El primer asalto a Prusia Oriental Operación Gumbinnen, noviembre de 1944.
En octubre de 1944 en Prusia Oriental se produjo una operación ofensiva soviética de proporciones considerables.
Su fracaso a los pocos días de comenzado el ataque arrojó al olvido esta gran batalla.
Gran parte del olvido fue causado por los propios mandos e historiadores soviéticos que “enterraron” la operación pasando de puntillas ante un revés en tiempos de victorias ininterrumpidas. Tal fue la oscuridad provocada por estas maniobras que ni siquiera se conocían los objetivos de la operación.
Hasta hace muy poco las únicas fuentes eran alemanas lo que impedía un análisis no sesgado y sobre todo no permitía analizar cuáles eran los verdaderos objetivos soviéticos.
La historiografía soviética ha sido extraordinariamente parca sobre la operación. No sólo no se daban cifras sobre las bajas sufridas sino que se ocultaba más de lo que se revelaba en los relatos oficiales. Los relatos como el de Galitsky, comandante del 11 Ejército de Guardias son extraordinariamente opacos.
Se cumple pues el viejo dicho de que “la victoria tiene mil padres pero la derrota es huérfana.”
Durante el verano y otoño los alemanes fueron arrojados de las repúblicas bálticas en una serie de operaciones casi sin interrupción.
En octubre de 1944 quedó cercado todo un grupo de ejércitos alemán en Curlandia, la actual Letonia. El estado de descomposición de los ejércitos alemanes tras las terribles derrotas del verano hacían presagiar la desintegración del dispositivo defensivo germano en el Frente Oriental.
Así, desde el principio, el plan de operación tuvo puntos débiles. Las fuerzas del frente no pudieron destruir la defensa de la vasta área fortificada de Prusia Oriental.
El plan para la operación Gumbinnen-Goldapa se redujo a una marcha principal en la dirección de Gumbinnen.
El comando alemán esperaba un avance en esta dirección, donde se encontraban las principales fortificaciones
defensivas de la Wehrmacht. Ya el 14 de octubre el comando alemán comenzó a tomar medidas para fortalecer la defensa en la dirección de Gumbinnen.
El ataque en esta dirección condujo a pérdidas excesivas de personas y equipos, a la pérdida del ritmo de la ofensiva. Los ejércitos de flanqueo, tenían un número excesivo de tropas para una ofensiva auxiliar.
El comando del frente abandonó los ataques concéntricos para rodear al enemigo en su zona de defensa operativa. En general, el frente experimentó una escasez de formaciones móviles necesarias para el desarrollo de una ofensiva después de un avance de las defensas enemigas, tanques y artillería de grandes calibres.
En un día de intensos combates, el ejército de Galitsky atravesó el frente enemigo en la sección de kilómetros de 10 y avanzó a las profundidades de su defensa en el km de 8-10.
La principal línea de defensa del enemigo fue superada. Sin embargo, las tropas soviéticas no pudieron violar la integridad operativa de la defensa alemana.
Después de intensos combates en los días posteriores y algunos avances poco significativos del ejército Soviético y
a pesar de la superioridad en efectivos y a que se lograra una ruptura operacional, los alemanes confiaron a un arriesgado contraataque toda la operación de restablecimiento de las líneas. Se logró hacer retroceder a los soviéticos, desbaratar toda la ofensiva y salvar una situación aparentemente desesperada para los alemanes.
El Ejército Rojo había atacado en un frente de 150 km y había avanzado unos 60 km en territorio alemán hasta que el contraataque germano les hizo retroceder.
El territorio reconquistado por los alemanes sería el saliente en forma de cuadrilátero de unos 25 km además de la reconquista de Goldap de tamaño mucho menor.
Los soviéticos retendrían una franja de unos 150 km de ancho y unos 40 km de profundidad de media después del mismo que permanecería sin variaciones hasta la ofensiva de enero de 1945 dos meses y medio después.
Las atrocidades soviéticas en suelo alemán provocarían no sólo el endurecimiento de la defensa alemana sino una auténtica psicosis ante el atacante soviético.
El número de víctimas de Nemmersdorf y de algunos pueblos más fueron multiplicados. La desaforada propaganda de Göbbels sobre los indudables asesinatos soviéticos para endurecer la resistencia alemana tuvo un efecto secundario muy nocivo y desde luego tendría un cierto papel en la terrible huida de civiles alemanes ante el avance ruso en 1945.
El resultado sería uno de los mayores éxodos de la historia humana al desencadenarse la gran ofensiva soviética de enero de 1945. Varios millones de personas se arrojarían a los caminos en lo más crudo del invierno para huir ante el avance soviético. La consecuencia serían cientos de miles de muertos y una miseria humana indescriptible.
Para los mandos soviéticos el fracaso de la operación evidenció la necesidad de efectuar una preparación más minuciosa y sobre todo el contar con una superioridad numérica y material abrumadora. Estas circunstancias se darían en la ofensiva de enero de 1945 que arrollaría finalmente el dispositivo defensivo alemán.
Entretanto toda mención a la operación de octubre fue “convenientemente” olvidada…