El conflicto en Siria y el programa nuclear iraní se hacen sentir en el Líbano y por ende en Israel, que ante la opción de un ataque contra las instalaciones nucleares iraníes debe pensar seriamente en las acciones que podría llevar adelante el Hezbollah, principalmente en el norte de su territorio.
Revés de la CIA en el Líbano.
En el Líbano, la milicia chiíta del Hezbollah que apoya claramente a Irán y Siria, les permite a estos dos países hacer pesar una amenaza en el norte de Israel. Y actualmente, tanto Teherán como Damasco están bajo tensión.
Para el régimen iraní, la cuestión de la dimensión militar de su programa nuclear ha sido recientemente señalada por la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA), que relanzó nuevas especulaciones sobre una intervención militar israelí y motivó nuevas sanciones económicas.
En cuanto a Siria, el poder de Bachar el Asad es objeto de manifestaciones, las cuales son severamente reprimidas. Las exacciones cometidas por sus fuerzas de seguridad en Damasco tienen la reprobación de la Liga Árabe, así como la de Turquía, que, además de apoyar a los movimientos de oposición sirios, estaría dispuesta, según la prensa turca, a crear una zona tapón en territorio sirio, incluso también una zona de exclusión aérea.
Es tanto como decir que la situación es explosiva y por eso siempre es interesante saber lo que sucede con el Hezbollah, que afirmó el 21 de noviembre, que continuaría apoyando a Irán y a Siria contra las «conspiraciones internacionales» y las "amenazas".
Y es en este contexto que Los Angeles Times reveló el 20 de noviembre, que la oficina de la CIA en Beirut había sido forzada a reducir sus actividades después de haber sido sacados del circuito muchos de sus informantes infiltrados en el seno del Hezbollah.
Esta información viene a colación de las declaraciones del jefe de la milicia chiíta, Hassan Nasrallah, que había afirmado en junio del 2011, que su movimiento había detenido a espías a sueldo de Estados Unidos. En ese momento, el embajador norteamericano en Beirut había desmentido esa información, haciendo valer que el Hezbollah estaba inmerso en problemas internos.
Finalmente, las afirmaciones de Nasrallah resultaron reales y muy verdaderas. Resta saber ahora cómo los informantes de la CIA fueron desenmascarados. Una vez más, la negligencia es la principal explicación en este "quiebre", para recordar el término utilizado por Los Angeles Times.
Hasta si el presidente de la comisión de inteligencia de la Cámara de Representantes, Mike Rogers, abrió una investigación para determinar el origen de las fugas, es evidente, según el diario californiano, que «agentes de la CIA se habrían reunido varias veces con informadores libaneses en un Pizza Hut local, permitiendo al Hezbollah y a las autoridades libanesas identificar a estos últimos».
Como que, cambiar los lugares de encuentro no fue tenido en cuenta por los oficiales que trataban con estos "infiltrados". Y esto parece sin embargo increíble. A esto se añade la utilización del mismo teléfono móvil para ponerse en contacto con los agentes de la central de inteligencia, al mismo tiempo que el jefe de la oficina de la CIA en Beirut había sido advertido de los peligros que esto representaba. Hubiéramos deseado que los informantes fueran desenmascarados de otro modo…
Sea como sea, este asunto le dio la oportunidad al Hezbollah de denunciar las actividades norteamericanas en el país del cedro. «Reconocer la presencia de una oficina de la CIA en Beirut, encargada de espiar al Líbano, es una confesión clara y peligrosa de la violación de la soberanía libanesa y de la seguridad nacional», declaró Hassan Fadlallah, un diputado de la milicia chiíta.
«La existencia de esta oficina es una violación de las leyes internacionales y de la Carta de las Naciones Unidas, sobre todo porque tiene su sede en la embajada de Estados Unidos y es dirigida por oficiales norteamericanos que se hacen pasar por diplomáticos» él acusó. Y concluyó: «El gobierno está llamado a adoptar medidas de seguridad y legales para impedir tales agresiones, detener las actividades de esta oficina y desmantelar sus instalaciones que podrían comprender dispositivos de escucha».
Evidentemente la CIA no es la única que opera en Beirut. Los servicios de inteligencia israelíes, como el Mossad, están también activos, a veces con desengaños. Así, desde abril del 2009, más de 100 personas han sido detenidas en el Líbano por espionaje en provecho de Israel, lo que llevó a las autoridades libanesas a elevar una denuncia en las Naciones Unidas sobre estas redes de espionaje.
Y los que son detenidos tienen sólo dos alternativas: la prisión perpetua o la pena de muerte. La segunda se aplica solamente si son declarados culpables de haber llevado a cabo actividades que condujeron a la muerte de naturales libaneses.
Fuente: OPEX 360 23 de noviembre de 2011
Traducción propia.
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Revers de la CIA au Liban.
Au Liban, la milice chiite du Hezbollah soutient clairement l’Iran et la Syrie et permet à ces deux pays de faire peser une menace dans le nord d’Israël. Et actuellement, aussi bien Téhéran que Damas sont sous tension.
Pour le régime iranien, la question de la demension militaire de son programme nucléaire a récemment été pointé du doigt par l’Agence internationale de l’énergie atomique (AIEA), ce qui a relancé de nouvelles spéculations sur une intervention militaire israélienne et motivé de nouvelles sanctions économiques.
Quant à la Syrie, le pouvoir de Bachar el-Assad est l’objet de contestations, lesquelles sont sévèrement réprimées. Les exactions commises par ses forces de sécurité valent à Damas la réprobation de la Ligue arabe, ainsi que celle de la Turquie, qui, en plus de soutenir les mouvements d’opposition syriens, serait prête, selon la presse turque, à créer une zone tampon en territoire syrien , voire même une zone d’exclusion aérienne.
Autant dire que la situation est explosive et qu’il est toujours intéressant de savoir ce qu’il se passe au Hezbollah, qui a affirmé, le 21 novembre, qu’il continuera à soutenir l’Iran et la Syrie contre les «conspirations internationales» et les «menaces».
Et c’est dans ce contexte que le Los Angeles Times a révélé, le 20 novembre, que le bureau de la CIA à Beyrouth a été contraint de réduire ses activités après la mise hors circuit de plusieurs de ses informateurs inflitrés au sein du Hezbollah.
Cette information fait suite aux déclarations du chef de la milice chiite, Hassan Nasrallah, qui avait affirmé, en juin 2011, que son mouvement avait arrêté des espions à la solde des Etats-Unis. A l’époque, l’ambasssade américaine à Beyrouth avait opposé un démenti tout en faisant valoir que le Hezbollah était en proie à des problèmes internes.
Finalement, les affirmations de Nasrallah étaient donc bel et bien vraies. Reste à voir maintenant comment les informateurs de la CIA ont pu être démasqués. Encore une fois, la négligence est la principale explication à cette «faillite», pour reprendre le terme utilisé par le Los Angeles Times.
Même si le président de la commission du renseignement à la chambre des Représantants, Mike Rogers, a ouvert une enquête pour déterminer l’origine des fuites, il apparaît, selon le quotidien californien, que des «agents de la CIA auraient rencontré une série d’informateurs libanais dans un Pizza Hut local, permettant au Hezbollah et aux autorités libanaises d’identifier ces derniers».
Comme quoi, changer les lieux de rendez-vous n’a pas dû effleurer l’esprit des officiers traitants de ces «infiltrés». Et cela semble tout de même incroyable. Et cela s’ajoute l’utilisation du même téléphone portable pour contacter les agents de la centrale de renseignement, alors même que le chef de bureau de la CIA à Beyrouth avait été averti des dangers que cela présentait. On aurait voulu que les informateurs soient démasqués que l’on ne s’y serait pas pris autrement…
Quoi qu’il en soit, cette affaire a donné l’occasion au Hezbollah de dénoncer les activités américaines au pays du Cèdre. «Reconnaître la présence d’un bureau de la CIA à Beyrouth, chargé d’espionner le Liban, est un aveu clair et dangereux de la violation de la souveraineté libanaise et de la sécurité nationale», a ainsi déclaré Hassan Fadlallah, un député de la milice chiite.
«L’existence de ce bureau est une violation des lois internationales et de la Charte des Nations unies, surtout qu’il a pour siège l’ambassade des Etats-Unis et qu’il est dirigé par des officiers américains se faisant passer pour des diplomates» a-t-il encore accusé. Et de conclure: «Le gouvernement est appelé à adopter des mesures sécuritaires et légales pour empêcher de telles agressions, arrêter les activités de ce bureau et démanteler ses installations qui pourraient comprendre des dispositifs d’écoute».
La CIA n’est évidemment pas la seule à opérer à Beyrouth. Les services de renseignement israéliens, comme le Mossad, y sont également actifs, avec parfois des déconvenues. Ainsi, depuis avril 2009, plus de 100 personnes ont été arrêtées au Liban pour espionnage au profit d’Israël, ce qui a conduit les autorités libanaises à porter plainte auprès des Nations unies pour dénoncer ces réseaux d’espionnage.
Et ceux qui se font prendre n’ont qu’une alternative: la prison à vie ou la peine de mort. La deuxième s’applique seulement s’ils sont reconnus coupables d’avoir mené des activités ayant entraîné la mort de ressortissants libanais.
OPEX 360 23 novembre 2011
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