La Fábrica de Lagoa Santa
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La política industrializante implantada por Getúlio Vargas en Brasil entre los años 1930 y 1950, enfatizó los sectores de base, como la siderurgia y el petróleo, pero también segmentos importantes como la industria aeronáutica. Desde el Gobierno Provisional y, sobre todo, después de su elección en 1934, Vargas estructuró el poder aéreo, creando organismos como el Departamento de Aviación Civil (DAC), en 1931, el Correo Aéreo Militar, en 1934, el Correo Aéreo Naval y el Código Brasileño del Aire, en 1938. En 1941, creó el Ministerio de la Aeronáutica, reuniendo la Aviación Naval, oriunda de la Marina de Guerra, la Aviación Civil y la Aviación Militar, del Ejército.
Sin embargo, el papel de Getúlio Vargas en el estímulo al sector aeronáutico fue además de las decisiones de gabinete. El presidente era el mayor entusiasta y propagandista de la aviación. Solía mencionar en sus discursos la importancia del transporte aéreo y de la industria aeronáutica para Brasil y se utilizaba de aviones para se locomover por el País. Aún en 1929, cuando era candidato a la presidencia, antes de los acontecimientos que llevaron a la Revolución de 30, Vargas estuvo presente en el vuelo inaugural sobre Lagoa dos Patos, en Rio Grande do Sul, del primer avión comercial de Brasil, el Atlántico, en ese momento perteneciente al Sindicato Condor.
Aquel mismo año, cuando fue de Porto Alegre a Río de Janeiro para leer su plataforma de candidato, causó un grande burburinho al llegar a la entonces capital federal a la bordo del Atlántico y, antes de pousar, sobrevolar el centro de la ciudad. Más tarde, Getúlio Vargas se haría presencia constante en todos los eventos y celebraciones relacionados a la aviación. Visitaba fábricas, asistía a pruebas de pilotos, inspeccionaba personalmente las obras del Aeropuerto Santos Dumont, que sería inaugurado 1936, incentivaba el envío de técnicos para el exterior y apoyaba ingenieros y empresarios interesados a invertir en el sector, como Antonio Guedes Muniz y Henrique Lage. En 1940, articuló aún la creación de la Fábrica Nacional de Motores (FNM) – iniciativa inicialmente vuelta a la producción de motores de aviones, pero que, más tarde, se volvería a la fabricación de camiones.
Fábrica de Lagoa Santa: iniciativa personal de Vargas
Entre las tantas maneras que Getúlio Vargas encontró para estimular y apoyar el sector aeronáutico en Brasil, la creación de la Fábrica de Lagoa Santa, en Minas Gerais, es, tal vez, una de las más emblemáticas, porque fue engendrada a partir de la influencia directa del presidente. En 1933, Getúlio recibió la visita del ingeniero francés René Couzinet, projetista del Arc-en-ciel (arco-iris), avión trimotor de 15 toneladas para transporte de pasajeros que, pilotado por el legendario Jean Mermoz, realizó la primera travesía del Atlántico en febrero de aquel año. El Arc-en-ciel despegó del aeropuerto Le Bourget, en París, y después de 14 horas y 27 minutos, la una velocidad media de 230 kilómetros por hora y algunas escalas, llegó triunfalmente a Natal (RN). Nacido en 1904, Couzinet comenzó a registrar patentes relativas a la aviación cuando aún tenía 18 años y desde entonces ya había desarrollado proyectos de varias aeronaves, hasta conseguir construir el Arc-en-ciel en su pequeña fábrica. A pesar del éxito del prototipo, sin embargo, la iniciativa no tuvo el éxito esperado y Couzinet no recibió encargos efectivos que permitieran iniciar la fabricación seriada.
Sin embargo, en 1933 el hecho de Mermoz colocaba en evidencia el proyecto de Couzinet y él fue recibido con honras por Vargas, que intencionava establecer una línea nacional de producción de aeronaves. El presidente lo invitó para firmar asociación con el gobierno brasileño, visando a la creación de una empresa estatal a ser administrada por la iniciativa privada, que sería el primer núcleo industrial para la construcción de aviones y hidroaviones militares en Brasil.
El projetista recibió con entusiasmo la propuesta de Vargas, reiterada el año siguiente, durante otro viaje de Couzinet a Brasil. Hasta que en 1935 el Ministerio de la Viação y Obras Públicas nombró una comisión compuesta por representantes del Ejército, de la Marina y de la Aviación Civil para estudiar la localización ideal para la referida fábrica de aviones militares. A la invitación de Getúlio, Couzinet integró la comisión.
Después de evaluar algunas alternativas, la comisión escogió Lagoa Santa, entonces distrito del municipio de Santa Luzia, en Minas Gerais, y que sería emancipado en 1938. Localizada a cerca de 40 kilómetros de Belo Horizonte, Lagoa Santa más tarde integraría la región metropolitana de la capital, haciendo divisa con el municipio de Confins – localidad que, décadas después, fue instalado el Aeropuerto Internacional Tancredo Neves, inaugurado en 1984. La elección de la región se debió a las condiciones climáticas y estratégicas consideradas ideales. Por ser distante del litoral, no sólo se evitaba un ambiente propicio al proceso de corrosión de metales, como garantizaba más seguridad en caso de eventuales ataques. Además de eso, también existía allí un lago que podría ser utilizado para probar hidroaviões. De acuerdo con los estrategas militares, eso compensaría el hecho de Lagoa Santa ser entonces una región despovoada y sin ninguna facilidad de acceso y, por lo tanto, sin mano de obra local calificada y sin infraestrutura. Todo debería ser implantado o traído de otros estados, elevando sensiblemente los costes del proyecto.
Así, en 1º de septiembre de 1935, con la presencia del Presidente de la República y autoridades civiles y militares del País, fue lanzada la piedra fundamental de las instalaciones destinadas a abrigar el núcleo industrial para la construcción de aviones y hidroaviões en Brasil. El año siguiente, fue publicado un edicto de competencia para la instalación y explotación de la fábrica, por lo cual el Gobierno ofrecía encargos mínimos en el valor de 15 mil cuentos de réis anuales en aviones, hidroaviões y piezas sobresalientes. El edicto preveía aún un plazo contractual de 15 años y un margen de lucro del 15% al año. La empresa interesada tendría que detener control nacional del capital, siendo que la mano de obra brasileña debería representar al menos un 85% del total, en un plazo de cuatro años. La fábrica tendría que ser prevista para una capacidad instalada para producir 100 toneladas de aeronaves el primero año, 140 en el segundo y 200 el tercero año de fabricación.
Para participar de la competencia, un grupo de empresarios brasileños, aunque sin experiencia alguna en el sector, constituyó, aún en 1936, la Construcción Aeronáutica S.A., que tenía Couzinet en el liderazgo técnico. Como no fue presentada ninguna otra propuesta, la empresa fue declarada vencedora e inició la construcción de la sede administrativa. Sin embargo, en 1938 la competencia fue anulada, por haber sido cuestionada por empresas italianas y alemanas que supuestamente tenían interés en el proyecto.
Por cuenta de eso, la situación se quedó indefinida hasta 1939, cuando estalló la II Guerra Mundial (1939-1945). Delante del conflicto, en septiembre de aquel año Vargas intervino directamente en la cuestión, determinando que la Construcciones Aeronáuticas fuera oficializada como vencedora. El contrato fue finalmente suscrito el día 06 de octubre de 1939 y sería oficializado por decreto en 06 de mayo del año siguiente, consolidando un modelo industrial que no preveía el desarrollo de proyectos de aeronaves, pero la fabricación bajo la licencia de aparatos norteamericanos.
El proyecto de las obras civiles estaba concluido y las edificaciones comenzaron a ser construidas cuando surgió más un problema – por cuenta de la guerra, Couzinet y sus auxiliares tuvieron que volver a Francia, llevando Vargas a emprender muchos esfuerzos políticos y diplomáticos hasta conseguir autorización para traerlos de vuelta a Brasil.
Fuente:
http://www.centrohistoricoembraer.com.br/sites/iba/pt-BR/Historia/Paginas/Detalhes.aspx?IDI=6
Saludos,
JT
P.D.: sigue ...