Repudio a comunicado de supuestos grupos guerrilleros chilenos
El gobierno de la provincia del Neuquén, en la persona de su gobernador, doctor Jorge Augusto Sapag, en nombre del gobierno y del pueblo repudia en todos sus términos el contenido del comunicado de supuestos y presuntos grupos guerrilleros chilenos.
En primer lugar no es cierto cuando el comunicado expresa que el asesinato de José Eduardo Aigo tuvo lugar en un enfrentamiento en legítima defensa personal y en igualdad de condiciones. La muerte de Aigo se produce como consecuencia de un homicidio cobarde y alevoso, con dos disparos a sangre fría por la espalda y en forma sorpresiva e inesperada. El autor sería un individuo de nacionalidad chilena, señalado como “Juan Carlos” alias “El Chino” y de acuerdo a investigaciones realizadas se trataría de Jorge Antonio Salazar Oporto apodado “Yaya”, quien sería buscado por la justicia chilena por la comisión de graves y similares delitos en nuestro hermano país trasandino.
La muerte de José Aigo, policía de la provincia del Neuquén tiene lugar en cumplimiento del deber, en forma heroica, cuando en horas de la noche en un procedimiento de transito rural sobre la ruta provincial Nº 23 en la cuesta de Pilo Lil, junto al oficial Pedro Guerrero detienen una camioneta identificando al conductor y propietario del vehículo, quien resultó ser Juan Marcos Fernández y ante la actitud sospechosa de los ocupantes se les solicitó a todos que desciendan del vehículo a fines de verificar su interior, tratándose además del nombrado conductor, de Alexis Alfredo Cortez Torres, de nacionalidad chilena y el mencionado Salazar Oporto. Mientras Jose Aigo observaba el interior del vehículo, Salazar le habría propinado dos disparos de arma de fuego por la espalda que terminaron con la vida de José. El oficial Pedro Guerrero repelió rápidamente la agresión, dándose a la fuga el asesino y el cómplice mencionados, internándose en la zona cordillerana, lugar donde son intensamente buscados. Al parecer los dos individuos chilenos fugados, pretendían cruzar desde Argentina a Chile por territorio neuquino, a través de un paso no habilitado y de manera clandestina e ilegal.
El comunicado anónimo también es erróneo cuando pretende cubrir y esconder este cobarde y salvaje homicidio detrás de objetivos políticos de justicia y libertad. No se puede justificar esta muerte alevosa y traidora tras una supuesta militancia que en forma artera y cobarde, produjo una muerte que hoy llora el pueblo neuquino, la institución policial, la comunidad mapuche y su familia sobre la tumba de Jose Aigo en la costa del Malleo. Un asesino despiadado le quita su vida con dos balazos por la espalda sin darle ninguna oportunidad, pues Jose siempre tuvo su arma enfundada.
El comunicado es erróneo también cuando pretende convertir a los dos prófugos, asesino y cómplice, en víctimas de una cacería humana. Se trata sencillamente del despliegue de las fuerzas de la ley, de la justicia, de la democracia, del estado de derecho, del gobierno legítimo del pueblo y de las instituciones republicanas de la Provincia del Neuquén y de la Nación Argentina.
Ningún delincuente o grupo de delincuentes puede pretender escudarse o esconderse detrás de denominaciones o supuestas organizaciones políticas o guerrilleras, para encubrir su calidad de tales. Para nuestro gobierno se trata lisa y llanamente de transgresores a la ley; sea que trafiquen drogas, dinero, armas o que se dediquen a distintas actividades que alteran la paz, los derechos y garantías fundamentales de la democracia que supimos conseguir con sacrificio, sangre derramada y muchas vidas ofrendadas, como hoy la vida al servicio de su pueblo y la muerte heroica de Jose Aigo, cuya vida fue arrancada del seno de su sociedad por manos cobardes y asesinas. Respondemos a las mentiras del comunicado con la verdad, en nombre del legítimo gobierno de la democracia y de la verdadera representación de su pueblo.
Todos los recursos humanos, tecnológicos y de apoyo logístico, se disponen adecuadamente para dar con el paradero de los dos prófugos, que pretenden escapar al accionar de la justicia después del asesinato. Es nuestro deseo que se entreguen pacíficamente, deponiendo sus armas y el arma asesina, para ser detenidos por el gobierno de la democracia y ser puestos en manos de la justicia con todas las garantías y derechos constitucionales que les asisten. Si detentan el apoyo legítimo de su pueblo criollo y mapuche lo hagan en el marco de la democracia que otorga estos derechos y garantías a todos y cada uno, incluso a los más salvajes y arteros criminales.