Sobre Hezbollah y la guerra en El Líbano
La mortal partida de Hezbolláh
Por: James Zurnwalt
Cuando terminó la reciente guerra Israel-Hezbollah, el recién organizado Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, presionado por sus miembros islámicos, dedicó sus dos primeras sesiones a criticar a Israel, presuntamente por provocar fuertes bajas civiles. Pero ahora se conocen detalles de la secreta operación de Hezbollah, preparada mucho antes de la guerra y centrada, en violación del derecho internacional, en poner en riesgo civiles, contribuyendo significativamente a esta cifra una vez que comenzaron las hostilidades.
Este artículo fue publicado, originalmente, en ‘The Washington Times’ el pasado 26 de octubre de 2006.
Mapa de la zona de conflicto
A modo de contexto, a principios de los años ‘80, Siria, que controlaba El Líbano, permitió a regañadientes que un grupo de 500 miembros de la Guardia Revolucionaria iraní entrase en la ciudad libanesa de Baalbek, proporcionando la simiente de la que Hezbollah saldría en el futuro. Financiada por Teherán, esta organización terrorista empezó a ganarse el apoyo de la población local, proporcionando diversos servicios sociales. Así, cuando el popular Hezbollah se embarcó en secreto en actividades con un propósito más siniestro -poner en peligro la ciudadanía libanesa a la que presuntamente pretendía proteger con el fin de lograr ventaja táctica contra Israel en cualquier futuro conflicto- la población local aceptó a ciegas esta actividad sin conocimiento de lo que había en juego
Estación de tren en Haifa luego de un ataque de misiles del Hezbollah
Esta actividad en la que se embarcó Hezbollah fue la reconversión de casas privadas en mini- enclaves militares desde los que atentar con facilidad contra la población civil de Israel.
Disfrazándose de escudo protector, Hezbollah preparó en la práctica una columna de civiles libaneses incautos a ser masacrados en beneficio de su propia capacidad de lucha. Mucho antes de que estallaran las hostilidades el 12 de julio, los equipos de construcción de Hezbollah habían salido y modificado numerosas casas libanesas, en ocasiones con el permiso del propietario, pero la mayor parte de las veces sin él; los trabajadores empezaban a hacer añadidos a una habitación grande de función única. Estas salas, cuando estaban terminadas, carecían de un elemento esencial de todas las habitaciones: la puerta. Cada sala era sellada exclusiva e inmediatamente, después de que un objeto fuera colocado dentro.
Katiushas lanzados contra Israel
A menudo los vecinos y los propietarios no sabían qué es lo que estaba siendo emparedado dentro de la habitación, puesto que la inserción del objeto y posterior sellado de la habitación normalmente tenía lugar por la noche, con el objeto siempre mantenido en secreto.
Las residencias que Hezbollah seleccionó para estas "mejoras domésticas" no solicitadas fueron elegidas por su proximidad a la frontera israelí. Cuando se inició el conflicto después de que Israel respondiera a la incursión fronteriza de julio por parte de Hezbollah, tras la muerte de tres soldados israelíes y el secuestro de dos más, el propósito de las mejoras domésticas secretas pasó a ser evidente para los propietarios...
Un barrio de Tel Aviv luego de un ataque del Hezbollah
Cuando estalló la guerra en el sur de El Líbano, líderes selectos de equipos de combate de Hezbollah recibían sobres, conteniendo cada uno una dirección de una de las casas alteradas.
El equipo se desplegaba rápidamente a su ubicación asignada, echando abajo inmediatamente una pared exterior de la sala sellada. Cada sobre contenía instrucciones para apuntar y disparar el objeto dispuesto dentro de la sala antes de ser sellada: un misil tierra-tierra montado sobre un lanzador. Tras eliminar parte del techo para permitir el vuelo sin obstáculo, el equipo disparaba el misil, lloviendo muerte y destrucción sobre la población civil de Israel.
Hubo una importante falla en el plan de reconversión de casas por parte de Hezbollah: sus actividades de construcción no habían pasado por alto a la Inteligencia israelí. Monitoreando de cerca las actividades de Hezbollah, conocían con anticipación las ubicaciones de la mayor parte de los enclaves. Al terminarse cada sala, había sido añadida a la lista de objetivos de Israel, de modo que una vez comenzado el combate, podía ser rápidamente destruida y sus huéspedes civiles, en muchos casos, se convertían en daños colaterales del uso ilegal de tal táctica del Hezbollah.
Israel recibió gran cantidad de prensa negativa por no evaluar con precisión la amenaza. Claramente ocurrieron algunos errores, como evaluar lo profundamente que Hezbollah se había atrincherado en el sur de El Líbano y la capacidad de Hezbollah, sin duda con asistencia iraní, de monitorear las comunicaciones israelíes en el campo de batalla...
Pero Israel debe ser aplaudido por su éxito a la hora de identificar antes de tiempo la amenaza planteada por el uso práctico de hogares privados por parte de Hezbollah para fines militares -una amenaza que la fuerza aérea israelí fue entonces capaz de neutralizar con eficacia-.
El representante israelí ante Naciones Unidas, Dan Gillerman, aludía dos días después de iniciado el conflicto a estas prácticas ilegales de Hezbollah, una referencia aparentemente perdida en los medios, que fracasaron a la hora de investigar más.
Ataque aéreo israelí sobre los suburbios de Beirut
Hezbollah había diseñado un plan táctico calculado para maximizar las bajas civiles a ambos lados del campo de batalla. En el lado israelí, apuntando a los principales centros de población y como consecuencia, en el lado libanés, al responder Israel.
Mientras que desde la perspectiva israelí ésta práctica fue neutralizada por completo en virtud de la buena información de inteligencia, desde la perspectiva libanesa muchos civiles de estos enclaves de lanzamiento fueron obligados a pagar el precio último. Tristemente, desde la perspectiva de Hezbollah, estas bajas no son sino peones prescindibles en su partida contra Israel.
Fuente: www.elreloj.com
Las cifras de lo que se conoció como “La guerra de los rehenes”
560 terroristas de Hezbollah han muerto, según el Tzahal.
2.100 misiles han sido disparados contra Israel.
4.600 objetivos han sido alcanzados, incluyendo:
260 oficinas centrales y edificios pertenecientes a Hezbollah.
160 bunkers, depósitos de armas y demás infraestructura.
90 lanzaderas de cohetes.
1.200 rampas de lanzamiento y caminos que conducen a las rampas de lanzamiento
La mortal partida de Hezbolláh
Por: James Zurnwalt
Cuando terminó la reciente guerra Israel-Hezbollah, el recién organizado Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, presionado por sus miembros islámicos, dedicó sus dos primeras sesiones a criticar a Israel, presuntamente por provocar fuertes bajas civiles. Pero ahora se conocen detalles de la secreta operación de Hezbollah, preparada mucho antes de la guerra y centrada, en violación del derecho internacional, en poner en riesgo civiles, contribuyendo significativamente a esta cifra una vez que comenzaron las hostilidades.
Este artículo fue publicado, originalmente, en ‘The Washington Times’ el pasado 26 de octubre de 2006.
Mapa de la zona de conflicto
A modo de contexto, a principios de los años ‘80, Siria, que controlaba El Líbano, permitió a regañadientes que un grupo de 500 miembros de la Guardia Revolucionaria iraní entrase en la ciudad libanesa de Baalbek, proporcionando la simiente de la que Hezbollah saldría en el futuro. Financiada por Teherán, esta organización terrorista empezó a ganarse el apoyo de la población local, proporcionando diversos servicios sociales. Así, cuando el popular Hezbollah se embarcó en secreto en actividades con un propósito más siniestro -poner en peligro la ciudadanía libanesa a la que presuntamente pretendía proteger con el fin de lograr ventaja táctica contra Israel en cualquier futuro conflicto- la población local aceptó a ciegas esta actividad sin conocimiento de lo que había en juego
Estación de tren en Haifa luego de un ataque de misiles del Hezbollah
Esta actividad en la que se embarcó Hezbollah fue la reconversión de casas privadas en mini- enclaves militares desde los que atentar con facilidad contra la población civil de Israel.
Disfrazándose de escudo protector, Hezbollah preparó en la práctica una columna de civiles libaneses incautos a ser masacrados en beneficio de su propia capacidad de lucha. Mucho antes de que estallaran las hostilidades el 12 de julio, los equipos de construcción de Hezbollah habían salido y modificado numerosas casas libanesas, en ocasiones con el permiso del propietario, pero la mayor parte de las veces sin él; los trabajadores empezaban a hacer añadidos a una habitación grande de función única. Estas salas, cuando estaban terminadas, carecían de un elemento esencial de todas las habitaciones: la puerta. Cada sala era sellada exclusiva e inmediatamente, después de que un objeto fuera colocado dentro.
Katiushas lanzados contra Israel
A menudo los vecinos y los propietarios no sabían qué es lo que estaba siendo emparedado dentro de la habitación, puesto que la inserción del objeto y posterior sellado de la habitación normalmente tenía lugar por la noche, con el objeto siempre mantenido en secreto.
Las residencias que Hezbollah seleccionó para estas "mejoras domésticas" no solicitadas fueron elegidas por su proximidad a la frontera israelí. Cuando se inició el conflicto después de que Israel respondiera a la incursión fronteriza de julio por parte de Hezbollah, tras la muerte de tres soldados israelíes y el secuestro de dos más, el propósito de las mejoras domésticas secretas pasó a ser evidente para los propietarios...
Un barrio de Tel Aviv luego de un ataque del Hezbollah
Cuando estalló la guerra en el sur de El Líbano, líderes selectos de equipos de combate de Hezbollah recibían sobres, conteniendo cada uno una dirección de una de las casas alteradas.
El equipo se desplegaba rápidamente a su ubicación asignada, echando abajo inmediatamente una pared exterior de la sala sellada. Cada sobre contenía instrucciones para apuntar y disparar el objeto dispuesto dentro de la sala antes de ser sellada: un misil tierra-tierra montado sobre un lanzador. Tras eliminar parte del techo para permitir el vuelo sin obstáculo, el equipo disparaba el misil, lloviendo muerte y destrucción sobre la población civil de Israel.
Hubo una importante falla en el plan de reconversión de casas por parte de Hezbollah: sus actividades de construcción no habían pasado por alto a la Inteligencia israelí. Monitoreando de cerca las actividades de Hezbollah, conocían con anticipación las ubicaciones de la mayor parte de los enclaves. Al terminarse cada sala, había sido añadida a la lista de objetivos de Israel, de modo que una vez comenzado el combate, podía ser rápidamente destruida y sus huéspedes civiles, en muchos casos, se convertían en daños colaterales del uso ilegal de tal táctica del Hezbollah.
Israel recibió gran cantidad de prensa negativa por no evaluar con precisión la amenaza. Claramente ocurrieron algunos errores, como evaluar lo profundamente que Hezbollah se había atrincherado en el sur de El Líbano y la capacidad de Hezbollah, sin duda con asistencia iraní, de monitorear las comunicaciones israelíes en el campo de batalla...
Pero Israel debe ser aplaudido por su éxito a la hora de identificar antes de tiempo la amenaza planteada por el uso práctico de hogares privados por parte de Hezbollah para fines militares -una amenaza que la fuerza aérea israelí fue entonces capaz de neutralizar con eficacia-.
El representante israelí ante Naciones Unidas, Dan Gillerman, aludía dos días después de iniciado el conflicto a estas prácticas ilegales de Hezbollah, una referencia aparentemente perdida en los medios, que fracasaron a la hora de investigar más.
Ataque aéreo israelí sobre los suburbios de Beirut
Hezbollah había diseñado un plan táctico calculado para maximizar las bajas civiles a ambos lados del campo de batalla. En el lado israelí, apuntando a los principales centros de población y como consecuencia, en el lado libanés, al responder Israel.
Mientras que desde la perspectiva israelí ésta práctica fue neutralizada por completo en virtud de la buena información de inteligencia, desde la perspectiva libanesa muchos civiles de estos enclaves de lanzamiento fueron obligados a pagar el precio último. Tristemente, desde la perspectiva de Hezbollah, estas bajas no son sino peones prescindibles en su partida contra Israel.
Fuente: www.elreloj.com
Las cifras de lo que se conoció como “La guerra de los rehenes”
560 terroristas de Hezbollah han muerto, según el Tzahal.
2.100 misiles han sido disparados contra Israel.
4.600 objetivos han sido alcanzados, incluyendo:
260 oficinas centrales y edificios pertenecientes a Hezbollah.
160 bunkers, depósitos de armas y demás infraestructura.
90 lanzaderas de cohetes.
1.200 rampas de lanzamiento y caminos que conducen a las rampas de lanzamiento