sebastian_porras dijo:
En otros paìses es un punto a favor para un polìtico el haber sido militar y haber tenido una destacada labor durante una guerra, y si se tienen condecoraciones mejor. Pero aquì es el paìs del revès, premiamos al fracaso y al hèroe lo mandamos a la hoguera, triste destino nos espera si seguimos por este camino.
No es tan exacta la comparación:
En otros países los viejos guerreros tienen el lustre y el prestigio que les da el haberse jugado por su pais, tal como debería pasar en todos lados; eso les da chapa suficiente para erguirse ante sus conciudadanos, en alguien que tiene los valores suficientes como para seguir dando lo mejor de si por su patria, lo cual es bastante comprensible, aunque no siempre se da tal relación...
Países como USA, glorifican a sus guerreros, pues todos los soldados muertos desde su fundación lo han hecho dentro del marco y los valores que propuso la nación en cada época, sin salirse de sus responsabilidades ni atribuciones, hicieron lo que la nación les ordenó hacer -
causas justas y aberraciones también, no nos engañemos..-, con lo cual nada hay en ellos que pueda serles recriminado.
Ahora bien, traslademos ese esquema y tratemos de transplantarlo a la realidad argentina:
¿que sucede aca con los militares?
¿cual es la imagen que a través de décadas se han forjado...?
¿que recuerdo, que impronta tiene el pueblo de sus militares?
¿cual es el último militar indiscutido en nuestra historia después de Belgrano y San Martín...?
Contestando esas respuestas nos daremos cuenta del porqué no sucede lo mismo -al menos de momento- con la identificación de lo militar como símbolo de lo desinteresado y cabal...
Esclarecedores saludos