La 'peligrosa' división informática de Kim Jong-un
Sólo los más talentosos estudiantes son susceptibles de iniciar carrera en la Unidad 121. Cuidadosamente seleccionados entre los jóvenes cerebros dedicados a las matemáticas o la ciencia, exclusivamente los más brillantes terminarán engrosando las filas de una división, dependiente de la Oficina General de Reconomiento -agencia de espionaje-, mimada por la dictadura norcoreana y destinada a sabotear los sistemas informáticos de países enemigos para generar confusión. Sin embargo, la ambiciosa Unidad 121 podría ir más allá, de creer las acusaciones formuladas por el desertor norcoreano Kim Heung-kwang, conocida voz contra el régimen de Pyongyang. En declaraciones a la BBC, Kim ha afirmado que la unidad está capacitada para destruir "infraestructuras críticas" provocando incluso muertes. "La razón por la que Corea del Norte ha estado hostigando a otros países es para demostrar su capacidad de ciberguerrilla", aseguró desde Corea del Sur, donde reside. "Sus ciberataques podrían tener un impacto similar al de un ataque militar, matando gente y destruyendo ciudades".
Las palabras de este profesor norcoreano, durante 20 años docente de Ciencias Informáticas en la Universidad Tecnológica de Hamheung hasta que huyó de su país natal, son imposibles de confirmar y, según un experto en tecnología norocoreana Martyn Williams, citado por el mismo medio, el riesgo del que habla Kim es "teórico" y no es exclusivo de la división de ciberguerrilla norcoreana sino "que es una posibilidad real de 'hackers' no norcoreanos también. Es concebible que los 'hackers' intenten algo que pongan vidas en riesgo", añadió Williams.
Kim Heung-Kwang, que dice seguir en contacto con figuras clave del departamento de operaciones cibernéticas militares norcoreano, aportó en su entrevista con la BBC otros datos llamativos: según su testimonio, el régimen de Pyongyang destinaría entre el 10 y el 20% del presupuesto militar en mejorar las capacidades de la Unidad 121 y el número de miembros del departamento, creado a finales de los años 90 con un millar de funcionarios, ya ascendería a 6.000 agentes: el doble de la cifra que el propio Kim aportó en una entrevista con Al Jazeera en el año 2011 en la cual describía la unidad como "un sistema piramidal de reclutamiento de prodigios, en la cual niños listos de todo el país, estudiantes que destacan en matemáticas, códigos o que poseen buenas capacidades analíticas, son seleccionados y reagrupados en Keumseong".
'Ciberguerreros'
El profesor Kim admite que nunca participó en la formación de los miembros de la Unidad 121 pero, según su testimonio, varios de los alumnos que acudían a sus clases de Informática terminarían siendo seleccionados por el programa gubernamental, supervisado por militares. "A estos ciberguerreros se les proporciona el mejor de los entornos, y si se graduaban con honores, se les da oportunidad a sus padres, aquellos que vivan en las provincias, de vivir en Pyongyang", contaba en la citada entrevista con Al Jazeera.
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El régimen de Kim Jong-un fue acusado, el pasado diciembre, del ataque cibernético contra la compañía Sony Pictures que dejó varios estrenos colgados de proveedores abiertos en Internet: el escándalo fue tal que Washington anunció represalias y Barack Obama lo calificó de "cibervandalismo"; sin embargo, investigadores encargados de rastrear el ciberataque aseguraron que había sido obra de seis ex empleados despechados. Aquel incidente, desmentido por Pyongyang, concentró de nuevo las miradas en la Unidad 121, de la que mucho se ha hablado si bien no existe constatación, salvo por los testimonios de algunos desertores como Jang Se-yul, entrevistado el pasado año por Reuters. Se-yul aseguró haber sido reclutado con sólo 17 años y entrenado en la Universidad de Automatización, un centro educativo militar norcoreano donde fue formado en Ciencias Informáticas con otros miembros de la citada unidad.
'La guerra secreta'
Según su testimonio, la Unidad 121 estaba formada en su época -seis años atrás, antes de que desertase- por 1.800 expertos considerados una elite entre los militares. A ella acceden, según su testimonio, los graduados en la Universidad de Automatización, situada en Pyongyang y rodeada por alambre de espino. "Para ellos, el arma más poderosa es la cibernética. En Corea del Norte, se le llama la guerra secreta". El desertor explicó a la agencia que uno de sus amigos trabajaba como miembro del equipo en una empresa norcoreana establecida en el extranjero. "Su empresa es como otra cualquiera, nadie lo sabe", explicaba Jang. "Eso es lo que da más miedo de su trabajo. Mi amigo, nacido en el campo, ha podido llevarse a toda su familia a Pyongyang. Los incentivos para los ciberexpertos norcoreanos son muy atractivos, son gente muy rica en la capital".
En su conversación con la BBC, el profesor Kim Heung-kwang pidió a las organizaciones internacionales que impidan nuevos ataques informáticos norcoreanos, y acusó a la Unidad 121 de estar diseñando su propio malware basado en Stuxnet, el código maligno atribuido a Israel y a Estados Unidos con el que se atacó el sistema informático que controlaba plantas centrifugadoras nucleares iraníes en 2010 y que terminó infectando casi 63.000 ordenadores en Irán: fue considerado el primer arma de guerra cibernética de la Historia. "Corea del Norte ha preparado [un ataque al estilo Stuxnet] diseñado para destruir una ciudad y constituye una amenaza seria", afirmó el desertor. A principios de año, el Gobierno surcoreano -enemigo declarado del Norte- acusó a Pyongyang de hackear una planta hidroeléctrica y nuclear. "Aunque la planta nuclear no quedó comprometida por el ataque, si el sistema informático que controlaba el reactor nuclear hubiera sido comprometido, las consecuencias podrían haber sido inimaginablemente duras". En los últimos años, Corea del Sur ha sufrido varios ataques cibernéticos atribuidos a su enemigo del Norte.
"Debemos recoger pruebas del ciberterrorismo de Corea del Norte y presentarlas ante el Consejo de Derechos Humanos de la ONU", declaró Kim a la BBC, instando incluso a que Icann -la Corporación de Internet para la Asignación de Nombres y Números, una organización internacional sin ánimo de lucro- "prohíba" a Corea del Norte, algo que su responsable de Comunicaciones descarta. "No tenemos ni el poder ni las competencias para prohibir que ningún país tenga presencia o acceso a Internet", afirmó Duncan Burns.
http://www.elmundo.es/internacional/2015/05/29/5568499746163f1f288b458a.html