Sebastian
Colaborador
Un nuevo panorama en Oriente Medio
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23:43 21.01.2016(actualizada a las 23:56 21.01.2016) URL corto
Ana Alba
El levantamiento de las sanciones internacionales contra Irán gracias al cumplimiento de Teherán de los acuerdos que pactó con las potencias occidentales sobre su programa nuclear puede provocar cambios en el panorama de Oriente Medio.
Irán, un país de más de 78 millones de habitantes, seguirá ejerciendo la gran influencia que ha tenido hasta ahora en la región, pero ya no lo hará como país proscrito sino como Estado aceptado por la comunidad internacional.
Este cambio se comprobó con la liberación de los marinos estadounidenses arrestados por Irán en sus aguas.
El secretario de Estado de EEUU, John Kerry, llamó al ministro de Exteriores iraní, Mohamad Javad Zarif, al que conoce bien por las arduas negociaciones nucleares, y el asunto se resolvió en horas.
Aunque este acercamiento entre Teherán y Washington no es sinónimo de una total normalización de las relaciones de estos dos países, ni a partir de ahora van a ser los aliados más cercanos.
EEUU ha impuesto sanciones a once empresas e individuos iraníes por estar implicados en el programa de misiles balísticos de Irán.
El régimen de los ayatolás las ha calificado ya de "ilegítimas" y ha presentado el pacto nuclear como una "rendición" estadounidense.
Pero, a pesar de esto, se ha producido un cambio: ahora existe diálogo entre las dos potencias. Irán es atractivo para EEUU por razones políticas y económicas, ya que además de ser una potencia regional es un mercado emergente de millones de personas.
Washington considera que Irán es clave para solventar conflictos como los de Siria, Yemen e Irak y luchar contra la expansión del Estado Islámico (EI, Daesh en su acrónimo árabe, considerado terrorista por varios países, entre ellos Rusia).
Irán, la gran potencia musulmana chií de Oriente Medio, forma el eje chií junto al régimen de Damasco (chií que controla un país de mayoría suní), Irak (donde el 60 por ciento son chiíes) y el movimiento chií Hizbulá del Líbano.
Además, alentó la rebelión de los hutíes (chiíes) en Yemen y las protestas masivas en Baréin (de mayoría chií, pero controlado por una monarquía suní).
En Siria no se logrará la paz sin Irán, que apoya al presidente sirio, Bashar el Asad.
A partir de ahora, el apoyo iraní va a ser en cierta manera legítimo, ya que Irán deja de ser un proscrito a ojos de EEUU y Europa.
"Irán, con su nueva condición y el apoyo de Rusia en Siria va a aumentar su influencia en Oriente Medio, a nivel político, ideológico y económico", dijo a Sputnik Nóvosti el profesor Moshe Maoz, de la Universidad Hebrea de Jerusalén.
El desbloqueo de miles miles de millones de dólares para Irán influirá también en el conflicto sirio.
Teherán tendrá más dinero para invertir en guerras e influencia.
El conflicto armado en Yemen tampoco terminará sin la voluntad de Irán, e Irak no se estabilizará sin tener en cuenta a los iraníes.
El presidente de EEUU, Barack Obama, es consciente de todo ello.
El acercamiento entre Teherán y Washington provoca un gran nerviosismo entre los grandes aliados de EEUU en la zona, Arabia Saudí (mayoría musulmana suní) e Israel.
Los americanos van a seguir manteniendo su compromiso de defender a los saudíes, pero estos están muy molestos por el perdón internacional a Irán, su gran enemigo regional, y lo leen como una pequeña traición americana.
Arabia Saudí —suní, principal exponente del wahabismo, rama del Islam que aplica la sharia de forma muy estricta- está inmerso también en la mayoría de conflictos que desangran a Oriente Medio.
En Siria, apoyan a los rebeldes suníes, entre ellos muchos grupos islamistas; en Yemen, están al lado del régimen suní y llevan meses bombardeando diversas zonas del país.
La aversión por Irán ha acercado a Arabia Saudí a un enemigo con el que ni siquiera tiene relaciones diplomáticas, pero con el que últimamente dialoga de forma fluida: Israel, el único país de Oriente Medio que posee armas nucleares a ciencia cierta, aunque no lo confiese.
Israel, que ha mantenido una fuerte disputa con su amigo más allegado, EEUU, a causa del acuerdo nuclear iraní, asegura que el pacto y el levantamiento de sanciones darán a Irán la posibilidad de contar con más recursos "para financiar e terrorismo"; Arabia Saudí opina igual.
Lo único que une a saudíes, iraníes e israelíes es la lucha contra el EI, para la que EEUU los necesita a todos: los saudíes apoyan a la coalición internacional contra el EI en Irak y los iraníes combaten con fuerzas iraquíes.
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