islas Malvinas. Foto: Penguin-news
EDIMBURGO.- Graeme Jackson es un escocés que llegó a las Mavinas hace nueve meses para asumir un cargo en el gobierno que no piensa abandonar aunque Escocia ya no tenga nada que ver con las islas el jueves próximo, cuando sus compatriotas decidan en un referéndum si quieren la independencia de Reino Unido.
Jackson, padre de dos hijos, es director de recursos humanos del gobierno del archipiélago y se declara ante todo "orgulloso" de ser escocés.
"Estoy orgulloso de ser escocés y eso no cambiará" el viernes, cuando 4,2 millones de residentes en Escocia mayores de 16 años hayan ya decidido si siguen en el Reino Unido o inician su camino secesionista.
La ventaja de la independencia, dice Jackson, es que "las decisiones futuras se concentrarán en las necesidades de la gente del lugar con unos políticos que tendrán que responder directamente a esa gente".
Jackson recuerda que "hay muchos escoceses" entre los casi 3000 habitantes de las islas. "Algunos llevan generaciones aquí", subraya.
Basándose en la experiencia de las Malvinas, dice Jackson, una Escocia independiente tendría que poner el acento "en la colaboración con el resto de las partes del Reino Unido".
Sólo los residentes en Escocia podrán votar, por lo tanto ni Jackson ni la diáspora escocesa - numerosa no sólo en el resto del Reino Unido sino también en Canadá, Australia o Estados Unidos- tendrán voz ni voto en el futuro de su nación.
A Jackson no le parece mal. "En última instancia corresponde a los que viven, trabajan y tienen una contribución directa a Escocia decidir su futuro", opina. En cuanto al suyo, de momento Jackson no tiene dudas: "Seguiré en las islas por ahora y el resultado del referéndum no supondrá ninguna diferencia en mis planes".
"Escocia será siempre mi casa y espero con ganas ver lo que ocurre en los próximos 18 meses", agrega.
Las islas y Escocia
La presencia de escoceses y galeses en las Malvinas se remonta al principio de la colonización británica, en el siglo XIX.
De hecho, el archipiélago debe su nombre inglés a la ciudad escocesa de Malvinas.
Las duras condiciones del lugar, el frío y el viento, recuerdan a las de las islas del norte escocés y la cría y pastoreo de ovejas son una industria bien escocesa.
El diario británico The Daily Telegraph recordó que en los archivos del gobierno de las Malvinas se conserva una nota manuscrita de uno de los primeros gobernadores británicos de las islas, Richard Moody.
En 1842 el gobernador escribió: "Los pobladores mejor adaptados para colonizar estas islas serían los de las laboriosas poblaciones de las islas Orcadas y las Shetland", ambas escocesas, "acostumbrados a una vida dura y tan pescadores como agricultores".
Agencia AFP.
 

Jorge II

Serpiente Negra.
El problema de la UE principalmente es que va a ser el primer terriorio que se independiza precisamente dela UE y más aun sabiendo que pierde todo como ser la libra. En si también es sabido que no todo es catástrofe para Escocia si elige ser independiente, es más; al salir de la libra va a ser duro pero teniendo una nueva moneda más barato que la libra y el euro con otras reglas que está fuera de la unión les va a mejorar su economía, además seguramente el salvataje financiero se lo van a dar Rusia, China pero principalmente USA al ver a Inglaterra debil, teniendo un territorio fuera de toda organización van a ser los primeros en entrar. El Dilema sería en como reorganizar las fuerzas armadas britanicas sabiendo que en un 30% son escoceses con equipamiento en manos de esta. seguramente que los submarinos lo devuelven todos, pero no se lo demás.
Personalmente si están preocupados los de la OTAN, USA, UE e Ingland es que debe haber información de que puede ganar el SI y eso habilitaria tambien a otras regiones buscar su independencia como ser en España pero peor aun; que paises busque su independencia del Euro y de la UE. Sabiendo que estando sola con su propia moneda puede salir adelante cosa que en muchos aspecto no ocurre estando dentro de la UE. Aunque mi voto de corazón seria un Si, con la cabeza seria un NO, pero es una opinión personal, ya que sabemos que va a ganar el NO por las buenas o por las malas.

Con respecto al tema de Malvinas hay que recordar que las primeras poblaciones patagonicas asentada en Santa Cruz y principalmente en Chubut vinieron de Malvinas.
 

Sebastian

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Escocia quedará automáticamente fuera de la UE y de la OTAN si gana el 'sí' en el referéndum

Europa Press – Hace 9 horas

Barroso ve "extremadamente difícil, si no imposible" que vuelva a entrar y pone de ejemplo a Kosovo

BRUSELAS, (EUROPA PRESS)

Escocia quedará automáticamente fuera de la Unión Europea y de la OTAN si gana el 'sí' en el referéndum sobre la independencia del próximo jueves y deberá pedir la entrada en ambas organizaciones, que debe ser aprobada por unanimidad por los Estados miembros. La Comisión y el Gobierno escocés discrepan sobre el grado de dificultad que entrañaría este proceso.

El presidente del Ejecutivo comunitario, José Manuel Durao Barroso, ha avisado de que será "extremadamente difícil, si no imposible" que Escocia pueda reingresar en la UE tras su independencia ya que varios Estados miembros, entre los que ha puesto de ejemplo a España, podrían vetar la adhesión escocesa para no dar alas a sus propios movimientos separatistas.

"España se ha opuesto incluso al reconocimiento de Kosovo, por ejemplo, que hasta cierto punto es un caso similar", dijo Barroso en una entrevista a la BBC el pasado mes de febrero. "El proceso nunca sería fácil, plantearía muchas dificultades", insistió.

El presidente de la Comisión remitió en 2012 una carta al parlamento británico en la que expone la doctrina oficial de Bruselas sobre las consecuencias de la independencia de una parte del territorio de un Estado miembro. Esta doctrina data de 2004 y el Ejecutivo comunitario la ha esgrimido también para el caso de Cataluña.

"Si parte del territorio de un Estado miembro deja de ser parte de este Estado porque se convierte en un nuevo Estado independiente, los Tratados dejarían de aplicarse a ese territorio. En otras palabras, un nuevo Estado independiente se convertiría, por el hecho de su independencia, en un país tercero respecto a la UE y los Tratados ya no se aplicarían en su territorio", explicaba Barroso.

Si una Escocia independiente deseara formar parte de la UE, deberá pedir la adhesión, que debe ser aceptada "unánimemente" por los Veintiocho Estados miembros y sometida "a la ratificación de todos los Estados miembros y del Estado candidato".

El próximo presidente de la Comisión, Jean-Claude Juncker, ya ha dejado claro que seguirá esta doctrina. "Uno no se convierte en miembro de la UE enviando una carta", resaltó al ser preguntado en julio por el eurodiputado de ERC, Josep Maria Terricabras, por cuál sería su reacción ante la posible independencia de Escocia y Cataluña.

En contraste, el ministro principal escocés, Alex Salmond, sostiene que una Escocia independiente podrá negociar su permanencia en la UE en un plazo reducido de 18 meses y alega que el mayor riesgo de salida es quedarse en Reino Unido, ya que el primer ministro, David Cameron, quiere celebrar en 2017 un referéndum sobre su permanencia en la UE.

"El Gobierno escocés reconoce que continuar siendo miembros de la UE requerirá negociaciones sobre las condiciones concretas. Es justo y adecuado. Pero estas negociaciones se completarán en el periodo de 18 meses entre un 'sí' en septiembre y el logro de la independencia en marzo de 2016", dijo Salmond durante un discurso ante el colegio de Brujas en abril.

En cuanto a la OTAN, el Gobierno escocés ha anunciado que en caso de independencia su intención es adherirse a la Alianza Atlántica como Estado libre de armas nucleares. El secretario general de la OTAN, Anders Fogh Rasmussen, ha vuelto a repetir este lunes que una Escocia independiente debería lograr un apoyo unánime de los países miembros si quiere reingresar.

"Si un nuevo Estado independiente quiere ser miembro de la OTAN tendrá que solicitar su pertenencia. Y una solicitud tal será tratada exactamente de la misma manera que todas las solicitudes y, al final, requerirá el consenso, la unanimidad, para aceptar a un nuevo miembro de la Alianza", explicó en un coloquio en Bruselas.

Al margen de las diferentes interpretaciones, la victoria del 'sí' en el referéndum del jueves provocará un terremoto en la UE de consecuencias difíciles de predecir al poner en cuestión por primera vez las fronteras de los Estados miembros.
https://es.finance.yahoo.com/notici...amente-ue-otan-gana-referéndum-103221061.html
 

Sebastian

Colaborador
Londres promete a Escocia mantener el actual nivel de inversión pública


Los conservadores son reacios a ampliar el poder regional

Walter Oppenheimer Londres 16 SEP 2014 - 21:27 CEST99


De derecha a izquierda, Cameron, Clegg y Miliband, en el Parlamento británico en febrero / os (AFP)

A 48 horas de la votación en el referéndum de independencia de Escocia, los líderes de los tres grandes partidos unionistas británicos se han comprometido de forma solemne a extender los poderes autonómicos de Escocia y a mantener el actual sistema de financiación si los votantes rechazan el jueves la opción de la independencia, blindando así los niveles de inversión pública en Escocia respecto a los del resto del Reino Unido.

El mensaje ha ocupado la primera página del Daily Record, un tabloide prolaborista de Glasgow que lo ha publicado con tratamiento gráfico de pergamino histórico, con las fotos y las firmas manuscritas de cada uno de los tres líderes unionistas: el conservador David Cameron, el laborista Ed Miliband y el liberal demócrata Nick Clegg. Todo ello bajo el pomposo título a toda página de “The Vow”, el juramento, la promesa, el voto.

En el texto, subrayan específicamente que en el futuro se mantendrá el actual sistema de reparto regional de la inversión pública, la llamada fórmula Barnett, que atribuye la inversión pública en Escocia, Gales e Irlanda del Norte de acuerdo con las variaciones que se registran en la inversión pública en Inglaterra.

El sistema no gusta a nadie. Ni a Inglaterra, porque aumentos de la fiscalidad que se dan allí pero no en Escocia pueden acabar obligando a transferir más dinero al parlamento escocés. Ni a Escocia, porque no es un sistema respaldado por ley y su aplicación acaba dependiendo de la voluntad de Londres. Ni a Gales porque, al basarse en la población y las competencias recibidas, el sistema no transfiere todas las inversiones que necesita por ser más pobre que el resto de regiones. Pero nunca se ha cambiado.

Con la garantía del compromiso del martes y con los poderes que ya tiene el parlamento escocés “podemos manifestar categóricamente que la última palabra sobre cuánto se gasta en el NHS [el Servicio Nacional de Salud] será cuestión del Parlamento escocés”, sostiene el manifiesto. Responden así a las acusaciones de los nacionalistas de que los recortes presupuestarios en Londres acaban afectando al nivel de inversión que el Gobierno escocés puede hacer en el NHS.

Y su objetivo precisamente es ese: convencer a los votantes laboristas de que no apoyen la independencia y de que el futuro del NHS en Escocia no corre peligro. “La realidad es que la única forma de garantizar que Escocia tiene todo el poder necesario para proteger el NHS es votar sí el jueves, que podamos utilizar nuestra enorme riqueza para crear un país más justo”, respondió un portavoz de la campaña independentista.

Pese a la grandilocuencia de la oferta, el compromiso sigue sin ir más allá de los principios generales. Los tres partidos continúan sin detallar cuáles son esos poderes adicionales por los que abogó hace ya días el ministro del Tesoro y canciller del Exchequer, George Osborne, cuando por primera vez el sí se colocó por delante del no en las encuestas.

Entonces el ex primer ministro laborista Gordon Brown lanzó un calendario sobre el proceso de aprobación de esos nuevos poderes, de los que solo se sabe que se refieren a fiscalidad, mercado laboral y política de bienestar social. El lanzamiento del calendario ha permitido a la campaña del no proclamar que, con su opción, los escoceses no solo tendrán más poderes que hasta ahora sino que los conseguirán con más rapidez que por la vía de la independencia. Si el sí ganara en el referéndum del jueves, los cálculos más optimistas del Partido Nacional Escocés (SNP) son que la independencia se proclamaría el 24 de marzo de 2016.

Sin embargo, existen dudas no solo sobre el contenido real de la propuesta de más poderes autonómicos sino sobre la capacidad de los tres partidos para ponerse de acuerdo en un tema en el que tienen visiones contrapuestas. Por ejemplo, las bases conservadoras son reacias a extender los poderes de Escocia, y un significativo sector del partido cree que eso abre el debate sobre si hace falta poner en marcha un sistema autonómico para Inglaterra. Y mientras los tories son partidarios de ceder a Escocia el control total sobre las recaudaciones fiscales, los laboristas no quieren otorgar más de un 15% de esa recaudación.

Un modelo financiero autonómico poco solidario
La fórmula Barnett fue creada a finales de los años 1970 por el diputado laborista Joel Barnett, que ocupaba un alto cargo en el Tesoro británico. Barnett la propuso como solución provisional ante el referéndum de autonomía de Escocia en 1979, pero ha acabado aplicándose de forma permanente. El ahora lord Barnett, que ha cumplido ya los 90 años, cree que su fórmula tendría que haber sido sustituida por otra que tuviera en cuenta la solidaridad con las regiones más pobres.

En síntesis, la fórmula consiste en estimar el nivel de inversión pública que el Gobierno alcanza en Inglaterra en las materias transferidas a cada Gobierno autónomo y transferir a estos el equivalente de acuerdo con su población relativa. Luego, el Gobierno autónomo puede gastar el total del dinero recibido en las políticas que considere prioritarias. Es decir, el dinero que le llega a Escocia en función del gasto inglés en sanidad no tiene por qué ser destinado necesariamente a la sanidad escocesa.

El hecho de que el sistema no tenga en cuenta las necesidades de cada región y no corrija las transferencias desde el centro en función de esa solidaridad, hace que se considere un sistema que beneficia a Escocia en perjuicio de Gales o de las regiones más pobres de Inglaterra, porque tiene un nivel de renta más alto.

Pero los independentistas tampoco están satisfechos porque es una mera política del Tesoro que no está respaldada por ley. Y su aplicación está sujeta a muchas interpretaciones. Por ejemplo, el Tesoro consideró que los Juegos Olímpicos de Londres de 2012 beneficiaban al conjunto de Reino Unido, no solo a Inglaterra, y excluyó esas inversiones del cálculo de reparto. En sentido contrario, los ingleses se quejan de que en Escocia la educación universitaria es gratuita para los escoceses gracias a la aplicación de la fórmula Barnett.

En los últimos meses se han levantado voces pidiendo la reforma del sistema, descartada ahora públicamente por los líderes de los tres grandes partidos de Westminster.
http://internacional.elpais.com/internacional/2014/09/16/actualidad/1410851717_869429.html
 

Sebastian

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El petróleo también vota

Los separatistas quieren financiar con él políticas sociales, los unionistas dicen que queda poco

Pablo Guimón Aberdeen 16 SEP 2014 - 21:10 CEST


Plataforma de petróleo, a 100 millas de Aberdeen. / Andy Buchanan (AFP)

La Blackberry no da tregua a un pasajero del primer tren del lunes desde Glasgow a Aberdeen. El joven encorbatado resopla. Habla de un recinto, de tiempos, de distancias. Su cuaderno está abierto por un encabezado: “Aberdeen-PM”. Aberdeen es la capital europea del petróleo; PM es la abreviatura de primer ministro. El joven, llamado Michael, es director de comunicación del Partido Conservador en Escocia y se dirige a la visita, difusamente anunciada, que David Cameron planea al norte de la frontera.

—¿Es cierto que Cameron estará hoy en Aberdeen?

—Sí, pero no lo diga muy alto.

—¿Dónde y a qué hora es?

—Me temo que eso es secreto. Por seguridad, ya sabe.

Al llegar, Michael se apiadará del periodista extranjero.

—¿Sabe? Tome mi tarjeta y mándeme un mensaje en un par de horas para ver si le puedo colar o, al menos, decir cuándo es.

Aberdeen, el escenario que eligió Cameron para su mensaje final, es la ciudad con más millonarios per cápita y menos desempleo (2%) de Reino Unido. De aquí mana la energía llamada a alimentar una Escocia independiente, el petróleo que ha proporcionado a Reino Unido casi un cuarto de billón de euros en ingresos fiscales desde que se descubrieron los pozos bajo el Mar del Norte a finales de los sesenta. Ese oro negro situó en el mapa al Partido Nacional Escocés (SNP), que puso un primer pie en Westminster en 1967 y, al grito de “¡Es el petróleo de Escocia!”, consiguió 11 diputados siete años más tarde.

La gestión de ese combustible y los cálculos sobre lo que aún queda bajo el mar constituyen una de las claves del referéndum de mañana. El SNP vende un modelo de país como el de Noruega, que destina lo recaudado por el petróleo a un fondo soberano para financiar políticas sociales. Los unionistas, por su parte, advierten de que, solo con el respaldo de una economía fuerte, Escocia podría resistir los vaivenes de los volátiles precios del petróleo; que los yacimientos se están agotando; que, para cumplir sus promesas de gasto social, el Gobierno independiente debería subir los impuestos, y eso ahuyentaría a las grandes empresas que necesitan multimillonarias inversiones para explotar nuevos yacimientos cada vez de más difícil acceso.

Frank Doran y Joan Ruddock forman un matrimonio especial. Él es diputado liberal demócrata por Aberdeen y ella, diputada laborista por Londres. Les separa su afiliación política, pero les une la campaña por el no. Juntos reparten, en el centro de Aberdeen, octavillas contra la separación. “Confiar un proyecto de país al petróleo es estúpido”, opina ella. “El petróleo lo controlan las multinacionales, los Gobiernos solo crean regulaciones. Si las compañías no están a gusto, se irán. Aberdeen necesita inversiones nuevas. Los nacionalistas proponen un salto a ciegas. Nosotros proponemos diversificación con energías renovables”. “El SNP dice que el petróleo pagará todo”, añade él, “pero son yacimientos muy maduros. Los ingresos petroleros son solo una parte de la riqueza de nuestro país, y Escocia se ha beneficiado de ella como el resto”.

Al otro lado de Union Street está el despacho de Jake Molloy, responsable regional del sindicato del transporte RMT. Preguntado sobre lo que queda bajo estos mares, se acerca a un mapa de las islas británicas, con sus aguas divididas en parcelas rectilíneas. “Los bloques rojos son gas, los verdes, petróleo y los grises están por explotar”, señala. “Todo esto, por ejemplo, al oeste de las islas Shetland, no se ha tocado. No sabemos lo que hay allí. Lo que sí sabemos es que BP, Shell, Total y Chevron están invirtiendo miles de millones en la zona. En esta otra parte, construye una refinería la corporación estatal noruega. Cuatro grandes corporaciones estatales y cuatro grandes compañías privadas están invirtiendo mucho en nuestras aguas. Eso le da idea de lo que hay ahí abajo”.

Molloy desprecia el riesgo de que la incertidumbre tras la independencia pueda ahuyentar a las petroleras. “El sí podría salvar el sector”, defiende, “porque se gestionaría mejor. No puede hacerse peor de como se ha hecho hasta ahora. El único momento en que los de Westminster piensan en el petróleo es cuando ponen gasolina a sus coches. Este país no ha tenido una política energética. Se habla de renovables, pero no hay un plan. No soy seguidor de Salmond [líder independentista] , pero tiene razón cuando dice que Escocia puede gestionar su petróleo como los escandinavos. Siendo muy pesimistas, tenemos reservas para 30 años. Lo único que retiene a Escocia de la independencia es el miedo”.

La tarde descarga una fuerte lluvia sobre Aberdeen. Michael, del departamento de comunicación tory no ha respondido a los mensajes, pero un emocionado Cameron ya ha hablado: “Si Escocia vota sí, el Reino Unido se dividirá y marcharemos por caminos separados para siempre”.
http://internacional.elpais.com/internacional/2014/09/16/actualidad/1410894633_449961.html
 

Sebastian

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Salmond dice que una Escocia independiente compartiría el Banco de Inglaterra

Agencia EFE – Hace 1 hora 33 minutos

Edimburgo (R.Unido), 16 sep (EFE).- El ministro principal escocés, el independentista Alex Salmond, mostró hoy su convencimiento de que una eventual Escocia independiente mantendría la libra esterlina como divisa y compartiría el banco central con Inglaterra.

"Vamos a sellar un acuerdo de sentido común sobre una moneda compartida, con el Banco de Inglaterra como banco central compartido. Esa es nuestra propuesta", dijo Salmond en una entrevista a la cadena BBC Escocia.

El líder del Partido Nacionalista Escocés (SNP) apuntó que "habrá unión monetaria porque el mandato de los escoceses será ese. Por supuesto, será en el interés de Escocia y del resto del Reino Unido", afirmó.

El líder nacionalista ha reiterado sus planes de que una Escocia independiente conservara la libra a pesar de que el ministro británico de Economía, George Osborne, advirtió de que el nuevo país tendría que recurrir a la llamada "esterlinización", el uso de la libra esterlina sin el apoyo del Banco de Inglaterra como prestamista de último recurso.

A dos días para el referéndum sobre la independencia de Escocia, el dirigente nacionalista dijo que su aspiración "no es obtener una mayoría por un voto".

Salmond señaló que la campaña a favor del "sí" a la independencia se ha centrado en "asegurarse todos los votos posibles convenciendo a los ciudadanos de que esta es una oportunidad para dejar el futuro de Escocia en las manos de Escocia".

"En términos de retos, por supuesto que tendremos retos, todos los países los tienen. Lo importante de la independencia es tener el poder y la habilidad de superarlos", afirmó el dirigente del SNP.
https://es.noticias.yahoo.com/salmo...e-compartiría-banco-inglaterra-190625010.html
 

Sebastian

Colaborador
Por qué Escocia giró hacia el independentismo
g. d. olmogolmo / madrid
Día 16/09/2014 - 10.58h

Los escoceses votarán el próximo jueves 18 si siguen formando parte del Reino Unido, un supuesto inconcebible hace no tanto tiempo

A escasas 48 horas de que los escoceses voten en un referéndum que copará la atención mundial si quieren seguir formando parte del Reino Unido, la pregunta que muchos se hacen es ¿cómo hemos llegado hasta aquí?

La hipótesis de la independencia se ha tornado verosímil en muy poco tiempo. No es hasta la década de 1980 que un amplio sector de la población escocesa empieza a distanciarse de las políticas de duro ajuste aplicadas desde Londres por Margaret Thatcher, y el hasta entonces minoritario Partido Nacional Escocés (SNP por sus siglas en inglés) ve como sus tesis nacionalistas van ganando adeptos en la misma medida en la que los pierden los Partidos Conservador y Británico, tradicionales dominadores de la escena británica.

Hasta entonces el hoy ministro principal para Escocia y promotor del referéndum, Alex Salmond, había sido una figura de segundo orden que se había distinguido como integrante del conocido del Grupo 79, un colectivo radical en el que Salmond había destacado con propuestas como la transformación de Escocia en una república socialista.

El regreso de los laboristas a Downing Street con Tony Blair y la aplicación de su «tercera vía» no hicieron sino agrandar la sima. El programa reformista del nuevo gobierno tampoco fue del agrado del electorado escocés, tradicionalmente virado hacia posiciones mucho más a la izquierda que las que exhibía el primer ministro Blair. En estos años, la aversión hacia la élite política de Westminster y la demanda de autonomía para Escocia, que había renunciado a su propio Parlamento con la firma de la Union Act allá por el año 1707, se consolidan.

Así, en 1997, Blair concederá la autonomía para Escocia y los escoceses recuperaban tres siglos después su cámara representativa. Pero aquello no fue el final. En 2011, el SNP arrasó en las elecciones con la promesa en su programa electoral del promover un referéndum para la independencia de Escocia. Respaldado por el veredicto de las urnas, Salmond comenzó a presionar a Londres. Su propuesta inicial contemplaba la posibilidad de profundizar en la autonomía, pero el también conservador David Cameron, elegido primer ministro el año antes, quiso jugarse un órdago. Los escoceses votarían solo sobre la independencia. Confiado en las encuestas que daban una mayoría de tres a uno al «no», Cameron creyó que doblando la apuesta de Salmond podría apagar para siempre las demandas secesionistas. El jueves se sabrá si erró o no el cálculo.
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Sebastian

Colaborador
Diez preguntas y respuestas sobre una Escocia independiente

¿Saldría de la UE? ¿Qué pasaría con el deporte de Competición?
Consulta aquí las respuestas

Pablo Guimón Edimburgo 17 SEP 2014 - 12:50 CEST54

1. ¿Haría falta pasaporte para pasar de Escocia a Reino Unido?
Los nacionalistas aseguran que no, pero la realidad no es tan clara. La población en Escocia crece menos que en el resto de Reino Unido. Los escoceses tienen menos hijos y la población envejece. Escocia necesita gente trabajadora. Por ello, los nacionalistas prometen una política de apertura hacia la inmigración si gana la independencia: rebajarían la exigencia británica de un salario anual de 20.300 libras para obtener la residencia y permitirían a los estudiantes extranjeros quedarse unos años después de graduarse. Reino Unido no parece que tienda, ni mucho menos, a suavizar sus políticas migratorias. No conviene olvidar que el xenófobo UKIP fue el partido más votado en las pasadas europeas en el país.

Los nacionalistas aseguran que no habrá control de pasaportes en la frontera pero, si dos Estados vecinos tienen diferentes políticas sobre inmigración, lo normal es que lo haya. Por otro lado, el SNP ya ha expresado su intención inequívoca de que Escocia forme parte de la Unión Europea. Pero parecen más partidarios de seguir en la Common Travel Area (zona de libre pasaporte entre Reino Unido y la República de Irlanda) que de firmar Schengen, y eso podría ser un problema a la hora de llamar a las puertas de Bruselas.

2. ¿Qué moneda usaría una Escocia independiente?
Es la pregunta que más ruido ha generado durante la campaña. Y la respuesta no es sencilla. Tendría, en principio, tres posibilidades: la libra esterlina, el euro o una nueva moneda propia. Desde el principio, los independentistas aseguraron que una Escocia independiente seguiría usando la libra en una unión monetaria con Reino Unido restante. Pero los tres partidos tradicionales y el gobernador del Banco de Inglaterra niegan esa posibilidad, que obligaría a Reino Unido, por ejemplo, a rescatar a los bancos escoceses (cuyos activos suman doce veces el PIB escocés) en caso de crisis financiera.

Además, al depender la política monetaria del Banco de Inglaterra, Escocia perdería el control sobre su moneda, algo peligroso para una economía basada en el petróleo, un producto de precios fluctuantes. Como advirtió Krugman (citando como ejemplo negativo a España), “la combinación de independencia política y moneda compartida es una receta para el desastre”. Lo único que está claro es que, en caso de que ganara el sí, el viernes Escocia seguiría usando la libra mientras negocia los futuros pasos a seguir con Reino Unido restante.

3. ¿Cómo se repartiría la deuda pública de Reino Unido?
Lo lógico es que se dividiera entre el número de habitantes para calcular la parte que corresponde a cada uno. A Escocia le correspondería entre 121.000 y 143.000 millones de libras (entre el 73% y el 86% del PIB de una Escocia independiente). Eso sí, el Gobierno de Westminster permanecería como garante del total de la deuda existente. Escocia podría alegar que los ingresos generados por el petróleo de sus aguas territoriales deberían descontarse de su parte de la deuda. Pero Londres podría responder que el gasto público por cabeza en Escocia es entre un 10% y un 15% mayor que en el resto de Reino Unido.

4. ¿Qué poderes tendría Escocia que no tiene ahora?
Los escoceses votaron por la devolución de poderes en 1979 y, aunque el sí gano por poco, al no alcanzarse un 40% de participación el mandato careció de validez. En 1997 volvieron a votar y, con una participación del 60%, ganó el sí a la doble pregunta sobre si querían un Parlamento propio (74%) y si querían que este tuviera competencias fiscales (63%). Desde entonces, el Parlamento de Holyrood ha ido adquiriendo competencias sobre la sanidad, la educación o el transporte. Las prestaciones sociales y la mayoría de los impuestos siguen siendo hoy competencia de Londres.

5. ¿Tendría Escocia su propio Ejército? ¿Cómo se dividiría el Ejército de Reino Unido y sus armas?
“Escocia tendrá sus propias fuerzas militares”, establece el actual Gobierno escocés en su documento El Futuro de Escocia, donde también asegura que formará parte de la OTAN (ver más abajo). Su objetivo es contar, en diez años, con fuerzas de tierra, mar y aire formadas por 15.000 efectivos regulares y 5.000 reservistas. Los cálculos económicos de los nacionalistas son estos: Escocia contribuye con 3.000 millones de libras al año al gasto de defensa de Reino Unido pero sólo 2.000 millones se quedan en Escocia. De modo que propone un presupuesto de 2.500 millones, parecido al de un país como Dinamarca. Hay 14.510 trabajadores del Ministerio de Defensa británico basados en Escocia, el 7,5% del total, 10.600 de ellos militares y 3.910 civiles. El actual Gobierno escocés asegura que esas personas deberían poder elegir entre seguir en el Ejército de Reino Unido restante o incorporarse al escocés.

Westminster advierte de que no es tan sencillo como reclutar las unidades basadas en Escocia, que “son parte esencial del Ejército británico y que, aisladas, no constituirían una fuerza coherente, creíble y equilibrada”. Luego está el tema de las armas. Los arsenales podrían dividirse en función de su localización geográfica. Y entonces llegamos al espinoso tema de la base de submarinos nucleares Trident. El actual Gobierno escocés ha prometido que la sacaría de Escocia. Londres ha respondido que “si el resultado del referéndum supone una amenaza a la situación actual, se considerarían otras opciones, pero cualquier solución alternativa tendría un coste enorme”. Cabe esperar una patada hacia delante: que, en el proceso de la negociación, se llegue a un acuerdo de posponer el traslado de la base.

6. ¿Tendría su propia bolsa de valores?
De la treintena de países creados en los últimos años en Europa y Asia, sólo Kosovo y Turkmenistán carecen de una. De modo que Escocia, con toda probabilidad, tendría su propia bolsa de valores. El índice, según un estudio de Paul Marsh y Scott Evans, de la London Business School y de Walbrook Economics, citado por The Economist, sería altamente concentrado, con tres grandes compañías (SSE, Standard Life y Royal Bank of Scotland) representando el 40% de su valor. Y muy financiero: bancos y aseguradoras sumarían un 28% y fondos de inversión, otro 26%. Si todas las compañías escocesas que operan en la City decidieran trasladar su cotización a Escocia, se trataría del 28º mercado más importante del mundo. Pero no es probable. La legislación europea podría obligar a compañías, como el Royal Bank of Scotland, a trasladar su sede al país donde tiene más actividad: en su caso, Reino Unido restante. Los bancos escoceses ya han avanzado que trasladarían sus sedes al sur de a frontera en caso de separación.

7. ¿Pertenecería Escocia a la Unión Europea?
Con toda probabilidad, sí. El debate es cuánto tardaría en ser miembro. Los independentistas han admitido, y Bruselas lo ha dejado claro, que la separación dejaría a Escocia fuera de la Unión Europea. Una vez alcanzada la independencia, Escocia debería seguir, como cualquier otro Estado candidato, la ruta establecida en los tratados europeos. Pero también podría solicitar al Reino Unido restante que pida, a través de la vía que abre el artículo 48, una modificación de los tratados para que Escocia permanezca en la UE por una mayoría simple de los miembros. Así se evitarían años de incertidumbre, traducidos en costes y complicaciones burocráticas a ambos lados de la frontera.

Otra cosa es el futuro europeo de Reino Unido restante. Escocia es más europeísta que la media de Reino Unido. Sin sus votos, el resultado del referéndum sobre la permanencia en la UE de Reino Unido que Cameron ha anunciado para el año que viene no está nada claro. Un escenario, dentro de unos años, con una Escocia dentro de la UE y un Reino Unido fuera no sería descartable.

8. ¿Y a la ONU y la OTAN?
Una Escocia independiente debería solicitar convertirse en miembro de las Naciones Unidas, pero se trataría, en principio, de una mera formalidad. Sudán del Sur, el último país que se ha creado, logró entrar en la ONU días después de adquirir la independencia en 2011. Todo indica que Escocia no estaría, sin embargo, en el Consejo de Seguridad, a no ser que ganara uno de los 10 asientos sin derecho a veto que se eligen cada dos años. Lo natural sería que el Reino Unido restante, como Estado sucesor, sí mantuviera el derecho a veto, privilegio que comparte con EE UU, Francia, Rusia y China.

Existe el precedente de Rusia, que mantuvo su puesto en el Consejo de Seguridad después de desmembrarse la Unión Soviética en 15 países. En cuanto a la OTAN, el Gobierno escocés asegura que, después de un voto por la independencia, “declarará formalmente su intención de convertirse en miembro siguiendo los procedimientos normales”. Pero puede que su declarada intención de retirar de Escocia la base de submarinos nucleares de Trident entorpeciera su candidatura.

9. ¿Seguiría siendo la reina de Inglaterra la jefa de Estado?
El documento El Futuro de Escocia es claro a este respecto: “La propuesta del Gobierno escocés es que la reina seguirá siendo jefa de Estado en Escocia, de la misma manera que lo es en naciones independientes como Canadá, Australia y Nueva Zelanda”. “Esta será la posición”, prosigue, “siempre que el pueblo de Escocia siga deseando que nuestro país sea una monarquía”. La reina, por su parte, se declaró neutral en el proceso, aunque días después pidió a los escoceses que piensen “con mucho cuidado sobre el futuro”, en lo que se interpretó como un discreto apoyo al no.

10. ¿Qué ocurrirá con el deporte de competición?
La primera gran cita que se encontraría una Escocia independiente sería la de los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro en 2016. Un estudio encargado por el Gobierno escocés concluye que no habría impedimentos para que Escocia participara en los Juegos con su propio equipo. Pero la decisión depende del Comité Olímpico Internacional, cuyo vicepresidente Craig Reedie aseguró que para ello debería antes ser miembro de la ONU (ver más arriba).

El estudio, sin embargo, advierte de las dificultades de atraer a Escocia a deportistas integrados en la estructura olímpica de Reino Unido, sobre todo en los deportes de equipo. Y añade que los atletas deberían tener la posibilidad de elegir entre el equipo escocés o el británico. Por lo demás, el equipo de una Escocia independiente podría ser relativamente competitivo, si se tiene en cuenta que en los pasado Juegos de Londres los atletas escoceses eran un 10% del equipo británico pero participaron en un 20% de las medallas que este consiguió. En cuanto a la UEFA y a la FIFA, Escocia ya es considerada en los dos organismos del fútbol internacional como un Estado independiente, así que no debería haber cambios. ¿Y el Open británico de golf? Los organizadores ya han confirmado que, pase lo que pase, en 2015 seguirá jugándose en Saint Andrews.
http://internacional.elpais.com/internacional/2014/09/17/actualidad/1410951044_430192.html
 
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