Congreso la Pastoril
Del congreso en La Pastoril, ubicada en La Reja, participó más de medio centenar de militantes del PRT, que en su mayoría lograron escapar a tiempo por el fondo de la quinta, mientras sus compañeros resistían el ataque por el frente.
El saldo del operativo fue de siete muertos: cuatro fusilados en la misma quinta y otros tres en la localidad de Marcos Paz, mientras huían de la represión. Según se pudo reconstruir en la causa, decenas de militares y policías participaron de la operación, muchos en lugares de responsabilidad y que ya están fallecidos, otros sobre los que el juez continúa la investigación.
Las detenciones que dispuso Rafecas incluyen por el momento a Miguel Angel Armúa, por entonces mayor del Ejército a cargo de la Compañía 10 de Pablo Podestá; su segundo Juan Carlos Jocker, por entonces capitán, y Carlos Alberto Guardiola, cabo primero de la misma compañía; Eduardo Sakamoto, segundo jefe y capitán de la Compañía de Ingenieros del Agua de Campo de Mayo; Héctor Alberto Raffo, quien se desempeñaba como oficial logístico; y los policías Julio Salvetti, Juan José Ruiz, Julio Alejandro Pérez y Omar Elisendo Hernández, todos de la Comisaría de Moreno, que habrían actuado junto a los militares en el operativo.
Los gritos de alarma resonaron por la amplia vivienda. Era la advertencia más temida. Muchos de los casi setenta concurrentes pensaron que era un simulacro. Algunos de ellos estaban durmiendo la siesta, después de un opíparo almuerzo. Los estampidos de las armas de fuego, de distintos calibres, los volvió a la realidad. Santucho, Urteaga, Menna y los demás integrantes del buró político del Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP) fueron los primeros en escapar junto a invitados de otras organizaciones guerrilleras latinoamericanas. Había un plan de evacuación. Después saldrían los miembros del Comité Central. Últimos, los encargados de la contención y la logística. Eran las 14:30 del lunes 29 de marzo de 1976. Ha solo cinco días del golpe de estado más anunciado en la historia argentina. El oscuro velo había caído. Se desataba una de las mayores tragedias que recuerde la historia morenense.
La Reja era en aquella época uno de los lugares de descanso más atractivos para los fines de semana. Muchas familias invirtieron en la zona, construyendo chalets, imponentes piletas y mucho verde. El paraíso al alcance de la clase media argentina.
A principios de marzo de 1976. Carlos Gabetta (hoy director del mensuario Le Monde Diplomatique) fue el encargado de alquilar la quinta “La Pastoril”. Gabetta pertenecía al servicio de inteligencia del ERP. La construcción está enclavada sobre la calle Monsegur casi esquina La Patria (hoy Padre Fahy), a pocos metros del complejo deportivo del Sindicato del Seguro, en la zona sur. Tiene un parque de una hectárea de extensión, una amplia casona con planta alta y pileta de dimensiones olímpicas.
Aquel marzo se presentaba cálido. Carlos Gabetta recuerda que “llegamos unos diez días antes del golpe, junto a mi pareja María Elena Amadio y otro matrimonio de compañeros. Con nosotros vinieron los chicos. Nos comportábamos como típicos burgueses. Tomábamos sol y nos bañábamos en la pileta. Todo parecía normal”.