EDITORIAL
La inversión para defensa
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La última Cumbre del Grupo de Río desactivó la primera hipótesis seria de conflicto armado en Sudamérica, en poco más de una década, pero dejó en evidencia que el hecho se precipitó en medio de una escalada en los presupuestos de defensa de varios países de la región.
De hecho, Chile, Colombia, Venezuela, Brasil y Ecuador comenzaron a destinar mayor presupuesto para el área de Defensa en los últimos años, pese a que las cifras están lejos de dar al fenómeno el estatus de carrera armamentista.
El informe Armamentos, Desarme y Seguridad Internacional 2007, del Instituto de Investigaciones para la Paz (Sipri), indica que los diez países del mundo que concentran mayor gasto militar mundial suman el 77% del total, mientras que solo el 3% corresponde a toda Latinoamérica.
El último reporte comparado del Cono Sur, señala que Argentina fue el que menos invirtió en términos de porcentaje del PBI, 1,04%, según la Red de Seguridad y defensa de América latina (Resdal). El escalafón está encabezado por Ecuador (3,14%), Chile (2,94%), Colombia (2,65%), Bolivia (2,05%), Brasil (1,74%), Uruguay (1,52%), Perú (1,40%), Venezuela (1,39%), Paraguay (1,25%) y el 1,04% de Argentina.
Los efectos del bajo presupuesto en defensa en nuestro país han comenzado a verse desde hace unos años: la imposibilidad de contar con instrumentos adecuados para las tareas básicas y el consecuente éxodo del personal militar al área civil son un emergente. En el primero de los puntos, el incendio del rompehielos Almirante Irízar y la caída de un avión Mirage en Tandil, encendieron una luz de alarma sobre el estado del equipamiento, mientras que la situación comienza a ser preocupante en cuanto al traspaso de personal con años de experiencia.
En la Fuerza Aérea, una docena de pilotos pidió el retiro en enero y febrero últimos. El Ejército perdió el año pasado 70 oficiales, entre tenientes y capitanes, y un centenar de oficiales se fueron de la Marina en los últimos meses por bajos salarios.
La ausencia de un rediseño racional de las Fuerzas Armadas y su presupuesto llevaron a que sus capacidades operativas se encuentren hoy sensiblemente comprometidas y eso no es conveniente para ningún país que busque insertarse armónicamente dentro de un contexto internacional.
Fuente: Diario de cuyo