Transcribo párrafos pertinentes:
Una acción notable (La muerte del teniente coronel Herbert Jones)
No muchos minutos después, y siempre atento a lo que sucedía en su frente, Guillermo Huircapán alcanzó a divisar a tres ingleses desplazándose en avance a no más de cuarenta metros de su posición sin que llegaran a advertir, posiblemente, la presencia de la ametralladora MAG. Destacados de sus propias filas, era evidente que intentarían tomar uno de los pozos ubicados al oblicuo derecho de Huircapán, al otro lado de la pequeña hondonada que tenía ante sí, y que estaba ocupado por dos o tres efectivos del Regimiento 12. En forma simultánea, aquellos conscriptos veían atemorizados cómo uno de los paracaidistas enemigos se dirigía directamente hacia ellos, asaltando la posición.
Oscar Ledesma también había visto aparecer al soldado inglés que avanzaba agazapado con un fusil de asalto en su mano derecha y, cuando aquel estuvo casi a los mismos pies de la trinchera argentina, le disparó por primera vez. La fuerza de la ráfaga hizo que el británico cayera hacia atrás, haciendo una especie de medio giro en el aire, y quedara con sus pies casi en dirección a la ametralladora que lo había abatido, a escasa distancia del pozo de los soldados correntinos. Mientras gritaba debido al dolor producido por las heridas recibidas, el paracaidista se manoteaba la zona de su cinturón. Los gestos fueron interpretados por Ledesma como los intentos de sacar una granada para arrojársela a los conscriptos del 12; entonces levantó su MAG y, apuntando con seguridad, efectuó sobre el caído una nueva y corta ráfaga que lo dejó inmóvil (7).
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(7) Ver los detalles desde el punto de vista británico en la Presentación. Los disparos de la ametralladora del soldado Ledesma fueron los que impactaron en el teniente coronel Jones, ya que de él se trataba el paracaidista que avanzaba en dirección al pozo ocupado por dos o tres conscriptos del Regimiento 12.
La referencia que ha posibilitado al autor de la presente investigación determinar fehacientemente cuál arma produjo la muerte al jefe del batallón inglés en el combate de Darwin se encuentra en la obra “Partes de guerra”, de los licenciados Graciela Speranza y Fernando Cittadini. En el citado libro, publicado en marzo del año 1997 por el Grupo Editorial Norma, se incluye el testimonio del ex soldado Guillermo Huircapán (perteneciente a la sección del teniente Estévez) en donde éste relata su participación personal en el enfrentamiento.
En la página 134 puede leerse, textualmente: “Hubo una pequeña tregua y después los ingleses reiniciaron el ataque, intentaron avanzar y nuevamente los rechazamos. En ese momento hubo un desbande y yo me quedé con dos compañeros, Ledesma y Testoni. Tratábamos de relevarnos entre nosotros como podíamos. Se nos había trabado la ametralladora de Ledesma y de repente vimos que venían avanzando tres ingleses que todavía no nos veían. Avanzaban hacia la trinchera de tres correntinos que estaban mirando hacia el norte y me quedó esa imagen, la desesperación que teníamos por destrabar la ametralladora. Era el culote de una munición que se había quedado pegado en el percutor. La destrabamos desesperados, Ledesma pudo disparar y ahí vimos cómo cayeron dos de los ingleses y el otro desapareció”.
En la entrevista personal mantenida entre el autor y Huircapán, realizada en enero de 2003, el veterano de guerra manifestó desconocer la identidad de los soldados enemigos involucrados en la acción y su relato, en el cual ratificó lo vertido a los licenciados Speranza y Cittadini, fue claro y preciso. Ambos testimonios resultan en determinantes y no dejan lugar a dudas acerca de este hecho ya que coinciden plenamente, y en sus detalles, con lo afirmado por veteranos y autores del Reino Unido. Reviste particular interés la circunstancia (según las fuentes inglesas) de que el jefe de los paracaidistas haya caído a pasos del pozo de zorro que pretendía tomar; ese dato concuerda con la información aportada por Huircapán y, en su oportunidad, por Oscar Ledesma.
Las descripciones de la acción del teniente coronel Jones efectuadas por fuentes británicas pueden leerse en las si-guientes obras, casi todas publicadas en nuestro país: “La batalla por las Malvinas” (Max Hasting y Simon Jenkins); “Una cara de la moneda” (The Sunday Times); “La Guerra de las Malvinas” (Marshall Cavendish Ltd.); y “Pradera del Ganso: a second look” (David Kenney).
Para mayor abundancia, en “Hablando claro” (Michael Bilton y Peter Kosminsky) y en “La guerra de invierno, las Malvinas” (Patrick Bishop y John Witherow) se encuentran sendos testimonios del sargento Barry Norman, uno de los dos hombres que estaban junto a Jones en aquellos momentos. En el primero de los relatos mencionados, Norman refuta la idea de que la causa de la muerte del teniente coronel Jones haya sido un único disparo en la nuca, como se sostiene en algunos trabajos. El suboficial británico manifiesta: “En ese momento pensé: he sobrevivido a éste, y subí corriendo hacia el comandante del batallón. En la trinchera había dos prisioneros, que fueron entregados. Llegué adonde estaba el comandante, que hasta ese momento tenía conciencia, aunque ya empezaba a perderla. Lo di vuelta para ponerlo de espaldas. Le abrí las ropas, encontré las heridas y le apliqué un vendaje improvisado. Lo que me impresionó fue que había muy poca sangre, y eso significaba muchas heridas internas. Empezó a mostrar indicios de conmoción.”
Si bien el disparo en la nuca pudo haber sido la causal del posterior fallecimiento, el sargento Norman pudo constatar otras heridas en el cuerpo de Jones. Es de hacer notar que el conscripto Oscar Ledesma disparó dos veces con su ametralladora MAG sobre aquel paracaidista británico: una cuando éste avanzaba sobre la trinchera argentina, y la segunda cuando dicho soldado enemigo se encontraba herido y caído sobre el terreno.
(8) Aunque el cabo primero Olmos también pudo disparar sobre el teniente coronel Jones, el suboficial asegura que “para mí, quien lo puso fuera de combate al inglés fue Ledesma; en todo el combate tuvo una destacada y sobresaliente actuación. Yo mismo me sorprendí al verlo combatir. Me siento orgulloso de él, un verdadero soldado.”
De: "Pradera del Ganso (Pradera del Ganso (Goose Green)) - Una batalla de la Guerra de Malvinas"
Oscar A. Teves (2006)